Archivo de hijos de Dios

¿QUÉ CREE USTED QUE ES MÁS FÁCIL: ENTENDER LAS ESCRITURAS…… O RESUCITAR UN MUERTO?

Posted in Uncategorized with tags , , , , , on 15/05/2016 by Armando López Golart

descargaY no piensen que se nos han “cruzado los cables” al hacer esta pregunta, pues lo único que pretendemos es resaltar el hecho de que al leer los Sagrados Escritos (vulgo La Biblia), hay un montón de cosas que normalmente nos pasan desapercibidas; y que si bien es cierto que no alteran la comprensión de lo fundamental del mensaje recibido, no es menos cierto que nos privan el disfrutar de aquello a lo que Pablo, en una profunda reflexión, calificó de la siguiente manera:

¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios e ininvestigables sus caminos!” (Rom. 11:33).

Sin tener eso en mente, es cierto que la pregunta tal pudiera parecer como muy rebuscada y fuera de lugar, pues el común de la gente concordaría en que mientras lo primero es perfectamente accesible, ya que tal parece que las Escrituras las entiende hasta “el tonto del pueblo”, lo segundo (eso es, el resucitar a un muerto), no pasa de ser una simple quimera. Lo cierto, por otra parte, es que estamos ante algo que se nos cuenta en la Biblia y que se nos dice que pasó fundamentalmente en tiempos de Jesús…… pero no deja de ser menos cierto, en contraste, que de hecho no hay constancia de que en siglos posteriores se repitiera dicho fenómeno que, incluso para la ciencia más avanzada, representa un logro totalmente inalcanzable. Luego todo lleva a perpetuar la idea generalizada de que la Biblia no es más que un libro de mitos y que cuando uno muere, ahí se acaba todo y se nos haya contado, lo que se nos haya contado…… conclusión lógica: mientras que entender las Escrituras es accesible a cualquiera, resucitar a un muerto está fuera del alcance del ser humano.

De hecho, con lo que nos hemos encontrado a lo largo de la historia es con una gran cantidad de personajes que, creyéndose “tocados” por el dedo divino, por tanto elevados a la categoría de “ungidos” (el equivalente a ser considerado uno como un Hijos de Dios) y con toda la autoridad moral que supuestamente ello les concede ante el “personal”, han afirmado y continúan afirmando entenderla plenamente, creando alrededor de dicha idea el fenómeno que se ha dado en llamar “la religión verdadera” (Testigos de Jehová, entre otras muchas). Y que sin el concurso de la cual, faltaría más, el resto de mortales que no estamos “tocados” por el dedo de Dios no tendríamos acceso al conocimiento del propósito divino y por lo que estaríamos apartados del favor del Dios Altísimo…… luego o te arrimas al “pilón” y echas mano a la cartera (la contribución “voluntaria”, diezmo o como quieran llamarle y que en cualquier organización religiosa que se precie, no falta), o te pierdes “la fiesta”.

Tan es esto así, que dentro de la llamada “cristiandad” y heredera según se afirma, de las prístinas enseñanzas del Hijo de Dios, hay más de 30.000 denominaciones diferentes más o menos populosas, con doctrinas distintas, líderes distintos, ritos distintos, celebraciones distintas, etc. aunque, eso sí, con un común denominador en todas ellas y como les acabamos de señalar: todos sus líderes “se forran” y viven como “reyes” ya en este sistema de cosas, con el dinero de sus afiliados; y ello sin contar con aquellos que van por libre, eso es, que dicen no militar en denominación alguna y que solo publican sus particulares “enseñanzas” por Internet…… todo este “pandemónium”, montado a partir de un mismo punto neurálgico y que es la Biblia. Lo que vendría a poner en tela de juicio la afirmación de que esta es fácil de entender para una clase “privilegiada” (todas esas personas supuestamente “ungidas”), máxime cuando lo que se lee en las Escrituras es lo siguiente:

Ahora los exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos hablen de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Cor. 1:10).

Queda claro entonces que algo está fallando aquí; porque lo que muestra la realidad es que si reunimos en una sala a un católico, un adventista, un mormón, un pentecostal, un evangélico, un metodista, un anglicano o un ortodoxo (por citar algunas de las organizaciones de más raigambre dentro del cristianismo) y les damos una Biblia para que se pongan de acuerdo en algún punto, al final ocurre como con los dos gatos encerrados en una habitación para ver cuál de los dos es el que gana: abres la puerta pasado un tiempo y solo encuentras los dos rabos…… es decir, que ninguno de esos contertulios se pondría de acuerdo con los restantes y partiendo todos, insistimos, de un punto en común: la Biblia.

Llegados a esta situación y visto lo visto, resulta que la pregunta inicial ya no es tan estrambótica como parece a simple vista y que tiene, además, una respuesta que para muchos será sorprendente: es tan difícil (o tan fácil, según se mire), el entender las Escrituras, como el resucitar a un muerto…… porque algo a lo que pocos han prestado atención, es al hecho de que tanto para una cosa como para la otra, se precisa del poder del espíritu santo que proviene de Dios; veamos al respecto, lo relatado acerca del momento en que Jesús envió a sus doce apóstoles a predicar:

De manera que mandó llamar a sus doce discípulos y les dio autoridad (o un poder sobrehumano procedente de Dios y que ellos no tenían) sobre espíritus inmundos, para expulsarlos y para curar toda suerte de dolencia y toda suerte de mal (……).

5 A estos doce Jesús los envió, dándoles estas órdenes: “No se vayan por el camino de las naciones y no entren en ciudad samaritana; 6 sino, más bien, vayan continuamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7 Al ir, prediquen, diciendo: “El reino de los cielos se ha acercado”. 8 Curen enfermos, levanten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios. Recibieron gratis (dicho poder), den gratis”.” (Mat. 10:1-8). (Acotaciones nuestras).

Ha quedado meridianamente claro, entonces, que la capacidad de resucitar muertos estaba intrínsecamente relacionada con el poder que habían recibido de Jehová Dios esos enviados y que identificamos como el “espíritu santo” o fuerza activa que proviene de Este; pero veamos ahora cómo la historia se repite, en lo tocante a algo aparentemente menos complicado como pueda ser la comprensión de la Palabra de Dios y reflejado esto, en unas palabras que les dijo Jesús a sus apóstoles poco antes de su muerte y tomadas en este caso de la versión BLP:

Tendría que deciros muchas cosas más, pero no podríais entenderlas ahora (eso es, partiendo de la limitada capacidad de comprensión humana respecto de las cosas divinas). 13 Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará para que podáis entender la verdad completa. No hablará por su propia cuenta, sino que dirá únicamente lo que ha oído y os anunciará las cosas que han de suceder.” (Juan 16:12-13). (Acotación nuestra).

Todo parece indicar, leído lo leído, que esas personas tan próximas a Jesús y enseñadas por él (no pasemos por alto este detalle), en su estado natural y sin el concurso del espíritu santo de Dios, estaban totalmente inhabilitadas para poder entender a cabalidad los propósitos de Este; de hecho, lo que Jesús les había dicho instantes antes y reflejado en el versículo 7 de ese mismo capítulo 16 de Juan, confirma lo que les estamos diciendo en el sentido de que sin la operación del espíritu santo en uno, este uno no puede entender las Escrituras:

No obstante, les digo la verdad: Es para provecho de ustedes por lo que me voy. Porque si no me voy, el ayudante (el espíritu santo de Jehová Dios) de ninguna manera vendrá a ustedes; pero si sigo mi camino, lo enviaré a ustedes.” (Juan 16:7). (Acotación nuestra).

¿Y qué haría dicho “ayudante” en esas personas a las que sería enviado? Pues algo que Jesús ya les había aclarado momentos antes y registrado en Juan 14:26:

Más el ayudante, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, ese les enseñará todas las cosas (las que ellos no podían entender sin dicha ayuda) y les hará recordar todas las cosas que les he dicho.” (Acotación nuestra).

Pero sin duda alguna, que esto es tal cual se lo explicamos, queda refrendado por unas palabras que Jesús en su momento dijo en una oración dirigida a su Padre Celestial y que nos explicaría el porqué de tanta confusión actual, en lo referente al entendimiento correcto del contenido bíblico y en donde nos encontramos de todo (menos coherencia), dentro de ese “maremágnum” de creencias que resulta ser “la cristiandad”…… pero veamos esas interesantes palabras:

En aquella misma hora se llenó de gran gozo en el espíritu santo y dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido cuidadosamente estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos (o “a los que son como niños”). Sí, oh Padre, porque el hacerlo así vino a ser la manera aprobada por ti”.” (Acotación nuestra).

Luego lo que se deduce de esas palabras, es que el entender correctamente las Escrituras o no, está totalmente supeditado a que Jehová Dios se lo permita a uno…… y si algo queda claro en nuestros días y visto lo visto, tal parece que se lo permite a unos pocos, muy pocos para ser más exactos; pero ¿por qué a unos pocos sí y a una inmensa mayoría no? Y es que no podemos sustraernos al hecho de que la Biblia fue escrita para ser leída por el hombre y con el propósito de traer consuelo y esperanza a este, lo que haría del entenderla la condición sine qua non para conseguir dicho objetivo; pero veamos qué se nos dice en la misma al respecto:

Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.” (Rom. 15:4).

Algo imposible de conseguir, si resulta que la Biblia no se puede entender por una inmensa mayoría y lo que nos lleva a la cuestión de fondo: ¿por qué si Dios dio Su Palabra de forma escrita para conseguir esos fines, resulta que es Él mismo el que obstaculiza su entendimiento a muchos, según lo leído en Luc. 10:21? La respuesta a esta pregunta la tenemos en los versículos que siguen al que acabamos de leer en Rom. 15:4, eso es, el 5 y 6, en donde se nos explica lo que resulta ser la clave para que a uno se le permita entender las Escrituras y con ello sacar el debido provecho; pero leamos esos versos 5 y 6:

Ahora, que el Dios que suministra aguante y consuelo les conceda tener entre sí la misma actitud mental que tuvo Cristo Jesús, 6 para que, de común acuerdo, con una sola boca (eso es, dando todos el mismo mensaje) glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.” (Acotación nuestra).

Y dado que esas personas a las que hemos aludido (bien sean líderes de organizaciones religiosas o “teólogos” que vayan por libre), no cumplen con el requisito exigido en ese verso 6, eso es, el de hablar “con una sola boca” o, dicho de otra manera, todos hablando de acuerdo y enseñando lo mismo, ello solo puede significar que no tienen la misma actitud mental del Hijo de Dios y que se nos señala en el pasaje de Fil. 2:5-11:

Mantengan en ustedes esta actitud mental que también hubo en Cristo Jesús, 6 quien, aunque existía en la forma de Dios (eso es, tenía condición divina al no ser engendrado por un hombre, sino por el propio Dios), no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios. 7 No: antes bien, se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y llegó a estar en la semejanza de los hombres. 8 Más que eso, al hallarse a manera de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento. 9 Por esta misma razón, también, Dios lo ensalzó a un puesto superior y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo otro nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, de los que están sobre la tierra y de los que están debajo del suelo; 11 y reconozca abiertamente toda lengua que Jesucristo es Señor para la gloria de Dios el Padre.” (Acotación nuestra).

Ahora bien ¿de qué manera, esas personas a las que nos referimos no manifiestan la “actitud mental” que caracterizó a Jesús? Veamos para entender esa cuestión, lo que dice de sí mismo uno de esos incapacitados personajes, en este caso el “teólogo” Apologista Mario Olcese y cuyas palabras reflejan exactamente la misma línea de razonamiento de todos esos “mandangas” que a sí mismos se reconocen como “ungidos” o Hijos de Dios:

Yo soy un UNGIDO del Señor, y nadie debe o puede tocarme a mí, o a usted, si en verdad es un cristiano, sin tener luego que pagar un precio muy caro. Yo me considero un UNGIDO del Señor, y si usted no se considera así, entonces usted no ha entendido lo que significa ser un cristiano o un ungido.” (Negritas nuestras).

Noten que el argumento “de peso” es sencillamente que él se cree ser un “ungido”…… y si uno duda de ello, es porque no ha entendido de qué va la “película”; veamos ahora esto otro:

Ahora bien, “Ungidos con el Espíritu Santo” resalta otras bendiciones colaterales que Dios nos añade cuando nos entrega el Espíritu Santo, PERO LO MÁS IMPORTANTE ES QUE NOS GUÍA A LA VERDAD (Ver Juan 16:13). NADIE PUEDE SER GUIADO A LA VERDAD SIN EL ESPÍRITU OBRANDO EN ÉL.” (Negritas nuestras).

Con lo que subliminalmente nos está diciendo que tiene un plus de autoridad en conocimiento escritural que el resto de la gente no tiene; o esto otro:

Al contrario, soy un hombre muy feliz y dichoso, ya que por fin tengo la libertad que no gozan ellos para escribir y tener mi sitio web donde puedo exponer mis creencias personales y mis “descubrimientos” bíblicos según me lo revela el Espíritu de Dios. Sólo el Espíritu de Dios nos guía a la verdad.” (Negritas nuestras).

Bien, con estas u otras palabras parecidas (todos están cortados con el mismo “patrón”), lo que estos señores supuestamente “ungidos” nos vienen a decir es que son Hijos de Dios y parten de la “autoridad” que dicha condición les concede para enseñar a otros, pues se reconocen directamente guiados por el espíritu de Dios y con lo que nos encontramos, volviendo a lo de la correcta actitud mental desplegada por Jesús, con lo siguiente: Jesús era Hijo de Dios y se rebajó a la condición de hombre, mientras que esos personajes son hombres y se ensalzan a la condición de Hijos de Dios; por otra parte, mientras Jesús esperó que fuera su Padre Celestial el que lo “ensalzara” a una posición de privilegio, esos personajes se ensalzan a sí mismos y diciéndole por tanto a Jehová Dios de forma altanera, lo que Este tiene que hacer con respecto a ellos…… eso es, “reconocerlos” como hijos suyos, dado que ellos ya se han autoproclamado como tales. Es por esta presuntuosa y altanera actitud, que en armonía con lo dicho en las Escrituras el Altísimo no les permite entender su palabra escrita:

Porque Jehová es alto y, no obstante, al humilde lo ve; pero al altanero lo conoce solo de distancia.” (Sal. 138:6).

Eso es, que no tiene la más mínima relación con los altaneros o presuntuosos; pero claro, en este pasaje se nos habla también de los “humildes” y que según el pasaje leído de Luc. 10:21, es a los que el Dios Altísimo “revela” el sentido de su palabra y algo que ya ocurrió en su momento…… véanlo:

Y él (Jesús) procedió a decirles: “A ustedes (a los fieles y sinceros seguidores de este) se les ha dado el secreto sagrado del reino de Dios, más a los de afuera (a los que despreciaban las enseñanzas del Hijo de Dios) todas las cosas ocurren en ilustraciones, 12 para que, aunque estén mirando, miren y sin embargo no vean y, aunque estén oyendo, oigan y sin embargo no capten el sentido de ello, ni nunca se vuelvan y se les dé perdón”.” (Mar. 4:11-12). (Acotaciones nuestras).

Partiendo de aquí, la pregunta obligada es ¿y quiénes son, esos a los que se les permite captar el sentido correcto de las Escritura? Pues por ejemplo, sin ir más lejos, a todos los lectores de este blog y que están totalmente de acuerdo con lo que en el mismo se publica…… y a partir de ahí es cuando a usted que nos está leyendo por primera vez, se le ponen los pelos como “escarpias” y razona aquello tan manido de ¡“Ya están aquí los “enteradillos” de turno, afirmando que solo ellos entienden las Escrituras…… todos son iguales”! Pero “quieto parao” querido amigo, pues nosotros no hemos dicho esto; porque los autores de este blog (Manuel Bel Bordes y Armando López Golart) y a diferencia de los personajes señalados, jamás hemos dicho que seamos “ungidos”, sino que hemos afirmado por activa y por pasiva es exactamente todo lo contrario, eso es, que nosotros no somos “ungidos” o cosa que se le parezca y por lo que no tenemos más relevancia que usted que nos está leyendo. Solo somos y como consta en alguno de nuestros escritos, personas sencillas, sin estudios superiores de ninguna clase (uno un excelente carpintero –mi compañero y maestro “Manolo”– y aquí el “menda” –Armando y responsable de todo lo que se publica– un simple camionero en toda su vida), que por años nos ha apasionado el estudio de las Escrituras (muchos de ellos como miembros activos de la secta Testigos de Jehová) y que como nos sorprendía la falta de concordancia entre lo que leíamos en estas, con lo que otros nos “enseñaban” que estas decían, un día nos plantamos, les mandamos a hacer puñetas a todos y nos decidimos a denunciar dicha situación…… y esa es toda la historia.

Por otra parte, nunca hemos presentado nuestros planteamientos como “enseñanzas” y contrario a lo que hacen los personajes de los que hemos hablado, sean lideres representantes de alguna denominación religiosa dentro de la “cristiandad” o vayan por libre, como es el caso del que les hemos citado, Apologista Mario Olcese y que no deja de ser uno más entre tanto “zumbao” que se cree Hijo de Dios…… es más: cuando usted entra en nuestro blog y lee en nuestra entradilla de presentación los motivos que nos inspiraron a publicar en Internet, verá nuestra clara afirmación en el sentido de que nunca ha sido nuestra pretensión “el enseñar ni crear doctrina”, sino sencillamente el contrastar lo dicho por algunos “entendidos” en la materia, con aquello que dicen las Escrituras y cuestión que siempre nos había “chirriado”, pues había y hay en algunos casos un desfase brutal. Súmele a ello, querido y suspicaz lector, el hecho de que en muchos de nuestros escritos hemos señalado que la responsabilidad de decidir con qué quedarse de nuestras opiniones publicadas, está en la persona que nos lee, pues nosotros “ni quitamos ni ponemos rey” sino que solo constatamos una situación de flagrante contradicción entre lo que uno lee de algunos autores bíblicos u organización religiosa, con lo que de ello se nos dice en la Biblia…… a partir de ahí, lo que haga cada uno de nuestros lectores con dicha información, ya es asunto suyo.

Por ejemplo, querido lector y que aún continúa con la “mosca detrás de la oreja”, eso es, no demasiado “convencidillo” de que estemos nosotros entre aquellos pocos a los que se les permite entender las Escrituras, ahí tiene lo que acaba de leer en este artículo: primero vea si alguien le ha hablado jamás de ello y luego contraste por sí mismo si lo dicho se ajusta o no, a lo que usted lee en el texto escritural; por nuestra parte continuamos afirmando que, a menos que intervenga el espíritu santo de Dios, la misma dificultad entraña el entender correctamente la Biblia, que el resucitar un muerto: es imposible hacerlo. Recuerde que los apóstoles hicieron las dos cosas y, ambas, con la imprescindible ayuda del espíritu santo de Jehová Dios; y como dicho lo dicho, todo parece indicar que nosotros tenemos la razón en lo que estamos proponiendo, ello significaría y para aclarar las dudas que aún le puedan quedar, que a nosotros y a diferencia de la inmensa mayoría sí parece que se nos permite el entender correctamente las Escrituras…… ¿o no? ¿Qué opina usted?

MABEL

¿CUÁN «IMPORTANTE» ES EL BAUTISMO EN NUESTROS DÍAS?

Posted in Uncategorized with tags , , , on 04/03/2016 by Armando López Golart

bautismoPues depende de a quién se lo pregunte usted: si se lo pregunta a una persona que milite en una organización religiosa (obviamente dentro de la cristiandad) que lo practica, le dirá que es fundamental; mientras que si se lo pregunta a una cuya confesión no tiene entre sus doctrinas dicho ritual, le dirá que es totalmente intranscendente…… ya si nos lo pregunta a los autores de este blog, lisa y llanamente le diremos que no es más que una “chorrada” que solo sirve para identificarse con la “ganadería” a la que uno pertenece. Sin embargo y por aquello de que de todo hay en la viña del Señor, están aquellos que dándoselas de “entendidos” en la materia van publicando surrealistas afirmaciones en el sentido de que la “salvación” (y con lo que la cosa ya cobra una dimensión más seria), pasa ineludiblemente por el ser uno bautizado en agua…… porque a partir de ese mismo instante y de forma automática (siempre según nos cuenten esas personas), uno recibe ya el espíritu santo que lo convierte en un Hijo de Dios y por tanto, en coheredero del reino en calidad de inmortal rey y sacerdote al lado de Cristo durante el milenio. De ahí, la importancia vital del bautismo en agua para conseguir la susodicha “salvación”, como primer paso o detonante para poner en marcha ese proceso…… pero ¿es realmente esto así? ¿Qué argumentos presentan esas personas, para defender su posición? Pues empiezan por recordarnos unas palabras del apóstol Pablo, según se leen en Rom. 15:4 y que dicen así:

Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.”

Pero claro: una cosa es lo que dijo Pablo en el sentido que de lo contenido en las Escrituras se puedan derivar diferentes enseñanzas o directrices para nuestros días y otra muy distinta, que los citados “entendidos” sepan por donde les sopla el aire en cuanto a su particular entendimiento de las tales. De entrada, habría que tener en cuenta que el significado del término griego bá·pti·sma se refiere al proceso de inmersión en agua, es decir, de un sumergirse y de un emerger del individuo que se somete a dicha ceremonia del líquido elemento; término este que se deriva del verbo griego bá·ptō y que en español se vierte como “sumergir” y por lo que en la Biblia, “bautismo” e “inmersión” son términos sinónimos…… en todo caso, ello tendría que ver simplemente con el llegar uno a estar totalmente cubierto de agua y sin connotación añadida alguna, que nos pueda hacer pensar en otra cosa más allá del simple ritual que en su momento llegó a ser dicho acto. Partiendo de esa premisa, veamos algunos de los ejemplos que según nos cuentan esos “entendidos”, en su momento llegaron a ser una prefiguración del mencionado “bautismo” y que inician citando la peripecia vivida por Noé y otras siete personas en el llamado “Diluvio Universal”, pero que en todo caso estaríamos ante un ejemplo muy forzado y tomado por los pelos, porque preguntémonos y partiendo siempre de la premisa que acabamos de enunciar…… ¿fueron las aguas las que “salvaron” de algún modo a Noé y resto de familia? Obviamente no, pues aparte de que las mismas no fueron enviadas para salvación, sino para ejecutar juicio sobre una humanidad pervertida y apartada de Dios, tenemos el siguiente pasaje y que aclara cualquier duda sobre el particular:

Por fe Noé, habiéndosele dado advertencia divina de cosas todavía no contempladas, mostró temor piadoso y construyó un arca para la salvación de su casa; y por esta fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que es según fe.” (Hebr. 11:7).

Luego es obvio que no fue el agua la que obró a modo de “salvación”, sino la obra que hizo Noé, eso es, el arca; por lo tanto, a ese relato se le podrá dar la consideración que se quiera, pero nunca como la prefiguración de un bautismo salvador. Otro ejemplo que se nos propone de lo que pudiera ser otra alegoría del bautismo, es la experiencia vivida por los israelitas en el Mar Rojo en su huida de Egipto y partiendo de esta afirmación:

Ahora bien, no quiero que ignoren, hermanos, que nuestros antepasados todos estuvieron bajo la nube y todos pasaron por el mar 2 y todos fueron bautizados en Moisés por medio de la nube y del mar; 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual. Porque bebían de la masa rocosa espiritual que los seguía y aquella masa rocosa significaba el Cristo. 5 Sin embargo, sobre la mayor parte de ellos Dios no expresó su aprobación, pues quedaron tendidos en el desierto.” (1 Cor. 10:1-5).

Y aunque es cierto que ahí aparece incomprensiblemente el término “bautizados”, no es menos cierto que en este caso se añade la coletilla de “en Moisés” y que tal parece querer indicar que se nos está hablando de una cosa distinta a la que se nos intenta proponer; de hecho, la realidad es que esos seguidores del personaje Moisés no fueron “sumergidos” en las aguas, sino que lo que se nos dice que ocurrió fue lo siguiente:

Por fin los hijos de Israel fueron por en medio del mar sobre tierra seca, mientras las aguas eran un muro para ellos a su derecha y a su izquierda.” (Éxo. 14:22).

Luego de nuevo nada que ver, con el estricto sentido del término “sumergir en agua” y que es lo que significa únicamente la expresión “bautismo”; por otra parte, se nos pone también como ejemplo el ritual del lavado ceremonial de los sacerdotes como prefiguración de un futuro “bautismo” y lo que no es más que un disparate, propio del que no tiene ni la más remota idea de lo que dicen las Escrituras, porque veamos qué es lo que se le impuso realmente a los miembros del sacerdocio:

Y Jehová habló adicionalmente a Moisés, y dijo: 18 “Tienes que hacer una fuente de cobre y su base de cobre para el lavado y tienes que ponerla entre la tienda de reunión y el altar y poner agua en ella. 19 Y Aarón y sus hijos tienen que lavarse las manos y los pies allí. 20 Cuando entren en la tienda de reunión se lavarán (no “se sumergirán”) con agua para que no mueran, o cuando se acerquen al altar para ministrar, a fin de hacer humear una ofrenda hecha por fuego a Jehová. 21 Y tienen que lavarse las manos y los pies (no así, el resto del cuerpo) para que no mueran; y esto tiene que servirles de disposición reglamentaria hasta tiempo indefinido, a él y a su prole durante todas sus generaciones”.” (Éxo. 30:17-21). (Acotaciones nuestras).

Por lo que usar tal ejemplo como prefiguración del bautismo por venir, es propio de una persona que, totalmente ignorante de lo que las Escrituras nos enseñan realmente, hace particulares interpretaciones del texto escritural con el objetivo, no de enseñar la verdad, sino la de salirse con su idea aunque sea a costa de tergiversar dicha verdad…… pero es que la cosa no acaba ahí, porque además se nos presenta el episodio de Naamán, caudillo del ejército sirio que luchaba contra Israel, también como una prefiguración del bautismo por venir y lo que no deja de ser otro disparate, propio del iletrado que ignora los fundamentos más básicos del registro escritural, porque veamos qué es lo que se nos cuenta en el susodicho relato:

De manera que Naamán fue con sus caballos y sus carros de guerra y se paró a la entrada de la casa de Eliseo. 10 Sin embargo, Eliseo le envió un mensajero, que dijo: “Yendo allá, tienes que bañarte siete veces en el Jordán para que vuelva a ti tu carne; y sé limpio”. 11 Ante esto, Naamán se indignó y empezó a irse y a decir: “Mira que yo me había dicho: ‘Saldrá a mí hasta afuera y ciertamente estará de pie e invocará el nombre de Jehová su Dios, y moverá su mano de acá para allá sobre el lugar y realmente dará recobro al leproso’. 12 ¿No son el Abaná y el Farpar, los ríos de Damasco, mejores que todas las aguas de Israel? ¿No puedo bañarme en ellos y ciertamente ser limpio?”. Con eso se volvió y se fue furioso.

13 Sus siervos ahora se acercaron y le hablaron y dijeron: “Padre mío, si hubiera sido una cosa grande la que te hubiera hablado el profeta mismo ¿no la harías? ¿Cuánto más, pues, dado que te dijo: ‘Báñate y sé limpio’?”. 14 Por lo cual él bajó y empezó a sumergirse en el Jordán siete veces, conforme a la palabra del hombre del Dios verdadero; después de lo cual su carne se volvió como la carne de un muchachito y quedó limpio.” (2 Rey. 5:9-14).

Por lo que tampoco en este caso podríamos estar ante la prefiguración de un futuro bautismo, pues este requiere de una sola inmersión y no de siete, como se le exigió al personaje Naamán y con la salvedad, de que solo se le pidió que se “bañara” o se “lavara” y no que se “sumergiera” por completo y por siete veces en la enlodadas aguas del rio Jordán en esos momentos…… es obvio, entonces, que lo contenido en ese pasaje no tiene otro propósito que el de señalar una simple lección de humildad a la que fue sometido un altivo personaje y por lo tanto, nada que tuviera que ver con la prefiguración de un bautismo salvador que estaría que venir. Luego solo lo dicho hasta el momento y por sí solo, ya muestra el escaso conocimiento que sobre el contenido escritural tienen algunos que se las dan de “teólogos” y lo que les descalifica totalmente para ir dando lecciones de “entendimiento” bíblico; pero es que además y en su disparatada deriva “teologal”, no se les ocurre y para sostener su insostenible proposición (disculpen la redundancia) de la necesidad de un bautismo “salvador”, nada menos que acudir al pasaje de Mar. 16:16 y en donde se lee como sigue:

El que crea y sea bautizado será salvo, más el que no crea será condenado.”

Notemos, de entrada, que el ser “salvo” no depende de ser uno bautizado o no, sino en el creer o no creer…… por lo que no estamos más que ante el uso torticero del texto escritural, para engañar a los incautos que confían en la palabra de esos “maleantes” intelectuales, que no saben de lo que están hablando; porque si continuamos con el contexto de dicho pasaje e inseparable del mismo, lo que se nos dice a continuación es esto:

Además, estas señales acompañarán a los que crean: Mediante el uso de mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas 18, con las manos tomarán serpientes y si beben algo mortífero, no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán”.

19 Entonces el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue tomado arriba al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Por consiguiente, ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos y apoyaba el mensaje por las señales que acompañaban a este.” (Mar. 16:17-20).

¿Qué notamos, entonces, en esas palabras? Pues en primer lugar, que aquellos que creyeran y fueran bautizados tendrán la capacidad de llevar a cabo las obras poderosas mencionadas; recordemos que dicha capacidad, estaba intrínsecamente asociada con el “creer”, mientras que por otra parte, las tales eran la manera en la que Jesucristo “apoyaba” el mensaje emitido y lo que nos lleva a la siguiente encrucijada: si los actuales “bautizados” y toda esa inmensa patulea de supuestos “ungidos” que nos rodean por tierra, mar y aire, afirman haberlo sido mediante el bautismo y que de hecho es el “producto” que nos quieren “vender” ¿por qué, son incapaces de llevar a cabo esas señales que Jesucristo dijo “acompañarían” a los que creyeran y como muestra evidente de su apoyo a la expansión del “evangelio” que afirman predicar? ¿Deberíamos de entender y ante la ausencia de esas señales, que estamos ante personas que realmente no han creído (luego no pueden ser “salvos” por muy bautizados que estén) y que con sus afirmaciones, nos están intentando extraviar de la enseñanza verdadera? Porque o es eso, o es que resulta que el bautismo que preconizan como el medio esencial para alcanzar la “salvación”, no es más que una pura mamarrachada…… dicho lo cual, recuperemos el pasaje de Rom. 15:4, con el que se nos pretende hacer creer que en las Escrituras se nos habla de la necesidad del bautismo como conducto salvador:

Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.”

Y es que lo que se nos dice en las Escrituras acerca del tema que nos ocupa, es que el bautismo en agua y desde que fue instaurado por Juan “el bautizante”, no tenía más finalidad que la del reconocimiento público del que participaba en el mismo de su condición de pecador, así como el firme deseo y ante testigos presenciales, de cambiar su derrotero desde ese momento en adelante:

De modo que él entró en toda la comarca del Jordán, predicando bautismo en símbolo de arrepentimiento para perdón de pecados.” (Luc. 3:3).

Y que la NTV vierte se la siguiente manera:

Entonces Juan fue de un lugar a otro, por ambos lados del río Jordán, predicando que la gente debía ser bautizada para demostrar que se había arrepentido de sus pecados y vuelto a Dios para ser perdonada.”

En todo caso, no era el bautismo en sí mismo, eso es, el hecho de ser uno sumergido en agua, lo que arreglaba la situación de este ante su Creador, sino el sincero arrepentimiento del que se sometía a dicho bautismo y lo que dejaba el mero hecho de la inmersión física, en un simple acto protocolario por el que se manifestaba públicamente la decisión personal de uno con respecto de Dios…… dicho en otras palabras: el bautismo en sí mismo no era otra cosa que un mero ritual sin más trascendencia; por otra parte, este acto y lejos de la idea que se nos quieren “vender” los supuestos “ungidos” de la actualidad, nunca implicó el que mediante dicho acto uno tuviera que ser adoptado por Dios como Hijo Suyo y para lo cual, se precisaba de otro bautismo distinto, según se deduce de las siguientes palabras de Juan “el bautizante”:

Juan también dio testimonio y dijo: “Vi el espíritu bajar como paloma del cielo y permaneció sobre él. 33 Ni siquiera yo lo conocía, pero El Mismo que me envió a bautizar en agua me dijo: Sobre quienquiera que veas el espíritu descender y permanecer, este es el que bautiza en espíritu santo.” (Juan 1:32-33).

Entonces estaríamos ante dos bautismos distintos el uno del otro y que el segundo de ellos solo podía ser impartido por Jesús…… y ello, solo después de su muerte:

No obstante, les digo la verdad: Es para provecho de ustedes por lo que me voy. Porque si no me voy, el ayudante de ninguna manera vendrá a ustedes; pero si sigo mi camino, lo enviaré a ustedes.” (Juan 16:7).

Que ello es así, queda probado por las palabras del apóstol Pedro:

A este Jesús lo resucitó Dios, del cual hecho todos nosotros somos testigos. 33 Por eso, debido a que fue ensalzado a la diestra de Dios y recibió del Padre el espíritu santo prometido, él ha derramado esto que ustedes ven y oyen.” (Hech. 2:32-33).

Pedro estaba hablando de las consecuencias inmediatas de haber sido bautizados en espíritu santo (el otro bautismo) instantes antes y que nada tenía que ver con el bautismo de agua al que se habían sometido años antes, pues del mismo no derivaron ningún poder especial; circunstancia que deja claro que la afirmación actual de que el ser bautizado en agua, ya conlleva la inmediata recepción por parte del bautizado de la condición de Hijo de Dios y por tanto, de la “salvación”, no es más que un puro disparate propagado por fanáticos ignorantes que solo están “vendiendo” humo. Porque ese otro bautismo y que sí concedía dicha condición, además de los poderes consustanciales de ella derivados, solo fue impartido por Jesús a sus apóstoles, que a su vez recibieron la autoridad para poder impartírselo a otros, mediante el ritual de la “imposición de manos”. En el capítulo ocho del libro de “Hechos de los Apóstoles”, queda patente dicho aspecto de la cuestión, eso es, que si bien los apóstoles podían investir a uno de dicha condición de Hijo de Dios y con los poderes que eran consustanciales a dicha condición, aquellos que habían recibido de manos de los apóstoles dicho estado, ya no podían transmitírselo a otros; porque lo que allí se nos narra, es la peripecia de un tal Felipe y uno de los primeros de recibir la adopción como Hijo de Dios por medio de los apóstoles (recordemos que los apóstoles la había recibido directamente de Jesucristo) y del que se nos cuenta lo siguiente:

No obstante, los que habían sido esparcidos iban por la tierra declarando las buenas nuevas de la palabra. 5 Felipe, uno de estos, bajó a la ciudad de Samaria y se puso a predicarles al Cristo. 6 Las muchedumbres prestaban atención de común acuerdo a las cosas que Felipe decía, mientras escuchaban y miraban las señales que él ejecutaba. 7 Porque había muchos que tenían espíritus inmundos y estos clamaban con voz fuerte y salían. Además, muchos paralíticos y cojos fueron curados. 8 De modo que llegó a haber mucho gozo en aquella ciudad.

9 Ahora bien, en la ciudad había cierto varón, Simón por nombre, que, antes de esto, había estado practicando artes mágicas y asombrando a la nación de Samaria, mientras decía que él mismo era alguien grande. 10 Y todos ellos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención y decían: “Este hombre es el Poder de Dios, que puede llamarse Grande”. 11 De modo que le prestaban atención porque los había asombrado durante mucho tiempo con sus artes mágicas. 12 Pero cuando creyeron a Felipe, que estaba declarando las buenas nuevas del reino de Dios y del nombre de Jesucristo, procedieron a bautizarse, tanto varones como mujeres. 13 Simón mismo también se hizo creyente y, después de bautizarse, atendía constantemente a Felipe; y quedaba asombrado al contemplar las señales y grandes obras poderosas que se efectuaban (obviamente, por medio de Felipe).

14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había aceptado la palabra de Dios, les despacharon a Pedro y a Juan; 15 y estos bajaron y oraron para que recibieran espíritu santo (con el mismo, la condición de Hijo de Dios y los poderes consustanciales a dicha relación paterno/filial con el Creador). 16 Porque todavía no había caído sobre ninguno de ellos, sino que solo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. 17 Entonces se pusieron a imponerles las manos y ellos empezaron a recibir espíritu santo.

18 Ahora bien, cuando Simón vio que mediante la imposición de las manos de los apóstoles (no de Felipe y siendo este como era también un Hijo de Dios) se daba el espíritu, les ofreció dinero, 19 diciendo: “Denme a mí también esta autoridad, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba espíritu santo”.” (Hech. 8:4-19). (Acotaciones nuestras).

Entonces lo que notamos, es que, primero, el bautismo en agua que esas personas habían recibido en el nombre de Jesucristo no les había conferido capacidad alguna para llevar a cabo obras poderosas y que era como se manifestaba el poder del espíritu santo recibido, algo que se nos muestra en el siguiente pasaje:

Y cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el espíritu santo y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar.” (Hech. 19:6).

Pero lo que también se nos muestra, en segundo lugar, es que solo los apóstoles de Jesucristo tenían la autoridad de poder extender a otros la condición de Hijos de Dios y, repetimos, los poderes que le eran consustanciales a la misma; pues si bien Felipe podía desarrollarlos y como se nos muestra en el pasaje leído, es obvio que no podía transferírselos a otros, como al tal Simón…… ¡cuánto menos entonces, el poder transmitir la condición de Hijos de Dios a otros! Circunstancias estas que nos llevan a una importante derivada, como es la de que con la muerte de los apóstoles, obviamente cesó el poder bautizar en espíritu santo y con ello el poder hacer de otros Hijos de Dios, lo que nos lleva a la siguiente conclusión: sabemos que el bautismo en agua en el nombre de Jesucristo, era preceptivo para poder acceder al segundo bautismo en espíritu santo mediante la imposición de manos y ritual por el que se escenificaba públicamente el hecho de que uno recibía dicho bautismo…… luego desaparecido el bautismo en espíritu santo con el último de los apóstoles ¿qué sentido tenía el bautismo en agua a partir de ese momento? Obviamente ninguno y de ahí que desapareciera de la historia bíblica, pues ya no tenía valor práctico alguno el bautizarse y circunstancia que se ha mantenido hasta el día de hoy; es cierto que la Iglesia Católica y supuesta sucesora del apostolado del I siglo, lo convirtió en obligatorio en el Concilio de Nicea (325 d.C.)…… pero ya no estaríamos hablando de lo mismo, porque lo que cuenta es lo que se nos dice en el registro sagrado y no lo dicho en documentos posteriores y lejos de toda inspiración divina (2 Tim. 3:16).

Sin embargo, a todo lo dicho habría que añadir otra cuestión que los que defienden el bautismo como requisito previo a la salvación, pasan olímpicamente por alto y que es la siguiente ¿quién hoy en día tiene la autoridad para poder bautizar? Porque no olvidemos que Juan “el bautizante” tenía y como hemos leído al principio de este escrito, dicha tarea encomendada por el propio Jehová Dios. Tarea que posteriormente asumió el propio Hijo de Dios y que tenía un bautismo mayor que ofrecer, que posteriormente delegó en sus apóstoles…… y autoridad que desapareció con la muerte del último de estos, siempre a tenor de los datos que nos aportan las Escrituras; luego, repetimos la pregunta ¿quién o quiénes, están autorizados hoy a bautizar? La cosa ya se agrava, cuando lo que se nos dice por parte de esos “entendidos” en el texto escritural es que cuando uno es bautizado en agua, ya recibe de forma automática el bautismo en espíritu santo y por tanto, pasa a convertirse en un Hijo de Dios con la “salvación” en perspectiva…… o lo que es lo mismo, dos bautismos al “precio” de uno; sin embargo, nada parecido a eso es lo que se nos dice en las Escrituras sino que más bien y volviendo a las palabras de Pablo en Rom. 15:4, la “instrucción” que recibimos de estas es que a día de hoy no hay nada parecido a un bautismo que tenga la aprobación de Dios.

En todo caso y por aquello de que cada uno puede hacer “de su capa un sayo” en función de su libre albedrío, el “personal” se puede bautizar y hacerse todas las ilusiones que quiera; pero que cada uno sepa, que lo de ser “salvo”, aquello que se dice ser “salvo”…… ¡nada de nada!

MABEL

EL «EVANGELIO DEL REINO»: ¿UN MENSAJE LINEAL QUE HAYA PERMANECIDO HASTA NUESTROS DÍAS…… O MÁS BIEN UN COMPENDIO DE «TRES» MENSAJES DISTINTOS, PARA DISTINTOS MOMENTOS?

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , on 07/07/2015 by Armando López Golart

images (1)Sí, sí, ya sabemos que a algunos y ante semejante planteamiento se les habrán puesto los pelos como escarpias, fundamentalmente a toda esa ingente recua de supuestos “continuadores” de la obra de predicación del “evangelio del reino” anunciado por Jesús y que tienen la desfachatez de declararse a sí mismos “ungidos” o Hijos de Dios, por lo tanto herederos con este del reino milenario en calidad de inmortales reyes y sacerdotes (Rev. 20:6)…… y “personajillos” de los que les hablaremos en un momento. Pero volviendo a lo que íbamos, sí les adelantamos que para entender lo que vamos a explicar en defensa de nuestra idea y que no tiene más pretensión, que la de ahondar un poco más en ese complejo tema acerca de una actual predicación del “evangelio” salvador que predicó Jesús y que como mínimo suena raro (nada en las Escrituras sugiere tal cosa), hay que tener un punto perfectamente asimilado: el término “evangelio” no significa más que “buena nueva” o “buena noticia” y por lo que no hay que hacer de esa expresión algo místico u objeto de reverencia alguna; por lo que de ahora en adelante y para que tengan una nueva perspectiva del contenido escritural, sustituiremos el término “evangelio” por la expresión “buena noticia” y verán cómo cambian las cosas.

Entonces y partiendo de ese supuesto que queremos plantear, tendríamos que Jesús lo que vino a hacer es dar una buena noticia al “personal” y que tenía que ver, con la primera de tres buenas nuevas o fracciones en las que se puede subdividir la buena noticia o “evangelio” del reino de Dios tomada como un todo y a las que hacemos referencia en el titular de este escrito; buena noticia, la dada por Jesús, que estaba directamente relacionada con algo que se le había prometido al pueblo judío siglos atrás:

“… “Y ahora, si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto, entonces ciertamente llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece a mí. 6 Y ustedes mismos llegarán a ser para mí un reino de sacerdotes y una nación santa”. Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel”.” (Éxo. 19:5-6).

Entonces la “buena noticia” que Jesús fue enviado a dar al pueblo judío, tenía que ver con el hecho de que esa promesa hecha siglos antes a sus antepasados en las llanuras del desierto del Sinaí, había llegado ya al momento crítico de su cumplimiento, pues por fin había aparecido el sucesor legal al trono del rey David en la persona de Jesús y con lo que dicha promesa empezaba a tomar cuerpo…… pues si ya había rey, es obvio que también habría reino:

Pues bien, cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagué en el monte de los Olivos, entonces Jesús envió a dos discípulos, 2 diciéndoles: “Pónganse en camino a la aldea que está a su vista y en seguida hallarán un asna atada y un pollino con ella; desátenlos y tráiganmelos. 3 Y si alguien les dice algo, tienen que decir: “El Señor los necesita’”. Con eso él los enviará inmediatamente”.

Esto verdaderamente se efectuó para que se cumpliera lo que se había hablado mediante el profeta, que dijo: 5 “Digan a la hija de Sión: ¡Mira! Tu Rey viene a ti, de genio apacible y montado sobre un asno, sí, sobre un pollino, prole de una bestia de carga”.

6 De modo que los discípulos se pusieron en camino e hicieron exactamente como les había ordenado Jesús. 7 Y trajeron la asna y su pollino, pusieron sobre estos las prendas de vestir exteriores de ellos y él se sentó sobre estas. 8 La mayor parte de la muchedumbre tendió sus prendas de vestir exteriores en el camino, mientras otros se pusieron a cortar ramas de los árboles y a tenderlas por el camino (forma característica con la que en Jerusalén se proclamaba y daba la bienvenida al nuevo rey de Israel). 9 En cuanto a las muchedumbres, los que iban delante de él y los que seguían, clamaban: “¡Salva, rogamos, al hijo (o descendiente) de David! ¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová! ¡Sálvalo, rogamos, en las alturas!”.” (Mat. 21:4-5). (Acotaciones nuestras).

Y este era el que podríamos considerar como el primero de esos tres distintos mensajes en que estaba fraccionada la buena noticia del reino de Dios y que a nuestro entender, conforman como un todo aquello que se entiende como la buena nueva anunciada al mundo: en este caso, se anunciaba que el momento del cumplimiento de esa promesa dada en Sinaí había llegado y con ello, un futuro de esperanza para la humanidad…… y a anunciar esta esperanzadora noticia, es a lo que fue enviado Jesús:

Pero él les dijo: “También a otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado.” (Luc. 4:43).

Pero esta buena noticia se podría considerar que llegó a su conclusión con la muerte y resurrección del Hijo de Dios, circunstancia que abrió el camino para la difusión del segundo mensaje o buena noticia que, aunque muy relacionada con la anterior, tenía ya sin embargo una connotación totalmente distinta. Porque tenemos que notar que los apóstoles ya no fueron enviados a anunciar la llegada del tiempo del cumplimiento de esa promesa hecha siglos atrás a sus antepasados en Sinaí, en el sentido de que Jehová sacaría de entre ellos “un pueblo para Su nombre” (Hech. 15:14) y que eso ya lo había hecho Jesús, sino a anunciar la buena noticia de que Jehová ya había empezado a “recolectar” o tomar de entre el pueblo de Israel, a aquellos que en conjunto conformarían ese reino de sacerdotes y nación santa anunciados, algo de lo que ellos mismos eran el máximo exponente y por ello, el mejor reclamo. Pero circunstancia que no se sustanció, sino hasta después de que el Hijo de Dios hubiera sido elevado a los cielos y concretada en el Pentecostés de 33 E.C., cuando ya se hizo realidad la toma expresa o selección de los primeros miembros de aquellos que tenían que conformar ese conjunto de reyes y sacerdotes que junto a Cristo tenían que gobernar y en armonía con la promesa recibida siglos antes, al ser derramado sobre los apóstoles el espíritu santo de adopción como Hijos de Dios (condición indispensable para poder heredar el reino de Dios en calidad de gobernante del mismo) y con ello, los poderes que eran consustanciales con dicha condición…… ese era el “nuevo” mensaje que a partir de ese mismo momento y como “buena noticia” tenían que dar los apóstoles; ello parece quedar confirmado, por una palabras que fueron dichas con respecto de estos por el mismo Jesús:

Hago petición, no respecto a estos (sus apóstoles) solamente, sino también respecto a los que pongan fe en mí mediante la palabra de ellos.” (Juan 17:20). (Acotación nuestra).

¿Y qué mensaje se transmitía mediante esa “palabra de ellos? Pues la buena noticia de que las personas que ejercieran fe en la buena nueva que ellos les transmitían, no solo mediante palabra, sino también mediante las obras poderosas que les eran permitidas llevar a cabo (Mat. 10:7), también adquirirían la condición de Hijos de Dios que ellos mismos ostentaban y por tanto, miembros de pleno derecho de ese “reino de sacerdotes y nación santa” (Éxo. 19:6) que acompañaría a Cristo en su gobernar. Aclarar que el tiempo en que esta oferta se mantuvo en pie, abarcó desde el momento en que los apóstoles recibieron la condición de Hijos de Dios, hasta el momento en que murió el últimos de ellos (Juan, sobe el 99 E.C.) y período conocido como “el tiempo de la gracia”, eso es, el tiempo en el que el hombre tuvo a su alcance el poder optar a alcanzar la condición de Hijo de Dios…… por lo que dicho “período de gracia” y contrario a lo que sostienen la mayoría de los teólogos, predicadores, pastores, ancianos o ministros de las distintas iglesias de la cristiandad actuales (algo tienen que “inventarse” para mantener abierto el “chiringuito”) en el sentido de que ha permanecido accesible hasta nuestros días y de ahí, tanto “ungido” suelto por estos lares, cuando la realidad es que dicha posibilidad finalizó en el mismo momento de la desaparición de los apóstoles y que como veremos a continuación, eran los únicos que podían transmitir dicha condición de Hijo de Dios a otros.

Porque, lo que es cierto y como acabamos de señalar, es que con la muerte del último apóstol se acabó el poder bautizar en espíritu santo y con ello el poder transmitir la condición de Hijo de Dios a otros, pues solo estos estaban autorizados para ello y bautismo que se  llevaba a  cabo mediante la figura ritual de la imposición de manos…… y a la que seguía de forma inmediata, la capacidad por parte del que se había  sometido a dicha imposición de manos,  de poder llevar a cabo las obras poderosas que le eran consustanciales a esa nueva condición de Hijo de Dios y que hacían las veces de “credencial” o de “tarjeta de presentación”, en aquellos enviados por Jehová Dios para representarle:

“…… y todos se llenaron de espíritu santo y comenzaron a hablar en lenguas diferentes, así como el espíritu les concedía expresarse.” (Hech. 2:4).

Y cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el espíritu santo y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar.” (Hech. 19:6).

Sin embargo, la cuestión era que aquellos que recibieron de manos de los apóstoles dicho espíritu santo de adopción, eso es, que no lo recibieron directamente de Jesucristo como fue en el caso de los apóstoles, si bien podían llevar a cabo obras poderosas parecidas a las de los apóstoles (Hech. 6:8; 8:5-7), lo que ya no podían era transmitir dicha condición de Hijos de Dios a otros y por lo que con aquellos que lo habían recibido directamente de los apóstoles, se acababa la “saga” de esos poderosos personajes de sobre la tierra…… luego es obvio que en el momento de desaparecer los apóstoles, llegó también a su término ese período “de gracia”, pues ya a partir de ese momento ningún otro ser humano podría, mediante su esfuerzo personal, acceder a la condición de Hijo de Dios. Que ello es como se lo contamos, queda claro en el capítulo ocho de Hechos de los Apóstoles en donde se nos narran las peripecias de un tal Felipe (y que junto a otros, había recibido de los apóstoles mediante imposición de manos, la condición de Hijo de Dios y según se nos narra en Hech. 6:5-6), que asombraba al “personal” en la zona de Samaria por las grandes señales que ejecutaba…… pero que sin embargo, precisó de la directa intervención de los apóstoles para que aquellos samaritanos que le habían creído en su predicción y bautizado en agua en el nombre de Jesucristo , pudieran ser también bautizados (nada que ver un bautismo con el otro) con el espíritu santo de adopción como Hijos de Dios; pero veamos cómo nos cuentan las Escrituras el suceso en cuestión:

No obstante, los que habían sido esparcidos iban por la tierra declarando las buenas nuevas de la palabra. 5 Felipe, uno de estos, bajó a la ciudad de Samaria y se puso a predicarles al Cristo. 6 Las muchedumbres prestaban atención de común acuerdo a las cosas que Felipe decía, mientras escuchaban y miraban las señales que él ejecutaba. 7 Porque había muchos que tenían espíritus inmundos y estos clamaban con voz fuerte y salían. Además, muchos paralíticos y cojos fueron curados. 8 De modo que llegó a haber mucho gozo en aquella ciudad.

9 Ahora bien, en la ciudad había cierto varón, Simón por nombre, que, antes de esto, había estado practicando artes mágicas y asombrando a la nación de Samaria, mientras decía que él mismo era alguien grande. 10 Y todos ellos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención y decían: “Este hombre es el Poder de Dios, que puede llamarse Grande”. 11 De modo que le prestaban atención porque los había asombrado durante mucho tiempo con sus artes mágicas. 12 Pero cuando creyeron a Felipe, que estaba declarando las buenas nuevas del reino de Dios y del nombre de Jesucristo, procedieron a bautizarse, tanto varones como mujeres. 13 Simón mismo también se hizo creyente y, después de bautizarse, atendía constantemente a Felipe; y quedaba asombrado al contemplar las señales y grandes obras poderosas que se efectuaban (por medio de Felipe).

14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había aceptado la palabra de Dios, les despacharon a Pedro y a Juan; 15 y estos bajaron y oraron para que recibieran espíritu santo. 16 Porque todavía no había caído sobre ninguno de ellos, sino que solo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. 17 Entonces se pusieron a imponerles las manos y ellos empezaron a recibir espíritu santo.” (Hech. 8:4-17). (Acotación nuestra).

Luego no fue sino hasta después de que los apóstoles actuaran y según el verso  17, que esas personas empezaron a desarrollar los poderes inherentes a la condición de Hijo de Dios y muestra evidente de que Jehová Dios, mediante Jesucristo, les había concedido dicho reconocimiento…… repetimos: la prueba “del algodón” en el sentido de que uno pasaba a ostentar la condición de Hijo de Dios, no quedaba restringida a esa pública imposición de manos en sí misma, sino a la inmediata capacidad de la persona envuelta en el asunto para poder desarrollar acciones alejadas del alcance del común de los mortales, como pudieran ser el sanar enfermos, restaurar ciegos, hablar en lenguas, expulsar demonios, etc. Y que eso, es decir, el transmitir dicha condición de Hijo de Dios a uno mediante el ritual de la imposición de manos (el ritual era lo de menos, pues no era más que eso, un ritual o escenificación pública de algo que se demandaba de Dios, sino la autoridad concedida divinamente a la persona que imponía las manos era la que actuaba sobre la persona que recibía dicha imposición), se producía sobre aquellos que cifraban fe en los razonados argumentos de esos enviados de Jesucristo y, sobre todo, en la prueba vívida que daban mediante esas manifestaciones poderosas y que significaba para el creyente un cambio radical en su vida que le convertían en un potencial Hijo de Dios, para posteriormente y en el momento oportuno, ser resucitado como inmortal rey y sacerdote al lado de su hermano mayor Jesucristo, para gobernar en el milenio…… lo que trae de nuevo a la palestra a todos esos “fantasmas” que actualmente se llaman a sí mismos “ungidos” o Hijos de Dios, con afirmaciones tan categóricas como disparatadas, como algunas que les mostramos a continuación:

““Yo soy un UNGIDO del Señor, y nadie debe o puede tocarme a mí, o a usted, si en verdad es un cristiano, sin tener luego que pagar un precio muy caro. Yo me considero un UNGIDO del Señor, y si usted no se considera así, entonces usted no ha entendido lo que significa ser un cristiano o un ungido.” (Negritas nuestras).

O esta otra:

Ahora bien, “Ungidos con el Espíritu Santo” resalta otras bendiciones colaterales que Dios nos añade cuando nos entrega el Espíritu Santo, PERO LO MÁS IMPORTANTE ES QUE NOS GUÍA A LA VERDAD (Ver Juan 16:13). NADIE PUEDE SER GUIADO A LA VERDAD SIN EL ESPÍRITU OBRANDO EN ÉL.” (Negritas nuestras).

Ya en el colmo de la estulticia, vean lo que nos quieren hacer creer esa pandilla de farsantes y “mercachifles” de la teología, de los que dando una patada a un adoquín de debajo del mismo te aparecen “tropecientos mil”:

La Biblia nos dice que los cristianos, los que hemos sido bautizados para el perdón de los pecados, hemos sido automáticamente ungidos por Dios para ser ‘Cristos’, y por lo tanto, coherederos con él del reino de Dios.” (Negritas nuestras).

Sin embargo, resulta que en las Escrituras dicha taxativa afirmación o algo que mínimamente se le parezca, en el sentido de que el bautismo de agua conceda “automáticamente” la condición de Hijo de Dios, no se encuentra por ningún sitio sino que más bien y como hemos comprobado, lo que se nos dice en el pasaje leído de Hech. 8:4-17 es exactamente todo lo contrario, eso es, que sin el concurso de un apóstol o persona autorizada divinamente (como fue posteriormente en el caso de Pablo) a impartir dicho bautismo en espíritu, no se podía adquirir dicha condición de Hijo de Dios. Y por lo que, repetimos, desde que desapareció el último de ellos (Pablo incluido, pues también es considerado un apóstol), con él desapareció también de sobre la tierra la posibilidad de adquirir uno la condición de “ungido” o heredero del reino en calidad de inmortal rey y sacerdote; y así, hasta el día de hoy: porque si no hay apóstoles, no hay “ungidos”…… y si no hay “ungidos”, tampoco hay “evangelio” o buena noticia alguna que predicar.

Pero a todo esto, resulta que hemos hablado de “tres” mensajes distintos o fracciones de un todo llamado “evangelio” o buena noticia del reino de Dios y solo hemos hablado los dos primeros: uno, el anuncio de la llegada del momento en que entraba en vigor la promesa hecha en el Sinaí y que difundió Jesús hasta su muerte; segundo, el anuncio de que ya se estaba recogiendo a aquellos que junto a Cristo gobernarían en el reino de Dios y que tuvo como máximos portavoces a los apóstoles…… y que nuestra propuesta de subdividir en tres partes del “evangelio” del reino es correcta, queda probado por el hecho de que una tercera parte de ese todo que conforma la “buena noticia” del reino de Dios aún no ha sido dada a conocer y que es tan esperada como las dos primeras: el anuncio del momento en que dicho reino toma definitivamente su posición y que, como hemos dicho, aún está en el futuro, muy cercano este, es cierto, pero futuro al fin y al cabo.

Lo que significa, por tanto, que no existe persona alguna a día de hoy que pueda estar predicando un evangelio o buena noticia de nada, pues como ya hemos señalado, dos de las tres noticias que como un todo conforman el mensaje completo del reino de Dios, se dieron en el primer siglo de nuestra era y la que falta, aún no se ha dado; porque no podemos olvidar el hecho de que Jesús anunció una nueva predicación mundial, de la tres que han sido establecidas con relación al reino de Dios: la que protagonizó el mismo y para la que fue expresamente enviado:

Pero él les dijo: “También a otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado.” (Luc. 4:43).

Una segunda, la protagonizada por los apóstoles y a los que él comisionó para llevarla a cabo:

Y Jesús se acercó y les habló, diciendo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra. 19 Vayan, por lo tanto y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre…”.” (Mat. 28:18-19a).

¿Y qué mensaje se transmitía mediante la palabra de esos envidos de Jesucristo? Pues sencillamente que si el oyente ejercía fe en “la palabra de ellos”, este y al igual que ellos, también alcanzaría un lugar de gobernante al lado de Jesucristo y quién les había enviado para dar a conocer esa nueva buena noticia a los que quisieran escucharla; a tal efecto, recordemos lo dicho por Jesús a sus enviados:

El que les escucha a ustedes me escucha a mí también. Y el que los desatiende a ustedes me desatiende también a mí. Además, el que me desatiende a mí, desatiende también al que me envió.” (Luc. 10:16).

Pero acabada dicha predicación con la muerte del último de los apóstoles (Juan, aproximadamente en el 99 E.C.), se abrió un impasse de casi 2.000 años en el que nadie ha sido enviado de parte de Dios a dar mensaje alguno y tiempo al que Jesús, lejos de identificarlo como el “período de la gracia” y según lo consideran los teólogos actuales, lo que le llamó fue el “tiempo señalado de las naciones” (Luc. 21:24), eso es, el tiempo en el que las naciones dominarían al mundo hasta llevarnos a la desesperada situación actual y que maldita la gracia que ello tiene…… ya otra cosa, es que haya “entendidos” sueltos por ahí que nieguen  dicho extremo, como el ejemplo del que hemos citado y que se las den de “ungidos” y pregoneros de Dios, pero que de ninguna manera y contrario a lo registrado en el texto sagrado, pueden demostrar el haber sido enviados por Este; recordemos lo que dijo Jesús cuando comisionó a sus onces apóstoles a iniciar la “segunda” de las tres predicaciones del reino:

Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen la buena nueva (la aparición de los primeros co-gobenantes del reino) a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado será salvo, más el que no crea será condenado. 17 Además, estas señales acompañarán a los que crean: Mediante el uso de mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas, 18 con las manos tomarán serpientes y si beben algo mortífero, no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán”.

19 Entonces el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue tomado arriba al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Por consiguiente, ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos y apoyaba el mensaje por las señales que acompañaban a este.” (Mar. 16:15-20). (Acotación nuestra).

Extremo este que se produjo durante la campaña de predicación que lideró Jesús (Luc. 10:17), así como también en la posterior que lideraron los apóstoles y ahí están los ejemplos, no solo de los mismos apóstoles, sino  de algunos de sus seguidores como Esteban o Felipe (Hech. 6:8: 8:6-7) y como ocurrirá, con la que liderarán en un futuro ya inmediato los llamados “dos testigos” (un pequeño resto “ungido” nombrado “a dedo” por Jehová Dios) y que ya fue anunciada por Jesús en Mat. 24:14 y relacionada con el fin de los tiempos…… luego veamos qué es lo que se nos dice en cuanto a cómo se las “gastarán” esos poderosísimos personajes por aparecer:

Y haré que mis dos testigos profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco”. 4 Estos son simbolizados por los dos olivos y los dos candelabros, que están de pie delante del Señor de la tierra.

5 Y si alguien quiere hacerles daño, de la boca de ellos sale fuego y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. 6 Estos tienen la autoridad para cerrar el cielo de modo que no caiga lluvia durante los días de su profetizar y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre; y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen.” (Rev. 11:3-6).

Luego si ello ya fue así en su momento y así será también en un futuro ¿por qué no pueden esos “ungidos” actuales manifestar algún tipo de acción poderosa que los distinga del resto del “personal” y que les identifique como “enviados” de Dios? Pues sencillamente porque no lo son, sino que estamos tan solo ante unos auténticos farsantes y que le hacen el “caldo gordo” a Satanás, por medio de extraviar a la gente con sus disparatadas propuestas totalmente alejadas de lo que es la verdadera enseñanza de los propósitos de Dios para con nosotros…… y algo que no es nuevo en la historia:

Y Jehová pasó a decirme: “Falsedad es lo que los profetas están profetizando en mi nombre. Yo no los he enviado, ni les he ordenado, ni les he hablado. Una visión falsa y adivinación y una cosa que nada vale y la artimaña de su corazón es lo que ellos les están hablando proféticamente”.” (Jer. 14:14).

En definitiva, estaríamos ante esos falsos “maestros” de los que ya en su momento nos advirtió Pedro con que aparecerían:

Sin embargo, llegó a haber también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismísimos introducirán calladamente sectas destructivas y repudiarán hasta al dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada.” (2 Ped. 2:1).

Pero dicho lo cual ¿qué es lo que se anunciará en esa tercera predicación anunciada por Jesús en Mat. 24:14 y que se iniciará en breve? Pues sencillamente algo que ya hace siglos está registrado en el texto escritural y que es esto:

Y vi a otro ángel que volaba en medio del cielo y tenía buenas nuevas eternas que declarar como noticias gozosas a los que moran en la tierra y a toda nación y tribu y lengua y pueblo 7 y decía con voz fuerte: “Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora del juicio por él, de modo que adoren al que hizo el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas”.” (Rev. 14:6-7).

Dicho de otra manera y para entendernos, se anunciará el momento en que el reino de Dios toma acción directa sobre la tierra y establece su justicia…… y tercer mensaje al mundo que como buena noticia será proclamado en todas la tierra por espacio de 1.260 días (Rev. 11:3), o tres años y medio, que está aún pendiente de ser anunciada. Por tanto y por aquello de resumir la cuestión (aunque con ello nos repitamos un poco), es que si por una parte tenemos que la buena noticia anunciada por Jesús y, por otra, la no menos buena difundida por los apóstoles, ambas se produjeron en el primer siglo, mientras que la tercera de esa trilogía de buenas noticias con respecto del reino, aún está en el futuro…… ¿qué “evangelio” de Jesucristo, entonces, es el que están predicando esos “sacamantecas” actuales y que así mismos se llaman “ungidos” o Hijos de Dios y afirmando que reinarán con este en el reino milenario? Es más ¿quién les ha comisionado para anunciar algo? ¿Dónde, por otra parte, están esos poderes que les acreditan como “enviados” del Dios Altísimo y que siempre han sido inseparables acompañantes  de los comisionados por Jehová Dios…… o será que Jesús nos mintió en ese pasaje de Mar. 16:15-20?

Porque solo quedan dos alternativas: o que Jesús nos mintiera en esas palabras, o que nosotros tengamos razón en nuestro planteamiento acerca de la existencia de “tres”  distintos mensajes, para tiempos distintos, en relación con el “un todo” que conforma la “buena noticia” del reino de Dios en general y que es lo que parecen apoyar las Escrituras…… ya a partir de ahí, que cada uno saque sus propias conclusiones.

MABEL

 

¡Y ES QUE POR NO SABER…… NO SABE NI LEER!

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , , on 27/02/2014 by Armando López Golart

GILIPOLLASVaya por delante, queridos lectores, que la imagen que acompaña a este escrito “no es lo que parece” y algo que entenderán a medida que vayan adelantando en la lectura del mismo; porque este artículo como tantos otros, no tiene más intención que la de enseñar al “personal” cómo hacer para enfrentar a las innumerables “enseñanzas” impartidas por tanto “falso maestro” que pulula por este valle de lágrimas (1 Ped. 2:1) y a los que a todos les une el mismo común denominador: todos se creen ser “ungidos”, eso es, Hijos de Dios y por tanto, herederos del reino milenario junto a Cristo en calidad de inmortales reyes y sacerdotes (Rev. 20:6); afirmación con la que ya nos ponen en antecedentes de que nos encontramos ante uno de tantos “fantasmas” sueltos por ahí y por lo que nada de lo que nos proponga tiene que ser creído, pues la realidad es que a día de hoy no existen sobre la tierra personas que ostenten dicha condición…… luego el que afirme ser depositario de la misma, no solo nos está mintiendo, sino que demuestra no tener ni puñetera idea de lo que nos dicen las Escrituras y por tanto, sin credibilidad alguna.

Y volviendo al titular de este escrito, digamos que eso le aplica al personaje del que les voy a hablar y máximo exponente de cualquier enseñanza falsa que circule por ahí, pues todo lo que dicho autor nos explica es falso (no dice la verdad ni cuando se le pregunta la hora), eso es, que no solo desconoce totalmente el contenido escritural, sino que ni siquiera es capaz de entender lo que lee del mismo, a la luz del contexto que envuelve dicho contenido; y como probablemente se habrán imaginado ustedes, estoy hablando del ínclito personaje que se identifica como Apologista Mario Olcese y que nos ha dado una prueba más que confirma lo que les estoy diciendo. Y digo una prueba más, porque ya hace unos pocos días publicó un video/artículo en donde nos explicaba, sorprendentemente, que el primer ser humano en conocer el nombre Jehová como tal fue Moisés; para ello usaba como apoyo el texto de Éxo. 3:15, en donde se lee lo siguiente:

Esto es lo que habrás de decir a los hijos de Israel: “Jehová el Dios de sus antepasados, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a ustedes”. Este es mi nombre hasta tiempo indefinido y este es la memoria de mí a generación tras generación.”

Basándose en dicho pasaje, el Sr. Olcese y como he señalado, ya interpreta que fue Moisés el primer ser humano en conocer el nombre divino Jehová o Yahveh (según versiones), pero olvidándose (o desconociendo en su ignorancia y que es lo más probable) que en las Escrituras se lee algo parecido a esto:

Gén. 4:1: “Ahora bien, Adán tuvo coito con Eva su esposa y ella quedó encinta. Con el tiempo ella dio a luz a Caín y dijo: “He producido un hombre con la ayuda de Jehová.”

Por lo que es solo obvio que Eva ya conocía el nombre divino, evidentemente a través de su esposo Adán; pero veamos ahora un hecho que se nos menciona en el registro sagrado y que ocurrió nada menos que unos 2.000 años antes de que naciera el “amigo” Moisés:

Gén. 4:26: “Y a Set también le nació un hijo y él procedió a llamarlo por nombre Enós. En aquel tiempo se dio comienzo a invocar el nombre de Jehová.”

Pero no contento con esa “salida de pata de banco”, ese “caballero” nos remata la jugada diciéndonos que tampoco Abraham, ni Isaac ni Jacob conocían dicho nombre, cuando la realidad contextual nos muestra exactamente todo lo contrario, eso es, que dichos personajes sí lo conocían:

Gén. 12:8: “Más tarde (Abraham) se mudó de allí a la región montañosa, al este de Betel y asentó su tienda, con Betel al oeste y Hai al este. Entonces edificó allí un altar a Jehová y empezó a invocar el nombre de Jehová.” (Acotación mía).

Gén. 26:25: “Por consiguiente, él (Isaac) edificó allí un altar e invocó el nombre de Jehová y asentó allí su tienda; y los siervos de Isaac se pusieron a excavar un pozo allí.” (Acotación mía).

Probablemente concordará usted conmigo, querido lector, que es un “pelín” difícil el invocar un nombre que no se conoce en toda su dimensión; pero veamos lo ocurrido con Jacob:

Gén. 28:13; 16: “Y, ¡mire!, allí estaba Jehová apostado por encima de ella y procedió a decir: “Yo soy Jehová el Dios de Abrahán tu padre y el Dios de Isaac. La tierra sobre la cual estás acostado, a ti te la voy a dar y a tu descendencia (……). 16 Entonces Jacob despertó de su sueño y dijo: “Verdaderamente Jehová está en este lugar y yo mismo no lo sabía”.”

Luego es obvio que esos tres personajes también conocían el nombre Jehová, pues los dos primeros edificaron altares para invocar (adorar u ofrecer sacrificios) precisamente a dicho nombre y al tercero y por si quedaba duda alguna, es el propio Dios Altísimo el que se identifica ante él por nombre; por lo que es obvio que dichos personajes y contrario a lo que afirma ese “genio” de la teología al que estoy aludiendo, sí conocían el nombre del Dios verdadero…… y cuestión, que habiéndosela señalado en un artículo de respuesta al personaje en cuestión, aún es el momento en el que me tiene que aclarar algo al respecto y en una actitud que le es característica: cuando mete la pata y se le señala dicha circunstancia, como no sabe por dónde salirse y en una vergonzante actitud, no se da por enterado y se olvida del tema como si este no existiera, esperando que el tiempo pase y así el “personal” se olvide de ello.

Pero por aquello de que no hay dos sin tres, el personaje mencionado nos acaba de dar y como les he dicho, una muestra más de su total ignorancia en cuanto al registro escritural y que tiene que ver con su total incapacidad para leer con un mínimo de corrección, amén de su ignorancia en cuanto el contexto de aquello que lee y factor fundamental para una correcta comprensión del relato considerado; y es que en un nuevo video/artículo publicado en el que me voy a centrar (si lo visionan, empezarán a entender el porqué de la leyenda que acompaña a este escrito) y en donde objeta dos de mis planteamientos, lo inicia diciéndonos que en el Pentecostés de 33 E.C. el espíritu santo fue derramado sobre 120 personas y no solo sobre los apóstoles, para lo cual nos cita de Hech. 1:15 y en donde se lee lo siguiente:

Ahora bien, durante estos días Pedro se levantó en medio de los hermanos y dijo (la muchedumbre de personas era en conjunto como de ciento veinte)……”

Ese texto el Sr. Olcese y en el colmo de la ignorancia en materia escritural, amén de una grave deficiencia en entender aquello que lee, toma dicho pasaje como correlativo con Hech. 2:1-4 y en el que se lee como sigue:

Ahora bien, mientras estaba en progreso el día de la fiesta del Pentecostés, todos se hallaban juntos en el mismo lugar 2 y de repente ocurrió desde el cielo un ruido exactamente como el de una brisa impetuosa y fuerte y llenó toda la casa en la cual estaban sentados. 3 Y lenguas como de fuego se les hicieron visibles y fueron distribuidas en derredor y una se asentó sobre cada uno de ellos; 4 y todos se llenaron de espíritu santo y comenzaron a hablar en lenguas diferentes, así como el espíritu les concedía expresarse.”

Como puede ver cualquiera que lea con cierta corrección, estamos hablando de dos momentos distintos en el tiempo; pero no obstante para no extenderme en demasía y para demostrarles a ustedes la capacidad “teológica” de dicho caballero y su “extremado dominio” del contexto escritural, me remito a un artículo que se publicó en este blog el 19/07/11 y en donde bajo el título 120 ungidos…… ¿o no?, se dejaba perfectamente claro y con todo lujo de detalles que eso no podía ser tal como nos lo presenta el Sr. Olcese, sino que solo 12 personas estaban reunidas en ese lugar y en ese preciso momento, por lo que fueron las únicas receptoras de dicho bautismo en espíritu santo …… decir lo contrario como hace el Sr. Olcese, no puede ser tomado más que como una muestra de su manifiesta incapacidad para entender lo que se lee en las Escrituras. Y si una persona ya parte de estos dos ejemplos de entendimiento bíblico que les he señalado, para objetar determinado planteamiento…… credibilidad, aquello que se dice credibilidad, no es que tenga demasiada; máxime cuando resulta que le tengo por ahí presentadas algunas cuestiones y a las que hasta el momento ha sido incapaz de darnos explicación alguna, como por ejemplo, las siguientes:

En primer lugar, su “enseñanza” en el sentido de que las personas que en un futuro conformarán la “gran muchedumbre” que sobrevive a la “gran tribulación” (Rev. 7:9; 14) y siendo que pasan con vida al reino de Dios, puedan participar en el gobierno de dicho reino en calidad de inmortales reyes y sacerdotes, cuando el caso es que solo pueden adquirir dicha condición aquellos que participen de la llamada “primera” resurrección de Rev. 20:6 y algo que esos “sobrevivientes” no pueden hacer, pues como indica la propia expresión, resulta que no han muerto…… pero es que para más inri, es el propio Sr. Olcese el que nos afirma que según él entiende, esas personas no morirán durante la “gran tribulación” y lo que las incapacita para participar de resurrección alguna; luego nos tendría que explicar cómo “se come eso”.

En segundo lugar, que nos explique porqué sí Jehová ya tiene tantos “ungidos” sobre la tierra y siempre según se deduce de las “enseñanzas” del autor en cuestión (el mismo afirma ser uno de los tales) ¿qué necesidad tiene Este de enviar a más de ellos en un futuro inmediato, en la forma de un “pequeño resto” y que es lo que se infiere de Rev. 6:9-11 y 11:3? ¿O es que dichos pasajes no dicen lo que un servidor entiende que dicen?

Una tercera, tiene que ver con el porqué de la necesidad de ser “nombrados” príncipes sobre la tierra esos antepasados de Jesús mencionados en el Sal. 45:16 y que según el Sr. Olcese también tienen que reinar con él y en otra original “enseñanza”, si resulta que en Rev. 20:6 los que se levantan en esa “primera” resurrección que se nos menciona, ya lo hacen en calidad de inmortales reyes y sacerdotes y condición que solo se puede adquirir mediante el participar en ella; y es que si los citados antepasados de Jesús precisan de un nombramiento “posterior” a su resurrección y como es el caso (algo que no se nos dice de los 144.000 y que ya resucitan con una condición infinitamente superior a la de “príncipe”), ello solo puede significar que los Abrahán, Isaac, Daniel, David, etc., etc., no han participado de dicha “primera” resurrección…… sino de otra diferente ¿o no es eso lo que nos dice la lógica más elemental?

Sin embargo y en línea con lo dicho en el párrafo anterior, ese planteamiento nos genera una derivada, pues ¿cómo se puede explicar el tema de una “segunda” resurrección, no durante el milenio como sostenemos desde este blog y según se infiere del registro escritural, sino al final del mismo y según propone el Sr. Olcese, para juicio o destrucción eterna de los “injustos”, sin que ello se dé de bofetadas con el contexto escritural? Porque de ser así, entonces nos tendría que aclarar y si no es mucho pedir, en cuál resurrección se levantan esos antepasados de Jesús, siendo como hemos visto que no es en la “primera” y que tampoco puede ser en esa segunda propuesta por D. Mario, pues en lugar de ser destruidos se les concede un nombramiento como “príncipes” sobre la tierra (Sal. 45:16). Y lo cual, repito para énfasis, significa que no han participado de la “primera”, pero por otra parte tampoco participan de la segunda que D. Mario nos plantea para el final del milenio para “juicio” o destrucción eterna, pues en lugar de destrucción reciben nombramientos; lo que nos llevaría, forzosamente, a la existencia de una resurrección intermedia en la que a esos antepasados de Jesús sí se les pueda “nombrar” lo que sea, pero de la que nada se nos habla en las Escrituras (y por lo que nos encontraríamos ya con tres diferentes resurrecciones: una para aquellos que reinan con Cristo, otra para dar nombramientos a los antepasados de Jesús y otra al final del milenio, para destrucción de los “injustos”)…… entonces ¿cómo nos aclara este “guirigay” el Sr. Olcese? Eso es ¿en cuál resurrección participan esos personajes del AT?

Ya por último y para no “castigarle” más, resulta que dicho caballero aún tiene pendiente de responderme otra cuestión, esta sobre el tema de los 144.000 que tienen que reinar con Cristo y que ese “genio” de la teología nos dice que no es un número literal, sino que serán muchísimos más los que gobernarán con Jesucristo…… pero si ello es así ¿cómo se debe entender entonces, Rev. 14:1 a la luz del Sal. 2:5-6? Pero dicho lo cual (¡ya saben ustedes, la carne es débil y todas esas cosas!), no me resisto el mencionarles otro disparatado planteamiento de ese “genio” de la interpretación bíblica, en el que nos afirma que el malhechor arrepentido que murió al lado de Jesús, también estará con él en dicho gobierno del reino durante el milenio…… algo imposible a tenor de las palabras de Jesús en Juan 3:5 y en donde leemos lo siguiente:

Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”

Eso es, que a menos que uno hubiera recibido el bautismo de agua y el bautismo de espíritu santo, distintos totalmente el uno del otro, no se podía acceder al reino de Dios en calidad de inmortal rey y sacerdote…… estando el problema entonces, en que aun suponiendo y que ya es mucho suponer en el caso del delincuente en cuestión, que hubiera recibido el bautismo en agua (sus “andares” no parecen ir en esa dirección), no así el bautismo en espíritu santo, pues este solo pudo ser impartido por Jesús después de su resurrección y posterior ascenso a los cielos y no mientras estuvo con vida aquí en la tierra:

Y estando reunido con ellos, les dio las órdenes: “No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo no muchos días después de esto”.” (Hech. 1:4-5).

Luego es del todo punto impensable que el citado malhechor pudiera reinar con Cristo en el milenio, pues no reunía los dos requisitos exigidos por Jesús en Juan 3:5; pero es que hay más, pues para reinar con Cristo se exigía un tercer requisito y del que tampoco era poseedor el personaje citado, porque veamos:

Y vi tronos; y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.” (Rev. 20:4).

Entonces y a tenor de lo que hemos leído, los que acceden a la gobernación en el reino de Dios son aquellos que han sido “ejecutados con hacha”, eso es, asesinados por “el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios” y algo que no se puede decir del personaje en cuestión; y ello confirmado por él mismo, pues estas fueron sus palabras dirigidas al otro malhechor que se burlaba de Jesús:

En respuesta, el otro le reprendió y dijo: “¿No temes tú a Dios de ninguna manera, ahora que estás en el mismo juicio? 41 Y nosotros, en verdad, justamente, porque estamos recibiendo de lleno lo que merecemos por las cosas que hicimos; pero este no ha hecho nada indebido.” (Luc. 23:40-41).

Todo considerado, queda claro que a la luz del contexto escritural y dicho sea coloquialmente, que “ni por el forro” puede ese personaje reinar con Cristo en el reino de Dios…… no obstante, eso es lo que el Sr. Olcese absurdamente defiende y violando con ello una máxima en el estudio de las Escrituras que nos dice que “un texto fuera de su contexto, no es más que un pretexto”; claro, partiendo de esos antecedentes que les he mencionado, que dicho personaje se meta a objetarme un planteamiento, la cosa ya adquiere tintes caricaturescos. Sin embargo, eso es lo que ha hecho en el reciente video/artículo del que les he mencionado y en el que me rebate en primer lugar, la idea expuesta en este blog en el sentido de que la observancia de la “conmemoración” o “memorial” establecido por Jesús en la última cena con sus apóstoles, aplicaba a aquellos que posteriormente recibieron la condición de Hijos de Dios, eso es, el bautismo en espíritu santo…… lo curioso es el cómo lo hace. En primer lugar y para ir “preparando” el terreno en un intento de desacreditarme, hace mención expresa a mi anterior condición de TJ y con lo que no hace más que agravar su situación, porque veamos: si resulta que un ex-TJ y supuestamente influenciado aún por las enseñanzas recibidas de estos, según afirma dicho “caballero”, es capaz de plantearle cuestiones como las que acabo de mencionar y a las que no puede dar respuesta (de haber podido responderlas, ya lo habría hecho), como mínimo se lo tendría que hacer mirar: ¡un ex-TJ le está dando “sopas con honda” y poniéndole en ridículo en cuanto a conocimiento bíblico! Pero volvamos a las dos objeciones que me plantea y que las presenta a partir de lo que digo en el cuarto párrafo empezando por el final del artículo en cuestión y sacando afirmaciones de su contexto, porque lo que yo digo en parte del mismo es lo siguiente:

En todo caso y sea como fuere, lo explicado hasta el momento no tiene más de lo que pudiera ser una simple anécdota, dado que en el momento actual no hay “ungidos” sobre la tierra y por lo tanto personas que tengan que observar el mandato de Jesús “sigan haciendo esto en memoria de mí”. Porque no podemos olvidar, que dicha observancia aplicaba solo a aquellos que mediante la acción del espíritu santo habían recibido la condición de Hijos de Dios; es cierto que cuando los apóstoles entraron en ese pacto con Jesús al participar del pan y del vino en la mencionada cena, aún no habían recibido el bautismo en espíritu santo que les otorgaría dicha condición…… pero no es menos cierto que 50 días después de la muerte de Jesús, solo sobre aquellos que habían participado en dicho pacto, fue derramado el bautismo en espíritu santo, eso es, en el pentecostés de 33 E.C. y declarados Hijos de Dios.”

Y lo que hace ese indocumentado, es poner el énfasis en el hecho de que ya aclaro que cuando los apóstoles participaron en dicho pacto, aún no eran “ungidos” y señalando (mezclando “churras con merinas”, como siempre suele hacer) que los TJ dicen que el pacto se formalizó con personas ya “ungidas”…… pero es que una cosa y como tantas veces llevo repitiendo, es lo que dicen esos señores y otra bien distinta es lo que yo digo, que solo hablo de aquello que está reflejado en las Escrituras y que, además en este caso y según reconoce dicho “caballero”, yo afirmo todo lo contrario de lo que dicen esos señores y lo cual desbarata la afirmación del Sr. Olcese en el sentido de que un servidor sigue enseñanzas “wachtowerianas”, pues repito, afirmo en este caso algo totalmente opuesto de lo que esos señores dicen. Pero es que además, lo que vemos es una total incapacidad de razonar con lógica y sentido común del personaje mencionado, en una clara demostración de no entender siquiera lo que lee; porque lo que yo digo es lo siguiente: solo aquellos que recibieran el bautismo en espíritu santo, podrían participar de dicha “conmemoración” o “memorial” y lo que de entrada, nos lleva a averiguar de qué estamos hablando con dichas expresiones; veamos:

Conmemoración: “Recuerdo de una persona o acontecimiento y ceremonia o celebración con que se recuerda.”

Memorial: “Acto que se hace para honrar la memoria de un personaje.”

Luego cuando los apóstoles estaban en ese momento celebrando el pacto para un reino con Jesús, no estaban celebrando en ese momento ningún memorial y por lo que yo en mis palabras no entro en contradicción como quiere dar a entender dicho indocumentado, sino que estaban participando del acto que posteriormente Jesús estableció como “memorial”, al decir aquello de “hagan esto en memoria de mí”. Lo que significaba que un año después, en el mismo día y hora en que se había producido dicho evento, este se tenía que repetir como recordatorio del mismo…… y solo podrían participar del mismo, aquellos que hubieran sido declarados Hijos de Dios y por tanto hermanos de Jesucristo, mediante el bautismo en espíritu santo y que empezó a ser derramado sobre los 53 días después de haber sido establecido dicho “memorial”; y que se tenía que empezar a celebrar dicha “conmemoración” diez meses y siete días después de celebrado dicho pacto, por lo que ninguna importancia tiene el que en ese momento los apóstoles aún no hubieran sido “ungidos”, dado que no estaban celebrando dicha observancia, sino el acto del que derivó, precisamente, dicha observancia. Por lo tanto, si alguno de aquellos apóstoles no hubiera recibido dicho bautismo en espíritu y para ejemplificar lo que yo pretendía señalar en mi escrito, no hubiera podido participar con otros en celebrar dicha “conmemoración”, eso es, un año después de los sucesos a los que yo me refiero.

Pero recordemos algo y que ya desde este blog se señaló en un artículo publicado el 26/01/12 y que con el título Desmitificando el término “ungido”, que el sentido primario de dicho término no tiene más connotación que el de ser uno “elegido”, “escogido” o “separado” con respecto de otros, para una comisión divina y siendo ya después en una ceremonia pública, que se procedía al acto ritual del ungimiento con aceite y posteriormente mediante el rito de la imposición de manos, para mostrar a la “concurrencia” que dicha persona había sido apartada para un servicio divino (el que fuera) y como ocurrió, por ejemplo, en el caso de David. Sin embargo y en el caso de los apóstoles fíjense que, curiosamente, nadie fue testigo visual de su ungimiento, sino que la gente se apercibió de ello por los hechos poderosos que a partir de ese momento les fue permitido llevar a cabo…… pero volviendo a donde estábamos, me permito señalar algo que, como siempre, el Sr. Olcese ignora totalmente y es que los apóstoles ya fueron reconocidos como Hijos de Dios, mucho antes de ser bautizados en espíritu santo y que lo único que se hizo en ese momento de ser derramado sobre ellos el espíritu santo, fue sencillamente el dotarles de los poderes consustanciales a dicha condición y a modo de “credencial” ante sus contemporáneos; pero veamos lo que el “teólogo” en cuestión ignora y que está contenido en unas palabras que dijo Jesús a María Magdalena momentos después de ser resucitado, eso es, tres días después de su muerte y por tanto, 50 antes de que fuera derramado el espíritu santo sobre los apóstoles:

Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes”.” (Juan 20:17).

Es obvio entonces, que en ese momento los apóstoles ya tenían la condición de Hijos de Dios (pues de lo contrario Jesucristo habría mentido) y que en mi opinión personal y, repito, no es más que una opinión, ello se produjo en el mismo momento en que entraron en pacto con Dios a través de Jesús, según se nos relata en Luc. 22:28-30 y sin necesidad alguna de derramamiento del espíritu santo; lo que ocurrió, fue que al cabo de 50 días de pronunciadas las palabras de Jesucristo, se hizo pública dicha circunstancia mediante las manifestaciones de poder que les fueron dadas e inherentes a la condición de Hijos de Dios. Por lo que el Sr. Olcese y antes de objetar algo, se tendría que documentar un poco más para no meter “la gamba” como ha hecho en este caso (y ya he perdido la cuenta) y algo a lo que nos tiene acostumbrados; pero no contento con eso, resulta que en el mismo artículo al que estoy respondiendo, afirma también que yo me equivoco al decir que solo los apóstoles podían transferir a otros la condición de Hijos de Dios y algo que ya no podían hacer aquellos que lo recibieron de ellos, cuando eso no lo digo yo sino que eso es lo que dicen las Escrituras cuando uno las lee correctamente y capacidad que no parece estar al alcance de dicho “genio” de la teología.

Y es que desde este blog, se ha mencionado muchas veces del capítulo ocho del libro de Hechos de los Apóstoles y en donde queda perfectamente reflejada la veracidad de mi planteamiento en el sentido de que solo estos podían impartir el bautismo en espíritu santo y a lo que el Sr. Olcese responde que ello no es así, pues según él afirma Pablo fue bautizado en espíritu santo por un desconocido discípulo de nombre Ananías y algo de lo que he hablado ampliamente en mi escrito titulado Una reflexión sobre Hech. 9:17…… y ¡hombre! yo ya asumo que ese “genio” de la interpretación bíblica no alcance a entender argumentos tan intrincados, dado que su mente no parece dar para más, pero como mínimo podría hacerse la siguiente reflexión: si según él y citando del ejemplo de Ananías, todos los discípulos de Jesús podían bautizar en espíritu santo y transmitir con ello la condición de Hijo de Dios, así como los poderes que dicha condición llevaba inherentes ¿por qué no lo pudo hacer un personaje tan poderoso como Felipe y que es exactamente lo que nos muestra el registro sagrado? (Hech. 8:4-17). Pues sencillamente porque eso solo lo podían hacer los apóstoles; pero veamos un dato que refuerza mi planteamiento y se nos da en las Escrituras, que tiene que ver con algo ocurrió en ese momento y que es muy revelador:

Ahora bien, cuando Simón vio que mediante la imposición de las manos de los apóstoles se daba el espíritu, les ofreció dinero 19 diciendo: “Denme a mí también esta autoridad, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba espíritu santo”.” (Hech. 8:18-19).

Luego la pregunta es ¿por qué el tal Simón no hizo esta oferta a Felipe y con el que le unía una estrecha relación, según el registro escrito y se la hizo a Pedro y Juan, que eran dos perfectos desconocidos para él? Pues porque Simón se dio cuenta que estos podían hacer algo que Felipe no podía hacer y siendo este como era, también un poderoso Hijo de Dios…… luego la pregunta es obvia: ¿si no lo podía hacer un poderoso personaje como Felipe, que expulsaba demonios, restauraba paralíticos, devolvía la vista a los ciegos, sanaba enfermos aquejados de cualquier dolencia y otras “minucias” por el estilo, cómo lo pudo hacer un personaje tan anónimo como el tal Ananías? Entiendo que eso es lo que nos tendría que responder el Sr. Olcese, antes de tirar la piedra y esconder la mano, eso es, decir que algo no es como un servidor lo plantea, pero sin dar una opción alternativa y que pueda ser enfrentada a lo que yo propongo…… porque no se trata solo de decir que lo que yo afirmo es incorrecto, sino de ofrecer una oferta alternativa bien fundada en las Escrituras y que es lo que se debe de hacer, cuando se rebate cualquier planteamiento.

Yo ya sé que dicho personaje no lo hará, porque no es más que un indocumentado dominado por un ego indomable, alimentado constantemente por un orgullo y una soberbia que le ciegan la mente; porque solo el mero hecho de que a los temas que he expuesto al inicio de este escrito no les haya podido dar respuesta (¡y no ha podido, que conste!), ya tendría que indicarle al Sr. Olcese que algo le falla en su formulación. Me permito recordarle y a modo de ejemplo de que yo no hablo por hablar, que tras dos años de duros enfrentamientos dialecticos, al final le obligué a retractarse de su famosa “enseñanza” de que “millones, miles de millones” gobernarían con Cristo en el milenio…… o sea y resumiendo: que un aprendiz ex-TJ, le está dando “sopas con honda” continuamente y lo que le relega en toda esta historia, a la simple condición de “monigote del pim, pam, pum” de esos que en las ferias hay que tumbar de un pelotazo; eso es, que cada vez que abre la boca le llueven los pelotazos por todos lados. Y todo esto que les estoy diciendo y por incidir en algo que ya he señalado en el primer párrafo de este escrito, solo será practico para usted que me lee si saca el debido provecho, eso es, si le coge el tranquillo a como hay que actuar para distinguir entre a una enseñanza verdadera y otra falsa: leer con mucha atención los textos bíblicos envueltos en el asunto, contrastarlos con otras versiones bíblicas y siempre a la luz de su contexto (tanto el más inmediato, como el general de las Escrituras) y luego el razonar con lógica y sentido común sobre lo que ha leído…… y a partir de ahí sacar las oportunas conclusiones. Solo así, se puede aprender de Jehová y se puede librar uno de la influencia engañosa de esperpentos como el personaje Apologista Mario Olcese…… y al que animo a que monte un video, dando respuesta a esas cuestiones que le planteo en este escrito ¡a que no es capaz, Sr. Olcese!

Armando López Golart

HEBREOS 10:29……. VS. HECHOS 24:15.

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , on 06/12/2013 by Armando López Golart

53Hace unos días, ocurrieron dos sucesos con unas pocas horas de diferencia y que llamaron nuestra atención, pues los cuales nos mostraron una vez más cómo la Biblia es un todo armonioso y en el que todo encaja perfectamente, transmitiendo mensajes provechosos si realmente estamos alerta para captarlos y, obviamente, si hacemos caso de ellos: unas horas antes de que una pareja de TJ llamaran a nuestra puerta, una buena amiga de este blog nos había pedido que publicáramos algo sobre Hebr. 10:29 y en donde se lee como sigue:

¿De cuánto más severo castigo piensan ustedes que será considerado digno el que ha hollado al Hijo de Dios y que ha estimado como de valor ordinario (eso es, vulgar o como de poca estimación) la sangre del pacto por la cual fue santificado (el individuo en cuestión) y que ha ultrajado con desdén el espíritu de bondad inmerecida?” (Acotaciones nuestras).

De entrada, nos pareció un texto como de poco recorrido en sí mismo y al que difícilmente se le podía sacar jugo como para escribir todo un artículo sobre él, pues estas eran no eran más que unas palabras dirigidas a aquellos que tenían que reinar con Cristo y en relación a una personal actitud, poco acorde con su condición de poseedores del ungimiento como Hijos de Dios…… pero hete aquí, que unas pocas horas después y como hemos señalado, en su habitual ronda de predicación los TJ nos ofrecieron un pequeño tratado titulado “¿Será posible que los muertos vuelvan a vivir?” basado en el pasaje de Hech. 24:15 y en el que leemos esto:

“…… y tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos.”

En llegando aquí, permítannos un pequeño paréntesis para decirles que si estas personas les ofrecen dicho folleto, se olviden de quiénes se lo han entregado y léalo con atención, pues eso es algo que interesa profundamente a cada uno de nosotros, porque ¿quién no tiene en su familia la “irreparable” pérdida de un ser querido, padre, madre, hijo, hija, nieto, abuelo, etc.? ¿Quién está, por otra parte, libre del suceso imprevisto (Ecle. 9:11) que puede acabar con la vida de uno “definitivamente”? Y fíjese bien, querido amigo que nos lee, en el “entrecomillado” de las palabras “irreparable” y “definitivamente”, pues dichos términos son válidos desde la perspectiva del ser humano, que no conoce alternativa alguna a ambos sucesos y siendo que los dos tienen que ver con el mismo común denominador: la muerte…… sin embargo, aquellos que conozcan algo de las Escrituras sabrán que estas nos hablan de personas que murieron y que incluso habiendo llegado ya al proceso de descomposición, como fue en el caso de Lázaro (Juan 11:39), volvieron a la vida mediante la resurrección y con ello, a estar de nuevo entre sus seres queridos y para gozo de todos. Pues bien, eso no fue más que lo que podríamos considerar como un pequeño “avance” de lo que ocurrirá dentro de poco en escala inimaginable en nuestros días y dado lo avanzado de los tiempos, en el momento del establecimiento del reino de Dios aquí en la tierra…… y siendo de eso, precisamente, de lo que se nos habla en el pasaje mencionado.

Dicho lo cual, retomemos el tema inicial en donde lo dejamos y veamos la posible relación existente entre ambos pasajes, si bien en principio no parece haber ninguna entre ellos, porque veamos: mientras Hebr. 10:29 está dirigido a los llamados “ungidos” del I siglo y personas que como “clase” se extinguieron, pues a partir de la muerte del último de los apóstoles en el año 99 E.C., dejaron de existir estos personajes sobre la tierra, Hech. 24:15 hace referencia a la resurrección que acontecerá durante el reinado milenario de Cristo con el común de los mortales que hasta ese momento hayan fallecido, eso es, un evento situado aún en el futuro…… por lo que la relación existente entre ambos, tal parece ser la del huevo a una castaña; pero cuando se “rasca” un poquito y se analizan detenidamente ambos pasajes, poco a poco va apareciendo una nítida relación entre dichos textos. Porque si en el primero se nos habla con relación de aquél “que ha hollado al Hijo de Dios y que ha estimado como de valor ordinario la sangre del pacto por la cual fue santificado”, eso es, que le llevó a uno a la condición de Hijo de Dios (en el caso de los primeros que siguieron a Jesús), no es menos cierto que dicha sangre fue también derramada en favor del resto de la humanidad:

Porque tanto amó Dios al mundo (eso es, al ser humano en general) que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

Pero para entender eso, tenemos que partir de un supuesto que pocos aceptan, siendo básicamente aquellos que a día de hoy se creen se “ungidos” o “nacidos de nuevo” y cuya equivalencia de términos es, en definitiva, el considerarse uno un Hijos de Dios, pues de aceptarla se les va a hacer puñetas el “tenderete”, eso es, que han de concluir en que ellos no son “ungidos” tal como afirman y claro…… ¡antes muertos que perder la vida! Porque partiendo del pasaje que acabamos de transcribir, queda claro que el sacrificio de Jesús era una dádiva inmerecida del Soberano de todo el Universo a su creación humana caída en el pecado y, por ello, con la muerte como única perspectiva secuencial; lo que ocurre es que en el Plan Divino de restauración del ser humano (Hech. 2:20-21), no solo figuraba la presencia de un rey y rescatador (Jesucristo) para dirigir dicha restauración por un espacio de tiempo de mil años y que conocemos como el “reino de Dios”, sino también unos corregentes con el tal y en calidad también de inmortales reyes y sacerdotes, a los que Jehová decidió hacerlos también Hijos Suyos y que según Rev. 14:1-5, componen la cantidad específica de 144.000 miembros (ver Sal. 2:1-6) y que solo podían entresacarse de genuinos seguidores de Jesús y a partir del momento en que este inició su comisión aquí en la tierra:

Entonces Pedro le dijo en respuesta: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros, realmente?”. 28 Jesús les dijo: “En verdad les digo: En la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel.” (Mat. 19:27-28).

Es obvio que desde ese momento en adelante, siempre ha habido en la tierra personas que, como los autores de este blog y la inmensa mayoría de los que nos leen, nos hemos hecho seguidores de Jesucristo, pues aceptamos el sacrificio expiatorio de este y confiamos en el Plan de Redención de nuestro Creador, Jehová Dios; y siendo el caso de que solo los que así crean, serán los que formarán parte de la “gran muchedumbre” que sobrevivirá a la “gran tribulación” por venir sobre la tierra, a tenor de lo que leemos en Rev. 7:9; 13-15:

Después de estas cosas vi y, ¡miren!, una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de palmera en sus manos. (……) 13 Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación (eso es, que sobreviven a ella) y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero (eso es, que han ejercido fe en la sangre derramada de Cristo y en armonía con Juan 3:16). 15 Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos”.” (Acotaciones nuestras).

Luego estamos hablando de personas que serán “seguidores” de Jesucristo, pero que por sobrevivir a la “gran tribulación” venidera, o sea, que pasan con vida al nuevo mundo o reino de Dios, no pueden, razonablemente, participar de la llamada “primera” resurrección y que es la que da la posibilidad de reinar con Cristo durante el milenio, en calidad de inmortal rey y sacerdote:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad (lo cual significa la inmortalidad), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6). (Acotación nuestra).

Entonces estamos hablando de dichos sobreviviente, como de personas que tienen ante sí, la oportunidad de no morir jamás y que no son otra cosa más que, repetimos, genuinos seguidores de Jesucristo, como en su momento lo fueron los Juan, Pedro, Pablo, Santiago, Bernabé y tantos otros (luego no hay diferencia alguna entre ellos y nosotros), pero que a diferencia de esos personajes, dicha “gran muchedumbre” de personas no accederemos a reinar con Jesucristo en el período milenario del reino de Dios, sino que ocuparemos el lugar de súbditos del mismo…… pero entonces surge una pregunta ¿por qué ellos y nosotros no? Pues, sencillamente, porque esas personas se contaron entre las primeras que siguieron a Jesús y que a modo de “primicias” o primeros frutos de una gran cosecha (Rev. 14:4), empezaron a conformar el grupo de los 144.000 y que en llegarse a un determinado número cercano ya a dicha cantidad total y según voluntad divina, se acabó temporalmente dicha recolección y hecho que coincidió con la muerte del último apóstol (Juan) en el 99 E.C.; y que el caso es como se lo contamos, quedaría confirmado por lo que se nos explica en Rev. 6:9-11:

Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus coesclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como ellos también lo habían sido.”

Por lo tanto habría que entender que aún queda por completarse el número de los 144.000, con un pequeño resto por aparecer y que en Rev. 11:3, están prefigurados por los “dos testigos” y que dotados de grandísimos poderes (v. 5-6), por 1.260 días llevarán la delantera en la predicación anunciada por Jesús en Mat. 24:14 y apoyados en dicha asignación por aquellos que en un futuro conformarán la llamada “gran muchedumbre” y algo que queda claro en la conocida parábola de las “ovejas y las cabras”, pues en la mismas se nos señala que el premio o castigo, según proceda, tendrá que ver con la ayuda prestada, o no, a aquellos a los que Jesucristo califica como a sus “hermanos más pequeños”:

Entonces los justos le contestarán con las palabras: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed, y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos extraño y te recibimos hospitalariamente, o desnudo, y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo, o en prisión, y fuimos a ti?”. 40 Y en respuesta el rey les dirá: “En verdad les digo: Al grado que lo hicieron (o en su defecto “no lo hicieron”, según los versos 45-46) a uno de los más pequeños de estos hermanos míos, a mí me lo hicieron”.” (Acotación nuestra).

Es obvio, pues entra dentro de lo razonable, que dicho pequeño “resto” será sacado de entre los actuales seguidores de Jesucristo existentes hoy sobre la tierra y que de momento aún no han sido designados por Jehová Dios, pues de lo contrario ya habrían dado señales de vida, eso es, ya habrían manifestado los extraordinarios poderes de los que serán depositarios, al modo de los apóstoles o primeros seguidores de Jesús y habrían puesto en marcha la citada predicación, comisión para la que son elegidos; circunstancia que al no haberse producido, claramente nos indica que aún los tales personajes está en el futuro…… dicho lo cual, volvamos al nexo de unión entre Hebr. 10:29 y Hech. 24:15, señalados en el titular de este escrito. Porque como ya hemos dicho, el sacrificio de Jesús alcanza a todos sus seguidores, prescindiendo de que los primeros de ellos y por haber estado en el lugar adecuado, en el momento oportuno, disfruten de un privilegio que la inmensa mayoría de los demás no tenemos y por lo que no estaríamos hablando de un asunto de capacidad o mérito, sino simple y llanamente, de una mera cuestión de oportunidad: ellos estuvieron allí en ese momento y nosotros no, lo cual no les hace ni mejores ni peores seguidores de Jesucristo que nosotros; de hecho y repetimos para fijar la idea, ese pequeño “resto” por aparecer será escogido de entre los actuales seguidores de este. Pero la cuestión es que en Hebr. 10:29 se nos habla del castigo que recibirá aquél que “ha hollado al Hijo de Dios y que ha estimado como de valor ordinario la sangre del pacto por la cual fue santificado y que ha ultrajado con desdén el espíritu de bondad inmerecida” y prescindiendo del grupo al que pertenezca, eso es, del de los “elegidos” para ser reyes o del de aquellos que no lo seremos, puesto que todos podemos caer en dicho error.

El castigo, obviamente y ya volviendo a la “gran muchedumbre”, tienen que ver con la destrucción eterna del que da tal manera obre en conformidad con las palabras citadas, eso es, que no sobrevivirá a la “gran tribulación” y que en breve será derramada sobre la entera humanidad…… pero ¿cómo puede uno mostrar dicha actitud negativa mencionada en el pasaje de Hebr. 10:29, aunque no pertenezca a la clase de personas a las que fueron dirigidas dichas palabras? Porque lo que está claro es que la inmensa mayoría de las personas con las que nos encontramos en nuestro día a día (nos referimos a aquellas que se llaman cristianas), afirman creer en Dios y en Su Hijo, ser miembros de tal o cual denominación religiosa y por supuesto (¡faltaría más!), el ser buenas personas que se llevan bien con su prójimo, que no hacen mal a nadie, etc. etc. etc. y algo que desde este blog no ponemos en duda…… pero sin embargo, sorprendentemente, la realidad que contemplamos a nuestro alrededor y dentro de la misma cristiandad, nos muestra exactamente todo lo contrario y siendo ello un calco de lo que nos dijo Pablo en su momento, acerca de lo que caracterizaría al “personal” en los tiempos finales y lo que nos muestra, de todas, todas, que ya estamos muy adentrados en ellos:

Más sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. 2 Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, 3 sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien, 4 traicioneros, testarudos, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, 5 teniendo una forma de devoción piadosa, pero resultando falsos a su poder; y de estos apártate.” (2 Tim. 3:1-5).

Está clara, entonces, la directa relación establecida por Pablo entre los tiempos “críticos y difíciles de manejar” que caracterizarían a los “últimos días”, con la actitud desplegada por las personas en ese momento y de las cuales, dicho apóstol y entre los “piropos” expresados, nos dice algo muy a tener en cuenta: y es que las personas (obviamente se refiere a la cristiandad) tendrían “una forma de devoción piadosa”, pero que esta no tendrá efecto positivo en sus actos. O sea, que afirmarán creer en Dios y en el sacrificio de Jesucristo, pero que sus afectos personales estarían puestos “en el mundo” o lo que es lo mismo, en las cosas materiales y no en las promesas de Dios y que tienen como punto focal el sacrificio de Su Hijo Jesucristo y en el que hay que ejercer fe, para alcanzar el favor de Dios. Recordemos que cuando este estuvo en la tierra, una de sus advertencias tenía que ver con lo siguiente:

Si el mundo los odia, saben que me ha odiado a mí antes que los odiara a ustedes. 19 Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría afecto a lo que es suyo. Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia.” (Juan 15:18-19).

Ahora bien, si Jesús daba por sentado que sus seguidores “no eran” parte de este mundo y tal parece que era lo correcto, lo que tendríamos que averiguar es que significa el “no ser” parte del mundo y como dicha actitud, estaría relacionada con Hebr. 10:29, en el sentido de que al poner los valores mundanos por encima de los divinos, uno estaría considerando “como de valor ordinario la sangre del pacto” derramada por Cristo y lo que ello significaría de “ultraje desdeñoso” para con el espíritu de bondad inmerecida otorgado por el Altísimo en favor de uno; y uno de los pasajes que mejor define esta cuestión, es el que encontramos en 1 Juan 2:15-17:

No estén amando ni al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él; 16 porque todo lo que hay en el mundo -el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno- no se origina del Padre, sino que se origina del mundo. 17 Además, el mundo va pasando y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”

Y para no cansarnos especificando una por una las cosas que están en el mundo, imagínese usted pasarse un día entero frente a un televisor e ir evaluando las imágenes que se le ofrecen (en cualquier programa que usted quiera sintonizar) y en donde todos verá lo mismo: incitación a la violencia, aceptación de normas inmorales como la homosexualidad, el aborto, las relaciones sexuales en cualquier momento y sin restricción alguna, es más, mostrando las aparentes bondades de dichas conductas al serle presentadas como acciones propias de una sociedad “madura” y avanzada. Súmenle a ello, la incitación a participar en elecciones de gobiernos (sean del color que sean), apoyar manifestaciones de protesta sobre cualquier tema o causa y todo ello dirigido a sostener el “chiringuito” del que viven un inmenso montón de personas y a las que lo que menos les preocupa es el bienestar de aquellos que les votan, sino su propio bienestar personal y sistema de cosas al que usted contribuye a mantener con su voto personal, por ende con sus impuestos…… y todos los “etcéteras” que usted le quiera añadir a lo dicho. Claro, cuando uno lee en las Escrituras que “el mundo entero yace en el poder del inicuo” (1 Juan 5:19), debería de entender que encontrarse “cómodo” dentro de una sociedad que propugna el aborto como un derecho personal e inalienable de la mujer; el matrimonio entre personas del mismo sexo como signo de progresía; así como el calificar las relaciones sexuales fuera del matrimonio y a tempranas edades, no como lo que son, eso es fornicación pura y dura sino como relaciones “prematrimoniales”, o al traumático adulterio como relaciones “consuetudinarias” (se cambian los términos descriptivos para que no suene tan mal), no es más que rechazar con “desdén” la sangre de Cristo que murió, precisamente, para cambiar dicha situación.

Por lo que las preguntas serían las siguientes: ¿Cómo responde usted cuando alguien la habla del propósito de Dios, de restaurar la humanidad a la perfección, en un mundo en el que no existirán el dolor, las lágrimas, la enfermedad, la vejez, ni siquiera la muerte que tanto dolor causa?¿Presta usted atención a ello, o simplemente y como hace el 99’99% de las personas llamadas “cristianas”, con eso tan clásico del “no me interesa” y avergonzándose quizás, de que le vean hablando de Dios con alguien? Es más ¿se encuentra usted cómodo dentro de la sociedad corrupta y degenerada en la que vive y sujeta a destrucción eterna, excusándose quizás en aquello de que usted no participa de ello? Porque claro, la realidad es que uno puede pecar tanto por acción…… como por omisión, eso es: uno puede no participar directamente de esas cosas que ofenden a Dios, pero sin embargo, no tomar una posición clara en la dirección contraria y que tiene que ver con el dejar a las claras, lejos de toda duda, de por quién toma uno partido y como, por ejemplo, lo hemos hecho los autores de este blog: si por las normas morales o principios de Dios o por las que dicta un mundo o sociedad corrompida hasta la médula, siempre a tenor de la siguientes palabras de Jesús:

El que no está de parte mía, contra mí está; y el que no recoge conmigo, desparrama.” (Mat. 12:30).

Luego vemos que no existe término medio y por lo que la pregunta que debería de hacerse uno es la siguiente: ¿Cómo me consideran mis vecinos: como una persona liberada, progresista, tolerante y “puesta al día” y de la que se complacen en asociarse, o más bien como un “pringao” que cree en todas esas “tonterías” que explica la Biblia y por ello le evitan? Si es lo primero, uno está siendo señalado por Hebr. 10:29 y por lo que tiene algo “dudosillo” el participar, bien sea como protagonista, bien sea como feliz espectador de primera fila en espera de sus deudos resucitados, de lo anunciado por Hech. 24:15:

“…… y tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos.”

MABEL

LA «VIDA ETERNA» Y LA «INMORTALIDAD»…… ¿LAS DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA?

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , , , , , on 28/10/2013 by Armando López Golart

cara%20o%20cruzEs este, al menos desde el punto de vista de los autores de este blog, un tema ciertemente conflictivo a tenor de lo que uno va leyendo de personas que se tienen por “entendidas” en la materia y que no parecen estar muy de acuerdo entre ellas; sin embargo, parece que destaca la unanimidad existente entre una mayoría de las tales, en el sentido de que efectivamente estaríamos hablando en ambos casos de la misma cosa, eso es, que el término “vida eterna” sería sinónimo de “inmortalidad” y viceversa. Sin embargo y valga como ejemplo, ahí tenemos a los Testigos de Jehová que, de una manera un tanto confusa, cierto es, pues en algunos de sus escritos tal parece que se contradicen así mismos, llegan a la conclusión de que habrá unos pocos que reinarán con Cristo (144.000 según Rev. 14:1-5) y que gozarán de dicha “inmortalidad”, mientras que unos muchos, eso es, la “gran muchedumbre” sobreviviente en la “gran tribulación” de Rev. 7:9; 14 y súbditos de dicho reino, disfrutarán de la llamada “vida eterna” y con la idea de que esta condición, es inferior a la “inmortalidad” que ostentarán los 144.000 que, como sus hermanos menores, han de acompañar a Jesucristo en su reinar…… planteamiento que desde este blog apoyamos en todos su extremos y hacemos nuestro, aunque lo digan los TJ y que, como tantas veces hemos dicho desde esta página, suelen acertar casi siempre en su interpretación de las Escrituras, pero yerran lamentablemente en la aplicación del resultado de dichas interpretaciones; y como dicen que “para muestra, basta un botón”, veamos un claro ejemplo de ello y sin apartarnos del caso que pretendemos analizar.

Porque si bien dicha organización acierta en la interpretación de que los que con Cristo tienen que reinar, son 144.000 individuos, falla en su aplicación al decir que de estos existe aún un “resto” (Rev. 6:9-11) en la tierra en estos momentos, que está conformado por miembros que pertenecen a tal organización y siendo los que asumen la responsabilidad de dirigir la obra de predicación que lleva a cabo dicha organización religiosa…… cuando el caso es y algo que les niega la mayor, que a día de hoy y circunstancia que hemos demostrado en este blog hasta la saciedad, no existen “ungidos” sobre la tierra, eso es, miembros de dicho grupo de los 144.000. Por otra parte, si bien interpretan correctamente que la mencionada “gran muchedumbre” son las personas que accederán al reino en calidad de súbditos, yerran estrepitosamente al afirmar que esta ingente cantidad de personas se corresponde con sus llamadas “otras ovejas” y salidas de su obra de predicación, cuando la realidad es que la predicación de la que salen tales personas es de la que anunció Jesús en Mat. 24:14 y que tendrá una duración de tan solo 1260 días (Rev. 11:2)…… luego dado que los TJ llevan más de 100 años predicando y según reconocen ellos mismos, solo podemos concluir que no estamos hablando de la misma predicación. Por lo tanto y partiendo del hecho mencionado de la ausencia actual de “ungidos” sobre la tierra y que son los que tienen que encabezar dicha obra divulgadora, solo podemos pensar que la predicación anunciada por Jesús no ha empezado todavía, por lo que el resultado de la misma, es decir, los citados súbditos del reino como tales, tampoco han podido hacer su aparición sobre la tierra…… y con lo que su clase de las “otras ovejas”, lógicamente, no se corresponde con esa “gran muchedumbre” anunciada: o sea, que han acertado en el “fondo”, pues así será el desarrollo de los acontecimientos profetizados, pero han errado en la “forma”, al adelantarse a esos acontecimientos en más de cien años y además, al aplicarse a sí mismos dicha profecía.

Y ya sabemos que alguien habrá por ahí, que dirá que esta forma que tenemos de apoyar la tesis de una correcta interpretación de las Escrituras por parte de los TJ, en el sentido de quiénes serán inmortales y quiénes no lo serán, tiene mucho que ver con el poso acumulado por el tiempo que permanecimos como miembros activos de dicha organización los dos autores de este blog y por aquello que “de casta le viene al galgo”; sin embargo, la realidad es que mientras esas personas pueden meterse con los TJ y desmontar algunos de sus planteamientos, no pueden hacer lo mismo con los artículos que nosotros publicamos, pues están estrictamente basados en lo que dicen las Escrituras y no en lo que enseñan determinadas estructuras religiosas…… por lo que, obviamente, alguna diferencia tiene que haber entre lo que decimos nosotros y lo es enseñado por la mencionada organización. Dicho lo cual, metámonos ya “en harina” y empecemos con la tarea de demostrar la veracidad de nuestra posición inicial, con lo que consideramos como un buen punto de partida para llegar al fondo de la cuestión…… y que tiene que ver con un pasaje bíblico que nos habla de la promesa divina de que en un fututo, en este momento ya muy cercano, el ser humano podrá alcanzar la “vida eterna”:

Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

Estas palabras, dichas por el propio hijo de Dios, Jesús, no sospechoso por tanto de desconocimiento de la realidad de las cosas o afán de tergiversarlas, hacen referencia al mundo en general y no a una parte selecta del mismo, como los beneficiarios del acceso a la mencionada “vida eterna”…… luego la promesa de alcanzar dicha meta, estaba dirigida a la humanidad obediente como un todo y sin excepción de ninguna clase: la única condición exigida para ello, es la de ejercer fe en el sacrificio expiatorio o sangre derramada de Cristo y algo que se nos confirma, en lo dicho por Rev. 7:14-15 y en clara referencia a aquellos que sobrevivirán a la “gran tribulación” venidera:

Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo (al apóstol Juan): “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe” (luego Juan lo ignoraba). Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación (luego sobreviven a ella) y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero (eso es, que han “ejercido fe” en su sacrifico de rescate). 15 Por eso (por haber ejercido dicha fe) están delante del trono de Dios y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos”.” (Acotaciones nuestras).

Entonces sabemos de esas personas a las que se hace referencia, que serán los primeros súbditos del reino de Dios y por tanto los primeros seres humanos, en alcanzar la “vida eterna”, porque han hecho lo demandado en Juan 3:16; pero además lo sabemos también, porque de aquellos que reinan en el mismo junto a Cristo, se nos dice algo distinto y que les diferencia radicalmente de la “gran muchedumbre” de súbditos del reino:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6).

Aclaremos en primer lugar, que por “muerte segunda” y en ese contexto, se entiende aquella muerte que es producto de un juicio adverso de Dios y con resultado de destrucción eterna (Rev. 20:14-15); a partir de ahí, razonemos con un poco de lógica sobre lo leído en el pasaje en cuestión: si sobre “estos” que participan de dicha “primera” resurrección y que reinarán con Cristo se nos dice, que la “muerte segunda” no tiene autoridad sobre ellos y algo que no se nos dice de la “gran muchedumbre” de súbditos aún por aparecer, ello significa en primer lugar que gozan de la “inmortalidad” (no pueden ya morir) desde el mismo momento que se levantan en esa “primera” resurrección…… pero por otra parte y tomando la oración por pasiva, lo que se sobreentiende es que hay otros a los que sí les puede alcanzar dicha “muerte segunda”, pues de lo contrario y en el pasaje transcrito, no tendría sentido alguno el concretar que es sobre “estos”, luego no sobre otros, que dicha “muerte segunda” ya no tiene poder. Luego teniendo en cuenta que la Revelación nos sitúa en los últimos días de este inicuo sistema de cosas y cercano ya el momento de la instauración del reino de Dios, solo es razonable que nos formulemos la siguiente pregunta ¿de cuántos grupos de personas nos habla Rev. 7:1-10 que estarán presentes, en el momento de empezar a andar el reino de Dios? Y siendo esta la respuesta: de un grupo reducido de 144.000 sellados en sus frentes y de una “gran muchedumbre” que “ningún hombre podía contar” que habrá sobrevivido a la “gran tribulación” venidera y que no tenían sello identificativo alguno en sus frentes. Eso es, dos grupos perfectamente diferenciados el uno del otro, tanto por cantidad como por calidad y del cual primer grupo, según el texto de Rev. 20:6 leído, se nos dice que gozarán de la “inmortalidad” pues la “muerte segunda” ya no puede alcanzarlos…… entonces blanco y en botella: aquellos que sí pueden ser alcanzados por la “muerte segunda”, son los integrantes del grupo de la “gran muchedumbre” y a pesar de que según hemos leído en Rev. 7:14-15, por ser parte del mundo de la humanidad que sí ha ejercido fe en la sangre derramada de Cristo, se les concede y en armonía con la promesa divina de Juan 3:16, el poder vivir eternamente, eso es, la “vida eterna”. Luego un mínimo ejercicio de lógica y sentido común nos dice, que ello solo puede significar que “vida eterna” y la “inmortalidad” no pueden ser de ninguna manera una misma cosa, como afirman la mayoría de “entendidos” a los que nos hemos referido al inicio de este escrito.

Ahora bien ¿por qué enfatizamos el hecho de que esa “gran muchedumbre” sobrevive a la “gran tribulación”? Pues para acentuar el contraste entre ambos grupos, porque veamos: si estas personas pasan al reino de Dios con vida, eso es, sin haber muerto, ello significa que de ninguna manera pueden participar de la “primera” resurrección y que es la que da la citada “inmortalidad”, así como el derecho a reinar con Cristo, como ya hemos señalado; y con lo que se nos viene a decir, que estaríamos hablando de una cantidad inmensa de personas que a diferencia del reducido grupo de los 144.000, no tienen dicha “inmortalidad”, ni pueden reinar con Cristo, pues no proceden de la llamada “primera” resurrección, sino que proceden o salen de la “gran tribulación” y lo que es algo muy distinto. Luego ya tenemos un reducido grupo de personas que tienen la “inmortalidad”, por una parte y otro grupo inmenso por la otra que, aun teniendo el favor de Dios y como hemos comprobado, resulta que no la tienen, pero que en última instancia y por haber entrado al reino de Dios con vida y haber sido liberados de la carga del pecado (cuyo salario es la muerte, según Rom. 6:23) y en función del rescate de Cristo, ya no tienen por qué volver a morir y con lo que resulta que ya están en posesión de la “vida eterna” o vida indefinida (y concepto cuyo significado aclararemos más adelante)…… por lo que es obvio, que no podemos estar hablando de una misma cosa cuando nos referimos a la “inmortalidad” y a la “vida eterna”, pues, repetimos, son dos cosas totalmente diferentes.

Sin embargo, la opinión generalizada y como ya hemos señalado, es la de que sí estaríamos ante dos términos sinónimos y por ello, refiriéndonos a lo mismo cuando usamos cualquiera de las dos expresiones; pero para reforzar nuestro planteamiento en contra de dicha disparatada afirmación, pasemos a considerar un texto bíblico muy usado por parte de aquellos que defienden la equivalencia de los mencionados términos, como es el de 2 Tim. 1:10 y que como tenemos por costumbre, transcribimos de la TNM de los TJ, pues es la que usamos de cabecera, para seguidamente ver como lo vierten distintas traducciones:

TNM: “…… pero ahora se ha hecho claramente patente mediante la manifestación de nuestro Salvador, Cristo Jesús, que ha abolido la muerte, pero ha arrojado luz sobre la vida y la incorrupción mediante las buenas nuevas.”

RV 1960: “……pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio.” (2 Tim. 1:10).

NVI: “…… y ahora lo ha revelado con la venida de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien destruyó la muerte y sacó a la luz la vida incorruptible mediante el evangelio.”

PDT: “Pero ahora nos ha sido mostrado ese amor por medio de la venida de nuestro Salvador Jesucristo, quien destruyó la muerte y ha dado a conocer la manera de tener vida eterna por medio de la buena noticia.”

DHH: “Esa bondad se ha mostrado gloriosamente ahora en Cristo Jesús nuestro Salvador, que destruyó el poder de la muerte y que, por el evangelio, sacó a la luz la vida inmortal.”

Para entender lo que nos dicen esos pasajes, discrepantes entre sí en cuanto a los términos usados para definir una misma condición (“vida eterna”, “vida inmortal”, “vida incorruptible”, “inmortalidad” o “incorrupción”) tenemos que situarnos en el contexto en el que fueron dichas esas palabras de 2 Tim: 1:10; porque resulta que en ese momento, aún no había constancia de que hubiera de existir en un futuro algo parecido a una “gran muchedumbre”, pues esta idea apareció 31 años después de que Pablo pronunciara tales palabras, en la Revelación a Juan y por lo que el citado Pablo no se podía estar refiriendo a dicha “gran muchedumbre” en ese momento, pues no hay ningún dato en los registros de este que nos permitan suponer que sabía algo de la misma…… recuerden que el propio Juan y cuando se le pregunta acerca de esas personas, afirma ignorar de quiénes se trataba (Rev. 7:13-14). Por lo que a quién se podía referir Pablo en ese momento y con esas palabras, solo era a la clase “ungida”, pues esta era la única que existía en ese tiempo y que es a la que Jesús vino exclusivamente a buscar, tarea que continuaron posteriormente sus apóstoles, Pablo incluido…… luego esas expresiones mencionadas tenían los mismos destinatarios y algo que parece ser, quieren ignorar la mayoría de los teólogos actuales. Pero veamos un nuevo elemento que se incorpora al asunto y que nos ayuda a comprender mejor de qué estamos hablando, que encontramos en Hebr. 7:15-17:

Y es aún más abundantemente claro que con semejanza a Melquisedec se levanta otro sacerdote, 16 que ha venido a serlo, no según la ley de un mandamiento que dependa de la carne, sino según el poder de una vida indestructible, 17 pues se dice en testimonio: “Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec”.”

Por lo que volviendo a lo que hemos leído y haciendo un compendio de los distintos términos utilizados en esos versos citados e incorporando esa última expresión, fácilmente podríamos llegar a la conclusión de que se estaba haciendo referencia a una “vida eterna indestructible”…… pero claro, para poder sostener esta afirmación, tendríamos que tener a mano una “vida eterna destructible” y lo que es más…… poder explicar lo que ello significa.

Afortunadamente en las Escrituras se nos da un ejemplo de ello y que nos permite aprovechar el momento para introducir la cuña aclaratoria con respecto del significado de “vida eterna” o indefinida, que les habíamos prometido: el hombre muere a causa del pecado heredado, luego cuando dicho pecado es redimido por la muerte de Cristo, este queda eximido de la muerte y de ahí, que los que sobrevivan a la “gran tribulación” y pasen con vida al reino de Dios, ya no precisan morir como pago del pecado (Rom. 6:7)…… y eso es en esencia, la “vida eterna”; a menos, eso sí y como ya les hemos señalado, que la muerte se produzca como resultado de un juicio adverso directo de Jehová y que resulta en la “muerte segunda” o destrucción eterna del sujeto. Y esta es, precisamente, la muerte a la que los participantes de la “primera” resurrección no están sujetos y algo que les aclararemos más adelante; dicho lo cual, continuemos en donde estábamos y que era en el ejemplo que nos proporcionan las Escrituras de una “vida eterna destructible” (eso es, que puede ser destruida en un momento dado) y de la que todos conocemos, como es el caso de nuestro primer padre Adán. Porque veamos: mientras este se mantuvo alejado del pecado, tenía “vida eterna” o indefinida y situación que podía haber mantenido eternamente (y valga la redundancia), si se hubiera mantenido observante de la advertencia recibida, pues el que continuara con vida estaba condicionado a la obediencia de la misma (Gén: 2;17); pero en cualquier caso, la “vida eterna” de la que disfrutaba era una dádiva divina que solo él podía perder y que nadie le podía arrebatar, ni siquiera el propio Jehová, mientras Adán se mantuviera libre de pecado (de lo contrario, Dios habría violentado la condición que Él mismo había impuesto). Y siendo en este sentido que se podía considerar a Adán como un ser “eterno”, pues eso es lo que significa el concepto de “vida eterna”…… sin embargo, no era “inmortal” o no sujeto a muerte, como posteriormente se comprobó y lo que nos permite calificar la vida que poseía, como de “vida eterna destructible”.

Tengamos en cuenta, que según los diccionarios actuales la expresión “inmortal” significa que “no se puede morir” y siendo por tanto sinónima de “imperecedero”, “eterno”, “perenne”, “perpetuo” y “sempiterno”. Claro, ello nos podría llevar a confusión, pues esas definiciones retratan o son equivalentes a la “vida eterna” de la que se nos habla en Juan 3:16 y circunstancia que los teólogos actuales aprovechan para afirmar que “vida eterna” e “inmortalidad” son las dos caras de una misma moneda…… y lo que nos lleva a la repetición del argumento que les hemos dado: ello es así como dicen los diccionarios, pero en el bien entendido de que solo aplica en el sentido de que una vez quitado el pecado por el sacrificio vicario de Cristo, la muerte como consecuencia del mismo desaparece y por lo que no existe ya causa natural alguna por la que el ser humano y desde ese momento en adelante, experimente la muerte y con lo que ya a partir de ese instante, aplican todos esos calificativos que nos exponen los diccionarios; y por lo que no hay contradicción alguna con lo que nosotros estamos intentando explicar, cuando las cosas se colocan en su debido contexto. Pues no olvidemos, que en una primera instancia esa era la situación real de Adán y por lo que en él se concitaban todos esos términos…… sin embargo, Adán murió; ahora bien y que es a dónde queríamos llegar: la muerte no le llegó propiciada por una falla en su condición de ser humano perfecto y por tanto poseedor en sí mismo de “vida eterna”, sino por una acción exterior como causa de su desobediencia a la advertencia dada por su Creador. De ahí, que nosotros afirmemos, que la “inmortalidad” como tal y según el punto de vista bíblico, va un paso más allá de las definiciones que de la misma nos dan los diccionarios.

Luego y para ir colocando poco a poco las cosas en su sitio, podríamos hacer la siguiente evaluación, en el sentido de que mientras Adán gozaba una “vida eterna destructible”, ahora estaríamos hablando de un “vida eterna indestructible” y lo que nos lleva a la siguiente reflexión: es cierto que en términos prácticos sería lo mismo la “inmortalidad” que la “vida eterna”, pues en ambos casos y en esencia, solo proponen la duración indefinida de la vida siempre bajo el punto de vista humano; entonces…… ¿cuál es el matiz que interviene, para que desde el punto de vista bíblico esto no sea así? Pues que mientras la “vida eterna” de la que en su momento gozó Adán y de la que gozan los ángeles también (no nos olvidemos de ello), así como de la que en un futuro gozará la “gran muchedumbre” que sobreviva a la “gran tribulación”, es “destructible”, la condición en la que fue levantado Jesucristo en su resurrección fue a una “vida eterna indestructible” y que ya más adelante explicaremos “de qué manera, se come eso”; porque antes tenemos que hablar de aquellos seguidores de Jesús que se levantan en la “primera” resurrección y de los que el apóstol Pablo dijo lo sigue:

Porque si hemos sido unidos con él en la semejanza de su muerte (asesinados por mantener su lealtad a Dios), ciertamente también seremos unidos con él en la semejanza de su resurrección.” (Rom. 6:5). (Acotación nuestra).

Entonces queda claro que aquellos de los que nos habla Rev. 20:6 y que participan en la “primera” resurrección, tienen que tener un resurrección igual a la que Cristo tuvo, eso es, a una resurrección con “vida eterna indestructible”, pues de los tales se nos dice que la muerte “segunda” no tiene autoridad sobre ellos y en el bien entendido, como ya hemos señalado, que “la muerte segunda” no es consecuencia del pecado heredado, sino por un juicio directo de Dios y que equivale a destrucción eterna (Rev. 20:15)…… ahora bien ¿por qué son indestructibles? Para entender este interesante punto, tenemos que remontarnos a unas palabras que pronunció Pablo y que parecen ser desconocidas por la mayoría de los teólogos, pues no nos las mencionan ni por casualidad y que sin embargo, son cruciales para entender la diferencia existente entre lo que es la “vida eterna” y lo que es la “inmortalidad”…… siempre desde el punto de vista de las Escrituras y que se supone que es de eso de lo que nos tendrían que hablar esos señores; pero antes de pasar a transcribir dicho pasaje y puesto que también se mueven en nuestra tesis (o nosotros en la suya), veamos lo que opinan los TJ acerca de la razón del por qué a esas personas se les concede dicha condición de vida “indestructible” y lo que esto significa:

Por consiguiente, el que se otorgue “vida indestructible” (Heb 7:16) o “vida indisoluble” a los cristianos que obtienen el privilegio de reinar con el Hijo de Dios en el Reino celestial, demuestra de manera maravillosa la confianza que Dios tiene en ellos.” (Perspicacia para entender las Escrituras, pág. 1.230). (Negritas nuestras).

Argumento pueril donde los haya y en el que no estamos en absoluto de acuerdo, esgrimido como último recurso al no tener ni idea, imaginamos, de la verdadera razón del porque disfrutan esas personas de la condición de “indestructibles”; dicho lo cual, ahora ya sí, veamos el pasaje en cuestión:

Porque sabemos que si nuestra casa terrestre, esta tienda, fuera disuelta, hemos de tener un edificio procedente de Dios, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.” (2 Cor. 5:1).

Pero para entender claramente la idea que Pablo nos estaba transmitiendo con esas palabras, recurriremos a la versión que del mismo pasaje nos da la Nueva Traducción Viviente y que es un poco más explícita y por tanto, clarificadora:

Pues sabemos que, cuando se desarme esta carpa terrenal en la cual vivimos (es decir, cuando muramos y dejemos este cuerpo terrenal), tendremos una casa en el cielo, un cuerpo eterno hecho para nosotros por Dios mismo y no por manos humanas.”

Lo que entendemos entonces a partir de lo leído, es que a diferencia de los resucitados de los que nos habla la Biblia (exceptuando el caso de Jesucristo), así como será en el caso de los que participen de lo que podríamos considerar como la “segunda” resurrección durante el milenio, que volverán a la vida con un cuerpo terrestre, eso es, procedente de la tierra (Gén. 2:7), esas personas reconocidas como Hijos de Dios, dejaron esa condición de origen terrestre para siempre en el momento de su muerte, para adquirir un cuerpo nuevo que les ha “fabricado” el propio Jehová en los cielos, por lo tanto ya de condición divina y que les será dado en el momento de su resurrección; el hecho de que se nos mencione que no será hecho “por manos humanas” significa que a diferencia del resto de la humanidad, este cuerpo no será de sustancia terráquea, eso es, compuesto de los ingredientes del suelo (Gén. 3:19) y que resulta del producto del ayuntamiento de un hombre y una mujer, con la aparición de un nuevo ser en el mundo, en definitiva de esencia terrenal y que es lo que transmite el ser humano a su descendencia. No será este el caso en dichos personajes, pues desechados definitivamente sus cuerpos terrenales, serán dotados de cuerpos acordes con la condición que tienen de Hijos de Dios y hechos por Este, por lo que serán de esencia divina o dicho para entendernos, como una porción del propio Dios Altísimo hecha materia y a lo que Pablo denominó “una nueva creación”:

2 Cor. 5:17: “Por consiguiente, si alguien está en unión con Cristo, es una nueva creación; las cosas viejas pasaron, ¡miren!, cosas nuevas han llegado a existir.”

Gál. 6:15: “Porque ni la circuncisión es nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación es algo.”

No olvidemos, que hasta el momento conocemos dos formas de vida: la espiritual y la material, una de ascendencia o esencia celestial y la otra de ascendencia o esencia terrenal; sin embargo ahora estamos hablando de una tercera concepción de vida, eso es, vida material o en la forma de hombres, pero de ascendencia celestial o proveniente de Dios. Y dado que son Hijos de Dios, los cuerpos que reciben también tienen que reflejar las características de su Padre Celestial y llevándose con ello al extremo, la afirmación que Jesús hizo en su momento en el sentido de que quién lo estaba viendo a él, estaba viendo al Padre (Juan 14:9), o sea, ya en un total y estricto sentido del término. Luego cuando en el reino de Dios ya instalado en esta tierra, estemos conviviendo con Jesucristo y con sus hermanos, estaremos conviviendo y por decirlo de una manera un tanto pedestre, pero lo máximo de realista, con sustancia de Dios en forma de hombres (no olvidemos que estamos hablando de una nueva creación); de hecho, algo de ello parece que se nos quiere dar a entender, cuando en Rev. 21:3-4 leemos lo siguiente:

Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad y él (eso es, Dios) residirá con ellos y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. 4 Y limpiará toda lágrima de sus ojos y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”.” (Acotación nuestra).

Tan explícito es dicho pasaje, que muchos que se las dan de teólogos dicen que, efectivamente, de manera literal Jehová habitará con el hombre aquí en la tierra, pero planteamiento que se topa con algunas “pequeñas” dificultades; por ejemplo, con lo afirmado por el propio Jehová a Moisés:

Y añadió: “No puedes ver mi rostro, porque ningún hombre puede verme y sin embargo, vivir.” (Éxo. 33:20).

Recordemos que ni el propio Adán, en estado de perfección y siendo directa creación de Dios, pudo ver a literalmente a Este, sino que lo único que percibía era “la voz de Jehová que andaba en el jardín” (Gén. 3:8-10); pero tenemos otro pasaje de más peso, que nos muestra la imposibilidad de que Dios literalmente more con el hombre y que encontramos en 1 Rey. 8:27, que nos narra el solemne momento de la inauguración del templo de Jerusalén y las palabras que el rey Salomón dirigió a Aquél para quién se había edificado el mismo:

Pero ¿verdaderamente morará Dios sobre la tierra? ¡Mira! Los cielos, sí, el cielo de los cielos, ellos mismos no pueden contenerte ¡cuánto menos, pues, esta casa que yo he edificado!

Pero para entender ese pasaje en toda su dimensión, veamos como lo vierten otras dos traducciones:

PDT: “Pero ¿en realidad puede vivir Dios en la tierra? Si ni los cielos más profundos pueden contenerte, entonces ¿cómo será adecuado para ti este templo que he hecho construir?

DHH: “Pero ¿será verdad que Dios puede vivir sobre la tierra? Si el cielo, en toda su inmensidad, no puede contenerte, ¡cuánto menos este templo que he construido para ti!

Luego es obvio que Jehová y que identifica al globo terráqueo como el “escabel” de sus pies (Isa. 66:1), no puede literalmente posarse sobre esta tierra y vivir junto a nosotros…… sin embargo, eso es lo que parece decirnos Rev. 21:3-4 y por lo que habría de averiguarse, cuál es la fórmula para que dicha circunstancia se produzca, sin violar los pasajes mencionados; y clave para esclarecer dicha cuestión, la tenemos en Rev.21:4 mencionado hace un momento y que, recordemos, nos dice lo siguiente:

Y limpiará toda lágrima de sus ojos y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.”

Por lo que ahora razonemos sobre lo que hemos leído y preguntémonos ¿quiénes son los que llevan a cabo todos esos cambios sobre la tierra durante el milenio? Pues Jesucristo y sus hermanos, en todo semejantes a él y a quien todo poder y autoridad sobre el cielo y sobre la tierra le han sido concedidos (Mat. 28:18); y que según leemos en las Escrituras, una vez conseguido dicho objetivo y al término de los mil años de gobierno teocrático sobre la tierra, ocurre lo siguiente y según la versión Dios Habla Hoy:

Entonces vendrá el fin (o la culminación del Plan de Dios para la restauración de la humanidad), cuando Cristo derrote a todos los señoríos, autoridades y poderes y entregue el reino al Dios y Padre. 25 Porque Cristo tiene que reinar hasta que todos sus enemigos estén puestos debajo de sus pies (luego durante el milenio Jehová no estará en la tierra ni, obviamente, después del mismo, como tampoco lo estuvo en el principio); 26 y el último enemigo que será derrotado es la muerte. 27 Porque Dios lo ha sometido todo bajo los pies de Cristo. Pero cuando dice que todo le ha quedado sometido, es claro que esto no incluye a Dios mismo, ya que es él quien le sometió todas las cosas. 28 Y cuando todo haya quedado sometido a Cristo, entonces Cristo mismo, que es el Hijo, se someterá a Dios (y le devolverá el reino), que es quien sometió a él todas las cosas. Así, Dios será todo en todo.” (1 Cor. 15:24-28). (Acotaciones nuestras).

Entonces y volviendo al tema que nos ocupaba ¿en qué sentido estará Dios con la humanidad? A nuestro entender solo existe una manera y que es la que hemos apuntado: en las figuras, tanto de Jesucristo y de sus hermanos que son un calco de este, que no son otra cosa y por decirlo de alguna manera, más que ínfimas “porciones” del un todo que es Dios, materializadas en cuerpos humanos como Hijos Suyos o lo que viene a ser lo mismo, esencia del propio Dios en figura o forma humana; y circunstancia que les permite el convivir entre nosotros, sin que su presencia nos sea letal, como sí lo es la del Altísimo, según hemos leído…… en definitiva, que ellos “son” Dios y con todas la limitaciones que a ello le queramos poner. Y para transmitirles la idea de la forma más cercana a lo que intentamos decirles, vean el siguiente ejemplo y que una buena amiga de este blog nos ha hecho llegar: si ustedes van a la orilla del mar y sacan con un cuenco una porción de agua de este, lo que tienen en sus manos en ese momento, no es otra cosa más que “mar”, aunque solo sea en una ínfima cantidad, si la comparamos con la vasta porción de agua que tenemos ente nosotros…… pero en definitiva “mar” y no otra cosa; y siendo eso, exactamente, lo sucedido en el caso de esos personajes. Dicho lo cual y partiendo de todo lo considerado, volvamos al principio de esta historia y que iniciábamos con Juan 3:16…… ¿se acuerdan de lo que decía?; veámoslo de nuevo:

Porque tanto amó Dios al mundo (de la humanidad) que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Acotación nuestra).

Y ya hemos visto en qué consiste la “vida eterna destructible” y que suena más suave si se define diciendo que no es más que la “vida eterna”, sujeta o dependiente de la obediencia a Dios; sin embargo, en el “Plan Divino de Redención” también se contemplaba, aparte de la figura de Jesucristo, la de un determinado número de personajes que acompañarían a este en la gobernación de un reino por mil años y que colaborarían en el encargo dado al mismo, de llevar a cabo dicha obra de restauración…… por lo que la pregunta es ¿qué criterio se siguió, para elegir a dichas personas? Pues sencillamente a medida que se iban incorporando, eso es, a los primeros que aceptaron la propuesta de Jesús y decidieron seguirle, sin saber siquiera lo que les esperaba, como queda claro por las palabras que los apóstoles dirigieron a Jesús y que encontramos en Mat. 19:27-28:

Entonces Pedro le dijo en respuesta: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros, realmente?”. 28 Jesús les dijo: “En verdad les digo: En la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel”.”

Por lo que estaríamos hablando simplemente de estar en el lugar oportuno, en el momento adecuado y situación que se extendió hasta el tiempo en que, con la muerte del último apóstol y por las razones ya dadas, llegó temporalmente a su final dicha obra y que repetimos como recordatorio: con la muerte de los apóstoles se acabó el bautismo en espíritu santo, pues eran los únicos autorizados para poderlo impartir y que era el que le daba a uno la unción como Hijo de Dios…… y con ello finalizó la posibilidad de todo ser humano y por esfuerzo personal, de poder alcanzar un puesto en dicha gobernación de hechura divina. Y decimos que concluyó temporalmente, pues según nos dicen las Escrituras queda por aparecer un pequeño “resto” de esos personajes (Rev. 6:9-11) y prefigurado por los “dos testigos” de Rev. 11:3 y que a diferencia de lo que ocurrió en el primer siglo, ya serán elegidas “a dedo” por el Altísimo; no obstante a esas personas y al igual que a todo hijo de vecino, en principio les aplicaban las palabras citadas de Juan…… solo que por haber sido los primeros que siguieron a Jesús, en el caso del primer siglo y por haber sido seleccionados directamente por Dios dicho resto, serán exaltados a una posición más elevada, como queda claro de lo dicho en Rev. 14:4:

Estos son los que no se contaminaron con mujeres (u organizaciones religiosas fraudulentas); de hecho, son vírgenes. Estos son los que van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad (o “mundo” del que nos habla Juan 3:16), como primicias para Dios y para el Cordero.” (Acotaciones nuestras).

Ahora bien, puesto que estaríamos hablando de unas personas sacadas de entre los miembros del mundo de la humanidad obediente y a la que le fue ofrecida la oportunidad de conseguir la “vida eterna”, como “primicias” o primeros frutos de una cosecha mayor, es obvio entonces que la afirmación de algunos “teólogos” en el sentido de que todos los cristianos bautizados de todos los tiempos reinarán junto a Cristo, no deja de ser más que una majadería propia de la ignorancia que atesoran esos señores y algo que, en sí mismo, ya les descalifica categóricamente de su pretendida condición de personas “ungidas”. No obstante y para ahondar un poco más en el tema, en el sentido que la “inmortalidad” y desde el punto de vista bíblico, es mucho más que la “vida eterna”, basta con analizar lo que se lee en Rev. 20:7-9:

Ahora bien, luego que hayan terminado los mil años, Satanás será soltado de su prisión, 8 y saldrá a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos para la guerra. El número de estos (los extraviados) es como la arena del mar. 9 Y avanzaron sobre la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró (“muerte segunda” o destrucción eterna).” (Acotaciones nuestras).

Una vez más y como en el caso de Adán, la capacidad de mantener la “vida eterna” que nos fue recuperada mediante el sacrifico redentor de Cristo y que empezaremos a disfrutar en el momento de pasar con vida al reino de Dios, o bien al resucitar dentro del mismo, dependerá de la respuesta que se dé ante el desafío satánico al que seremos sometidos todos mil años después, como se deduce de lo leído en el pasaje en cuestión y lo que nos demuestra que la “vida eterna” está intrínsecamente relacionada con la obediencia a Dios; ahora bien ¿todos?…… bueno, todos menos aquellos que nos gobernarán (Jesucristo y sus hermanos) pues al ser estos esencia divina, ellos están ya por encima de cualquier prueba:

Al estar bajo prueba, que nadie diga: “Dios me somete a prueba”. Porque con cosas malas Dios no puede ser sometido a prueba, ni somete a prueba él mismo a nadie.” (Santiago 1:13).

Dicho lo cual, vemos que aquellos que superen la prueba sencillamente continuarán disfrutando de la “vida eterna” que les fue dada en un principio y que mientras mantengan fidelidad a su Creador, vivirán por los siglos de los siglos. Por lo que a aquellos que niegan dicho extremo, o sea, que la “vida eterna” no es vida dependiente de la obediencia a Dios, les haríamos la siguiente pregunta ¿cuál continúa siendo entonces, la situación de las criaturas angélicas y que fueron creadas mucho antes que el ser humano? (Job 38:7). Obviamente, la misma que siempre han tenido y con lo que está claro, que la “vida eterna” es una condición de vida sujeta a la obediencia al Creador y por lo tanto “destructible” en un momento dado…… algo que se entiende cuando uno analiza con seriedad y atención el pasaje de Gén. 2:17 y no se lee de pasada como suelen hacer muchos, al considerarlo un texto sin contenido e interés alguno; pero con el fin de probar nuestra afirmación sobre lo que significa la “vida eterna”, leámoslo de nuevo:

Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás.”

De entrada, tenemos que decir que dicho árbol no simbolizaba más que la obediencia debida del ser humano a Aquél que lo creó y lo cual continuará por la eternidad (con árbol o sin árbol), como no puede entenderse de otra manera…… y es que si Jehová puso leyes, obviamente era para que fueran obedecidas ¿o no? Porque si bien es cierto que hoy no nos regimos por la Ley Mosaica, no es menos cierto que todos continuamos bajo ley, por tanto sujetos a obediencia:

Porque siempre que los de las naciones que no tienen ley, hacen por naturaleza las cosas de la ley, estos, aunque no tienen ley, son una ley para sí mismos. 15 Son los mismísimos que demuestran que la sustancia de la ley está escrita en sus corazones, mientras su conciencia da testimonio con ellos y, entre sus propios pensamientos, están siendo acusados o hasta excusados.” (Rom. 2:14-15).

Luego si tenemos una conciencia que nos dice “esto es correcto y esto otro, no” (y más, si la tenemos entrenada en las cosas de Dios), eso es, que somos conscientes de lo que está bien en detrimento de aquello que está mal, ello significa que como seres racionales, estamos sujetos a leyes que rigen nuestro comportamiento dentro de una sociedad inteligente con la que tenemos que convivir. Pero es que además, la condicional puesta por Jehová fue la de que “en el día que comas, morirás”…… es obvio que ello significa que dicha condición restrictiva era eterna, pues si Adán no hubiera comido, la tal condición se habría mantenido eternamente en vigencia. Entonces hay que entender que la muerte de Jesucristo no quitó dicha condicional, sino que lo que hizo fue dar la oportunidad a los descendientes de Adán de no tener que pagar por algo de lo que no eran culpables, pues ellos no fueron (y no somos) los que tomaron la decisión de desobedecer la advertencia de Dios; por lo tanto, cuando todo vuelva a la situación de normalidad que existía en el tiempo de Adán, la cuestión de la obediencia a su Creador continuará ante el ser humano eternamente, para poder mantener la “vida eterna” de la que de nuevo será dotado.

Todo considerado, la conclusión y siempre desde el punto de vista de las Escrituras, es que la “vida eterna” y la “inmortalidad”, no son las dos caras de una misma moneda, sino dos cosas totalmente distintas cuando como hemos dicho, las enfocamos, no desde nuestro personal punto de vista como seres humanos, sino desde el punto de vista de nuestro Creador: la “vida eterna” significa el vivir eternamente, maravillosa dádiva que recibimos de Jehová Dios y que nadie nos puede arrebatar, ni siquiera nuestro propio Creador, pero condicionada también eternamente a la obediencia a Este. Y siendo la “inmortalidad” no una mera extensión de la vida por tiempo indefinido, sino la nueva dimensión corpórea que les será dada a esos seres que han de reinar en el milenio en condición de Hijos de Dios y que, despojados totalmente de su condición de origen terrenal, pasan a la condición de esencia de Dios o, por decirlo de alguna manera, como si de “réplicas” de Dios en miniatura y en la figura de hombres se tratara y algo que nada tiene que ver con “la confianza” que pueda tener Dios con respecto de ellos, como absurdamente afirman los TJ. De ahí, que los Pedro, Juan, Pablo y tantísimos otros como Jehová tuvo a bien escoger, pasen de ser cuando estaban en forma humana Hijos “adoptivos” de Dios, a la situación de Hijos de Dios de pleno derecho con todas sus consecuencias en su nueva condición y por tanto, que reflejen las mismas cualidades divinas de inmortalidad, justicia, lealtad, amor, poder, sabiduría, imparcialidad, etc. etc. etc. que siempre han caracterizado al Dios Todopoderoso y Excelso Padre de ellos y, que como hemos dicho, tuvo a bien el llamarles a Su Servicio…… eso sí y como ya hemos apuntado, no siendo estos más que una ínfima expresión divina, si se les intentara comparar con el Excelso Creador del Universo y de todas las cosas que en el mismo existen.

Dicho lo cual ¡ya lo saben, queridos amigos que tienen la paciencia de leernos!…… a echar mano de sus ejemplares de la Biblia y comprobar si lo que les hemos dicho se ajusta a la realidad que en ella se nos cuenta, o si por el contrario y como diría nuestro amigo el castizo…… “nos hemos “pasao” siete pueblos”.

MABEL

HIJOS DE DIOS ¡IMPOSIBLE!…… HIJOS DEL DIABLO ¡PROBABLE!

Posted in Uncategorized with tags , , , , , on 13/10/2013 by Armando López Golart

1293498169158_fHace unos pocos días, recibimos un correo que nos sorprendió, pues se refería a un tema del que recientemente y desde diferentes ópticas, nos hemos ocupado profusamente y por lo que pensábamos estaba ya entendido por nuestra entendida “concurrencia”, que tiene que ver con la existencia o no y en el momento actual, de supuestos “ungidos” o Hijos adoptivos de Dios; cuestión ésta en donde el más tonto hace relojes, eso es, que cualquiera y porque se haya bautizado ya se considera como tal, bien sea por que se lo han dicho “de buena fuente” los dirigentes de su iglesia u organización religiosa con la que se asocie, bien porque haya tenido un subidón de emotividad en el momento de su bautismo y se haya “sentido” llamado por Dios para tan alto privilegio…… sea como fuere, estaríamos ante una cuestión que no es de menor cuantía.

Porque no podemos olvidar y de ello la tremenda importancia que tiene el ostentar dicha condición, que la misma eleva a uno a la condición de hermano de Jesucristo y en consecuencia, a heredar con éste el reino de Dios venidero en calidad de inmortal rey y sacerdote por mil años, eso es, que en lugar de ser un súbdito de dicho reino, ocupará uno el cargo de inmortal rey y sacerdote en el mismo…… obviamente, una “pequeña” diferencia. Pero de ello se genera una derivada y que hace que dicha cuestión no quede circunscrita solo a los que sienten tal llamado, sino a todos aquellos que deseamos conocer las cosas que tienen que ver con nuestro Creador, pues tenemos el hecho de que un Hijo de Dios y según las Escrituras, está “guiado por el espíritu de Dios” (Rom. 8;14) y por lo que al modo de los Pedro, Pablo, Juan y tantos otros que en su momento gozaron de tal privilegio, habría que presuponer que las “enseñanzas” de estos actuales personajes supuestamente “ungidos”, están revestidas de la autoridad divina y con ello, adquieren rango de “palabra de Dios”…… con lo que todos, repetimos, nos vemos afectados por tan disparatada creencia, que no tiene fundamento bíblico alguno como veremos a lo largo de este escrito. Y con el añadido, de que los que no nos consideramos poseedores de dicha relación paterno/filial con el Altísimo, por ejemplo los autores de este blog y que plantamos cara a las barbaridades que como “enseñanzas” publican dichos supuestos “ungidos” actuales, lo que realmente estaríamos haciendo es discutir información proveniente de Dios, por medio de esos canales o personajes y con lo que no nos negarán que ello nos pondría en una muy grave posición ante el Creador, por lo que es del todo necesario aclarar esta cuestión…… dicho lo cual y reconocida la importancia del tema, veamos el correo recibido y del que solo transcribiremos la pregunta que en el mismo se nos formula, que como tenemos por costumbre será sin retoque alguno:

“…… usted como se considera hijo de Dios o hijo del diablo,en la actualidad por quien somos guiados por el E.S.o por el espíritu del diablo.”

Y dejando aparte otras consideraciones, entremos a analizar en primer lugar la pregunta acerca de qué nos consideramos ser nosotros, si hijos de Dios o hijos del Diablo y, en segundo lugar, por quién en la actualidad está guiado el “personal”…… si por el espíritu santo de Dios o por el contrario, por el espíritu de Satanás. Pero para lograr un entendimiento claro de esa primera cuestión planteada, eso es, si uno y prescindiendo lo que piense a nivel particular, es o no es realmente un “ungido” o Hijo de Dios (por supuesto, nadie se arroga el dudoso privilegio de ser un hijo del diablo, como no se trate de algún “pirao” y que de todo hay en la viña del Señor), tendríamos que llegar a un entendimiento cabal del siguiente pasaje y que dicho sea de paso, es totalmente desconocido por esos personajes que afirman ser “ungidos”…… no el pasaje como tal y que es usado con profusión por dichos personajes para apoyar su grotesca afirmación, sino el entendimiento del mismo y lo cual ya es harina de otro costal:

Todos ustedes, de hecho, son hijos de Dios mediante su fe en Cristo Jesús. 27 Porque todos ustedes los que fueron bautizados en Cristo se han vestido de Cristo.” (Gál. 3:26-27).

De ahí que en Rev. 16:15, Jesucristo dijera que uno debe mantenerse despierto y guardar “sus prendas de vestir exteriores, para que no ande desnudo y la gente mire su vergüenza” y lo que equivaldría a mantenerse “vestido de Cristo”, eso es, el mantener la condición de aprobación ante Jehová por parte de aquellos a los que les había sido concedida; pero dicho lo cual, vayamos al punto focal del texto y que tenemos condensado en las palabras “bautizados en Cristo”, porque ¿qué significa estar “bautizado en Cristo”? Y es que lo que queda claro en dicho pasaje, es la estrecha relación existente entre ser uno un “ungido” o Hijo adoptivo de Dios, con el estar “bautizado en Cristo” y lo que nos lleva a tener que averiguar, de cuántos bautismos nos hablan las Escrituras esencialmente; por lo que veamos cuál es, el primero de los bautismos que se nos menciona en la Biblia:

Ni siquiera yo lo conocía, pero El Mismo que me envió a bautizar en agua me dijo: “Sobre quienquiera que veas el espíritu descender y permanecer, este es el que bautiza en espíritu santo”.” (Juan 1:13).

Luego el primer bautismo como tal de la historia, lo impartió Juan “el bautizante” (de ahí el sobrenombre que se le dio) bajo la directa dirección dada por el propio Dios y que consistía en sumergir a uno en agua, como público reconocimiento de éste del arrepentimiento por sus pecados cometidos…… y a este bautismo en agua, se le conoció como “el bautismo de Juan” (Mar. 11:30; Luc. 20:3). Ahora bien, no es menos cierto que el pasaje que estamos analizando ya apunta a la idea de que había otro bautismo por venir, pues a Juan le fue dicho acerca de Jesús que “este es el que bautiza en espíritu santo” y por lo que solo es razonable, que este nuevo bautismo en espíritu santo fuera reconocido como el “bautismo de Cristo”, dado que en el pasaje citado queda claro que solo Jesús podía administrarlo; luego ya tenemos otro bautismo en marcha, lo que nos lleva a plantearnos unas cuantas cuestiones sobre el mismo: por ejemplo, cuando se instauró dicho bautismo; o si el tal, anuló o dejó sin efecto al “bautismo de Juan”; por otra parte, cómo se impartía y ya, finalmente, que finalidad u objetivo tenía ese nuevo bautismo.

De entrada diremos, que este bautismo en espíritu santo solo se pudo dispensar a partir de la muerte y resurrección de Jesús, pues este hizo mención de ello en algunas ocasiones a sus apóstoles y lo que significaba (detalle muy importante, para entender el alcance de lo queremos explicar) que cuando el propio Jesús durante su ministerio y a través de sus apóstoles, bautizaba en agua, no hacía más que impartir el “bautismo de Juan” y con el mismo significado que siempre había tenido: bautismo de arrepentimiento público de los pecados cometidos por el que se sometía al mismo; pero veamos lo que el propio Jesús dijo a sus apóstoles y que confirma nuestra afirmación al inicio de este párrafo, acerca del cuándo se iba a poder impartir dicho bautismo y circunstancia que tenía que ver, con el que él siguiera su camino al padre, eso es, que muriera como murió:

No obstante, les digo la verdad: Es para provecho de ustedes por lo que me voy. Porque si no me voy, el ayudante (el espíritu santo) de ninguna manera vendrá a ustedes; pero si sigo mi camino, lo enviaré a ustedes.” (Juan 16:7). (Acotación nuestra).

Una vez muerto y ya resucitado, veamos cuales fueron las últimas instrucciones que Jesucristo dio a sus apóstoles, antes de ascender al cielo:

Y estando reunido con ellos, les dio las órdenes: “No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes (los apóstoles y no otros) serán bautizados en espíritu santo no muchos días después de esto”.” (Hech. 1:4-5). (Acotación nuestra).

Está claro, entonces, que Jesucristo estaba hablando de un bautismo distinto al de Juan (realizado en agua), pues los apóstoles ya hacía años que había sido bautizados en el mismo, por lo que tendríamos que estar hablando de otra cosa y lo que nos lleva a la segunda de las cuestiones planteadas…… ésta en el sentido de si con ello se dio por finiquitado o anulado el “bautismo de Juan”, al aparecer el nuevo bautismo. Que no fue así, al menos de momento, queda claro por las palabras que Jesús en cierta ocasión habló con un tal Nicodemo y relacionadas con los dos requisitos fundamentales que tenía que reunir todo aquél que deseara alcanzar un puesto en el gobierno del reino de Dios, en calidad de inmortal rey y sacerdote:

Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:5).

O lo que es lo mismo, que uno hubiera sido bautizado en el “bautismo de Juan” (Mar. 11:30), que se administraba mediante agua y que hubiera sido bautizado también, en el “bautismo de Cristo” (Gál. 3:27) y que se administraba mediante el espíritu santo…… a eso se le llamaba y se le sigue llamando “nacer de nuevo” (Juan 3:3). Dicho lo cual, veamos ahora la tercera de las cuatro cuestiones formuladas y que nos lleva a averiguar el cómo se administraba dicho bautismo, algo que las Escrituras nos muestran claramente: se administraba mediante el ritual de la imposición de manos por parte de los apóstoles (Hech. 8:17: 19:6), cómo únicas personas autorizadas para ello (señalemos, no obstante, que dentro de la congregación cristiana primitiva, no todas las imposiciones de manos tenían como finalidad última el transmitirle a uno el ungimiento como Hijo de Dios) y que nos lleva a la cuarta cuestión planteada, acerca de la finalidad u objetivo perseguido por ese nuevo bautismo…… lo cual implica el hacernos la siguiente pregunta: ¿qué efecto tuvo en los apóstoles, ese bautismo en espíritu santo o “bautismo de Cristo” y que lo hizo totalmente diferente de su anterior bautismo en agua o “bautismo de Juan”? Pues que les dio una condición que no recibieron con el bautismo en agua y que tenía que ver con el declararles Hijos adoptivos de Dios y condición que se manifestaba públicamente, por los poderes sobrenaturales que tras dicho “bautismo en Cristo”, podían llevar a cabo aquellos que lo había recibido (Hech. 2:4; 19:6)…… y que no se les permitía desplegar, sin embargo, a los que solo habían recibido el “bautismo de Juan”.

Por ejemplo, un seguidor de Jesucristo llamado Felipe y que había recibido dicha condición de manos de los apóstoles, revolucionó Samaria con los poderes que podía desarrollar en su condición de “ungido” o Hijo de Dios (Hech. 8:6-7; 13); ahora bien, hemos dicho que solo los apóstoles podían bautizar en espíritu santo y con ello conceder el don de la adopción de uno como Hijos del Altísimo y siendo el tal Felipe el máximo exponente de lo que afirmamos; porque si bien y en función de su condición de “ungido” podía bautizar a otros en el “bautismo de Juan”, eso es, en agua y además, podía efectuar obras poderosas lejos del alcance del común de los mortales, no podía sin embargo impartir dicho bautismo en espíritu santo y con ello, transmitir la condición mencionada de Hijo de Dios a otros…… ello queda claro, por el hecho de que los apóstoles se tuvieron que trasladar desde Jerusalén a Samaria, para consumar dicho bautismo (Hech. 8:14-17). Otro punto en cuestión, es el de que solo pueden bautizar aquellas personas autorizadas por Dios y que a día de hoy no las hay, algo que explicamos en su momento en uno de nuestros artículos (02/11/11) y que titulamos “Pero…… ¿y quién nos bautiza?”.

Recordemos y volviendo a lo que nos ocupaba, que hemos dicho que solo Jesús y después de su ascensión a los cielos, pudo impartir dicho bautismo en espíritu santo y acto que se llevó a cabo el Pentecostés de 33 E.C. y únicamente sobre los 12 apóstoles (grupo al que posteriormente fue incorporado Pablo), con lo que se convirtieron, por tanto, en depositarios únicos de la autoridad de podérselo transmitir a otros, como hemos demostrado bíblicamente en el párrafo anterior. Ello nos lleva al punto clave de la cuestión que estamos analizando, pues se entiende que con la muerte del último de dichos apóstoles, se acabó la posibilidad de habilitar a más personas el acceso a la condición de Hijo de Dios, dado que no existía ya sobre la tierra quien pudiera transmitirla; que la situación era esta, se deduce también por unas palabras que Jesús dirigió a su Padre Celestial y en directa alusión a sus seguidores, en donde dijo lo siguiente:

Hago petición, no respecto a estos solamente, sino también respecto a los que pongan fe en mí mediante la palabra de ellos.” (Juan 17:20).

Lo que nos viene a decir, que Jesús pedía por sus apóstoles y por aquellos que a través de la directa palabra de estos, creyeran también en él; que ello es así, queda claro por lo dicho hasta el momento, porque si con la muerte de los apóstoles se acabó la transmisión del bautismo en espíritu santo y que lo habían recibido directamente de Jesucristo, con la muerte de aquellos que lo recibieron directamente por mano de los apóstoles de Jesús, se acabó lógicamente la razón y objetivo último de la predicación iniciada por Jesús y que no era otra, que el escoger a aquellos que con él tenían que gobernar en el reino de Dios…… y es que con la muerte de los apóstoles, no lo olvidemos, finalizó el tiempo en que el ser humano tuvo la oportunidad de ser elevado a la condición de inmortal Hijo de Dios, para al igual que Jesucristo, servirle como rey y sacerdote durante el milenio. Que ello es así, queda probado por el hecho de que Jesús habló de otra gran predicación, a llevarse a cabo en la parte final de los tiempos (Mat. 24:14) y que sería seguida por “el fin”, obviamente, no del mundo sino del sistema de cosas actual; ello nos deja claro que esa predicación del primer siglo iniciada por Jesús y continuada por sus apóstoles, tenía fecha de caducidad y que coincidió, como hemos señalado, con la muerte del último de ellos en 99 E.C. y que fue el apóstol Juan…… ahí acabó la búsqueda de aquellos que tenían que reinar con Cristo, pues los pocos que quedaban que habían recibido dicho privilegio de manos de los apóstoles, hemos dicho que no se la podían pasar a otros y con lo que razonablemente, como hemos señalado, dicha obra quedó finiquitada.

Pero no es menos cierto que llegado el momento de la muerte del último apóstol y con ello, la desaparición del “bautismo de Cristo”, eso es, la desaparición definitiva de uno de los dos requisitos impuestos por Jesús para alcanzar una plaza en el gobierno del reino (recordemos Juan 3:5 ya leído), el “bautismo de Juan” quedó obsoleto pues ya no tenía sentido alguno el mantenerlo. No olvidemos, que la finalidad del “bautismo de Juan”, era la de atraer hacia Jesús a personas de buena condición (Luc. 1:16-17) y de dónde éste pudiera escoger, a aquellos que con él compartirían la responsabilidad de gobernar en el reino de Dios y algo que hizo, derramando sobre esos escogidos el bautismo de espíritu santo o “bautismo de Cristo” y que los elevaba a la condición de Hijos de Jehová…… pues este era el significado respectivo de cada bautismo: el de Juan en agua, como reclamo para atraer a los dispuestos hasta el Mesías y el de Jesús en espíritu santo, el de señalar a aquellos que finalmente fueron escogidos; ya otra cosa, es todo el montaje que las distintas denominaciones religiosas se han montado a su alrededor. Porque algo que no tenemos que pasar por alto, es que en última instancia lo que han hecho dichas organizaciones religiosas de la mal llamada “cristiandad” con dicho bautismo, no ha sido otra cosa que dividir a las personas en distintas facciones y enfrentándolas entre sí, a lo largo de toda la historia conocida de la religión y eso ya, a partir de la muerte de los apóstoles (1 Juan 2:18)…… prueba concluyente de que tenemos razón en lo afirmado, es que dicho “bautismo de Juan” y que se continúa practicando hoy día, lejos de ser un instrumento al servicio de Dios, no ha sido más que un arma letal en manos de Satanás para dividir al “personal” (crear “sectas” o “herejías” según versiones, enseñanzas falsas en todo caso que dividen y que son “destructivas”, según 2 Ped. 2:1) y llevándolo con ello a violar, el fundamental primer requisito entre aquellos que dicen ser seguidores de Cristo:

Ahora los exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos hablen de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Cor. 1:10).

O como solemos decir desde este blog, el mismo parecido de un huevo a una castaña, lo que se pidió a lo que vemos actualmente, porque ¿en cuántas denominaciones diferentes está dividida la “cristiandad” actual? Según hemos podido averiguar, estaríamos hablando de más de 30.000 denominaciones distintas dentro de la misma y que como ejemplo de “unión”, no está nada mal; lo cual no es óbice, sin embargo, para que un inmenso número de “fantasmas” de entre los miembros de las mismas y a los que se suman aquellos que van por libre, se crean señalados por el dedo de Dios para llegar a ocupar un “trono” al lado de Jesucristo en calidad de inmortal rey y sacerdote y para lo cual, recordemos, se precisa ser un Hijo adoptivo de Dios, o lo que se denomina ser un “ungido”. Con lo que nos encontramos con una feroz controversia entre esos supuestos “ungidos”, pues mientras los unos afirman ser los verdaderos y que todos los restantes son los falsos, los de la denominación de enfrente dicen totalmente lo contrario y así recíprocamente, los unos en contra de los otros; ahora bien, en lo que están totalmente de acuerdo los unos y los otros, es en el hecho de que han conseguido su “ungimiento” como Hijos adoptivos de Dios, mediante el bautismo en agua o el “bautismo de Juan”…… algo que jamás en la historia bíblica ha otorgado dicho bautismo en agua, como hemos podido comprobar en lo mencionado hasta el momento.

Luego la respuesta a la pregunta recibida en el correo que transcribimos el inicio de este escrito, es obvia: los autores de este blog no nos consideramos hijos de Dios, porque en este momento y por todo lo considerado, no existe sobre la tierra persona alguna que ostente la condición de “ungido” o Hijos adoptivo de Dios. Que ello es así, queda demostrado por unas palabras que Jesucristo dirigió a sus apóstoles en el mismo momento de partir al encuentro de su Padre en los cielos, registradas en Mar. 16:15-20 y que trascribiremos en la versión Traducción en Lenguaje Actual, pues es la que lo vierte de una forma más sencilla y por tanto, perfectamente entendible:

Jesús les dijo: “Vayan por todos los países del mundo y anuncien las buenas noticias a todo el mundo. 16 Los que crean en mí y se bauticen, serán salvos. Pero a los que no crean en mí, yo los voy a rechazar. 17 Los que confíen en mí y usen mi nombre podrán hacer cosas maravillosas: Podrán expulsar demonios; podrán hablar idiomas nuevos y extraños; 18 podrán agarrar serpientes o beber algo venenoso y nada les pasará. Además, pondrán las manos sobre los enfermos y los sanarán”.

19 Cuando el Señor Jesús terminó de hablar con sus discípulos, Dios lo subió al cielo. Allí, Jesús se sentó en el lugar de honor, al lado derecho de Dios. 20 Y los discípulos, por su parte, salieron a anunciar por todas partes las buenas noticias del reino. El Señor Jesús los acompañaba y los ayudaba por medio de señales milagrosas; y así Dios demostraba que los discípulos predicaban el mensaje verdadero. Amén.”

Entonces la pregunta es obvia: ¿conoce usted a alguien de entre toda esa jauría de “iluminados” que se auto-identifican como Hijos de Dios y afirman predicar el evangelio “verdadero”, que puedan efectuar esas obras poderosas mencionadas y que Jesucristo afirmó sin lugar a duda alguna (no lo olvidemos), que les sería concedido el poder necesario para llevarlas a cabo?…… no ¿verdad? Entonces o Jesucristo nos mintió, o nos están mintiendo todo ese enjambre de petulantes indocumentados, que afirman ser lo que no son y lo que nos lleva al título que da pie a este escrito, en el sentido de que ser Hijo de Dios es actualmente imposible…… pero el ser un hijo de Satanás, es bastante probable; porque veamos lo que en su momento Jesús afirmó con relación a los dirigentes religiosos de su tiempo, eso es, a aquellos que en se momento tenían a su cargo, el enseñar la Ley de Dios a la “parroquia”:

Ustedes proceden de su padre epropia disposición, porque es mentiroso y el padre de la mentira.” (Juan 8:44).

Ahora preguntémonos: ¿qué es lo que están haciendo, estas personas que nos dicen presuntuosamente que son “ungidas”, por tanto “guiadas” por el espíritu santo y que nos están predicando que todos aquellos que crean en Jesucristo y se bauticen serán salvos (la primera parte del pasaje de Marcos mencionada) y que por lo tanto, todos ellos pasarán a reinar con Cristo en los cielos, pero omitiendo de forma interesada lo que dice la segunda parte del pasaje citado…… como no sea el mentirnos como bellacos? Vean ustedes una declaración “tipo” de uno de esos “iluminados” y que por caridad cristiana (ya saben ustedes…… la cercanía de la Navidad y todas esas cosas), omitiremos el dar su nombre:

Yo soy un UNGIDO del Señor, y nadie debe o puede tocarme a mí, o a usted, si en verdad es un cristiano, sin tener luego que pagar un precio muy caro. Yo me considero un UNGIDO del Señor, y si usted no se considera así, entonces usted no ha entendido lo que significa ser un cristiano o un ungido.”

Ahora bien, “Ungidos con el Espíritu Santo” resalta otras bendiciones colaterales que Dios nos añade cuando nos entrega el Espíritu Santo, PERO LO MÁS IMPORTANTE ES QUE NOS GUÍA A LA VERDAD (Ver Juan 16:13). NADIE PUEDE SER GUIADO A LA VERDAD SIN EL ESPÍRITU OBRANDO EN ÉL.” (Negritas nuestras).

A tenor de lo considerado y puesto que dichos sujetos se reafirman constantemente en su mentira sobre un supuesto “ungimiento” y algo de lo que parece ser, no se ha enterado Jehová, pues no les da poder ni para curar un simple catarro (recordemos que los poderes eran una identificación del verdadero enviado de Dios, según el pasaje mencionado de Marcos), lo único que podemos pensar es que la mentira y como dijo Jesús, es su predisposición natural y lo que les convierte en hijos de Satanás…… y conste que eso, como hemos visto, lo dijo el propio Jesús y no nosotros, los autores de este blog. Entonces y en una lógica conclusión y atendiendo la segunda cuestión planteada en el correo recibido, la humanidad está “guiada”, no por el espíritu santo de Dios, sino por el espíritu maligno de Satanás, el “gobernante de este mundo” (Juan 14:30), que por medio de esos nefastos personajes que hemos mencionado dirige a la humanidad, en dirección contraria a lo que es la voluntad de Jehová, claramente manifestada en 1 Tim. 2:3-4:

Esto es excelente y acepto a vista de nuestro Salvador, Dios, 4 cuya voluntad es que hombres de toda clase se salven y lleguen a un conocimiento exacto (o “pleno” según versiones) de la verdad (luego no de la mentira y que es lo que nos cuentan esos personajes).” (Acotaciones nuestras).

Pues los tales, tergiversan el mensaje de las Escrituras mediante confusas y contradictorias interpretaciones (solo se ponen de acuerdo en lo de ser “ungidos”, como ya les hemos señalado), que acaban confundiendo al “personal” y al grado que consiguen que este desista de intentar entender el mensaje que nuestro Creador nos ha dado mediante Su Palabra, la Biblia…… y lo que hace que el cornúpeta ese llamado Satanás, aplauda hasta con las orejas la siniestra labor de esos miserables que le hacen el juego. Pero que nadie crea que las “victimas” de ese atropello demoníaco, eso es, las que son “engañadas” de algún modo serán excusadas de responder por su responsabilidad en dicha cuestión ante su Creador, en el momento del juicio venidero y que serán también consideradas como hijos de Satanás; vean sino, lo que se nos dice en 2 Tes. 2:9-12:

Pero la presencia del desaforado es según la operación de Satanás con toda obra poderosa y señales y portentos presagiosos mentirosos 10 y con todo engaño injusto para los que están pereciendo, como retribución porque no aceptaron (luego en el trasfondo de la cuestión, hay una actitud deliberada por parte del “engañado”) el amor de la verdad para que fueran salvos. 11 Por eso, Dios deja que les vaya una operación de error para que lleguen a creer la mentira, 12 a fin de que todos ellos sean juzgados por no haber creído la verdad, sino haberse complacido en la injusticia (pues no “espabilaron” en buscar la verdad en las Escrituras).” (Acotaciones nuestras).

Recordemos, que estas nos ponen como ejemplo a personas de Berea, que se caracterizaban por examinas a diario y con sumo cuidado, las Escrituras que tenían en aquél tiempo a su alcance, para averiguar si lo que Pablo les contaba era cierto o no…… ¡y estamos hablando del apóstol Pablo y no de los “mercachifles” que nos rodean hoy en día! Por lo que dicho lo cual, nos reafirmamos en lo expuesto en el titular de este escrito: Hijos de Dios ¡imposible!…… hijos del diablo ¡probable!

MABEL

EL PASTOR ESTEBAN BOHR Y «LOS HIJOS» DE DIOS…… VS. «LAS HIJAS» DE LOS HOMBRES.

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , , , on 10/10/2013 by Armando López Golart

Stephen-BohrY antes de entrar en materia, permítannos una breve exposición del tema del que vamos a tratar y cuyo centro focal son unos personajes de los que nos habla la Biblia y de los que es conveniente saber algo para luego entender el hilo argumental que pasaremos a desarrollar posteriormente, pues estaríamos hablando de una raza poderosa y violenta que apareció en un momento determinado sobre la tierra y que crearon una grave situación, llamados “nefi·lím”.

Ahora bien ¿quiénes fueron realmente esos “nefi·lím”, de los que nos hablan las Escrituras? Esta expresión hebrea “nefi·lím” (“nefilim” o “gigante” en español ) y que se encuentra en el registro sagrado solo en tres ocasiones y en su forma plural (Gén. 6:4 y Núm. 13:33, en dos ocasiones), seguramente proviene de la forma causativa del verbo hebreo “na·fál” (caer) y de ahí que se translitere como “derribadores” o también como “los que hacen caer”, señalando en todo caso a personas de extraordinarios poderes y caracterizados por su violencia (más que por su elevada estatura) y que es en lo que incide el relato bíblico, que repercutieron con fuerza en la sociedad antediluviana y a tenor de lo que se nos cuenta de ello en el libro de Génesis. Y es que el relato bíblico nos habla de las razones por las que Dios desaprobó a la sociedad humana en los días de Noé y consecuencia de lo cual, se produjo lo que se conoce como “El Diluvio Universal”, relacionándolas directamente con la aparición de dichos personajes y la influencia negativa que estos tuvieron en la humanidad de aquel tiempo; personajes que aparecieron, según se nos cuenta, en un momento determinado de la historia al relacionarse sexualmente seres angelicales materializados en cuerpos humanos, con las atractivas hijas de los hombres. Y con lo que se produjo una prole híbrida que no podía reproducirse, mitad hombres, mitad ángeles (eso es y para entendernos, un cuerpo humano con casi el poder de un ángel) y por lo visto, con “muy malas pulgas”…… pero veamos cómo nos lo explica el relato bíblico:

Ahora bien, aconteció que cuando los hombres comenzaron a crecer en número sobre la superficie del suelo y les nacieron hijas, 2 entonces los hijos del Dios verdadero empezaron a fijarse en las hijas de los hombres, que ellas eran bien parecidas; y se pusieron a tomar esposas para sí, a saber, todas las que escogieron. 3 Después de eso dijo Jehová: “Ciertamente no obrará mi espíritu para con el hombre por tiempo indefinido, ya que él también es carne. Por consiguiente, sus días tendrán que llegar a ser ciento veinte años”. 4 Los nefi·lím (o “gigantes”, según versiones) se hallaban en la tierra en aquellos días y también después, cuando los hijos del Dios verdadero continuaron teniendo relaciones con las hijas de los hombres y ellas les dieron a luz hijos; estos (dichos hijos) fueron los poderosos que eran de la antigüedad, los hombres de fama.” (Gén. 6:1-4). (Acotaciones nuestras).

Es cierto que los comentaristas bíblicos han ofrecido varias explicaciones sobre la identidad de estos personajes mencionados en el verso 4 y por lo que hay opiniones para todos los gustos; algunos creen, por ejemplo, que la etimología del nombre indica que los “nefilim” podían haber sido seres expulsados del cielo, es decir, eran “ángeles caídos” que mantuvieron relaciones con las mujeres y relaciones de las que nacerían dichos “poderosos” u “hombres de fama”. Otra variante cercana, es la de aquellos que han tomado en consideración el contexto del versículo 4 y han llegado a la conclusión de que los “nefilim” no eran los ángeles mismos, sino la prole híbrida que resultó de las relaciones que mantuvieron esos ángeles materializados, con las hijas de los hombres y que parece la idea más próxima a la realidad…… pero que en todo caso y en ambos planteamientos, los ángeles o “hijos de Dios” serían la raíz o foco del problema.

Sin embargo, nos encontramos con otra sorprendente variante en contraposición de las dos anteriores, pues amparándose en ese versículo 4 del pasaje mencionado, su defensor afirma sin lugar a duda alguna que los “nefilim” no eran ni ángeles caídos, ni “los poderosos” resultantes del ayuntamiento de estos con las “hijas de los hombres”, puesto que dichos “nefilim” o “gigantes” se hallaban en la tierra ya antes de que unos supuestos hijos angélicos de Dios, supuestamente tuviesen relaciones con mujeres de la prole de la humanidad. Se sostiene por lo tanto, la opinión de que los “nefilim” no eran más que simplemente hombres malvados descendientes de Caín, eso es, ladrones, intimidadores y tiranos que vagaron por la tierra hasta que se los aniquiló en el Diluvio; ahora bien, de ser ello así, esos malvados personajes tenían que haber existido siempre, pues del tiempo de Caín hasta el diluvio pasaron más de 1.500 años. Sin embargo, lo que el relato bíblico muestra es que dichos malévolos personajes aparecieron en un tiempo determinado y cercano a la vida del patriarca Noé, a partir de lo cual y viendo las nefastas consecuencias que su aparición provocó, Jehová decidió tomar acción…… luego ¿de dónde procedían estos? Pues del resultado de la relación mantenida por los descendientes de Set, como “los hijos de Dios” y las mujeres descendientes del malvado Caín, como “las hijas de los hombres y según interpreta nuestro personaje de Gén. 6:2…… ¿y quién nos aporta semejante ocurrencia, se preguntarán ustedes? Pues un reputado “pastor” de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y que responde al nombre Stephen P. Bohr, nacido en Wisconsin (Estados Unidos), pero que se crió entre Colombia y Venezuela ya que allí sus padres trabajaron como misioneros de dicha organización religiosa, por más de treinta años…… o sea, que “de casta le viene al galgo” y caballero que aparece en la foto adjunta a este escrito.

¿Y cuál es el “curriculum” del caballero en cuestión? Bueno, se nos cuenta del pastor Bohr, que ha dado clases y conferencias por todo el mundo y siendo que en el continente americano ha predicado desde Alaska hasta Argentina y desde Hawái hasta las islas de Caribe. Magnífico orador, a nuestro entender y por lo que llevamos visto, que domina perfectamente varios idiomas y sobre todo la puesta en escena, en la que destaca por la convicción con la que habla, así como por el dominio que tiene de la Biblia en cuanto a la cantidad de textos que usa para sostener sus planteamientos…… y que como buen adventista, tiene en Elena G. White, su máximo punto de referencia. Por lo que en dicho caballero se produce aquello tan conocido de que nada tiene que ver con ser una “eminencia” en el desempeño de determinada labor, con el estar totalmente equivocado en algunos aspectos fundamentales de la misma; por ejemplo: que Claudio Ptolomeo (100-170 d. C), astrónomo, astrólogo, químico, geógrafo y matemático greco-egipcio era un “cerebrito” no lo duda ni el que asó la manteca…… sin embargo, su modelo geocéntrico (la tierra como centro del universo) y que se mantuvo por casi 1.500 años, era un puro disparate y algo que la realidad ha mostrado fehacientemente.

E igual ocurre con las cosas de Dios, por lo que bien podría ser este el caso en dicho personaje, dado que si bien predica las ideas adventistas, no es menos cierto que en este caso y en el video del que vamos a hablar (este es el link https://www.youtube.com/watch?v=cvW_Nn7N2U8 ), nos dice que este planteamiento formulado, es como él cree que fueron las cosas, por lo que estaríamos hablando de una opinión personal y no de una doctrina supuestamente aceptada por la iglesia adventista…… pero en todo caso, veamos como empieza el Sr. Bohr su propuesta y que es leyéndole a su auditorio de Gén. 6:1-4 y que transcribimos de la versión que usa dicho caballero, que es la RV 1960:

Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. 3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.

4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.” (Gén. 6:1-4).

Claro, a partir de dicho pasaje, el Sr. Bohr dirige rápidamente la atención del “personal” al meollo del asunto y que tiene que ver con la cuestión de quiénes son realmente, esos “hijos de Dios” que se nos mencionan en el verso 2 y en el sentido de que no estaríamos hablando de seres angélicos, como responsables directos de la aparición de esos “gigantes” o “nefilim” sobre la tierra, sino de los descendientes de Set y cercanos a Dios (de ahí lo de “hijos de Dios”), con las hembras descendientes de Caín (“las hijas de los hombres”), alejadas totalmente del Divino Creador …… ya a partir de ahí y en un intento de probar su tesis, se monta una “película” disparatada con innumerables textos bíblicos dirigidos a probar la veracidad de su afirmación. Pero claro, la realidad es que la base de su planteamiento es errónea y por lo que por muy bien que estructure su “edificio” argumental, este se cae por su propio peso, pues la base que lo sostiene no tiene fundamento alguno al ser totalmente falsa. Recordemos que dicho caballero afirma no creer que dichos “hijos de Dios” sean seres angélicos, sino los descendientes de Set y que entraron en contacto con las perversas hijas de Caín, montándose entonces la que se montó…… y eso se topa con algunas cuestiones que demuestran la inviabilidad de dicho supuesto, porque veamos lo que nos dicen las Escrituras acerca de a quiénes estas consideraban como “hijos de Dios” y en la misma traducción bíblica que usa el Sr. Bohr, que como hemos dicho es la RV 1960:

Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás.” (Job 1:6).

Luego lo que tenemos aquí es la comparecencia ante Dios en asamblea, de los ángeles y que son los únicos que pueden estar ante la presencia de Este , ya que fue el propio Jehová el que le dijo a Moisés que ningún hombre podía ver su rostro y sin embargo, continuar viviendo (Éxo. 33:20); observemos, por otra parte, que entre los asistentes se encontraba Satanás y del que no queda duda alguna de que sí es un ser angélico, por lo que los “hijos de Dios” que aparecen en este pasaje, no pueden ser otra cosa más que ángeles de Dios. Por lo tanto, la misma expresión “hijos del Dios” en el pasaje de Gén. 6:2, vertido por la misma traducción no puede significar otra cosa; y con el agravante de que otras traducciones vierten este pasaje, en el sentido que esos “hijos de Dios” lo que vieron es que las hijas “de los seres humanos” y en una clara confirmación de que aquello que se nos está hablando en la Biblia: de seres angelicales por un lado (los “hijos de Dios” mencionados) y miembros de la especie humana (las “hijas de los hombres” referidas) por el otro…… pero veamos un pasaje clarificador de lo que desde este blog estamos afirmando, también en unas palabras que Jehová dirigió al patriarca Job:

“¿Dónde estabas tú (como ser humano) cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. 5 ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? 6 ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular (o principios físicos sobre los que se estructuró la tierra), 7 cuando alababan todas las estrellas del alba y se regocijaban todos los hijos de Dios?” (Job 38:4-7). (Acotaciones nuestras).

¿Y por qué decimos que este pasaje es altamente clarificador? Porque en el mismo, nos hallamos en el contexto de un “broncazo” de aquellos que hacen época que Jehová le dirige al bueno de Job, preguntándole a este dónde estaba cuando Él estaba creando la tierra…… en donde ya “los hijos de Dios” se estaban regocijando ante esa maravilla creativa, mientras aún no existía ser humano alguno sobre la misma (hemos visto que dichos personajes se regocijaban cuando se estaba poniendo el “fundamento” del planeta tierra) y mucho menos descendientes de Set que pudieran de alguna manera ser confundidos como supuestos “hijos de Dios”, por lo que de nuevo queda claro que estaríamos hablando de ángeles; pero veamos otro texto que nos muestra que esos mencionado “hijos de Dios” de Gén. 6:2, no podían ser otra cosa más que seres angélicos:

Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; 5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos…” (2 Ped. 2:4-5).

Entonces, lo que parece ser indudable es la directa relación entre los ángeles que pecaron y la repercusión de su pecado que acabó con un diluvio sobre la tierra, por lo que de nuevo quedaría claro que esos “hijos de Dios” mencionados en Gén. 6:2, no podían ser otra cosa más que ángeles o seres espirituales…… pero claro, un lector avispado nos podría señalar la circunstancia de que entre el verso 4 y el 5 del pasaje transcrito, hay un punto y coma (;) que tal parece separar un hecho del otro. Bien, en primer lugar, recordemos que las Escrituras originales no tenían signos de puntuación y por lo que estos fueron añadidos por traductores posteriores, con lo que cada uno “arrimó el ascua a sus sardina” y hacía que un texto cualquiera se ajustara a la particular creencia del que lo traducía, “jugando” un poco con dichos signos gramaticales; y que la versión de la que estamos citando en esos versos, la RV 1960 y por decirlo suavemente, no es de las más afortunadas…… y para que vean la importancia que tiene una miserable “coma” (,) y que puede incluso llegar a salvar una vida, vean el siguiente ejemplo:

Se cuenta que en la época de los zares de Rusia, el Zar de turno le mando escribir a su secretario personal la siguiente orden: “A “fulanito”, deportarlo no, mandarlo a Siberia” y lo que prácticamente significa la muerte del mencionado “fulanito”…… y que casualmente, el interfecto resulto ser familiar lejano del secretario que escribió la orden; por lo que éste empezó a barruntar cómo salvarle la vida a su pariente, pero sin violar la orden recibida, pues en ello le iba su propia vida, pero ¿qué hacer, ante una orden tan tajante? Pues el hombre y que sabía “lo que se pescaba”, redacto el texto de la siguiente manera: “A “fulanito”, deportarlo, no mandarlo a Siberia”…… vean que solo cambió la segunda “coma” de sitio y con ello salvó la vida de su pariente lejano; de ahí que desde este blog enfaticemos tanto el uso del contexto general de las Escrituras, para evitar caer en esas “trampas” de la puntuación y que fácilmente, nos llevan a distorsionar el verdadero sentido del texto sagrado. Pero volviendo al pasaje de 2 Ped. 2:4-5, que estaríamos ante una relación directa entre esos ángeles mencionados, con los “hijos de Dios” de Gén. 6:2, se puede probar si encontramos la respuesta a la siguiente pregunta: ¿por qué fueron condenados esos ángeles? Y algo que solo podemos averiguar mediante el contexto escritural (pilar en el que siempre nos apoyamos en este blog), que en este caso nos lleva al libro de Judas:

Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día.” (Judas 6).

Ahora bien ¿en qué sentido “no guardaron su dignidad” y “abandonaron su propia morada” esos personajes?…… pues en el sentido de que rebajaron su condición o “dignidad” de seres espirituales, al materializarse en cuerpos humanos para tener relaciones sexuales con seres humanos inmundos (en este caso mujeres) y que habían sido rechazados o expulsados de la presencia de Dios por su pecado contra Este (Gén. 3:23-24); y con ello, esos ángeles se apartaron de su “propia morada” o propósito para el que fueron creados, pues los ángeles no fueron diseñados para tener relaciones sexuales con las mujeres terrestres, sino para estar al servicio directo de Dios (Hebr. 1:14). Pero podemos ver mejor de lo que estamos hablando si nos apartamos de la RV 1960 (texto siempre bastante liante) y vemos este pasaje en otra versión, en este caso la TNM y que es la que usamos regularmente en este blog:

Y a los ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación, los ha reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día.”

Por lo que se puede entender perfectamente, que sí estamos hablando de seres angélicos que se materializaron en cuerpos humanos, para cohabitar con las hermosas “hijas de los hombres” y cuya descendencia fueron unos seres híbridos, mitad ángeles y mitad hombres y que fueron exterminados en el diluvio…… no así sus angélicos padres que abandonaron esos cuerpos físicos que materializaron e intentaron regresar a su antigua “morada” o “lugar de habitación” y como si nada hubiera pasado, pero que como hemos visto y como justa retribución a su desobediencia para con Dios, ya no les fue permitido dicho acceso.

Bien, hasta aquí hemos visto como las propias Escrituras y en la misma traducción RV 1960 que usa el predicador en cuestión, le niegan la mayor al Sr. Bohr al desmentir su disparatada afirmación en el sentido de que los “hijos de Dios” y las “hijas de los hombres” de Gén. 6:2 eran dos facciones o descendencias terrestres: por una parte los descendientes de Set como “hijos de Dios” y por la otra, las descendientes de Caín, como las “hijas de los hombres”…… y notemos por favor, para redundar en nuestra opinión de que este caballero lee de forma errónea e interesada y ya entrando en el campo del razonamiento lógico y del sentido común más elemental, que la expresión “las hijas de los hombres” y en ambas versiones (y en todas aquellas en que ustedes quieran buscar), dirige el foco de atención a los hombres en general y no solo sobre aquellos, pertenecientes a la descendencia de Caín. Y añádanle a ello, que cuando al inicio de su disertación el Sr. Bohr nos dice que él no cree (luego estaríamos ante un asunto de opinión personal y no de una doctrina de la organización a la que pertenece) que dichos “hijos de Dios” sean ángeles, a continuación nos afirma que la tradición judía siempre ha mantenido que dichos personajes sí fueron ángeles de Dios…… y lo que nos lleva a preguntarnos lo siguiente: si la tradición judía se pronuncia en ese sentido y que solo por una simple cuestión de proximidad al hecho sucedido, habría de entenderse que estaría bastante mejor informada del tema que el Sr. Bohr ¿qué credibilidad merece la personal afirmación de dicho caballero?

Y esto que no es más que un asunto de pura lógica, no parece ser tomada en cuenta por el caballero al que estamos cuestionando, ni por aquellos que le escuchan y lo que es peor, por aquellos que dirigen la organización de la Iglesia Adventista y que aún no han dicho “esta boca es mía” acerca de semejante desatino; pero ya puestos, continuemos por la senda del mencionado razonamiento lógico basado en el sentido común y que, entendemos, avala nuestra posición contraria a dicho disparatado planteamiento propuesto por el Sr. Bohr. Porque siendo cierto que nosotros (los autores de este blog) no tenemos las capacidades que adornan al Sr. Bohr, no es menos cierto que solemos usar con muy buen criterio esa capacidad de razonar con lógica y sentido común sobre aquellas cosas que leemos…… única forma de poder entender el contenido escritural (siempre con la “pequeña” ayudita de Jehová, por supuesto) y algo de lo que parece carecer dicho caballero, porque veamos:

Para cuando ocurrió el diluvio, habían transcurrido sobre 1.600 años desde la creación del primer hombre (algo que sabemos por el registro bíblico)…… por ejemplo, sabemos que Noé nació 126 años después de la muerte de Adán, que vivió 930 años y con lo que la suma de ello nos da 1.056 años; a los que habría que sumar, los que tenía Noé cuando ocurrió el diluvio y que las Escrituras nos dicen que nuestro personaje tenía 600 años y dos meses, cuando Jehová Dios precipitó el diluvio sobre la tierra (Gén. 7:6-13) y lo cual, repetimos, es lo que leemos en la Biblia…… luego estaríamos hablando de información de primera mano. Por otra parte y según avanzados estudios demográficos, la población de ese entonces en la tierra se podría situar entre los 1.500 y los 3.000 millones de personas (dependiendo del estudio que uno quiera acogerse); luego y en el supuesto que fuéramos extremadamente moderados y nos quedáramos con solo 1.000 millones de habitantes viviendo en este planeta en ese momento ¿nos podría explicar el Sr. Bohr, como es posible que se hubieran quedado tanto tiempo, pongamos por ejemplo, 1.000 años de los 1.600 que separaron prácticamente la creación de Caín y Set (este nació cuando Adán tenía solo 130 años, luego poco después de Caín), apartadas unas de otras sin mezclarse las descendencias del uno con las del otro y cómo en un momento determinado, se produjo el “tótum revolútum” que desencadenó el estado de violencia general que obligó a intervenir al Altísimo, precisamente en ese momento? Porque lo que el texto escritural nos está dando a entender, es que en un momento concreto en la corriente del tiempo, se produjo un suceso (Gén. 6:1-2) que degeneró en gran violencia y maldad sobre la tierra, lo que llevó a Jehová a tomar acción y cuyo detonante, según el Sr. Bohr, fue la unión entre dos descendencias humanas concretas, eso es, las de Caín y Set…… con lo que la pregunta continúa en pie ¿cómo pudieron estar tanto tiempo separadas dichas descendencias entre sí y de pronto, en un irrefrenable frenesí, se precipitara la una sobre la otra y con las consecuencias señaladas?; pero veamos más.

El Sr. Bohr y para probar que no estaríamos hablando de ángeles al referirnos a los “hijos de Dios” sino a descendientes de Set, nos señala que la existencia de las dos descendencias mencionadas y según entiende de Núm. 13:18; 32-33, se continuaban reproduciendo cientos de años después del diluvio, pues esos “néfilim” o “gigantes” aún permanecían cuando Josué mando espías a la tierra de Canaán…… pero estarán de acuerdo con nosotros, que para que ello fuera posible tendrían que perdurar las dos descendencias señaladas, eso es, la de Caín y la de Set; pero claro, resulta que el diluvio se había llevado por delante la generación inicua de Caín y solo se salvaron ocho personas de la descendencia de Set, pues recordemos que Noé era el décimo hombre en la línea desde Adán por medio de Set (Luc. 3:36-38)…… luego ¿cómo se podía continuar produciendo dicha especie “hibrida” de la que nos habla el Sr. Bohr, si faltaba una de las dos partes para llevar adelante dicha procreación?

Entonces ¿quiénes fueron en realidad esos “hijos de Dios”? ¿Eran hombres descendientes del patriarca Set, que adoraban a Jehová y que para distinguirlos de la humanidad inicua descendiente de Caín, se les denomina como tal, como afirma el Sr. Bohr? Es obvio que no, pues ello nos llevaría forzosamente a la idea de que por espacio de más de 1.000 años los descendientes de Set se mantuvieron todos justos, mientras los de Caín se mantuvieron todos pecadores y sin posibilidad de poder rectificar dichos descendientes y a título personal, la aberrante conducta de su antepasado. Luego por extensión habría que pensar, que en todo ese tiempo no hubo cruce entre ellos (lo que sería un disparate) y que para cuando en un momento determinado se produjo dicha circunstancia, se montó la mundial; pues por lo que se deduce del registro sagrado, el ayuntamiento de esos “hijos de Dios” con las “hijas de los hombres” resultó en un fuerte avivamiento de la maldad y violencia que ya existía en la tierra, lo cual no tendría demasiado sentido de ser las cosas como nos las plantea dicho caballero…… de hecho, solo Noé y sus tres hijos, junto con sus esposas (todos descendientes de Set), fueron los únicos que tuvieron el favor de Dios, por lo que se les conservó con vida durante el Diluvio (Gén. 8:15-17). Ahora bien y continuando con la propuesta del Sr. Bohr; si esos “hijos de Dios” fueron tan solo hombres, surge la siguiente pregunta ¿por qué mencionar su matrimonio con las hijas de los hombres como algo especial, teniendo en cuenta que el matrimonio y el nacimiento de niños, había tenido lugar por más de 1.500 años? También podríamos preguntarnos ¿por qué sus descendientes llegaron a ser los “hombres de fama”, mientras que a sus propios padres y que fueron los verdaderos causantes de dicho estropicio, ni se les menciona?; porque veamos como leemos en Gén. 6:4:

Los nefilim se hallaban en la tierra en aquellos días y también después, cuando los hijos del Dios verdadero continuaron teniendo relaciones con las hijas de los hombres y ellas les dieron a luz hijos; estos (los descendientes) fueron los poderosos que eran de la antigüedad, los hombres de fama.” (Acotación nuestra).

Por lo tanto, los “hijos de Dios” mencionados en Gén. 6:2, solo pueden haber sido ángeles, de Dios, venidos de la región celestial; recordemos que esta misma expresión se aplica a los ángeles en Job 1:6 y 38:7 y como ya hemos señalado. Por otra parte, el apóstol Pedro apoya este punto de vista cuando nos dice lo siguiente:

En esta condición (hablando de Jesús) también siguió su camino y predicó a los espíritus en prisión, 20 que en un tiempo habían sido desobedientes, cuando la paciencia de Dios estaba esperando en los días de Noé mientras se construía el arca, en la cual unas pocas personas, es decir, ocho almas, fueron llevadas a salvo a través del agua.” (1 Ped. 3:19-20). (Acotación nuestra).

Y de nuevo vemos, que se relaciona directamente la desobediencia de seres espirituales, con relación a los hechos que tienen que ver con el relato del diluvio; también Judas escribe acerca de “los ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación” y de lo que también les hemos hablado (Judas 6). Recordemos, por otra parte, que los ángeles tenían el poder de materializarse en cuerpos humanos, pues se nos menciona de algunos de ellos que lo hicieron para llevar mensajes al hombre procedentes de Dios (Gén. 18:1-2; 19:1-11; Jos. 5:13-15), para una vez cumplida su comisión divina desmaterializar los tales y volver a su “morada” o “lugar de habitación” natural, pues el espacio propio de los seres espirituales (como ya hemos señalado) es el cielo y en donde los ángeles tienen allí posiciones de servicio bajo Jehová Dios (Da 7:9-10). Por lo que abandonar esa “morada asignada” para habitar en la tierra y dejar su posición de servicio, a fin de tener relaciones sexuales con la prole humana apartada de Dios y levantar descendencia, era una rebelión contra las leyes de Dios, así como una aberrante perversión de su condición espiritual; de ahí que se nos diga que esos ángeles desobedientes son en la actualidad “espíritus en prisión”, que han sido arrojados “en el Tártaro” y se les ha “reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día” (2 Ped. 2:4).

Todo considerado, la única conclusión a la que se puede llegar y prescindiendo de la convicción que pueda tener el Sr. Bohr en su planteamiento y que no es lo que estamos discutiendo, es que está totalmente equivocado en el mismo; porque a pesar de la excelente presentación que hace de tema y del amplio despliegue de textos bíblicos usados para apuntalar su argumento estructural, la obra edificada no se sostiene pues la base sobre la que está edificada, los cimientos en definitiva, son totalmente incorrectos. Por tanto queda fehacientemente demostrado que el Sr. Bohr está totalmente equivocado y con él, la confesión adventista a la que pertenece y que hasta donde nosotros sabemos, no ha emitido ningún comunicado desmarcándose de dicha disparatada “enseñanza”; y “enseñanza” en la que se nos afirma con todo lujo de detalles y con innumerables textos “probatorios”, que los “hijos de Dios” de Gén. 6:2 serían los varones descendientes de Set, mientras que las “hijas de los hombres” pertenecen a la descendencia femenina de Caín…… resumiendo: un disparate como un piano, por mucho que quién lo diga sea una persona tan reputada como el “pastor” Esteban Bohr.

MABEL

¿QUÉ QUISO DECIR EL APÓSTOL PABLO, EN ROM. 8:14?

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , on 01/10/2013 by Armando López Golart

biblia-2009-08aY es que suele ser costumbre, muy extendida por cierto, la de coger el primer texto que a uno le pasa por delante y que parece decir algo que nos interesa o beneficia y hacer de él, la base para una formulación totalmente errónea; y como muestra de lo que pretendemos explicarles, vean la pregunta que se nos ha hecho llegar con respecto del texto que da pie a este escrito:

Si alguien se apoya y obedece la palabra dada por el espíritu de Yahweh y continúa en las sendas de justicia, eso es, cuando alguien obedece la biblia ¿ya es uno Hijo de dios, porque está obedeciendo al espíritu que la inspiró?

Dado que el planteamiento tiene su lógica y siempre según el texto del que se parte ¿qué se le podría responder al autor/autora del mismo? Claro, obviamente alguno de esos “piraos” que andan sueltos por ahí y que se las dan de teólogos, de “ungidos” o de Hijos de Dios (¡ya hay que ser estrafalario para afirmar semejante estupidez!), respondería rápidamente de manera afirmativa, siempre que uno se bautice para que ello sea así; pues según entienden esos “genios” de la interpretación bíblica de Mar. 16:16, “todo aquél que cree (luego obedece) y sea bautizado, será salvo”…… en el bien entendido y en un intento por nuestra parte de dejar las cosas claras, que la condición de “salvos” solo la alcanzan los Hijos de Dios (en masculino), como los Pablo, Felipe, Juan, Pedro, Bernabé, Marcos, etc. etc. etc. Y con lo que queda claro que las mujeres no entran a formar parte en ese “cuadro”, tal como dejamos probado en uno de nuestros últimos artículos, bajo el título “Las “sacerdotisas” del reino de Dios y Juan 5:28-29…… o el 2+2=5” (18/09/13)…… lo cual no tiene la mayor importancia (por lo que no se nos alboroten nuestras queridas “féminas”), habida cuenta de que el 99’99 de los varones actuales tampoco tendremos acceso a dicho privilegio y digan lo que digan esa marabunta de supuestos Hijos de Dios o “ungidos” y más falsos que el beso de Judas, que nos rodean por tierra, mar y aire.

Pero volviendo a lo que íbamos, lo que ocurre es que cuando uno lee un texto y lo aplica sin más consideraciones, eso es, sin tener en cuenta su contexto más inmediato y ya para que hablar, del general de las Escrituras y que la mayoría desconocen de su existencia, se suelen plantear supuestos incorrectos, cuando no disparatados, como el expuesto en la pregunta mencionada (no por disparatado en este caso, sino por incorrecto)…… y es que solo leyendo alguno de nuestros artículos más recientes, uno se entera de que con la muerte del último apóstol en al año 99 E.C. se acabó la posibilidad de que el hombre pudiera acceder a la condición mencionada de Hijo adoptivo de Dios y circunstancia que dura hasta el momento actual y que ya vamos para casi 2.000 años. Ello de entrada, ya no dejaría lugar para formular semejante pregunta, pues lo dicho elimina cualquier posibilidad de que suceda lo en ella se plantea, eso es, la posibilidad de llegar a ser uno adoptado por Dios como hijo Suyo; sin embargo, hay que entender que la misma está fundada en un pasaje que, abstractándolo de su contexto, sí parece apuntar en esa dirección y por lo que vamos a ver, qué es lo que se lee en Rom. 8:14:

Porque todos los que son conducidos (o “guiados”, según versiones) por el espíritu de Dios, estos son los hijos de Dios.”

Pero es que esto es una cosa y otra muy distinta, el que a todos estos “fantasmas” que a día de hoy les da la ventolera de afirmar que son Hijos de Dios, les guíe dicho espíritu santo de Dios; porque de entrada, lo que se tendría que considerar es el contexto en el que se escribieron dichas palabras y lo que implicaría el averiguar a quiénes fueron dirigidas, eso es, si a nosotros que vivimos 2.000 años después de que fueran escritas, o a los contemporáneos del apóstol Pablo y algo que queda patente en Rom. 1:7, pues allí se nos identifica a los receptores de la carta en cuestión: “a todos los que están en Roma como amados de Dios, llamados a ser santos”…… luego es obvio, que nada tienen que ver con nosotros dichas palabras. Pero para entender esto, lo primero que tenemos que aceptar es lo que la Biblia es en realidad y que reducido a una mínima expresión, se podría decir que estamos hablando de la explicación por parte de nuestro Creador de unos hechos tendentes a solucionar los problemas de la humanidad, que se encuentra en una posición muy distante de la que Este pretendía en un principio y los pasos que ha dado para conseguir dicho objetivo. De ahí, que el llamado AT (y ciñéndonos al tema de la pregunta formulada), no sea más que la narración de unos hechos que aplicaron a las personas que los vivieron y por medio de la que se nos explica, cómo Jehová gestionó los sucesos de forma progresiva durante ese tiempo, dirigidos a la captación de un conjunto de personajes que se encargarían de devolver las cosas a su estado original:

Y ahora si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto, entonces ciertamente llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece a mí. 6 Y ustedes mismos llegarán a ser para mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel.” (Éxo. 19:5-6).

Una vez ya realizados dichos preparativos, viene el momento en que dan su fruto y lo que se nos explica en el NT, en donde aparece en primer lugar el rey elegido por Jehová y responsable de dirigir la “restauración de todas las cosas” (Hech. 3:20-21) por un espacio de tiempo de mil años, así como aquellos a los que les fue ofrecida la oportunidad de colaborar con este en la consecución del propósito divino y hechos que de nuevo, quedan circunscritos a aquellos que tenían que ver con dicha comisión en ese momento en concreto; hechos que nos son contados a nosotros los que vivimos hoy en día por medio del registro escritural, solo para que estemos al tanto de cómo está el estado de las cosas, eso es, el progreso en el tiempo del propósito divino para con nosotros…… y sin que esas cosas que ocurrieron, apliquen directamente al “personal” actual y a los que nos aplica otro tipo de información, pues esta sí fue escrita para nosotros y por lo que nos convertiremos en protagonistas de la misma, como las personas mencionadas lo fueron de sus tiempos respectivos. Porque hemos hablado de un AT que aplicó en determinado momento de la historia, orientado a señalar un tiempo en que se escogería a determinadas personas para ejercer de reyes y sacerdotes al lado de Cristo y para llevar adelante la “restauración” de la humanidad; hemos hablado, por otra parte, de un NT que tuvo su incidencia en un tiempo posterior y en el que se nos cuenta el momento en que apareció Jesús a recoger, precisamente, a ese tipo de personas que colaborarían con él; y que nos habla también, de lo que hubo envuelto en esa labor y que fue la posibilidad ofertada al ser humano de formar parte de ese grupo, posibilidad que finalizó con la muerte del último apóstol y que jamás se volverá a repetir…… y finalmente, tenemos la información que se nos da en la Revelación (o Apocalipsis) dirigida a nosotros los que vivimos en estos últimos días y que sí nos aplica, pues esto es lo que leemos en la misma:

Una revelación por Jesucristo, que Dios le dio, para mostrar a sus esclavos las cosas que tienen que suceder dentro de poco (eso es, en nuestros días y por lo tanto, información esencial para nosotros). Y él envió a su ángel y mediante este la presentó en señales a su esclavo Juan, 2 que dio testimonio de la palabra que Dios dio y del testimonio que Jesucristo dio, aun de todas las cosas que vio. 3 Feliz es el que lee en voz alta y los que oyen las palabras de esta profecía; y que observan (ambos) las cosas que se han escrito en ella, porque el tiempo señalado está cerca.” (Rev. 1:1-3). (Acotaciones nuestras).

¿Y por qué están dirigidas estas palabras, a los que actualmente estamos vivos? Pues por la sencilla razón de que seremos los protagonistas: porque Jesús habló de una gran predicación a la que seguiría “el fin” del mundo tal como lo conocemos (Mat. 24:14) y cuyo objetivo, una vez ya elegidos a los que tenían que participar junto a él en ese gobierno del reino y tarea que concluyó en el I siglo E.C. (luego contrario a lo que dicen la mayoría de “entendidos”, dicha oferta de participación no tuvo continuidad en el tiempo), era la de reunir a los que serían súbditos del mismo (ahí ya entramos nosotros en el guión) y que resultarán ser, aquellos que hagan caso de lo que se anuncie en dicha proclamación venidera y que según Rev. 7:14, estaríamos hablando de una “gran muchedumbre que ningún hombre podía contar”, compuesta por las personas que sobrevivirán a la venidera “gran tribulación” de la que se nos habla en ese mismo pasaje. Pero dicho lo cual y para entender un poco más del pasaje de Rom. 8:14, veamos de qué estamos hablando, cuando mencionamos de la figura del “ungido”…… o dicho de otra manera ¿qué es un “ungido”?

Pues sencillamente, una persona “elegida” por Dios para llevar a cabo una tarea o comisión divina y la cual, como hemos visto hace unos párrafos y citando de Éxo. 19:5-6, tenía que ver con el “heredar” el reino de Dios en calidad de rey y sacerdote, para llevar a cabo el proceso de “restauración” de la humanidad previsto por el Altísimo (Hech. 3:20-21)…… y para lo cual, los citados “elegidos” tenían que ser elevados a la categoría de Hijos del Dios Altísimo, pues de lo contrario no podían participar de dicha herencia con Su primogénito, Jesucristo. Luego quedémonos con la idea fundamental, de que un “ungido” o Hijo adoptivo de Dios, es aquella persona a la que se le asigna una tarea concreta (primero difundir la venida de un reino y después, gobernar en el mismo) y para la cual se le dota de los poderes propios para llevarla a cabo y que, lógicamente, se esperarían de todo un Hijo de Dios; ejemplo de ello lo tenemos no solo en Jesús, sino en los apóstoles, así como también fue en el caso del grupo de personas que a estos siguieron, como dejó claro Jesús en las siguientes palabras:

Hago petición, no respecto a estos solamente (sus apóstoles), sino también respecto a los que pongan fe en mí mediante la palabra de ellos.” (Juan 17:20). (Acotación nuestra).

Entonces lo que se puede entender de esas palabras y como así fue, a tenor de Rev. 14:1, es que el número de esos “ungidos” quedaba limitado a los apóstoles y a los que estos personalmente pudieran alcanzar con su mensaje y circunstancia que no podía ir más allá, de la vida de esos personajes y por lo que con la muerte del último de estos (Juan) en 99 E.C., finalizó el tiempo en que el ser humano tuvo a su alcance dicho puesto de privilegio, eso es, el poder convertirse uno en Hijo adoptivo de Dios…… por lo que no estaríamos hablando de los más preparados, los más inteligentes o los más guapos, sino de haber estado en el momento oportuno, en el lugar adecuado ¡tan sencillo como esto! Pero volviendo a lo que significa ser uno reconocido como “ungido”, en el sentido de que siempre tiene que haber una comisión de por medio (Jehová no tiene Hijos de vacaciones a “todo completo”) para conseguir dicho privilegio, veamos unas palabras que le respondió Jesús al intrépido Pedro, cuando este y expresando el sentir del resto de sus compañeros, le hizo la siguiente pregunta:

Entonces Pedro le dijo en respuesta: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros, realmente?”. 28 Jesús les dijo: “En verdad les digo: En la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes los que me han seguido (o trabajaron codo a codo con él, en el adelanto de la “buenas nuevas”) también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel”.” (Mat. 19:27-28). (Acotación nuestra).

Luego lo que parece que tenemos aquí, es la “recompensa” por una labor efectuada para el adelanto de los propósitos de Dios y que se pactó con esos personajes del I siglo y no con nosotros que vivimos en los inicios del siglo XXI; porque recordemos y volviendo al pasaje de Rom. 8:14, que el espíritu santo solo “guió” en el amplio sentido del término a esos concretos seguidores de Jesucristo, pues esto es lo que les dijo Jesús en su momento:

Tengo muchas cosas que decirles todavía (dirigiéndose a sus apóstoles), pero no las pueden soportar ahora. 13 Sin embargo, cuando llegue aquel, el espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propio impulso, sino que hablará las cosas que oye y les declarará las cosas que vienen. 14 Aquel me glorificará, porque recibirá de lo que es mío y se lo declarará a ustedes.” (Juan 16:12-14). (Acotación nuestra).

Por lo que Pablo no faltó a la verdad en Rom. 8:14, cuando dijo que “los que son guiados por el espíritu de Dios, estos son los hijos de Dios”…… lo que no significa que porque uno lea la Biblia y aplique sus consejos en su vida, esto le convierta en Hijo de Dios y “guiado” por Su espíritu, sino que como mucho (¡y que no es poco!) lo que conseguirá, tanto si es hombre como mujer, es conocer mejor a Jehová, por ello ser mejor persona y por tanto, colocarse en un mejor posición para alcanzar un puesto de súbdito en ese reino venidero: porque una cosa es que la Biblia haya sido inspirada por Dios y otra cosa muy distinta, que el aplicar sus consejos en la vida de uno, esto ya convierta en un Hijo de Dios al sujeto en cuestión. Y prueba de que lo que decimos es verdad, es que muy probablemente cuando uno cree en las Escrituras y se apega a ellas, se vea impulsado a cumplir con el aparente requisito de Mat. 28:19 que le impone la organización religiosa con la que se asocie (la que sea, pues todas hacen lo mismo), en el sentido de que tiene que bautizarse para ser “salva” y que a nuestro entender, este es un ritual que tampoco nos aplica en estos tiempos; sin embargo, ello nos permite el volver al pasaje mencionado al principio de este escrito de Mar. 16:16, pero que en esta ocasión leeremos dentro de su contexto más inmediato…… y pregúntese querido amigo que nos lee, si en su caso o en el de alguien que usted conozca, haya ocurrido lo que sin falta Jesús aseguró que ocurriría en aquellos que se sometían al mismo:

El que crea y sea bautizado será salvo, más el que no crea será condenado. 17 Además, estas señales acompañarán a los que crean (y hayan sido bautizados, claro): Mediante el uso de mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas 18 y con las manos tomarán serpientes…… y si beben algo mortífero no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán. 19 Entonces el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue tomado arriba al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Por consiguiente, ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos y apoyaba el mensaje por las señales que acompañaban a este.” (Mar. 16:16-20). (Acotación nuestra).

Dado lo cual, la pregunta es obligada: ¿alguien puede hablar de algún cristiano, de entre los cientos de miles que se bautizan anualmente, que pueda manifestar esas señales poderosas y que le identificaban a uno, como genuino Hijo adoptivo de Dios? Porque no olvidemos que dichas palabras fueron dichas a los apóstoles en clara referencia a aquellos que, como antes hemos señalado, fueron los directos seguidores de estos y reconocidos por tanto, también como Hijos del Altísimo y que en cuanto desaparecieron los apóstoles, se acabó con ello la aparición de tales personas. Luego si usted y en el momento de su bautismo, no ha experimentado el poder llevar a cabo estas señales, usted no es un Hijo de Dios, por mucho que se aplique al estudio de las Escrituras y rija su vida por el consejo divino; recuerde por otra parte, que hemos señalado que esa condición de Hijo de Dios y dicho sea en términos coloquiales, era como un premio por los “servicios prestados”, mientras que el aplicarse uno el consejo divino en su vivir diario, es sencillamente una obligación que tiene “to quisqui”, eso es, todo ser humano:

La conclusión del asunto, habiéndose oído todo, es: teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos. Porque este es todo el deber del hombre.” (Ecl. 12:13).

Luego todo considerado y siendo excelente el que uno (o una) tenga buena disposición hacia el contenido de la Palabra de Dios y guste de aplicarlo en su vida, por muy inspirada que esta esté por el espíritu santo de Dios ello no convierte a uno en Hijo de Dios, digan lo que digan esa pandilla de indocumentados que existen sueltos por ahí y que juran y perjuran hasta en arameo, que con su bautismo ya adquirieron dicha condición y que lo mismo puede suceder en el caso de uno…… cuando, en realidad, dicha posibilidad cesó con la muerte del último de los apóstoles.

Pues bien, querido amigo/a que nos lee y que quizás se encuentre sumido/a en la misma duda que la persona de la que se nos ha transmitido la pregunta analizada: ahora ya sabe de qué va la cosa, al menos desde nuestro punto de vista…… y que por supuesto, es susceptible de error. De ahí, que le instemos a que se tome el interés de, a partir de lo que ha leído, averiguar por usted mismo y echando mano para ello de su ejemplar de las Escrituras, si las cosas son como nosotros se las hemos “pintado”…… o como se las “pintan” otros ¡usted decide!

MABEL

¿HABLÓ PABLO EN 1 TES. 4:16-17, DE UN «RAPTO»…… O DE ALGO QUE SE LE PARECIERA?

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , , on 29/09/2013 by Armando López Golart

rapto4Sobre este tema versaba la pregunta que uno de nuestros lectores nos formuló y por lo que decidimos, como con aquellas de las que recibimos y que entendemos son de interés, publicarla en formato de artículo para general beneficio del resto de nuestros lectores; por lo que este artículo debería ser tomado muy en serio por aquellos llamados cristianos que se asocian con organizaciones religiosas que difunden como doctrina fundamental, la enseñanza del “rapto” o el arrebatamiento de la “iglesia”…… cristianos a los que les han contado (¡y encima se los han creído!) que puesto que se han bautizado, ya han sido reconocidos como “ungidos” o Hijos de Dios y por lo gozarán del privilegio de ser arrebatados de la tierra al cielo para estar en la presencia de Dios durante cierto tiempo, mientras que aquellos que sean dejados atrás, serán víctimas de la ira de Dios y destruidos eternamente…… y es que para creerse semejante sandez y que rompe con toda la lógica bíblica, ya hay que tener arrestos.

Luego es obvio que nos encontramos ante un pasaje como mínimo conflictivo, pues ha dado pie y como acabamos de señalar, a una de las más disparatadas doctrinas que enseñan muchas organizaciones religiosas de relumbrón, con millones de seguidores y que tiene que ver con la supuesta existencia de un “rapto” o arrebatamiento de la “iglesia” de Cristo. Y con lo que más o menos nos vendrían a decir (y lo repetimos para focalizar el asunto), que al inicio de la profética semana 70 de Dan. 7:29 y últimos siete años del mundo tal como lo conocemos, la “iglesia” o el conjunto de personas (tanto hombres como mujeres) a las que dichas organizaciones religiosas han convencido de que mediante su bautismo en agua ya han sido reconocidas como Hijos de Dios, serán elevadas a la presencia de Este durante esos siete años de supuesto caos en la tierra, mientras y como ya hemos indicado, las que no sean tomadas sufrirán aniquilación total en el día “de la ira” o furor de Dios (Sof. 1:14-18). Y período de tiempo de “gran tribulación” que supuestamente y según dichas organizaciones religiosas, tiene que durar por esos siete años mencionados…… y que se apoyan para promocionar semejante disparate, eso es, la teoría de un “rapto” que misteriosamente dejará la tierra casi semivacía, precisamente en el texto de 1 Tes. 4:16-17 que da pie a este artículo y en el que se lee lo siguiente:

Porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa, con voz de arcángel y con trompeta de Dios y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero. 17 Después, nosotros los vivientes que sobrevivamos (o que estemos vivos en aquél momento) seremos arrebatados juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor (para recibirle) en el aire; y así siempre estaremos con el Señor.” (Acotaciones nuestras).

Pero antes de continuar con nuestra exposición, permítannos un breve inciso para señalar que esos siete últimos años de Dan. 9:27 y lejos de ser siete años completos de “gran tribulación”, como señalan dichas organizaciones religiosas, estos se dividen en dos períodos: un primer período de tres años y medio de relativa calma (Rev. 7:2-3) y necesaria para que se pueda llevar a cabo la gran predicación de Mat. 24:14, mientras que en el segundo período, eso es, en los restantes tres años y medio y ya terminada dicha predicación, es cuando se producirá lo anunciado por Sof. 1:14-18 (entre otros) y que significará, ahora ya sí, la “gran tribulación” que eliminará o destruirá eternamente a todos aquellos que no hayan aceptado la propuesta divina ofertada por medio de dicha proclamación…… por cierto: aquellos que sí la acepten, durante tan catastróficos tiempos en la historia de la humanidad y que jamás se volverán a repetir, serán “ocultados” o protegidos por el Altísimo aquí en la misma tierra y sin necesidad de sacarnos de ella, según el Sal. 91, o Sof. 2:2-3, o en Isa. 26:20-21 y pasaje en donde se nos expone dicha idea, en los siguientes téminos:

Anda, pueblo mío, entra en tus cuartos interiores y cierra tus puertas tras de ti (recuerden el relato del arca de Noé). Escóndete por solo un momento hasta que pase la denunciación. 21 Porque, ¡mira!, Jehová está saliendo de su lugar para pedir cuenta por el error del habitante de la tierra contra él; y la tierra ciertamente expondrá su derramamiento de sangre y ya no encubrirá a los de ella a quienes han matado.” (Acotación nuestra).

Una vez aclarado tan importante punto y volviendo a donde estábamos, eso es, a la enseñanza del “rapto” como tal, vemos que ya de entrada esta se topa con el hecho incontestable y como explicábamos en nuestro artículo del pasado día 24 del corriente mes de Septiembre, de que actualmente no existe sobre la tierra asomo alguno de algo parecido a una “iglesia de Cristo” y que pueda ser “raptada” o arrebatada en un momento determinado…… y planteamiento por nosotros publicado que, al menos hasta donde sabemos, no nos ha sido rebatido por ninguno de esos supuestos “ungidos” o Hijos de Dios, por tanto supuestos integrantes de la citada “iglesia” y candidatos a partir hacia la misma presencia del Dios Altísimo en los cielos.

Por otra parte, nos encontramos también con aquellos que sin compartir la idea de un “rapto” y ante la complejidad de dicho pasaje de 1 Tes. 4:16-17, no sabiendo por tanto de qué hablaba Pablo, no se les ocurre otra memez que afirmar que en esa porción bíblica mencionada este personaje tuvo un “lapsus” (vulgo, que “se le fue la olla”) y que estas palabras las pronunció pensando, erróneamente, que la venida de Cristo se produciría durante la vida de esas personas a las que se dirigía y por supuesto, de la suya propia…… sin embargo, el más elemental sentido común de nuevo nos muestra que dicha interpretación no puede ser correcta, pues tal situación es imposible de producirse en un autor bíblico y siendo las Escrituras clarísimas en este sentido, pues en ellas leemos que “toda Escritura es inspirada de Dios” (2 Tim. 3:16), lo cual de ninguna manera puede dar lugar a ese tipo de situaciones. Porque claro, si tuviéramos que considerar la posibilidad de un supuesto “lapsus” por parte de algún escritor bíblico, en este caso de Pablo, no solo serían difícilmente creíbles dichas palabras, sino que el entero texto escritural sería puesto en cuarentena; y circunstancia que por imposible, lo que hace es llevarnos a la siguiente conclusión: puesto que no parece que Pablo nos esté hablando de un “rapto” y la opción de un supuesto “lapsus” en semejante personaje es realmente absurda, lo único que procede es pensar que en 1 Tes. 4:16-17 se nos está hablando de otra cosa y que a partir de este momento, es lo que vamos a intentar averiguar…… siempre ciñéndonos, eso sí, a nuestro acostumbrado método de leer con atención y luego razonar sobre lo leído con lógica, sentido común y sobre todo, tomando como punto de referencia para cualquier análisis, al contexto general de las Escrituras; por lo que partiendo de esa posición, leeremos en primer lugar el pasaje mencionado dentro de su contexto más inmediato y luego ya, nos centraremos concretamente en el verso 17, que parece ser en donde radica el conflicto y que nos puede dar la clave del asunto:

Además, hermanos, no queremos que estén en ignorancia respecto a los que están durmiendo en la muerte; para que no se apesadumbren ustedes como lo hacen también los demás que no tienen esperanza (eso es, de los que no creían en una resurrección de los muertos). 14 Porque si nuestra fe es que Jesús murió y volvió a levantarse, así también, a los que se han dormido en la muerte mediante Jesús, Dios los traerá con él. 15 Porque esto les decimos por palabra de Jehová (luego aquí ya estaríamos hablando de una profecía, que nos señala algo que ocurrirá en un futuro): que nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor no precederemos de ninguna manera a los que se han dormido en la muerte; 16 porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa, con voz de arcángel y con trompeta de Dios y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero. 17 Después nosotros los vivientes que sobrevivamos (o estemos vivos en ese momento) seremos arrebatados, juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con el Señor. 18 Por consiguiente, sigan consolándose unos a otros con estas palabras.” (1 Tes. 4:13-18). (Acotaciones nuestras).

Tengamos en cuenta que la congregación de Tesalónica era relativamente joven cuando Pablo escribió su primera carta a los cristianos de esa ciudad, cerca del año 50 E.C. (haría algo más de un año que el propio Pablo la había fundado) y algunos miembros de la congregación estaban angustiados por familiares o compañeros que se habían “dormido en la muerte”, pues una corriente “neo-platónica” que negaba la resurrección de los muertos, estaba introduciéndose en las congregaciones y confundiendo a muchas personas, entre ellas a miembros de dicha congregación; de ahí que poco después y en su particular cruzada en contra de dicha apóstata creencia, Pablo pronunciara aquellas palabras de “si los muertos no han de ser levantados, comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir” (1 Cor. 15:32). Sin embargo, lo que Pablo escribió acerca de la esperanza de la resurrección produjo resultados positivos, pues enderezó temporalmente la situación y trajo consuelo a esos fieles de Tesalónica; luego estaríamos ante el contexto de un mensaje de ánimo para levantar la moral del “personal” y no para suscitar una discusión como parece plantearnos el versículo 17…… pero ahí está este, por lo que resta solo el averiguar qué es lo que Pablo quiso decir realmente con esas palabras y no perdiendo de vista, que lo que estaba haciendo Pablo en este verso 17, era señalar algo a ocurrir en un futuro; dicho lo cual, metámonos en harina y empecemos por analizar dicho pasaje en distintas versiones e intentando sacar alguna conclusión razonable, habida cuenta que las distintas formas de presentarlo varían según la versión que uno use :

RV 1960: “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”

LBLA: “Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.”

BJ: “Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos, al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor.”

NVI: “Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre.”

PDT: “Luego, nosotros los que estemos vivos en ese momento, subiremos a las nubes con los resucitados para encontrarnos con el Señor en el aire, y así estaremos con el Señor para siempre.”

TLA: “Después Dios nos llevará a nosotros, los que estemos vivos en ese momento, y nos reunirá en las nubes con los demás. Allí, todos juntos nos encontraremos con el Señor Jesús, y nos quedaremos con él para siempre.”

Luego para comprender lo que Pablo estaba diciendo con estas palabras y siempre según a nuestro entender (solo estamos exponiendo una opinión), tenemos que partir en primer lugar del supuesto que cuando el apóstol empleaba el pronombre personal “nosotros”, no se estaba refiriendo a ellos como a personas físicas, sino como “clase ungida” y con lo que se podrían traducir sus palabras como “cuando vuelvan a aparecer personas como nosotros, o de nuestra misma condición”, ocurriría esto, lo otro o lo de más allá. En segundo lugar, tenemos que asumir una serie de planteamientos publicados en este blog y en perfecta armonía todos ellos con el contexto general de las Escrituras (del que Pablo no se podía apartar), como por ejemplo, que con la muerte del último de los apóstoles se acabó la posibilidad de que alguien pudiera acceder a la condición de “ungido” o Hijo adoptivo de Dios, pues estos que eran los únicos que podían impartir el bautismo en espíritu santo y que era el que la daba, ya habían muerto todos. Por otra parte tenemos que asumir, que en Rev. 6:11 y 10:11 se nos habla de que en un futuro aparecerían en la tierra un “resto” de personas con las mismas características de los apóstoles (aquí ya empieza a tomar sentido, lo dicho al inicio de este párrafo) y prefigurados por los “dos testigos” de Rev. 11:3, que dotados y a la manera de aquellos primeros seguidores de Jesús de grandes poderes (v. 5-6), darían comienzo a la gran predicación anunciada por el Hijo de Dios en Mat. 24:14…… predicación que con una duración de tan solo ¡1260 días!, tiene como objetivo el abarcar toda la tierra habitada; y circunstancia, dicho sea ya de paso, que nos hablaría del inmenso despliegue de poder realizado por Jehová en esos momentos finales y depositado en las personas que participen de la misma, colaborando con ese resto “ungido” por aparecer (compuesto de verdaderos Hijos de Dios) y del que se nos habla en Joel 2:28-29. Por lo que difícilmente se entendería la aparición de tan extraordinarios personajes, si la tierra y como nos afirman esos “genios” de la teología que nos rodean, prescindiendo que defiendan la idea del “rapto” o no, ya estuviera llena de “ungidos” o Hijos de Dios…… ¿o es que estaríamos hablando de estos supuestos “ungidos” actuales como de “ungidos de tercera”, pues a diferencia de los mencionados en Rev. 11:5-6, estos no sirven absolutamente para nada?

Entonces y partiendo de lo dicho hasta el momento, se puede deducir que Pablo estaba dando a entender que en un futuro aún lejano, aparecerían personas de su “clase” y que es de lo que nos habla el pasaje ya citado de Rev. 10:11, pues es imposible entender de este que la comisión de predicar de nuevo y en un futuro lejano de la que se nos habla, se le diera al envejecido apóstol Juan…… por lo tanto, es obvio que tanto en un caso como en el otro, se hace referencia a la futura venida de individuos de la “clase” de Pablo o de Juan (eso es, “ungidos”, o Hijos de Dios) que en un futuro serían elegidas por Dios para propagar determinado mensaje y que aparecerían al final de los tiempos; de ahí que en ese versículo 17 analizado, se diga aquello de que los que “estemos vivos en ese momento” (como “clase” y no como individuos, repetimos) no serían llamados antes o precederían en la resurrección (v. 16) a los que ya yacían en la muerte por siglos. Por otra parte, dicha predicación final se tendría que iniciar en el momento en que Cristo recibe la autoridad del reino y siendo dicha “buena nueva” proclamada en la tierra por esos “dos testigos” y aquellos que se les unan colaborando en la difusión de la misma, por espacio de tres años y medio:

Y vi a otro ángel que volaba en medio del cielo y tenía buenas nuevas eternas que declarar como noticias gozosas a los que moran en la tierra, a toda nación y tribu y lengua y pueblo 7 y decía con voz fuerte: “Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora del juicio por él, de modo que adoren al que hizo el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas”.” (Rev. 14:6-7).

Y es que la toma de poder del reino no puede ser anunciada si esta no se ha producido, por lo que cuando aparezcan los “dos testigos” o “resto ungido” aún por venir, anunciando dicha “buena nueva”, Jesucristo ya tiene que haber tomado el control del reino de Dios…… y “resto” que aparece al unísono con el “anticristo” y momento en el que inicia la profética semana 70 de Dan. 9:27, o los siete últimos años del mundo tal como lo conocemos. A los tres años y medio de proclamarse dicha esperanzadora noticia y ya acabada en la tierra la tarea de anunciarla por parte de esos enviados de Dios, el “anticristo” da muerte a dichos personajes (Rev. 11:7) y que son resucitados tres sías y medio después, momento en el que se produce la “primera” resurrección de aquellos que tienen que reinar con Cristo y con lo que se “completa” el número que, según hemos leído en Rev. 6:11, tenía que redondear la cantidad predeterminada por el Altísimo sobre la totalidad de los componentes de ese gobierno teocrático alrededor de Jesucristo; porque como de todos es sabido, solo pueden reinar con Cristo aquellos que han sido “ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios” (Rev. 20:4), eso es, que han muerto asesinados por guardar integridad a Dios.

Pero claro, alguien nos podría objetar que Pablo mencionó eso de “los que estemos vivos en ese momento” y lo que hemos leído es que el personaje del “anticristo” y como máximo exponente de la “bestia” (Rev. 13:1) les da muerte…… pero si nos miramos la cosa con cierta atención, veremos que en esos componentes de ese “resto” y en el momento de ser arrebatados a las nubes para recibir junto a sus otros hermanos también asesinados siglos antes, al Cristo que regresa a la tierra, sí se cumple esa condición señalada por Pablo, porque veamos qué leemos en Rev. 11:7-12:

Y cuando hayan terminado de dar su testimonio (a los 1260 días de iniciado), la bestia salvaje que asciende del abismo (bajo el poder del “anticristo”) hará guerra contra ellos (el “resto”) y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero. 9 Y los de los pueblos y tribus y lenguas y naciones mirarán sus cadáveres por tres días y medio y no permiten, que sus cadáveres sean puestos en una tumba. 10 Y los que moran en la tierra se regocijan sobre ellos y gozan y se enviarán regalos los unos a los otros, porque estos dos profetas atormentaron a los que moran en la tierra.

11 Y después de los tres días y medio, espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos y se pusieron de pie (volvieron a la vida) y gran temor cayó sobre los que los contemplaban. 12 Y oyeron una voz fuerte procedente del cielo decirles: “Suban acá”. Y subieron al cielo en la nube y sus enemigos los contemplaron.” (Acotaciones nuestras).

Luego lo que se nos está diciendo aquí, es que esas personas son resucitadas ante los ojos de aquellos que los habían matado, por lo que a todos los efectos ya están vivas de nuevo antes de ser arrebatadas al encuentro de Jesucristo y por lo tanto, cumplidas las palabras de Pablo en el sentido de que esas personas fueron arrebatadas al encuentro de Jesús estando vivas o según palabras del apóstol “los que estemos (como “clase”) vivos en ese momento”…… prescindiendo de que instantes antes estuvieran aún muertos: la cuestión es, que en el momento de ser arrebatados, estaban con vida y de ahí, que podamos hablar de un “arrebatamiento”. Ahora bien ¿en qué sentido y a diferencia de aquellos “santos” que llevaban siglos en sus tumbas, se nos dice de ese “resto” que sus cuerpos fueron “cambiados en un abrir y cerrar de ojos”? La posible explicación de esas palabras de Pablo, probablemente se refiera a que en la actualidad y sin haber llegado aún a este suceso anunciado, de esos santos mencionados ya no queda vestigio alguno de ellos, pues sus restos se han “atomizado” con la tierra, eso es, los átomos que conformaban sus cuerpos físicos ya han pasado a formar parte de otras estructuras de materia y por lo que solo existen como personas en la prodigiosa e inconmensurable mente de Jehová; ello conlleva el que Jehová tenga de dotarles a cada uno de ellos de un nuevo cuerpo totalmente idéntico al anterior, solo que ya con la condición de ente inmortal…… circunstancia que paradójicamente no se produciría con los del “resto” ungido aún por aparecer, porque veamos lo que el mismo Pablo nos dijo, complementando con ello lo dicho anteriormente en 1 Tes. 4:16-17:

¡Miren! Les digo un secreto sagrado: No todos nos dormiremos en la muerte (o permanecerían largo tiempo en la tumba), pero todos seremos cambiados 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta. Porque sonará la trompeta y los muertos serán levantados incorruptibles y nosotros seremos cambiados. 53 Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción y esto que es mortal, tiene que vestirse de inmortalidad.” (1 Cor. 15:51-53).

Recordemos que hemos leído que esos personajes prefigurados por los “dos testigos” y sea cual sea su número real, permanecen muertos por tres días y medio antes de ser resucitados, por lo que sus cuerpos no habrán iniciado aún el proceso de descomposición y lo que hace que Jehová no tenga más que insuflar vida en esos mismos cuerpos, que a diferencia de las resurrecciones de las que nos habla la Biblia, cuyos protagonistas volvieron a la vida en su anterior condición de seres mortales, esos personajes lo hacen ya con la condición de seres inmortales…… esta diferencia de levantarse en los mismos cuerpos mortales que tenían antes de morir, pero pasando a una nueva condición de inmortalidad , es lo que le permite a Pablo el decir que son “cambiados” o por decirlo de otra manera, aquel mismo cuerpo que tres días y medio antes era “mortal”, Jehová lo cambia a la condición de “inmortal”. Y el poco tiempo que permanecen muertos, permite entender el que sencillamente y a los ojos del Todopoderoso Dios, no sea más que un brevísimo instante y al que los seres humanos, coloquialmente (y eso es lo que probablemente hizo Pablo), solemos referirnos como “en un abrir y cerrar de ojos”, eso es, una actividad que se desempeña en un corto periodo de tiempo, que sucede rápidamente o que tarda poco tiempo en realizarse…… luego partiendo de todo lo considerado, veamos de nuevo ese pasaje de 1 Tes. 4:16-17, en esta ocasión en la versión Traducción en lenguaje actual y comprobemos si ya ahora, se nos hace más “digerible”:

Porque cuando Dios dé la orden por medio del jefe de los ángeles y oigamos que la trompeta anuncia que el Señor Jesús baja del cielo, los primeros en resucitar serán los que antes de morir confiaron en él. 17 Después Dios nos llevará a nosotros, los que estemos vivos en ese momento y nos reunirá en las nubes con los demás. Allí, todos juntos, nos encontraremos con el Señor Jesús y nos quedaremos con él para siempre.”

Y esta es, queridos lectores y a nuestro entender, toda la “historia” de lo que nos quiso decir Pablo en ese pasaje objeto de análisis y por lo tanto, nada de un “rapto” tal como nos lo plantean muchas prominentes organizaciones religiosas de la llamada cristiandad, ni que ese día no fuera precisamente el mejor de Pablo en su larga carrera al servicio del Altísimo. Es cierto que probablemente nos podríamos haber explicado mejor (¡qué quieren ustedes, cada uno llega hasta donde llega!), pero no es menos cierto que hemos dado suficiente información como para que cuando alguien le ofrezca la “oportunidad” de ser “raptado” al cielo para “estar con Dios”, le mande directamente a freír espárragos…… y ya por no hablar, de lo que habría que hacer con aquellos que afirman que la Biblia tiene “lapsus” y por lo que no vale la pena el dedicarle uno su atención.

MABEL

CONFIAR EN LO QUE DICE LA BIBLIA…… O EN LO QUE NOS CUENTAN QUE DICE LA BIBLIA: ¡THAT IS THE QUESTION!

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , on 24/09/2013 by Armando López Golart

ungidoPorque claro, resulta que hay tantas opiniones distintas de lo que dice realmente la Biblia, como autores bíblicos hay que nos hablan de ella y lo que deja claramente expuesta, no solo la empanada mental que llevan dichos autores, sino la total indiferencia, cuando no desprecio acerca del contenido de la misma, por parte de la llamada “cristiandad” y a la que le importa un comino lo que esta diga…… en definitiva, que no les interesa en absoluto aquello que “su” Dios les dice en su propio beneficio. No es menos cierto, que en buena medida esta actitud indiferente de la “plebe” con respecto del mensaje divino, es responsabilidad de esos autores mencionados (y de los que vamos a hablar), que llamándose “expertos” en teología muchos de ellos y todos sin falta, reconociéndose como “ungidos” por Dios para gobernar en el reino milenial venidero en calidad de inmortales reyes y sacerdotes junto a Cristo (Rev. 20:6), resulta que son incapaces de transmitir un mensaje común y consensuado (medianamente entendible), violando con ello la primera exigencia bíblica para todos aquellos que asumen la responsabilidad de enseñar a otros acerca de las Escrituras:

Ahora los exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos hablen de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Cor. 1:10).

O el mismo parecido de un huevo con una castaña, que diría nuestro amigo el castizo; y es que mientras unos, por ejemplo, dicen que todos los cristianos bautizados reinarán con Cristo, otros dicen que solo 144.000 lo harán; mientras unos dicen que esa cantidad es simbólica, hay aquellos que dicen que es literal; mientras unos dicen que el reino ejercerá su gobernación desde los cielos, los hay que afirman que lo hará desde la Tierra; mientras los unos hablan de un “rapto” pre-tribulacional, eso es, a ocurrir antes de la “gran tribulación”, otros lo colocan a mitad de la misma y aún otros, al final de esta, pero en cualquier caso, en franca contradicción todos ellos con aquellos que niegan la mayor, o sea, que no habrá “rapto” alguno y así, suma y sigue…… y todo este desbarajuste, para más “inri”, saliendo todos desde un mismo punto de partida: la Biblia. Situación que se complica más, si cabe, cuando uno tiene en cuenta que estamos hablando de personas que se consideran “ungidas” y por lo que, supuestamente, deben de estar guiadas por el espíritu santo de verdad que Jesucristo dijo mandaría a todos aquellos que con él tenían que reinar (Juan 14:26); pero veamos la personal afirmación de uno de esos supuestos “ungidos”, extraída de dos artículos distintos que en su momento publicó y que es perfectamente extensible a todos esos personajes, ya que los “retrata” de tal manera que no deja lugar a duda alguna:

Yo soy un UNGIDO del Señor, y nadie debe o puede tocarme a mí, o a usted, si en verdad es un cristiano, sin tener luego que pagar un precio muy caro. Yo me considero un UNGIDO del Señor, y si usted no se considera así, entonces usted no ha entendido lo que significa ser un cristiano o un ungido.” (Negritas nuestras).

Ahora bien, “Ungidos con el Espíritu Santo” resalta otras bendiciones colaterales que Dios nos añade cuando nos entrega el Espíritu Santo, PERO LO MÁS IMPORTANTE ES QUE NOS GUÍA A LA VERDAD (Ver Juan 16:13). NADIE PUEDE SER GUIADO A LA VERDAD SIN EL ESPÍRITU OBRANDO EN ÉL.” (Negritas nuestras).

Bien, lo que vemos aquí, no solo es el explícito reconocimiento de su condición de “ungido” por parte de uno de tantos de esos caballeros y como hemos señalado, fiel reflejo del parecer de los demás, sino la plena convicción de estar guiado por el “espíritu de verdad” que, según Jesucristo, tiene que acompañar a las personas que gozan de dicha condición (vean que dicho autor apoya su afirmación, citando a Juan 16:13); sin embargo, una característica consustancial en estas personas que afirman ser “ungidas” y que las habría por cientos de miles, es que unas a otras se niegan recíprocamente dicha condición; eso es, que los unos afirman ser los verdaderos “ungidos” o Hijos de Dios, mientras que los otros ¡faltaría más! son los falsos…… y así sucesivamente los unos con los otros, pero sin que puedan demostrar su autenticidad y que es lo fundamental, tanto esos unos, como esos otros. Pero claro, el problema está en que la supuesta autoridad de las “enseñanzas” de esos personajes, está sustentada precisamente en esa presunta condición de “ungidos” y que les igualaría a los Pedro, Pablo, Juan y otros que como ellos, escribieron textos inspirados en las Escrituras…… otorgándose en consecuencia esos supuestos “ungidos” actuales, una “autoridad” de la que otros y por no arrogarse dicha condición (por ejemplo, los autores de este blog), carecen según su entender.

Sin embargo, cuando uno analiza las “enseñanzas” de esos supuestos gobernantes en el reino de Dios y como ya hemos apuntado, nos encontramos con una total contradicción en los disparatados planteamientos que nos formulan los “ungidos” de un lado, con respecto a lo que de un mismo tema nos presentan los “ungidos” del otro y prescindiendo de la organización religiosa a la que pertenezcan; luego…… ¿qué es lo que está ocurriendo aquí? Pues sencillamente, que la primera enseñanza que todos esos personajes (que como hemos señalado son legión) violentan flagrantemente ya de entrada, es la de ser “ungidos” o Hijos adoptivos de Dios, pues a Día de hoy no existen personas sobre la tierra que ostenten dicha condición y algo que podemos argumentar perfectamente; en primer lugar, vean las palabras que dijo Jesucristo a sus apóstoles, instantes antes de ser elevado a los cielos ante la presencia de su Padre Celestial y que encontramos en el pasaje de Mar. 16:16-20 y que para un correcto análisis del mismo, fraccionaremos en tres partes…… por lo que pasemos a la primera de ellas:

Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen las buenas nuevas a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado será salvo, más el que no crea será condenado.” (Vs. 15-20).

Luego empecemos por analizar esta primera fracción del citado pasaje y con el objetivo de ver qué se nos está diciendo en el conjunto del mismo, pues ello es importantísimo para apoyar nuestra afirmación de la no existencia de personas “ungidas” en este momento de lo historia; y es que esos falsos “ungidos” actuales, que no son más que unos pobres diablos que no saben ni de lo que están hablando, para probarnos su supuesta condición de Hijos adoptivos de Dios y a la cual aseguran, puede acceder cualquiera que crea en el evangelio de Jesús y se “bautice” en su nombre (tan fácil como eso) usan el versículo 16, pero omiten los que le siguen y con lo que hacen, sencillamente, es que sacar a este de su contexto natural haciéndole decir aquello que ellos necesitan que diga. Pero dejando esto a parte, en primer lugar lo que deberíamos de preguntarnos es a qué “bautismo” en particular, se estaba refiriendo Jesús que daba a uno la “salvación” y que no podía ser de ninguna manera el bautismo en agua, pues este no era más que la manifestación pública del arrepentimiento de uno por sus pecados cometidos (Mar. 1:4.8). Y que no daba la “salvación”, pues mientras el bautismo en agua nos habla de una decisión personal del individuo de bautizarse o no, se nos dice que la “salvación” no depende de voluntad humana alguna, sino de Dios; y palabras que nos señalan dicha circunstancia, que por la sencillez de su exposición, transcribimos de la versión Traducción en lenguaje actual:

Pero eso no es todo. Aun cuando los dos hijos de Rebeca eran de nuestro antepasado Isaac, 11 Dios eligió sólo a uno de ellos para formar su pueblo. Antes de nacer, ninguno de los niños había hecho nada, ni bueno ni malo. Sin embargo, Dios le dijo a Rebeca que el mayor serviría al menor. 12 Con esto Dios demostró que él elige a quien él quiere, de acuerdo con su plan. Así que la elección de Dios no depende de lo que hagamos. 13 Como dice la Biblia: «Preferí a Jacob y no a Esaú”.” (Rom. 9:10-13).

Parece quedar claro entonces, que nada tiene que ver el bautizarse en agua y acto que depende de una mera decisión personal, sino de que Jehová lo elija a uno…… y es que de lo contrario y para entendernos, el que elegiría ser Hijo de Dios o no, sería uno mediante su decisión soberana de bautizarse en agua, o no y sin que Dios tuviera que ver en el asunto; por lo que queda claro que solo se nos podía estar hablando en ese pasaje de Mar. 16:16 del bautismo en espíritu santo y que solo Jesús podía impartir en un principio, según se entiende de Juan 1:33:

Ni siquiera yo lo conocía, pero El Mismo que me envió a bautizar en agua me dijo: ‘Sobre quienquiera que veas el espíritu descender y permanecer, este es el que bautiza en espíritu santo”.”

Porque no podemos olvidar, por otra parte, que hablando con un “maestro de Israel” de nombre Nicodemo, Jesús afirmó que a menos que uno contara con el bautismo en agua y el bautismo en espíritu santo, le era imposible el acceder al gobierno del reino de Dios (Juan 3:3-5) y algo que nos pone ante dos bautismos distintos el uno del otro; y que eran bautismos totalmente diferentes, queda probado por el hecho de que aquellos que fueron bautizados en agua (y que se conocía como “el bautismo de Juan”) incluso por el propio Jesucristo por mano de sus apóstoles, no adquirieron la condición de Hijos de Dios que sí concedía el bautismo en espíritu santo y que además conllevaba, no solo la “salvación”, sino los grandes poderes que dicho bautismo permitía desarrollar y que nunca puedo darlos el bautismo en agua, como quedó fehacientemente probado a partir del Pentecostés de 33 E.C. en las personas de los apóstoles. Sin embargo, que dicho bautismo solo pudo ser impartido por Jesús después de su resurrección y posterior ascenso a los cielos, queda puesto de manifiesto por las palabras que este dirigió a sus apóstoles:

Y estando reunido con ellos, les dio las órdenes: “No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo (luego aún no habían recibido dicho bautismo y todos ellos, hacía años que habían sido bautizados en agua) no muchos días después de esto”.” (Acotación nuestra).

Y circunstancia que confirmó el apóstol Pedro posteriormente, cuando dijo que puesto que Jesucristo después de su ascensión a los cielos “recibió del Padre el espíritu santo prometido, él ha derramado esto que ustedes ven y oyen” (Hech. 2:23) y en referencia directa a la demostración de poder efectuada por los apóstoles en ese mismo día; bautismo en espíritu santo, que solo pudo ser impartido a partir de ese momento por estos y por absolutamente nadie más. Por lo que queda claro, que no era el bautismo en agua el que otorgaba la condición de Hijo adoptivo de Dios (o “ungido”) y algo que sabemos, porque el inspirado registro histórico del libro de Hechos de los Apóstoles nos cuenta de un par de sucesos que ocurrieron tiempo después de la muerte de Jesús, que nos hablan en este sentido; veámoslos:

Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había aceptado la palabra de Dios, les despacharon a Pedro y a Juan; 15 y estos bajaron y oraron para que recibieran espíritu santo. 16 Porque todavía no había caído sobre ninguno de ellos, sino que solo habían sido bautizados (en agua) en el nombre del Señor Jesús. 17 Entonces se pusieron a imponerles las manos y ellos empezaron a recibir espíritu santo.” (Hech. 8:14-17). (Acotación nuestra).

Note por favor, que si bien esas personas habían sido bautizados en agua de forma correcta en su momento, no recibieron el reconocimiento como Hijos de Dios hasta bastante tiempo después, cuando fueron bautizadas en espíritu santo al serles impuestas las manos por los apóstoles…… previa oración de solicitud a Jehová para que Este les concediera dicho reconocimiento y lo que nos muestra una particularidad de dicho bautismo: que no dependía en ningún caso de la voluntad del apóstol que imponía las manos, el que uno recibiera dicha unción, sino que en última instancia era Dios el que determinaba si se derramaba o no, el ungimiento o reconocimiento de uno como Hijo de Dios y siendo por tanto el apóstol que imponía las manos, solo el “instrumento” usado por Jehová para tal fin; pero analicemos otro suceso parecido en que el protagonista fue Pablo y que se nos relata en Hech. 19:1-7:

En el transcurso de los sucesos, mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo pasó por las partes del interior y bajó a Éfeso y halló a algunos discípulos 2 y les dijo: “¿Recibieron espíritu santo cuando se hicieron creyentes?”. Ellos le dijeron: “¡Si nunca hemos oído si hay o no espíritu santo!”. 3 Y él dijo: “Entonces, ¿en qué fueron bautizados?”. Dijeron: “En el bautismo de Juan” (eso es, en agua). 4 Pablo dijo: “Juan bautizó con el bautismo en símbolo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyeran en el que había de venir después de él, es decir, en Jesús”. 5 Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús. 6 Y cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el espíritu santo y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar. 7 En conjunto, eran unos doce varones.” (Acotación nuestra).

Note de nuevo, por favor, que aunque bautizados en agua por el propio Pablo y en el nombre de Jesucristo, o sea, ya bautizados correctamente y por un personaje tan significado, tampoco esas personas recibieron el espíritu santo que los declararía como Hijos de Dios, como consecuencia directa de su bautismo en agua, sino que esto ocurrió después de su bautismo en agua y solo cuando Pablo les impuso las manos…… eso es, cuando les administró el bautismo en espíritu santo. Y permítannos un pequeño inciso para aclarar (sino luego nos llueven “chuzos de punta” por todos lados), que no era el acto físico de imponer la manos lo que transmitía dicha condición de Hijos de Dios a uno y que en esencia no era más, que la escenografía del bautismo en espíritu, así como el bautismo en agua se escenificaba mediante la inmersión en agua del sujeto que se presentaba al mismo, sino la autoridad delegada por Jesucristo en sus apóstoles para poder llevar a cabo dicho bautismo y autoridad, que no tenía nadie más sobre la tierra.

Dicho lo cual y retomando el tema en donde lo dejamos, vemos que los dos relatos del libro de Hechos mencionados, no solo demuestran inequívocamente que el bautismo en agua no concedió en ningún caso la condición de Hijo adoptivo de Dios o “ungido”, sino que era el bautismo en espíritu santo el que otorgaba dicha condición, pero que solo podía ser impartido por los apóstoles…… por lo que con toda lógica y razón fundamental del porque ello era así, cuando despareció el último de ellos se acabó temporalmente la posibilidad de que aparecieran más “ungidos”, eso es, se acabó el tiempo determinado por Dios para dar dicha oportunidad al ser humano. Y que era así, que solo los apóstoles podían impartir dicho bautismo, queda probado en el caso anteriormente relatado de Hech. 8:14-17 y en el que intervinieron Pedro y Juan, pues siendo Felipe como era también un “ungido” o Hijo de Dios (pero no era apóstol) y que predicaba el evangelio también con grandes demostraciones sobrenaturales de poder (Hech. 8:6-8), si bien bautizó con agua a aquellos creyentes de Samaria, no pudo sin embargo impartirles el bautismo en espíritu santo, sino que nos dice el relato que tuvieron que subir los apóstoles desde Jerusalén hasta Samaria para poder efectuar dicho bautismo (y en aquél tiempo, no viajaban precisamente en el AVE). Lo que nos viene a decir, repetimos y como una importante derivada que refuerza nuestra afirmación de que a día de hoy no existen “ungidos” como tal, que con la muerte del último apóstol se acabó de poder impartir dicho bautismo en espíritu y con ello, la aparición sobre la tierra de más “ungidos” o Hijos adoptivos de Dios desde ese momento en adelante…… y lo que significa que, actualmente, no pueden existir personas sobre la tierra que tengan dicha condición; y algo que se prueba incontestablemente, si continuamos con el análisis del pasaje de Marcos, en este caso de los versos 17-18:

Además, estas señales acompañarán a los que crean: mediante el uso de mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas 18 y con las manos tomarán serpientes; y si beben algo mortífero, no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán”.”

Y nosotros desde luego, no tenemos noticia de que esos supuestos “ungidos” actuales y que nos rodean por tierra, mar y aire, puedan llevar a cabo dichas “señales” poderosas y que Jesús sin embargo aseguró, acompañarían en su labor de divulgación del evangelio, a todos aquellos que creyeran…… luego, o nos están mintiendo como bellacos en lo de su condición de “ungidos” o resulta que no son “creyentes” en el evangelio de Cristo y lo cual vendría a ser lo mismo. Es cierto, no obstante, que esos “ungidos” actuales y ante su incapacidad para manifestar tales poderes sobrenaturales, nos salen con aquello de que teniendo como tenemos hoy las Escrituras, ya no son necesarias dichas señales para que uno crea; pero, en primer lugar y en ese pasaje transcrito, Jesús no dice que las señales serían necesarias para que la gente creyera, sino que lo que dice es que a todo aquél que creyera, él le concedería el poder de efectuar dichas obras poderosas y ajenas al común de los mortales…… luego eso de que la Biblia y por decirlo de alguna manera, sustituye a esas obras poderosas y fuera del alcance del común de los mortales, no es más que una “milonga” (engaño o “cuento chino” en español) que esos supuestos “ungidos” se han inventado y siendo lo único en lo que están de acuerdo, para justificar el hecho de que ellos son incapaces de curar un simple catarro. Lo cual no quita el hecho fundamental de que esas señales tenían un objetivo concreto, como era el identificar a aquellos que afirmaban hablar en nombre de Dios y circunstancia que de producirse hoy, nos evitaría el actual desconcierto al que nos enfrentamos aquellos que tenemos que decidir quiénes en realidad, son los verdaderos entre la marabunta de aquellos que con ferocidad, se disputan dicha condición de “ungidos” o enviados de Dios…… y que lo que decimos es cierto, queda probado en los versículos 19 y 20 y últimos del pasaje analizado de Mar. 16:15-20:

Entonces el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue tomado arriba al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Por consiguiente, ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos y apoyaba el mensaje por las señales que acompañaban a este.”

¿Y de qué otra manera podía ser apoyada por Jesucristo dicha obra, sino por la manifestación de poderes sobrenaturales que se les permitía llevar a cabo en su nombre a esas personas y que claramente, las identificaba como enviados genuinos de Dios? Bien, hasta aquí nos hemos ocupado en presentar la primera prueba en el sentido de que esos “ungidos” actuales, no son más que unos farsantes e impostores y por lo tanto, esos “falsos maestros” de los que nos habla el apóstol Pedro en su segunda carta (cap. 2:1) y de los que nos dice que “introducirán calladamente sectas destructivas”…… y que es precisamente lo que hacen esos personajes actuales, pues con sus particulares y disparatadas enseñanzas atraen a personas en pos de sí y de ahí, el que tengamos en la actualidad tantísimas denominaciones religiosas afirmando tener la verdad y que cual sectas destructivas, apartan a la gente del conocimiento verdadero acerca de la voluntad divina. Y lo cual incluye por supuesto, a aquellos que van por libre, como el ejemplo mencionado al principio de este escrito, cuyos blogs también son seguidos por numerosos seguidores y a los que también aparta de la verdadera enseñanza escritural…… pero dicho lo cual, vayamos ahora a por la segunda prueba que nos muestra que no pueden existir a día de hoy verdaderos “ungidos” sobre la tierra y que encontramos en Rev. 6:9-11:

Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus coesclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos, como ellos también lo habían sido.”

Luego de lo que se entiende de estas palabras, es que la obra de aquellos primeros cristianos que dieron su vida en el primer siglo “por causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener” y que no era otra, que la predicación de las “buenas nuevas” o evangelio que Jesús les encomendó predicar y con el objetivo de recoger a aquellos que con él tenían que reinar, fue interrumpida temporalmente. Pues dicha obra y que se llevó a cabo hasta la muerte de los apóstoles (por las razones ya expuestas), obviamente quedó pendiente de terminar, cuando se nos dice que han de aparecer un “resto” de coesclavos de aquellos primeros cristianos y hermanos de Jesucristo para completar un número determinado…… y “resto” que es prefigurado por los “dos testigos” de Rev.11:3-4 y que deberían de iniciar otra predicación distinta a la iniciada por Jesús, al final de los tiempos. Y predicación distinta, porque si en la iniciada por Jesús, el objetivo era encontrar a aquellos que con él tenían que gobernar en el reino de Dios y algo que reconocen todos los autores bíblicos, en la anunciada en Mat. 24:14 y a llevar a cabo por ese “resto ungido” aún par aparecer, lo que se buscará ya será a los súbditos de dicho reino; pero aclarado lo cual, veamos lo que leemos en esa porción mencionada del último libro de las Escrituras:

Y haré que mis dos testigos profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco. 4 Estos son simbolizados por los dos olivos y los dos candelabros y están de pie delante del Señor de la tierra.”

Ahora bien ¿qué sacamos en claro de este pasaje? Pues en primer lugar, que dichos personajes tienen la comisión de “profetizar” o predicar algo por un corto espacio de tiempo y tarea que tiene que ver con la predicción anunciada por Jesús en Mat. 24:14, con el objetivo ya mencionado de ofertar al “personal” el ser súbdito del reino de Dios y ello para la parte final de los días, pues después de la misma se nos dice que viene “el fin”. El que se nos hable de solo “dos” individuos no tiene tanto que ver con el número real por aparecer, sino más bien con que en el simbolismo bíblico, la presencia de “dos testigos” se relaciona con la veracidad, rectitud y justicia en un juicio. Por ello es apropiado que en el mensaje de juicio que se va a publicar y que significará destrucción eterna para muchos, se implique la figura de “dos testigos” y lo cual nos lleva a una norma o ley de Jehová, dada a su pueblo:

Por boca de dos testigos o de tres testigos debe dársele muerte al que ha de morir. No se le dará muerte por boca de un solo testigo.” (Deut. 17:6).

Recordemos que Jesús, no solo mandó a predicar a sus discípulos de dos en dos, de acuerdo con esa máxima, sino que en un asunto que tenía que ver con un juicio, se la repitió a sus seguidores:

Pero si no escucha, toma contigo a uno o dos más, para que por boca de dos o tres testigos se establezca todo asunto.” (Mat. 18:16).

Luego lo que se desprende de estos pasajes, es el sentido de seriedad y firmeza, aparte de veracidad en el asunto considerado, que debe rodear a todo tema de importancia como puede ser aquello que implica vida o muerte y como es en el caso que nos ocupa; porque lo que es evidente, es que sin ningún problema Jehová podría haber dicho perfectamente “mandaré a mis testigos”, sin que por ello se alterara la situación en cuanto al juicio divino y ya predeterminado por Este. Pero la justicia divina requería, como hemos visto, la presencia de cómo mínimo dos de ellos para establecer un asunto de juicio grave, porque “no se le dará muerte (al delincuente) por boca de un solo testigo” y de ahí que la expresión inspirada, explícitamente especifique la presencia de “dos testigos”. Entonces lo que se hace en Rev. 11:3-4 con dicha fórmula, es establecer un principio de legalidad y respeto a las justas normas de Jehová y a las que el propio Jesús se sujetó (Juan 5:31-37); porque si tuviéramos que circunscribirnos a la literalidad del número, nos encontramos con que refiriéndose al mismo suceso a producirse en un tiempo en el futuro, en Miq. 5:5 leemos lo siguiente:

Y este tiene que llegar a ser paz. En cuanto al asirio, cuando entre en nuestro país y cuando pise sobre nuestras torres de habitación, nosotros también tendremos que levantar contra él siete pastores, sí, ocho adalides de la humanidad.”

Por lo tanto, lo que habría de entenderse de esa trilogía de números (dos, siete y ocho), es que en todo caso, serán los suficientes para cumplir con el requisito divino mencionado y a su vez, el número necesario de ellos para llevar a cabo dicha comisión…… y que bien podrían ser literalmente dos, o siete u ocho (circunstancia que no entramos a debatir), pero en cualquier caso estaríamos hablando de una reducida cantidad de miembros y lo que se ha dado en llamar un “resto” de enviados por Jehová ; y “resto” comisionado por Este para llevar a cabo una tarea concreta, a la manera de los apóstoles y de aquellos que recibieron de estos la “unción” como Hijos de Dios, así como los poderes que la misma llevaba inherentes…… recordemos que cuando hemos leído de Rev. 11:3-4, hemos obviado señalar lo que se nos dice en los versos 5-6 y que nos hablan del tremendo poder del que serán revestidos esos personajes:

Y si alguien quiere hacerles daño, de la boca de ellos sale fuego y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. 6 Estos tienen la autoridad para cerrar el cielo de modo que no caiga lluvia durante los días de su profetizar y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen.”

Entonces si ya hemos analizado en los anteriores versos 3-5, la labor que tienen que desempeñar esos “dos testigos”, así como el tiempo que durará la misma, o la razón del por qué se nos mencionan concretamente a “dos” personas, en estos dos versos que acabamos de considerar hemos leído del poder del que serán dotados para llevar a cabo su comisión y lo que nos lleva a plantearnos algunas preguntas, porque veamos: si Jehová siempre y según nos dan a entender esos supuestos “ungidos” actuales, ha tenido tanto Hijo Suyo suelto por ahí ¿por qué tiene que mandar Dios a los citados en Rev. 11:3, para llevar adelante una predicación que, además, ya afirman estar haciendo esos “ungidos” actuales, pues todos sin excepción se postulan como genuinos predicadores del reino de Dios? Por otra parte y si realmente han sido esos personajes adoptados como Hijos de Dios tal y como nos aseguran ¿por qué no pueden hacer las mismas obras sobrenaturales, que hicieron en su momento los Juan, Pablo, Felipe, Pedro y tantísimos otros, que consiguieron poner al mundo de aquél entonces patas arriba? ¿Es que acaso Jehová y del que se nos dice que no hace distinción de personas (Hech. 10:34), tiene hijos de primera división, de segunda y sí mucho nos apuran, hasta de categoría regional? Es más, si todos los miembros bautizados de la cristiandad a través de los siglos y según nos afirman esos flamantes “ungidos”, por su bautismo fueron (y son, según nos cuenten) declarados Hijos de Dios ¿cómo es que las guerras más feroces que se han peleado en el mundo, han ocurrido o han sido promovidas dentro de ella? ¿Cómo es, que el mundo está en el caótico estado en que está, si Dios tiene una legión de Sus Hijos pululando por estos lares? Respuesta a dichas preguntas que nos lleva a una realidad perfectamente constatada, en el sentido de que dichos supuestos “ungidos” no son más que unos “fantasmas” y que con la desaparición del último de los apóstoles en el año 99 E.C., en este caso el apóstol Juan, se acabaron esa serie de personas y con ellas, los poderes sobrenaturales y como es lógico, la influencia benefactora de estos sobre la tierra y así hasta el día de hoy…… y este es, repetimos, un hecho incontestable.

Luego solo podemos concluir, atendiendo a la razón y al sentido común, que a día de hoy no existen sobre la tierra personas que puedan demostrar (afirmarlo ya es harina de otro costal, pues a la lengua se le hace decir lo que uno quiere y el papel lo aguanta todo) que poseen dicha “unción” divina, ni por lo que hacen ni siquiera por lo que dicen, pues sus “enseñanzas” no son más que auténticos disparates; y si como muestra basta un botón, aquí les mostramos el titular de un video recientemente publicado por uno de esos “ungidos”, bajo el disparatado título “Llamados por el evangelio para ser reyes gloriosos con Jesucristo”. Por lo que queda claro, que hay que dar por sentado que dichos personajes no son más que unos embusteros, así como unos farsantes redomados y por lo que tendrán que rendir cuentas a Jesucristo cuando este vuelva a la tierra, como queda claro en la advertencia que con casi 2.000 años de antelación, les dirigió a tan nefastos personajes:

Pero cualquiera que haga tropezar (por medio de sus “enseñanzas” mentirosas) a uno de estos pequeños que ponen fe en mí, más provechoso le es que le cuelguen alrededor del cuello una piedra de molino como la que el asno hace girar y que lo hundan en alta mar.” (Mat. 18:6). (Acotación nuestra).

No obstante y siendo cierto que tan fraudulentos personajes recibirán en su momento la recompensa merecida, no serán los únicos que sean recompensados de forma tan drástica, sino que también habrán aquellos que por su negligencia o pereza por procurar entender la Escrituras por sí mismos y confiando en lo que otros les cuentan que dice la Biblia, recibirán su merecida retribución; pues según dijo el Hijo de Dios en cierta ocasión, cuando “un ciego guía a un ciego”, el “castañazo” suele ser inevitable:

Déjenlos. Guías ciegos es lo que son. Por eso, si un ciego guía a un ciego, ambos caerán en un hoyo.” (Mat. 15:14).

Obviamente, alguno de esos personajes nos podría decir que nosotros también publicamos en internet y que algún que otro seguidor tenemos, en un intento malévolo de meternos a todos en el mismo cesto…… y lo cual de ninguna manera es el caso: porque nosotros jamás nos hemos identificado como “ungidos”, por tanto guiados por el espíritu santo de la verdad (Juan 16:13) y con la autoridad que ello da, sino que siempre hemos afirmado que lo que en este blog se publica no es más que fruto del razonamiento lógico y del más elemental sentido común, de aquello que leemos en las Escrituras. Súmenle a ello, el hecho comprobable que en muchos de nuestros artículos y al final de los mismos, solemos añadir la coletilla de que la última responsabilidad ante Dios de lo que uno haga, recae sobre sí mismo como claramente se lee en Gal. 6:5, en el sentido de que “cada uno llevará su propia carga de responsabilidad”; y por ello, siempre hemos instado a nuestros lectores a que hagan uso de su ejemplar de la Biblia y comprueben por sí mismos, si lo que les decimos se ajusta a lo que en ella leen…… o no.

Pero lamentablemente y como decíamos al principio de este escrito, entre los miembros de la llamada cristiandad existe un general desprecio por las cosas de Dios y en todo caso a lo máximo que llegan y por aquello del “qué dirán”, es a asistir con cierta regularidad a cualquiera de las innumerables denominaciones religiosas existentes, escuchar el sermoncito de rigor y contribuir con el no menos importante óbolo o contribución económica para el sostén de la misma…… y hasta la semana próxima. Ya los menos, son aquellos que se interesan en la literatura religiosa y quedándose con aquellos autores que les dicen aquello que les hace sentir bien, como por ejemplo, que todos los cristianos reinaremos con Cristo…… y que ante el panorama que presenta dicha cristiandad, como “melonada” no está nada mal; luego ya estamos aquellos que, en verdadero peligro de extinción, no solo no nos contentamos con leer lo que otros nos dicen que cuentan las Escrituras, sino que nos deleitamos en leer la Palabra de nuestro Dios (Sal. 1:2) y al igual que aquellos habitantes de Berea que fueron calificados por las Escrituras como de más noble disposición (Hech. 17:11), porque “examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así” (dicho en “román paladín”, que no se fiaban un pelo…… ¡y se las decía Pablo y no unos “sacamantecas” como los que nos hablan hoy a nosotros!), nos ocupamos en nuestro estudio personal de la Biblia para comprobar si las cosas que se nos dicen, se ajustan a lo que ella dice o no. Y de ahí, eso es, de que seamos tan poquitos, que esos “falso maestros” que altaneramente se reconocen a sí mismos como “ungidos” o Hijos adoptivos de Dios, abunden como la mala hierba a nuestro alrededor.

Sin embargo, algo que nos dicen esos supuestos “ungidos” es que la Biblia es un libro difícil de entender y que solo las personas con suficientes conocimientos en teología, como ellos afirman poseer, pueden comprender su mensaje…… y lo cual es radicalmente falso; porque en primer lugar, la Biblia no fue escrita para “teólogos”, sino para gente humilde como pastores, pescadores, agricultores, carpinteros, etc., eso es, personas sin conocimientos superiores y menos en aquella época de la que estamos hablando. Y en segundo lugar, porque cuando uno se enfrente al juicio divino por venir y que está al caer, no será librado de la “gran tribulación” por lo mucho que sepa de las Escrituras, sino por el sincero esfuerzo que de todo corazón haya hecho para aprender de su Dios Jehová; y es que no todos hemos nacido en la calle mayor y hemos podido tener la misma formación que otros, o no todos tenemos la misma aptitud intelectual para aprender cosas…… pero algo que nuestro bondadoso Dios sabe perfectamente y por eso no nos exige más que aquello que podemos hacer. Y circunstancia que queda perfectamente reflejada en una parábola que Jesús enseñó a sus discípulos y que por extensión también nos afecta a todos nosotros, conocida como la “Parábola de los talentos” y que encontramos en Mat. 25:14-18:

Porque es justamente como un hombre que, estando para emprender un viaje al extranjero, mandó llamar a sus esclavos y les encargó sus bienes. 15 Y a uno dio cinco talentos; a otro, dos; y a otro, uno, a cada uno según su propia habilidad; y se fue al extranjero. 16 Inmediatamente, el que recibió los cinco talentos se fue y negoció con ellos y ganó otros cinco. 17 Así mismo, el que recibió los dos ganó otros dos. 18 Pero el que recibió solamente uno se fue y cavó en la tierra y escondió el dinero en plata de su amo.”

Entonces la tarea encomendada a cada uno tenía que ver con la capacidad personal de este uno y no más allá; sin embargo, vemos que mientras los dos primeros rindieron conforme a su capacidad, luego con aquello que se esperaba de ellos, el tercero de ellos enterró la moneda y se olvidó del asunto hasta el momento en que le fuera demandada, eso es, no rindió lo que se esperaba de él. Cuando el amo de esos esclavos volvió, pasó cuentas y retribuyó a cada uno según su esfuerzo, el indolente esclavo que no se ocupó de la tarea encomendada por su amo, se encontró con que este dijo lo siguiente sobre él:

Por tanto, quítenle el talento y dénselo al que tiene los diez talentos. 29 Porque a todo el que tiene, más se le dará y tendrá en abundancia; pero en cuanto al que no tiene, hasta lo que tiene le será quitado. 30 Y al esclavo que no sirve para nada, échenlo a la oscuridad de afuera. Allí es donde será su llanto y el crujir de sus dientes.”

Luego con la idea que tenemos que quedarnos, es que no vale con creernos lo que esos supuestos “elegidos” de Dios nos cuentan que dice la Biblia, sino que lo que hay que hacer es investigar por nuestra propia cuenta y esforzarnos sinceramente por aprender aquello que nos quiere comunicar Dios mediante Su Palabra; porque si usted se esfuerza y pone sincero empeño en la labor, no solo aprenderá al grado que su capacidad le permita, como ocurre con todo hijo de vecino, sino que eso es lo que se tomará en cuenta en la decisión final que sobre usted tome el Altísimo, en el momento del juicio…… y que como hemos dicho, está al caer.

MABEL

LOS «ANTEPASADOS» DE JESÚS…… Y EL SAL. 45:16.

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , on 15/09/2013 by Armando López Golart

genealogia-de-jesucristoUna creencia muy extendida entre ciertos personajillos que se las dan de “entendidos” en teología, así como el “no va más” en la técnica de la interpretación bíblica, es aquella que tiene que ver con la afirmación de que los llamados “notables del AT”, eso es, todos aquellos personajes de los que se nos habla en el AT y que en algún momento tuvieron que ver con Dios, empezando por Set, pasando por Abraham y acabando por el último de los profetas de Dios, Malaquías, todos sin excepción, han sido llamados a reinar con Jesucristo en el reino de Dios, junto con todos aquellos bautizados en nombre de Cristo a lo largo de toda la era cristiana; y “enseñanza” que rompe con todos los esquemas del propósito divino contenidos en la Biblia, por lo que a partir de la cual se tienen que reformular o “retocar” otras enseñanzas bíblicas, pues dicho planteamiento tiene difícil encaje con el un todo armonioso que es el registro sagrado. Y es que al igual como ocurre en un cesto de cerezas, que tiras de una y te salen una docena enganchadas por sus “rabitos”, así sucede cuando se altera una enseñanza bíblica, porque ello repercute directamente y sin remisión, en las restantes.

Sin embargo y como es característico en este blog (para eso lo montamos), cuando no estamos de acuerdo con determinado planteamiento bíblico, pues nos “huele” a falsa enseñanza, nos movemos inmediatamente para intentar probar lo falso del mismo y siempre con la finalidad de que las personas que sinceramente quieren aprender de Dios (usted, querido y desconocido amigo (o amiga), es una de ellas, pues de lo contrario no estaría leyendo estas palabras), no se vean entrampadas por las malas artes de tanto “falso maestro” como anda suelto por ahí (2 Ped. 2:1) y proponiendo para ello, como no podría ser de otra manera, soluciones alternativas a la “enseñanza” que estemos analizando. Y “falsos maestros” que se distinguen por tener todos el mismo común denominador, eso es, el creerse “elegidos” por Dios para reinar en el milenio, o lo que es lo mismo, que han sido reconocidos por Este como sus Hijos adoptivos, por tanto hermanos de Jesucristo y en consecuencia, herederos con este del reino de Dios, en calidad de inmortales reyes y sacerdotes de Dios…… y como no, la mayoría de ellos afirman tener “grandes” conocimientos en Teología. Entonces y para desmontar dicha falsa “enseñanza”, nos vamos a apoyar en principio sobre un texto muy sencillo, pero letal para dicho fraudulento planteamiento y del que huyen como “alma que lleva el diablo” aquellos que enseñan dicha doctrina, eso es, la de que todos los “notables del AT” reinarán con Cristo en el milenio…… y pasaje que no es otro, que el Sal. 45:16 en donde leemos como sigue:

En lugar de tus antepasados (o “padres” según versiones), llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.” (Acotación nuestra).

Y es que detrás de tan sencillas y parcas palabras, cuando uno las razona y las va desarrollando desde la lógica y el sentido común, se da cuenta que se esconden fuertes argumentos que se convierten en un arma determinante para desmontar el citado planteamiento o enseñanza, aunque los que la sostienen afirmen que dicho salmo no tienen la mayor relevancia y por lo que en poco o nada, afecta el mismo a la idea que ellos proponen; por lo que vamos a ver, si eso resulta ser así…… o no. De entrada, hay que tener en cuenta que esas proféticas palabras fueron escritas hará unos 3.500 años atrás, aplican directamente al tiempo en que Jesucristo toma las riendas del reino de Dios aquí en la tierra, momento en donde según dicho salmo ocurrirá lo siguiente: esos “antepasados” o “padres” de Jesús, van a sufrir un cambio radical en su relación de parentesco con este, pues de la condición de “padres” o “antepasados” suyos, pasan a adquirir la condición de “hijos” con respecto de él y en función de lo que se conoce como el “derecho de recompra” (Lev. 25:47-49); y es que Jesús y en virtud de su sangre derramada, rescató o “recompró” a la entera humanidad de las garras del pecado y la muerte y por lo que pasamos todos y no solo esos “antepasados” de Jesús, a tenerle por “Padre Eterno” (Isa. 9:6)…… excepción hecha de aquellos que Jehová ha reclamado para Sí y que en Rev. 7:4 y 14:1, se nos cuantifican en 144.000 miembros de dicha humanidad. En todo caso, pertenencia de esos “antepasados” ahora ya como “hijos” de Jesucristo, que queda clara en la primera parte de dicho pasaje, pues en ella hemos leído que “en lugar” (o sustituyendo) de los “antepasados” o “padres” de Jesucristo, llegarán a haber sus “hijos” y dando lugar con ello, como ya hemos dicho, a una nueva relación de parentesco.

Claro, cuando uno empieza a madurar, a entender y sobre todo, a aceptar dicha idea, pues la inmensa mayoría de cristianos actuales creen tener por Padre a Jehová Dios, con lo primero que se encuentra es con que si dichos personajes adquieren el rol de “hijos” que no de “hermanos” de Jesucristo, resulta y partiendo de la lógica más elemental, que los tales no pueden ser de ninguna manera Hijos del Altísimo y por lo que, en consecuencia, no pueden heredar con Cristo el reino de Dios. Pero es que además y mirándolo desde otro ángulo, al describirnos la Biblia a esos personajes como los “antepasados” o los “padres” de Jesús, razonablemente y desde el más elemental sentido común, ya se entiende que de ninguna manera pueden ser “hermanos” de este, a menos que se violenten descaradamente las leyes de la naturaleza, las de la genealogía y sí mucho nos apuran, hasta las del más elemental sentido de la razón: porque si dichos personajes vivieron antes de aparecer Jesús y eso es lo que significa el ser un “antepasado” o “padre” de… obviamente un mínimo ejercicio de lógica nos dice de dichos personajes, que pueden ser cualquier cosa menos “hermanos” de Jesús y lo que significa por extensión, como acabamos de señalar, que no pueden ser Hijos de Dios. Luego como primera providencia de lo considerado hasta el momento, queda claro que esos “antepasados” de Jesús a los que esos autores de los que estamos hablando hacen mención, como los Abraham, David, Moisés, Jeremías y tantísimos otros como nos meten en el mismo “saco”, no pueden tener como absurdamente se nos afirma y extremo que avala el salmo objeto de análisis, la condición de Hijos de Dios y por lo que de heredar el reino en calidad de reyes y sacerdotes…… pues eso ¡lo que nosotros les digamos!

Porque en directa armonía con el registro escritural y como de todos es conocido, no pueden heredar el reino en calidad de reyes y sacerdotes, aquellos que no sean Hijos de Dios y que por extensión, tampoco son “hermanos” de Jesucristo…… y eso es precisamente, lo que nos dice el Sal. 45:16: que dichos “antepasados” no son hermanos de Jesucristo. Pero es que en este pasaje se nos da otro detalle que confirma nuestro planteamiento (y algo que ya hemos explicado en algunos de nuestros anteriores artículos), porque veamos: esos “entendidos” de los que hablamos, nos dicen que esos “antepasados” o “padres” de Jesús, junto a sus descendientes hasta llagar a nuestros días y como un todo, conforman lo que actualmente se conoce como la “iglesia” o “cuerpo de Cristo”; pero notemos, sin embargo, que la segunda parte de ese Sal. 45:16 y de la que esos “genios” de la interpretación bíblica actuales no quieren ni oír hablar de ella, nos dice de esos “antepasados” de Jesucristo, que cuando se levanten en la resurrección, serán “nombrados” por este “príncipes sobre toda la tierra”…… cuando todos sabemos, por lo menos las personas medianamente formadas en las Escrituras, que según Rev. 20:6 todos aquellos que conforman el “cuerpo de Cristo” y que son los que reinarán con este en el milenio, cuando se levantan en la “primera” resurrección ya lo hacen con la condición inherente de inmortales reyes y sacerdotes y por lo que no precisan de nombramiento alguno. Entonces y según se deduce de lo analizado hasta el momento, si los miembros de la “iglesia” o “cuerpo de Cristo” ya se levantan en la “primera” resurrección como inmortales reyes y sacerdotes ¿por qué necesitan ser nombrados “príncipes” sobre la tierra, siendo como es este rango totalmente inferior al de rey y que es con el que ya resucitan?

Por tanto y en una lógica conclusión de lo considerado, si esos “antepasados” de Jesús de los que nos habla el Sal. 45:16, al resucitar precisan de ser nombrados algo (lo que sea), sencillamente es porque no han participado de esa “primera” resurrección y de la que como les hemos indicado, ya se sale con la condición de inmortal rey y sacerdote…… circunstancia que nos lleva a la siguiente derivada: si no han participado de esa “primera resurrección” (lo cual es obvio, pues precisan de ser nombrados “algo” por “alguien”) y dado que según la “sagaz” interpretación que del pasaje de Juan 5:28-29 nos hacen esos autores bíblicos de los que estamos hablando, acerca de “dos” supuestas resurrecciones, una “primera” al inicio del milenio para aquellos que tienen que reinar con Cristo y una “segunda” al final de los mil años, para “juicio” o destrucción eterna de los que participan de ella…… ¿de dónde, cuándo y cómo, aparecen entonces en escena esos “antepasados” de Jesucristo? Porque claro, si como ha quedado perfectamente constatado, no han participado de esa “primera” resurrección, pero que lejos de ser “guardados” en sus tumbas respectivas hasta la conclusión de los mil años para levantarse en la “segunda”, para su “juicio” y destrucción eterna, resulta que más bien al contrario se les conceden “nombramientos” como altos dignatarios del gobierno ejerciente, solo podemos suponer una cosa: su volver a la vida y posterior nombramiento como “príncipes”, tiene que suceder en un espacio de tiempo intermedio entre ambas resurrecciones…… y lo cual desmonta otra enseñanza bíblica, eso es, el andamiaje de las “dos” resurrecciones de las que supuestamente nos habla el pasaje de Juan, luego ¿será que de lo que en realidad se estaría tratando es de tres resurrecciones y que Jesús se equivocó al hablarnos (supuestamente) de dos en ese pasaje de Juan? Porque de lo contrario que alguien nos explique de dónde salen esos personajes…… ¿o más bien resulta que dichos “entendidos” están equivocados también en esta “enseñanza” de colocar a dicha “segunda” resurrección al final del milenio y que los autores de este blog tenemos razón cuando tantas veces hemos señalado dicho error, al explicar que la misma transcurre durante el reino de mil años de Dios?

Permítannos un inciso para decirles, que todo esto que les acabamos de señalar, es lo que se va desprendiendo del análisis razonado del Sal. 45:16 cuando esto se hace con la corrección debida y algo que por lo visto, los “entendidos” actuales son incapaces de llevar a cabo…… imaginamos que dada su limitada capacidad para razonar con lógica y sentido común sobre aquello que leen y algo que en este blog, solemos hacer muy bien. Por lo que volviendo a lo que íbamos, que lo que les decimos es cierto, eso es, que dichos “antepasados” de Jesucristo no pueden participar en manera alguna de la llamada “primera” resurrección, queda meridianamente claro por el hecho de que esos personajes citados incumplen dos de los requisitos fundamentales exigidos por el propio Hijo de Dios, para poder acceder al reino en calidad de inmortales reyes y sacerdotes…… y circunstancia que fortalece el planteamiento que acabamos de formular, siempre partiendo de dicho salmo y de ahí la gran importancia del mismo en el tema que nos ocupa; veamos por lo tanto, el primero de esos requisitos y que encontramos en Juan 3:3-5:

En respuesta, Jesús le dijo: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. 4 Nicodemo le dijo: “¿Cómo puede nacer el hombre cuando es viejo? No puede entrar en la matriz de su madre por segunda vez y nacer ¿verdad?”. 5 Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”

O lo que es lo mismo, el requisito de contar con el bautismo de agua y con el bautismo en espíritu santo (eso es, dos bautismos totalmente distintos el uno del otro) y que era el que realmente otorgaba la condición de Hijo adoptivo de Dios (por ejemplo, los apóstoles); y dado que el bautismo en agua como tal, inició con la venida de Juan “el bautizante” (Juan 1:33), pues dicha ceremonia era totalmente desconocida entre el pueblo de Israel hasta ese momento…… y que el bautismo en espíritu santo, no se pudo administrar hasta después de la resurrección de Jesucristo (1:4-5), solo el sentido común nos dice que de ninguna manera esos “antepasados” de Jesús podían reunir dichos dos bautismos, pues habían muerto muchos siglos antes de que estos fueran establecidos. Y no vale decir, como suelen hacer estrafalariamente algunos de esos “entendidos”, que esos “antepasados” de Jesucristo “ya recibieron” ambos bautismos cuando pasaron “bajo la nube” en el desierto de Sinaí y citando de 1 Cor. 10:1-5; porque dicho pasaje y cuando se interpreta correctamente su contenido, no dice eso ni por el forro, sino que lo que nos dice es esto:

Hermanos, quiero que recuerden que todos nuestros antepasados estuvieron bajo la nube y que todos atravesaron el mar Rojo. 2 Fue como si todos hubieran sido bautizados en la nube y en el mar, para ser seguidores de Moisés. 3 Todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y bebieron la misma bebida espiritual. Bebieron de la roca espiritual que iba con ellos, y la roca era Cristo. 5 Pero Dios no estaba contento con muchos de ellos, por eso sus cuerpos quedaron tendidos por el desierto.” (En versión Palabra de Dios para Todos y siendo que con igual claridad se pronuncian NVI; TLA; DHH; NTV, así como BLP).

Luego no podemos estar hablando de un bautismo equivalente, en primer lugar porque de lo que se trataba ahora era de hacerse seguidor de Jesús y no de Moisés; y en segundo lugar y como punto más importante, porque Jehová no habría establecido dichos bautismos que marcaron obviamente un antes y un después en el pueblo de Israel, de haber existido ya un bautismo equivalente en el pasado y que englobara a los dos. Por lo tanto, está claro que dichos “notables del AT” no reunían este primer requisito…… como tampoco reunían el segundo y que encontramos en los siguientes pasajes, por cierto muy usados por la mayoría de esos “estudiosos”:

Rev. 2:10: “No tengas miedo de las cosas que estás para sufrir. ¡Mira! El Diablo seguirá echando a algunos de ustedes en la prisión para que sean puestos a prueba plenamente y para que tengan tribulación diez días. Pruébate fiel hasta la misma muerte y yo te daré la corona de la vida.”

Rev. 3:21: “Al que venza, le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.”

Queda claro entonces, que dicho segundo requisito implicaba el sufrir una muerte de sacrificio o martirio en defensa de la integridad de uno hacia Dios, así como lo había hecho el propio Jesús y por lo que se le concedió el sentarse al lado de su Padre Celestial; de hecho, cuando le fue dada la Revelación a Juan, le fue concedida una visión de aquellos que se sentarían en los tronos al lado de Jesucristo, para juzgar a las naciones y de la que Juan nos destaca la característica principal que identificaba a dichos personajes y que, lógicamente, habría que entender como fundamental (de lo contrario Jehová no la habría puesto ahí), para poder acceder a dicha posición de privilegio:

Y vi tronos, y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha (eso es, asesinados) por el testimonio que dieron de Jesús (algo que dichos “notables del AT” no pudieron hacer, pues en su tiempo aún faltaban siglos para que el tal viniera a la existencia) y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.” (Rev. 20:4). (Acotaciones nuestras).

Y siendo que de dichas palabras, queda meridianamente clara la necesidad de una muerte violenta por causa “del testimonio dado de Jesús y por hablar acerca de Dios” en un enfrentamientos desigual con la “bestia” (Rev. 13:1), evitando ser afectado por la marca de la misma; sin embargo y siendo demoledor lo expuesto a partir de los pasajes de Rev. 2:10; 3:21 y 20:4, veamos ahora qué clase de muerte tuvieron los más preclaros de esos “antepasados” de Jesús:

Gén. 25:7-8: “Y estos son los días de los años de la vida de Abrahán que él vivió: ciento setenta y cinco años. 8 Entonces expiró Abrahán y murió en buena vejez, viejo y satisfecho y fue recogido a su pueblo.”

Gén. 35:28-29: “Y los días de Isaac ascendieron a ciento ochenta años. 29 Después Isaac expiró y murió y fue recogido a su pueblo, viejo y satisfecho de días; y Esaú y Jacob, sus hijos, lo enterraron.”

Gén. 49:33: “Así acabó Jacob de dar mandatos a sus hijos. Entonces recogió los pies en el lecho y expiró y fue recogido a su pueblo.”

1 Cró. 29:26-28: “En cuanto a David hijo de Jesé, reinó sobre todo Israel; 27 y los días que él reinó sobre Israel fueron cuarenta años. En Hebrón reinó por siete años, y en Jerusalén reinó por treinta y tres años. 28 Y por fin murió en buena vejez, satisfecho de días, riquezas y gloria; y Salomón su hijo empezó a reinar en lugar de él.”

Entonces, que esos “antepasados” de Jesús no reúnen esos dos imprescindibles requisitos exigidos por Jesús, para reinar a su lado en el reino de Dios, queda fuera de toda duda para una mente medianamente “amueblada”; y de nuevo resaltamos que todo esto que hasta el momento les hemos expuesto, se deriva de un pasaje que según esos “genios” de la interpretación bíblica, no tiene “la mayor importancia” y del que además aseguran “que nada aporta la debate”. Pero para que la fiesta no decaiga, veamos otro dato a tener en cuenta y que también ¡faltaría más!, se nos da en dicho Sal.45:16 y ello para probar que, lejos de tan desafortunada apreciación, dicho salmo sí da para mucho, aunque entendemos que en su supina ignorancia sobre temas bíblicos, esos señores ni se enteran de qué va la película. Dicho lo cual, veamos ahora de qué dato estaríamos hablando: porque alguno de esos “genios” de la teología, afirma enfáticamente en reiteradas ocasiones que innumerables personajes como los Moisés, Jeremías, Jeremías, el propio Daniel, etc. etc., participarán en la gobernación del reino en calidad de inmortales reyes y sacerdotes al lado de Cristo…… sin embargo eso no es lo que el Sal. 45:16 nos dice; porque recuerden, que este nos pone el énfasis en los “antepasados” de Jesús y lo que nos tiene que llevar a la siguiente cuestión: cuando en ese Sal: 45:16 se nos habla de dichos “antepasados” ¿de quienes realmente se nos está hablando?

Bien, cuando buscamos en el diccionario de la RAE de la Lengua la expresión “antepasado” y en una segunda acepción, vemos que se lee lo siguiente: “Ascendiente más o menos remoto, de una persona o de un grupo de personas”…… o lo que es lo mismo, estaríamos hablando del árbol genealógico del que uno desciende, eso es, de aquellos individuos que formando una línea directa de sucesión, da como resultado la aparición de uno y siendo esos citados individuos, entonces, los antepasados de este uno, usted por ejemplo. Pero para entender esta importante cuestión, lo que vamos a hacer es poner unos pocos ejemplos de lo que queremos decir y para no confundirnos, pues este es un detalle muy importante para saber de qué estamos hablando: mientras que Abraham fue un “antepasado” de Jesús, no lo fue Lot, siendo como era sobrino de dicho patriarca; mientras que Isaac fue un “antepasado” de Jesús, no lo fue sin embargo Ismael y eso, que eran hermanos por parte de padre; mientras que Jacob sí fue un “antepasado” de Jesús, no así Esaú, siendo como eran hermanos de padre y madre; mientras que Judá, fue otro “antepasado” de Jesús, no así el resto de sus once hermanos; mientras Sem (hijo de Noé) sí fue “antepasado” de Jesús, no así sus hermanos Cam y Jafet…… y así, suma y sigue.

Luego queda claro que, por una parte, eso reduce a una mínima expresión el número o cantidad de esos “antepasados” o personas de las que desciende directamente Jesús y a los que hace explicita referencia el Sal. 45:16, como aquellos que serán nombrados “príncipes” y que se circunscribiría a la lista genealógica que encontramos en Mat. 1:1-16 y ello por quedarnos en el personaje Abraham, pues a este es al que le fue hecha la promesa que de su simiente, provendría la “descendencia” (Gál. 3:16). De todas formas y si alguien quiere ampliar el horizonte de antepasados de Cristo, puede ir a la lista genealógica de este y que se nos da en Luc. 3:23-38, que abarca desde Adán hasta José, esposo de María; si bien es cierto que dicha línea sucesoria y a partir de David, ya no viene por la línea de Salomón (y línea de la que desciende directamente Jesús), sino que viene por línea de Natán, descendiente de Judá y que nos lleva a los antepasados de Jesús por línea materna; y de los que ya no nos pronunciamos, así como tampoco lo hacemos con los antepasados antediluvianos de este (los Set, Enós, Mahalaleel, Matusalén, Enoc, etc.) en el sentido de si serán contados como antepasados de Jesús y por tanto, si también recibirán el nombramiento de “príncipes” sobre la tierra, o no…… y es que a tanto ya no llegamos. Pero que en todo caso ¿sabe usted, querido amigo que nos lee, de cuantos “antepasados” de Jesús estaríamos hablando?…… pues de poco más de un centenar de personas, eso es, si nos atenemos a aquellas de las que las Escrituras nos alistan, como “antepasados” de Jesús.

Lo que queremos destacar y ya llegando a la segunda parte de esta cuestión, es que en todo caso en ninguna de esas dos listas genealógicas de Jesús y que nos hablan de quiénes fueron realmente los “antepasados” de Jesús, aparecen como tales los Moisés, Josué, Jeremías, Benjamín, Zabulón, José (el que fuera gobernante en Egipto), Isaías, Daniel, Elías, Ezequías, Eliseo, Zacarías y tantísimos otros hombres prominentes que estuvieron al servicio de Dios y de los que nos habla la historia bíblica……. porque una cosa son estos y otra muy distinta, algo que parece ser ignoran esos “genios” de la interpretación bíblica, son aquellos que sí fueron “antepasados” del Hijo de Dios y que las Escrituras, como hemos comprobado, nos alistan por nombre. Luego siendo que el Sal 45:16 es claro al hacer referencia solo a los directos “antepasados” de Jesús y si lo que nos afirman esos señores fuera cierto, en el sentido de que estos “antepasados” también tuvieran que reinar con él en el reino de Dios, levantándose por ello en la “primera” resurrección ¿qué hacemos, entonces, con estos que acabamos de mencionar y que por no ser “antepasados” directos de Cristo, pues el registro genealógico de las Escrituras no los reconoce como tales, no pueden reinar con este y lo que les elimina de un plumazo, de poder participar de dicha “primera” resurrección? Entonces ¿en dónde nos los meten dichos caballeros, si lo que está claro es que fueron personas justas al servicio de Dios y por lo que no merecen el ser destruidas eternamente en la considerada como “segunda” resurrección para juicio o destrucción eterna de los “injustos”? ¿Será por ventura y como ya hemos apuntado hasta la saciedad desde este blog, que la llamada “segunda” resurrección, ni ocurre al final de los mil años, ni es para juicio o destrucción eterna de los “injustos”, sino que ocurre durante el período de mil años y para la “restauración” (Hech. 3:20-21) del ser humano en general?

Pero claro, resulta que si las cosas son como nosotros las contamos y así pintan ser, se genera otra derivada: y es que si esos señores supuestamente “elegidos” por Dios, cometen tantos errores y en tantos temas ¿qué crédito tienen, en el resto de cosas que nos puedan contar? Porque aquí está el quid de la cuestión, pues cuando todo un “teólogo” nos afirma que el Sal. 45:16 es un pasaje anodino “sin la más mínima importancia” desde su punto de vista, pero dos “descamisados” como los autores de este blog le demuestran que ello no es así (ahí está el rédito que le hemos sacado a dicho pasaje), cómo mínimo nos tendrán que reconocer que algo está fallando en esas personas y lo que las convierte en sujetos carentes de toda credibilidad, eso es, en “falsos maestros”. Y es que gracias a un correcto “análisis a fondo” del Sal. 45:16 y que los autores de este blog sí hemos sabido hacer y algo de lo que esos “ilustrados” no han sido nunca capaces, pues según nos dicen estamos ante un pasaje “intrascendente” y que nada aporta, ustedes queridos lectores, ha podido averiguar una verdad que por ignorancia o por mala fe de esas personas y que tanto nos da que nos da lo mismo, pues el resultado final sería el mismo (Mat. 15:14), se les estaba ocultando.

Por lo tanto, pensamos que dichos “entendidos” deberían de tener un poco más de recato en lo que dicen y no emplear (como hace alguno de ellos) un tono tan conmiserativo hacia los autores de este blog, pues está claro que en cuanto a conocimiento bíblico se refiere, les damos “sopas con honda” en todos los terrenos: sencillamente porque a nosotros se nos permite entender la Palabra de Dios (Luc. 10:21), mientras que a ellos no se les permite, por su orgullo, altanería y prepotencia, primero, por auto-erigirse en un alarde de soberbia, Hijos de Dios y segundo, por ese constante enfrentamiento que mantienen con Jehová (no con nosotros, que en todo caso no seríamos más que unos “mandaos”), al contradecir todas y cada una de las enseñanzas que Este expone en Su Palabra…… sin ir más lejos, en su absurda y disparatada “enseñanza” de unos “notables del AT” reinando en el reino de Dios, cuando hemos demostrado fehacientemente que el Sal. 45:16 dice todo lo contrario; y por extensión, en aquella que tiene que ver con Juan 5:28-29, en donde de lo que se nos habla realmente, es de una sola resurrección con dos distintas retribuciones y a ocurrir durante el período del reinado de Cristo en la tierra.

MABEL

¡Y EL Sr. «INGENIERO» CONTINÚA MINTIENDO…… Y HACIENDO EL RIDÍCULO, CLARO!

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , , on 09/05/2013 by Armando López Golart

Cambio_de_rumboY es que al artículo que publiqué el 28/04/13, bajo el título “¡Y miren que yo no quería!”, Apologista Mario Olcese y como nos tiene acostumbrados (el hombre debe pensar que sus lectores son tontos y algunos de ellos, ya disculparán mi sinceridad, si no lo son, lo parecen), respondió una vez más con la mentira por bandera y haciendo el ridículo al publicar un video (el mismo día, por cierto y lo cual muestra lo preocupado que tengo a ese ignorante, que me teme más que a un “nublao”) titulado “Disintiendo con algunas locas elucidaciones bíblicas…”; porque inicia dicho video afirmado que he dicho cosas “injustas” acerca de él, además de otras que son falsas o “inexactas”, pues resulta que según nos explica ese “genio” de la interpretación bíblica, él “no ha renunciado” a ninguna de sus enseñanzas…… y afirmación con lo que no hace otra cosa, más que empeorar la cuestión.

Porque ello me lleva a recordarle, que en el tema de los “millones, miles de millones” que tenían que reinar con Cristo en el milenio y enseñanza que mantuvo por más de dos años en contra de mis argumentos en sentido contrario, mintió al afirmar públicamente que “jamás” había dicho tal cosa y afirmación en sí misma, que ya es una rectificación en toda línea, cuando, repito y ahí está la hemeroteca para confirmarlo, llevábamos más de dos años enfrentados por dicha cuestión. Lo que me obligó en su momento a refrescarle la memoria, recordándole dónde lo había dicho y pormenores de lo cual, pueden leer en mi artículo del 20/05/12 “Apologista Mario Olcese…… o la mentira, a falta de otros recursos”. Pero enseñanza a la que además ha renunciado en sus últimos videos, pues en los mismos y cuando nos habla de los 144.000 o de aquellos que tienen que reinar con Cristo, nos dice que “no sabe” y que él “no dice” cuál será la cantidad final de gobernantes en el reino…… y a eso en mi pueblo (que diplomados en teología no estamos, pero que “espabilaos” lo somos un rato), se le llama rectificar una enseñanza.

Por otra parte, tenemos otra de ellas mantenida por dicho personaje también por un largo espacio de tiempo y que nos tuvo enzarzados en una larga confrontación, en el sentido y según defendía dicho “genio” de la teología, que los notables del AT, eso es, los Abraham, Moisés, Isaac, David, Daniel y compañía, también reinarían con Cristo en el reino; claro, cuando de pronto y en su video “No, Don Armando, usted debe responderme esto primero…” (12/03/13), nos sale con que “solo” aquellos que salgan vencedores en la “gran tribulación” aún por venir, eso es, de su enfrentamiento con la “bestia”, el “falso profeta” y el “anticristo”, no recibiendo por ello la “marca” de dicha “bestia” (Rev. 13), son los que tienen que reinar con Cristo en el milenio y nuevo planteamiento, además, que nos prueba con el texto bíblico de Rev. 20:4. Comprenderán que a partir de ese momento, yo solo puedo interpretar que ha rectificado su anterior enseñanza al respecto, porque las dos al mismo tiempo no pueden ser…… y pormenores de lo cual, encontrarán ustedes en mi artículo “¡Notición! Apologista Mario Olcese reconoce, implícitamente, haberse equivocado en otra de sus “grandes” enseñanzas.”

Súmenle a ello, que el 24/04/13 colgó un video bajo el título “El gran conflicto” y en donde citando de 1 Tim. 2:11-15, afirmaba sin lugar a duda alguna y a tenor de lo leído en el mismo, que queda claro que la mujer no puede reinar con Cristo en el milenio…… y que cuatro días antes, no hay que pasarlo por alto, ya había publicado otro en el mismo sentido, bajo el título “La Biblia dice que los 144,000 son varones… ¡La Watchtower dice que no!”…… y sin darse cuenta, en su proverbial y congénita ignorancia, que dicha afirmación tiene obviamente unas derivadas que invalidan otras dos de sus enseñanzas fundamentales. Porque si ello es así en el caso de la mujeres y así es (y algo que un servidor ya publicó hace mucho tiempo), que estas no pueden reinar con Cristo en el gobierno milenario, resulta que al pronunciarse en este sentido, ese disparate andante está obviamente negando otras dos de sus enseñanzas fundamentales que le son características y que, a pesar de lo afirmado sobre las mujeres, aún las está manteniendo: que el bautismo en agua convierta a uno en Hijo adoptivo de Dios y que la llamada “segunda” resurrección, ocurra al final de los mil años de gobierno teocrático por Cristo…… tan claro como esto.

Ya otra cosa es, que ese indocumentado afirme que “no se ha retractado” de ninguno de sus anteriores planteamientos, dado que en su nula capacidad intelectual no tiene consciencia de que una determinada enseñanza bíblica, siempre tiene sus lógicas repercusiones y puede muy bien no ser compatible con otras, como resulta en este último caso que les acabo de citar. Porque si las mujeres y como queda probado en el pasaje mencionado de la primera carta de Pablo a Timoteo, resulta que no pueden reinar en el milenio, pero sin embargo sí fueron bautizadas igual que los hombres (Hech. 8:12) y Dios no hace acepción de personas (Hech. 10:34), ello solo puede significar que el bautismo en agua no daba el ungimiento como Hijo adoptivo de Dios a la persona que se sometía al mismo…… pues no hay registro alguno de mujeres expulsando demonios, sanando paralíticos o levantando muertos: en definitiva, haciendo obras poderosas tal como les fue concedido llevar a cabo a aquellos que fueron reconocidos como Hijos adoptivos de Dios. Por lo tanto queda claro, que hacía falta algo más para alcanzar tal condición y que era el recibir el otro bautismo impuesto por Jesucristo y que solo los apóstoles que lo habían recibido directamente de este, podían impartirlo a otros; eso es, el bautismo en espíritu y como queda demostrado unos versículos más adelante:

Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había aceptado la palabra de Dios, les despacharon a Pedro y a Juan; 15 y estos bajaron y oraron para que recibieran espíritu santo. 16 Porque todavía no había caído sobre ninguno de ellos, sino que solo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. 17 Entonces se pusieron a imponerles las manos (forma ritual de bautizar en espíritu santo) y ellos empezaron a recibir espíritu santo.” (Hech. 8:14-17). (Acotación mía).

Pasaje que deja perfectamente claro que si bien esas personas de Samaria fueron correctamente bautizadas en agua en el nombre de Jesucristo y por un poderoso Hijo de Dios como era Felipe, solo cuando los apóstoles administraron dicho bautismo en espíritu sobre ellos, fue que empezaron a recibir el espíritu santo y con ello, la condición de Hijos adoptivos de Dios que este bautismo en espíritu concedía (luego no el bautismo de agua), así como los poderes que le eran consustanciales…… y lo que estaría en línea con la afirmación de Jesús a Nicodemo, en el sentido que se precisaba de dos bautismos distintos para alcanzar dicha condición:

Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua (bautismo en agua) y del espíritu (bautismo en espíritu santo y que como hemos visto, solo podían administrar los apóstoles), no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:5). (Acotaciones mías).

Por lo que si las mujeres que recibieron el bautismo de agua al igual que los varones, resulta que no pueden gobernar con Cristo en el reino de Dios y algo que reconoce el propio Apologista, mientras que sí lo pudieron hacer aquellos varones que recibieron el otro bautismo directamente de manos de los apóstoles, ello significa claramente que no es el bautismo en agua el que transmite la condición de uno como Hijo adoptivo de Dios, sino el otro bautismo en espíritu santo y que, repito, solo podían administrar los apóstoles, siempre según se infiere del registro escritural. Por lo que si el Sr. “Ingeniero” sostiene ahora dicha enseñanza referente a las mujeres, queda más claro que el agua y nunca mejor dicho, que renuncia a su anterior planteamiento de un bautismo en agua como transmisor de la “unción” de uno como Hijo adoptivo de Dios…… o que solo es un bocazas que no sabe ni de lo que habla y que en su más que probada estulticia, sostiene las dos cosas al mismo tiempo.

Y circunstancia que se repite, con su planteamiento de una “segunda” resurrección al final de los mil años para los “injustos” de juicio divino o destrucción eterna y a partir de una esperpéntica interpretación de Juan 5:28-29, así como de Hech. 24:15; pues el hecho de que las mujeres no puedan gobernar en el reino de Dios, también afecta a dicha enseñanza…… pero es que además ¡que quieren ustedes que les diga!, pero ese planteamiento no es más que una salvajada que de un plumazo dejaría vacío de contenido el reino de Dios, tema central de las Escrituras y única esperanza de la humanidad.

Porque si ello fuera así, como pretende hacernos creer ese “iluminado”, nos encontraríamos con la siguiente situación: si la “primera” resurrección de Rev. 20:6 y de eso no hay ninguna duda, es en la que se levantan aquellos que sí reinan con Jesucristo y en la que razonablemente no pueden participar las mujeres, pues ya hemos dicho que ellas no tienen acceso a gobernar en el reino, ello las llevaría a tener que levantarse en la única resurrección que queda, eso es, la “segunda” para los “injustos” y según enseña ese “teólogo” de pacotilla, la cual conlleva la destrucción eterna de los que participan en la misma…… y lo que nos enfrentaría al siguiente problema: ¿Qué hacemos entonces, con mujeres como Sara, Rebeca, Rut, Raquel, Lea, Noemí y tantísimas otras mujeres fieles a Jehová y que vivieron en tiempos precristianos, o las que vivieron en tiempos posteriores como María (la madre de Jesús) y a la que se le dijo ser “bendita entre las mujeres” (Luc. 1:48), Elisabet, Marta y María (las hermanas de Lázaro), Maria Magdalena, Ana la profetisa, Lidia, Loida, Eunice y a todas aquellas que se bautizaron posteriormente en el nombre de Jesús (Hech. 8:12)? ¿Es razonable el pensar, que tengan que ser destruidas en esa segunda resurrección? Y si no es así ¿en dónde nos las mete ese “teólogo” de pizarrín?

No obstante, eso es lo que nos plantea ese descerebrado que va a ocurrir, porque recordemos que en las Escrituras solo se nos habla de dos resurrecciones (Rev. 20:6; 11-13) y que según el disparatado planteamiento que nos presenta, estarían distribuidas de la siguiente manera: una “primera” para los “justos”, que son levantados en inmortalidad y como reyes en el reino de Dios y en la que no pueden participar las mujeres y una “segunda”, la de los “injustos” y en la que resumiendo la cosa, participan todos aquellos que no lo han hecho en la primera…… y con lo que ya tenemos de cabeza en la misma, a todas esas mujeres mencionadas y que según ese espantajo llamado Apologista Mario Olcese, para ser destruidas en ella. Y objeción esta, que ya planteé en mi anterior artículo “¡Y miren que yo no quería!” (28/04/13), a la que dicho indocumentado y en una nueva manifestación de no saber, no solo siquiera leer (pues si acaso lo leyó, no se “enteró” de lo que yo le exponía), sino ni de saber de qué está hablando, ha sido incapaz de rebatir mis argumentos en ese sentido; no obstante, de afirmar mentirosamente que “no ha renunciado” a ninguna de sus anteriores enseñanzas y como si los demás fuéramos tontos, eso …… pero de demostrarlo, obviamente no.

Sin embargo y para que ustedes vean la paranoia mental de semejante esperpéntico personaje, resulta que no solo en este video que estamos analizando y de fecha 28/04/13, al final del mismo nos vuelve a decir que los notables del AT, eso es, los Abraham, David y compañía, están también llamados a reinar con Cristo, sino que acaba de publicar otro (02/05/13) con el expresivo título “¿Quiénes son los genuinos herederos de Dios y coherederos con Cristo? ¡La respuesta lo sorprenderá!” y en donde una vez más, deja patente la errática deriva mental que le caracteriza, al afirmar de nuevo que son los Abraham, David y compañía. Cuando resulta que solo unos pocos videos atrás en el tiempo, concretamente el publicado en 12/03/13 y bajo el título “No, Don Armando, usted debe responderme esto primero…” nos decía exactamente todo lo contrario al afirmar en el mismo y entre los minutos del 16 al 20 de grabación, que solo aquellos que murieran “asesinados” en defensa de su fe en su enfrentamiento durante la “gran tribulación” aún futura, con la “bestia”, el “falso profeta”, el “anticristo” y que no recibieran la marca de dicha “bestia” (Rev. 13) son los que reinarán con Cristo; y algo que nos mostraba y para dar fuerza a su argumento, como ya hemos dicho, citándonos de Rev. 20:4…… pero veamos qué se nos dice en este pasaje:

Y vi tronos y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha (o “decapitados”, o “asesinados”, o “degollados” según versiones) por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.” (Acotación mía).

Sobre estas palabras, es en las que se apoya esa estulticia andante para hacer esa afirmación que les acabo de señalar, cuando es el caso que en los videos que acabo de mencionar (28/04/13 y 02/05/13), nos afirma que Abraham, el padre de la fe y “amigo” de Jehová, así como David el genuino rey de Israel, es impensable que se pueden quedar fuera de reinar junto con Cristo en el milenio y por lo que de todas, todas, reinarían junto a este…… sin embargo y en claro contraste con la condición impuesta en el pasaje citado de Rev. 20:4, para acceder al gobierno del reino en calidad de inmortal rey y sacerdote, eso es, el morir una muerte de sacrificio “ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios”, vean ustedes qué se nos dice de la muerte que tuvieron precisamente esos dos personajes, Abraham y David, por este orden:

Entonces expiró Abrahán y murió en buena vejez, viejo y satisfecho y fue recogido a su pueblo.” (Gén. 25:8).

Y por fin murió en buena vejez, satisfecho de días, riquezas y gloria; y Salomón su hijo, empezó a reinar en lugar de él.” (1 Cró. 29:28).

Sin embargo, hemos visto que el pasaje de Rev. 20:4 no deja lugar a duda alguna (y eso nos señala ese indocumentado, en los minutos del 16 al 20 de grabación en el video mencionado), en el sentido de que los que han de reinar con Cristo tiene que sufrir una muerte violenta en defensa de su fe y algo que queda perfectamente establecido además, en las siguientes palabras de Jesucristo:

Al que venza, le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.” (Rev. 3:21).

Como no me puedo creer que a nadie le quede duda alguna de como “venció” Jesús, eso es, dando su vida en defensa de su integridad a Dios, razonablemente hemos de pensar que eso es lo se les pide a aquellos que pretendieran en su momento sentarse en un trono a su lado y gozando ya de la inmortalidad. Por lo que esa catástrofe con patas que es Apologista Mario Olcese, mentiroso donde los haya, nos tendría que aclarar esa “pequeña” contradicción entre lo demandado por Rev. 20:4 para reinar en el milenio y la plácida muerte que tuvieron esos dos personajes mencionados y a los que habría que añadir otros muchísimos que también murieron en parecidas apacibles circunstancias, como los Isaac, Jacob, Moisés, Noé, Job, etc. etc. etc.

Y le llamo mentiroso, porque en su endémica desvergüenza, semejante indeseable afirma en este video que él sí ha respondido a mis preguntas por medio de lo que ha ido publicando en los videos que ha ido subiendo, cuando lo único que ha hecho ha sido repetirse en sus planteamientos e ignorando las objeciones que le tengo planteadas sobre los mismos y de las que no ha dicho aún esta boca es mía; y objeciones que le voy a repetir, no esperando que me las responda porque ya sé que es incapaz de ello, sino para ver si lo hace alguno de esos “enteraos” que le van dando coba, como un tal Max Baeza y que comentando precisamente de este video que nos ocupa, dice los siguiente:

Hno Mario, parece que Don Armandito no leyó los capítulos anteriores al 10 de Juan, en donde claramente se comienza a desarrollar la idea de las «otras ovejas» que son ni mas ni menos que los Gentiles, (ver la carta a los Romanos y a los Efesios). Una Gran parte de la casa de Israel rechazó al Mesias. nosotros sin embargo, somos esa ramita de olivo silvestre que se injertará en ese remanente de Israelitas que acepto y aceptará el gobierno del Cristo.”

Y a lo que el Sr. “Ingeniero” respondió lo siguiente:

Así es, Hno. Max. Pero don Armandito no quiere entender razones…QEPD. Un abrazo para ti desde perusalén

Sin embargo, vean lo que opinaba dicho Sr. Baeza, sobre el video “La prueba irrefutable de que la grande muchedumbre reinará con Cristo”, disparate donde los haya que Apologista publicó el 18/03/13 y que ya hay que ser pendejo para proponer semejante planteamiento, pues como animalada no está nada mal…… y que no sé qué pensar, de quien afirma lo siguiente del mismo:

Hola Hermano Mario, La explicación y los textos mostrados por Ud. son más que claros para explicar este punto. La SWT basa sus enseñanzas en un sistema de «castas» o de clases, siende que la biblia en ninguna parte enseña dicha doctrina. El texto de Apocalipsis es claro al identificar literalmente a las tribus de la Casa de Israel, pero la SWT insiste con su doctrina de hombres en decir que es Espiritual, siendo que la biblia no lo dice torciendo su palabra. Un gran abrazo Hno Mario.” (Negritas mías).

Luego si a ese caballero, el Sr. Max Baeza, le pareció tan claro el planteamiento de Apologista, en el sentido que la “gran muchedumbre” de Rev. 7:14 será la que gobierne en el reino de Dios, le estaría eternamente agradecido si me pudiera responder a la siguiente cuestión que le tengo planteada a esa estulticia con patas de la que parece ser admirador y que aún no ha sido capaz de hacerlo:

Si la “gran muchedumbre” de Rev. 7:9 no muere, sino que sobrevive a la “gran tribulación”, por lo que pasa con vida al nuevo orden o reino de Dios y por lo tanto, no puede participar de la “primera” resurrección de Rev. 20:6 y que es la que da la inmortalidad, así como el derecho a reinar con Cristo ¿cómo puede ser, que los miembros de la “gran muchedumbre” pasen a reinar con este?

Me permito sugerirle a dicho caballero y si le parece bien, que me mande un correo con la solución a este contrasentido, que gustoso publicaré en un artículo junto a la opinión que me merezca dicha respuesta…… y es que si está tan identificado con el Sr. Olcese como para aceptar esa salvajada, al menos que lo defienda ya que este y a pesar de sus “conocimientos” en teología, es incapaz de hacerlo por sí mismo; y por supuesto, invitación que extiendo a todos aquellos que “entienden” los planteamientos de ese ignorante estructural que es Apologista Mario Olcese y ninguno de los cuales, se ha “mojado” en su momento rebatiendo los argumentos de mis artículos, en defensa de su “teólogo” de cabecera. Pero es que tenemos a otro, un tal Alex Saile que respondiendo a un tema de los 144.000 publicado por el Sr. “Ingeniero”, decía lo siguiente y transcrito tal cual de su comentario, para que vean el “nivel” intelectual de los alabadores de tan preclaro “teólogo”:

Una de las caracteristicas de los 144.000 que menciona la Biblia es que en su boca NO se halló Falsedad. Sin embargo los lideres de los Testigos si en una cosa se han Destacado es en su «»Falsedad»»sistemática..En este documental relata solo algunas y muy graves.

¿Como eran y que decian los verdaderos Apostoles como por ejemplo Pablo? El Apostol Pablo en 1 Tesalonicenses 2:3 dice: Porque nuestra «enseñanza NO proviene del Errór, NI de la inmundicia,NI con engaño.¿A quien creerémos?

Desde luego, escribiendo de esa manera se puede esperar cualquier cosa de ese caballero, en cuanto a su capacidad de entender algo de aquello que lee; pero lo más chocante es la respuesta de Apologista:

Buen punto, Alex!

Sin darse cuenta el hombre, de la “puñalada trapera” que le asesta dicho caballero (figurativamente hablando, por supuesto) inconscientemente, al mencionarle la característica de los 144.000, en el sentido de que en su boca “no se halló falsedad”, o al citar de 1 Tes. 2:3 y en dónde Pablo afirma que “porque la exhortación que damos no proviene de error, ni de inmundicia, ni con engaño”…… eso es, exactamente todo lo contrario de lo que hace Apologista Mario Olcese Sanguineti. Volviendo a este, decir que como máximos poderes para defender su capacidad de entendimiento escritural, en el video en cuestión hace alarde de todos sus diplomas y sobre todo del que le acredita como “teólogo”…… aunque antes de continuar, me permito una pequeña observación sobre el por qué le llamo “ingeniero” y que parece ser que le ha “molestado”. Pero el caso es que si yo he pasado a llamarle de esta manera, es sencillamente porque él me pidió expresamente que le llamara así y de ahí, la razón que yo lo ponga entre comillas…… veamos el correo en el que me hacía dicha petición, fechado el 02/04/13:

Sr. Olcese no!…¡ingeniero es Mejor! Además, ¿se dio cuenta que Ananías no fue apóstol pero impuso sus manos sobre Saulo para que recibiera el Espíritu Santo? Eso tumba su absurda tesis de que sólo los apóstoles impusieron las manos…jajajajaja” (Negritas mías).

Incidiendo en la ostentación que hace de su diplomas y sobre todo, del de teología, decirle que la Biblia no fue escrita para teólogos (que no han hecho otra cosa que complicar el asunto, como es obvio que está haciendo él), sino para pastores, ganaderos, pescadores, agricultores…… en definitiva para personas sin estudios, porque en aquellos tiempos la cultura no estaba al alcance del personal en general, sino solo de los poderosos. Aunque no alcanzo a entender, qué es lo que con esta ostentación ha querido demostrar con respecto de un servidor, pues yo siempre he afirmado que no los tengo y no me avergüenzo de ello, máxime cuando resulta que en capacidad de razonar con lógica y sentido común sobre aquello que leo, le doy cien patadas a tan “ilustre” teólogo y de ahí que, en lugar de responderme a las objeciones que le tengo planteadas, saque a “pasear” sus diplomas como si con ello solventara la situación…… cuando a tenor de las Escrituras, es todo lo contrario:

En aquella misma hora se llenó de gran gozo en el espíritu santo y dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido cuidadosamente estas cosas de los sabios e intelectuales (o “entendidos” según versiones) y las has revelado a los pequeñuelos (o a los humildes). Sí, oh Padre, porque el hacerlo así vino a ser la manera aprobada por ti.” (Luc. 10:21). (Acotaciones mías).

Luego queda claro que hay una directa intervención divina en la capacidad de uno para entender las Escrituras, pues mientras Jehová y según palabras de Su propio Hijo, esconde expresamente el entendimiento de las mismas a aquellos que, en un rasgo de altanería, se apoyan en sus propios conocimientos para discernirla y como ha quedado claramente acreditado en la actitud de Apologista, pues lo que ha venido a decirnos mediante esa ostentación de diplomas, es que él tiene la razón porque tiene estudios superiores y yo no la tengo, porque sencillamente no los poseo (de lo contrario no se entiende)…… cuando resulta que es precisamente a estos, a los que no tenemos tales conocimientos, a los que el Altísimo les permite entender porque nos apoyamos en Él para adquirir conocimiento de Su Palabra.

De ahí el que yo reconozca que si comprendo algo de los escritos sagrados, es sencillamente porque se me permite entender y no por mis méritos personales, caso que sucede por igual en miles de personas esparcidas por el mundo y prescindiendo que publiquen en un blog como yo o no lo hagan, entienden exactamente igual que un servidor: lo verdaderamente importante radica en el que a uno se le permita entender el mensaje divino y algo que solo está en manos del Altísimo el otorgarlo o no, a tenor de ese pasaje de Luc. 10:21. Por esta razón, es que ese indocumentado no puede en manera alguna rebatir mis planteamientos, ni responder a mis objeciones; o sea, que Jehová no lo permite entender Su Palabra y de ahí que hoy diga una cosa y mañana la contraria, tal como he demostrado en este escrito (así como en muchos otros anteriores) y que pueden comprobar, solo con contrastar entre sí los videos que les he citado…… prueba más clara imposible.

Por otra parte, nos hace una afirmación en ese video que solo un inepto de su talla puede formular, cuando nos dice que en mi artículo al que hace referencia “al fin he tratado de responder” a su pregunta acerca de que hay de aquellos TJ que mueren antes de la “gran tribulación”…… para acto seguido decir, que “no he dicho ni pio” sobre el particular y afirmación que repite al final del video que estamos analizando, refiriéndose al artículo ya mencionado “¡Y miren que yo no quería!”. Pero claro, una cosa es que en mi intento de tratar de responder al tema en cuestión y que el mismo afirma que sí he hecho, no le haya convencido con mi respuesta y, otra muy distinta, que yo no haya dicho nada sobre el particular…… porque será una cosa o la otra, pero las dos al mismo tiempo como él nos plantea, obviamente no puede ser. Sin embargo y como yo nunca miento, vean lo que respondo sobre esta cuestión en dicho artículo, en el párrafo quinto y empezando por el final del mismo:

Pero es que además y algo sabré del tema, después de más de treinta años de militancia en dicha secta, resulta que esos señores jamás han enseñado nada semejante. Porque lo que esa secta ha enseñado siempre, es que los miembros de dicha clase de sus “otras ovejas” que se enfrenten a dicha tribulación, serán los que sobrevivan a la misma, mientras que los miembros de dicha clase que hayan muerto antes de que esta se produzca, se levantarán en la mencionada resurrección que acontecerá durante el período milenario…… eso es todo. Por lo que el mentiroso compulsivo que es ese infecto personaje Apologista, nos tendría que mostrar en dónde los TJ hacen semejante afirmación, en el sentido que los ya muertos de su clase de las “otras ovejas”, serán también “sobrevivientes” de dicha “gran tribulación” y lo que en sí mismo, ya es un brutal contrasentido…… sin embargo, eso es lo que entiende esa caricatura intelectual que dicen los TJ y que le pueden oír expresándolo de viva voz, en su video “Sr. López, ¿qué hacemos con las «otras ovejas» finadas que no podrán salir de la futura tribulación” del 16/04/13.”

O sea, queridos lectores, que yo sí respondí y como tengo por costumbre, a la cuestión que se me planteó, mientras que esa catástrofe con patas que es el Sr. “ingeniero” aún tiene seis preguntas sueltas por ahí a las que no dado aún respuesta y que vuelvo a plantear con la completa convicción de que no recibirán contestación, ni por parte de ese ignorante, ni por parte de los indocumentados que le aplauden las salvajadas que publica; no obstante y por aquello que la esperanza es lo último que se pierde, a ver si a alguno de ellos le queda un poco de vergüenza torera y se atreve a decir algo; aunque ¡vamos, que ni todos juntos son capaces de ello!…… y si no, al tiempo.

: El significado concreto del Sal. 45:16.

: Lo que se nos representa y la idea que se nos transmite en Rev. 14:1, a la luz del Sal. 2:6.

: Si Jehová había rechazado al Israel natural del acceso al reino, según Mat. 21:43 ¿a cuál Israel se refería Pablo en Gál. 6:16, cuando habló del “Israel de Dios”?

: Si la “gran muchedumbre” de Rev. 7:9 no muere, sino que sobrevive a la “gran tribulación”, por lo que pasa con vida al nuevo orden o reino de Dios y por lo tanto, no puede razonablemente participar de la primera resurrección de Rev. 20:6 y que es la que da la inmortalidad, así como el derecho a reinar con Cristo ¿cómo puede ser, según afirma usted, que los miembros de la “gran muchedumbre” pasen a reinar con este?

: Si según su enseñanza en el sentido que tanto los notables del AT, como los cristianos de todos los tiempos tienen que reinar con Jesucristo en el milenio…… ¿sobre quiénes reinarán entonces?

: ¿De cuántos grupos de personas se nos habla en Rev. 7 y que estarán presentes en el reino de Dios, tan pronto como este eche a andar…… y ya puestos, qué posición ocupará el uno, con respecto del otro?

Y respuesta a dichas preguntas que de ser formuladas de forma correcta, tumban todas y cada una de las barbaridades que ha publicado dicho personaje, instalado de manera permanente en la mentira y por lo que no es más que un sicario de Satanás (Juan 8:44)…… y si no, prueben ustedes de respondérselas a sí mismos con el debido apoyo bíblico y ya me contarán a que conclusión llegan.

Armando López Golart

EL BAUTISMO ACTUAL…… Y HECH. 2:38-47.

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , on 22/04/2013 by Armando López Golart

180421_10150098969183578_335808308577_6331461_2952550_n-1Uno de los debates más “encarnizados” entre aquellos autores que escribimos sobre temas bíblicos, bien sea en la página impresa tal como libros o revistas y editadas básicamente por organizaciones religiosas, o bien en Internet en donde publicamos los más “probes” (léase “pobres”) y que carecemos de la posibilidad de editar página impresa, tiene que ver con el significado del bautismo actual y sus posteriores consecuencias en el individuo que se somete al mismo; y estaríamos hablando del único sacramento que se imparte por igual en todas las distintas denominaciones religiosas de la llamada cristiandad y ceremonia principal de gran boato y repercusión social dentro de la misma, que conocemos como “el bautismo”.

Porque mientras para unos autores (los más), este significa el “nacer de nuevo” (Juan 3:5) y algo que eleva a uno a la categoría de Hijo adoptivo de Dios, por tanto hermano de Jesucristo y con ello la expectativa de gobernar con él en el reino de Dios, en calidad de inmortal rey y sacerdote ¡casi nada!, están los otros (los menos) que afirman que el bautismo cristiano y de acuerdo con la Biblia, no es más que el testimonio externo o demostración pública, de lo que ha ocurrido internamente en la vida de un nuevo creyente…… y que por aquello de que no hay dos sin tres, estamos los autores de este blog (los únicos) que afirmamos que dicho bautismo en agua no tiene en absoluto ningún valor en nuestros días y por lo que es totalmente obsoleto y carente de significado alguno; excusamos decir que para más información sobre el particular, pueden consultar nuestro artículo “El bautismo en agua…… ¿está aún vigente?” (04/05/12). Porque claro, uno y con una Biblia en la mano, puede ser perfectamente un genuino seguidor de las enseñanzas de Cristo sin pertenecer a ninguna confesión religiosa; no olvidemos, que el camino hacia Dios en Jesucristo y no esa pandilla de “engañabobos” que dirigen o más bien viven, a costa de esas mencionadas confesiones, o sea, a costa de los feligreses que con sus aportaciones sostienen dicho montaje:

Jesús le dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí. 7 Si ustedes me hubieran conocido, habrían conocido a mi Padre también; desde este momento lo conocen y lo han visto.” (Juan 14:6-7).

Por lo volviendo a lo que íbamos y debido a que de entrada, dichos puntos de vista no dejan de ser precisamente esto, puntos de vista distintos entre varias partes en conflicto, lo procedente es ir al registro escritural y ver qué es lo que en el mismo se nos dice acerca del bautismo y que como tal, habría que empezar por señalar que no existía en el AT, sino que apareció a inicios del primer siglo E.C. Entonces lo primero que habría que averiguar, es el significado de la palabra “bautismo”, quién empezó a impartirlo y con qué propósito fue establecida dicha práctica, repetimos, desconocida en el pueblo de Israel hasta ese momento.

Podríamos empezar diciendo que el término griego bá·pti·sma (idioma en el que fue escrito el NT) y del que se traduce la expresión española “bautismo”, se refiere al proceso de inmersión, es decir, un sumergirse y un volver a emerger y deriva del verbo griego bá·pto que transmite en otros idiomas, la idea de “sumergir” algo completamente en agua; por lo que en las Escrituras, “bautismo” e “inmersión” son términos sinónimos, como se muestra en El Nuevo Testamento original (prestigiosa traducción de H. J. Schonfield en 1.990 y hasta dónde hemos podido averiguar), en donde Rom. 6:3-4 se vierte dicho pasaje en los siguientes términos:

¿Podéis ignorar que quienes nos hemos vinculado a Cristo por la inmersión hemos quedado así asociados con su muerte? Mediante esta vinculación con él por la inmersión, nos hemos sepultado juntamente con él.”

Entonces habría que entender que estamos hablando de un acto simbólico y en el que se escenifica el morir de la persona que se somete al mismo a una condición anterior de vida, en el momento de ser sumergido o “sepultado” en el agua y levantarse en el momento de emerger de la misma, a modo de simbólica resurrección, a una nueva condición de vida ya dedicada al servicio de Dios. De ahí que el bautismo en agua y como ya hemos mencionado, adquiera la dimensión de una simple demostración pública de una decisión personal, tomada por el que se ha sometido al mismo…… pero sin ningún otro tipo de consecuencia posterior, derivada de este. De hecho y al respecto, tenemos el comentario del otrora detractor de muchos de nuestros planteamientos, el Dr. Javier Rivas Martínez, que publicó lo siguiente en su artículo “¿Salva el bautismo en agua ciertamente?” (31/03/12) y del que transcribimos tres fragmentos del mismo:

Existen controversias “no muy nuevas” acerca de si el bautismo en agua salva o no. Demostraremos en este sencillo estudio que el bautismo en agua no está involucrado en lo más ínfimo en la regeneración espiritual del creyente, en su conversión, o en su salvación.”

En 1 de Ped. 3:21, no se proporciona o se sugiere la idea y en ninguna otra parte, que el bautismo en agua logre salvar de un modo u otro.”

El bautismo en agua, es un «antitipo» de la liberación de Noé y su familia del agua que anegaba el mundo pecador (1 P. 3:20). «Ahora os salva» (humas nun sözei, gr.), es un verbo simple que denota que la salvación, la que Pedro concibe precisamente, es tan sólo simbólica.” (Negritas nuestras).

Ello queda corroborado, por lo que se nos dice que significaba el bautismo en el primer siglo, llevado a cabo a través de un personaje comisionado por Jehová para tal efecto y al que se conoce como Juan el Bautizante; y bautismo del que se nos dice que solo tenía la siguiente finalidad:

De modo que él (Juan el Bautizante) entró en toda la comarca del Jordán, predicando bautismo en símbolo de arrepentimiento (o manifestación pública de una decisión personal) para perdón de pecados.” (Luc. 3:3). (Acotaciones nuestras).

Es destacable el hecho, que en la mayoría de traducciones (nosotros y como siempre, hemos transcrito de la TNM de los TJ), por ejemplo en la RV 1960, se nos dice “…… predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados” y que mejor nos lo pone, pues significa que, aparte de perdonar los pecados de uno, dicho bautismo no hacía nada más: eso es, no convertía a uno en Hijo adoptivo de Dios. Por lo que queda claro que en el NT el bautismo en agua, no era más que la declaración pública o confesión inicial de la fe en Cristo ante testigos…… en definitiva, el testimonio público del creyente que ha tomado una decisión y con la cual se ha comprometido con Dios para una nueva orientación de su vida, dirigida a servirle, amarle y obedecerle; ya a partir de este momento, es Dios (luego ya no depende de la voluntad de la persona en cuestión) el que determina que quiere hacer con esa persona que incondicionalmente se ha sometido a Él. O sea, que mientras la decisión bautizarse en agua lo tomaba uno mismo, ello no obligaba en modo alguno a Dios a reconocer a dicho bautizado como Su hijo adoptivo (de lo contrario dicho bautismo ya sería condicional), pues es Este el que determina a quién escoge y a quién no; de ahí que a esas personas se les reconozca en las Escrituras, como los “elegidos”, los “llamados” o los “escogidos”, de entre todos los que se postulaban como candidatos mediante el bautismo en agua, a ser parte de aquellos que según Su beneplácito, habrían de reinar con Jesucristo en el reino milenario:

Sabemos que Dios va preparando todo para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo con su plan.” (Rom. 8:28, en la versión Traducción en lenguaje actual).

Y obviamente si ya todos mediante el bautismo en agua, hubieran podido acceder a dicho puesto de privilegio, no habría sido necesario que Dios “llamara”, “escogiera” o “eligiera” a nadie para tal fin: por otra parte, ello queda probado cuando se nos dice cuál era Su Plan y para el que no hace falta mucho personal, pues consiste en lo siguiente:

“…… por cuanto nos dio a conocer el secreto sagrado de su voluntad. Es según su beneplácito que él se propuso en sí mismo 10 para una administración (el reino milenario) al límite cabal de los tiempos señalados, a saber: reunir todas las cosas de nuevo en el Cristo, las cosas en los cielos y las cosas en la tierra (la humanidad en general).” (Efe. 1:9-10). (Acotaciones nuestras).

Entonces no es la decisión de uno y a diferencia del bautismo en agua, la que determina si se va a formar parte de dicha administración o gobierno, sino que depende de que uno sea escogido por el Altísimo para dicho cometido; y que el bautismo en agua no concedía dicho privilegio, queda claro por el hecho de que aquellas personas bautizadas en agua por Juan e incluso por el propio Jesús posteriormente y que fueron muchas (Juan 3:26), no adquirieron dicha condición de Hijos adoptivos de Dios y condición que era la que daba una plaza de gobernante en dicha administración…… pues para ello, hacía falta participar de otro tipo de bautismo y como señaló el propio Juan:

Ni siquiera yo lo conocía, pero El Mismo que me envió a bautizar en agua me dijo: “Sobre quienquiera que veas el espíritu descender y permanecer, este es el que bautiza en espíritu santo.” (Juan 1:33).

Y confirma nuestra observación, en el sentido de que no todos los seguidores de Jesucristo accedieron a dicho privilegio de gobernar con este en el reino venidero, el que de los muchos que Jesús tuvo en vida, solo doce de ellos (Luc. 6:13) recibieron su personal elección para ser bautizados posteriormente en ese bautismo diferente y que otorgaba el acceso a ese gobierno en calidad de rey y no el resto de los mencionados seguidores; porque recordemos que después de su resurrección, fue visto como mínimo por quinientos de sus discípulos y sin embargo solo a ese pequeño grupo de elegidos, dijo lo siguiente en el momento de su ascenso a los cielos:

No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo no muchos días después de esto.” (Hech. 1:4-5).

Ya elevado a la presencia del Padre y momento en el que pudo empezar a derramar dicho bautismo en espíritu y que era el daba la condición de Hijo adoptivo de Dios, así como los poderes que llevaba inherentes dicha condición, fue en el Pentecostés de 33 E.C. cuando esos apóstoles pasaron a ser los primeros en ostentar dicho rango y por tanto, el fundamento de lo que llegaría con el tiempo a ser el gobierno del reino de Dios: recibieron directamente de Jesucristo por la voluntad del Padre Celestial, el primer bautismo en espíritu santo de la historia (excepción hecha del de Jesús en el Jordán y excepción que viene dada, por la circunstancia extraordinaria de que dicho bautismo fue derramado por el propio Jehová, según Mat. 3:16-17). Entonces queda claro que a partir de ese momento, llegaron a existir dos bautismos distintos y necesarios ambos para adquirir el “pase” el reino de Dios en calidad de gobernante: el de agua que probablemente podía ser impartido por cualquiera de sus discípulos o seguidores y como requisito previo para el posible acceso al segundo, el de espíritu santo y que solo Jesús, después de su resurrección (Hech. 2:33) pudo impartir a sus doce apóstoles y dotarles de la “autoridad” necesaria para continuar impartiéndolo a otros (Mat. 28:18-19)…… para con ello terminar la obra que este vino a llevar a cabo, eso es, la recolección de aquellos que con él tenían que reinar durante el milenio; y tema que tratamos en uno de nuestros últimos artículos titulado “Una reflexión sobre Hech. 9:17” (10/04/13).

Argumento o circunstancia que nos lleva a nosotros a afirmar, que el bautismo en agua está hoy día obsoleto y sin validez alguna y planteamiento que queda corroborado, por las palabras del ángel que anunció a Zacarías el nacimiento de su hijo Juan (posteriormente conocido como “el bautizante”) y la comisión que le sería dada a dicho personaje, con las siguientes palabras:

También, irá delante de él (o precedería a Jesús) con el espíritu y poder de Elías, para volver los corazones de padres a hijos y los desobedientes a la sabiduría práctica de los justos, para alistar para Jehová un pueblo preparado.” (Luc. 1:17). (Acotación nuestra).

Y lo que nos lleva a las palabras que Este dirigió al pueblo de Israel en el desierto del Sinaí, cuando les dijo lo siguiente:

Y ustedes mismos llegarán a ser para mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel.” (Éxo. 19:6).

Luego lo que Juan tenía que hacer era preparar al pueblo de Israel para recibir al que en nombre de Jehová, venía a hacer realidad dicha promesa divina y seleccionar de entre todos ellos, a aquellos que tendrían que formar parte junto a él (Cristo) de ese “reino de sacerdotes y nación santa”…… y preselección que empezaba por uno bautizarse en agua (recordemos que este acto no era conocido por los israelitas antes de Juan el bautista), reconociendo a Jesús como al enviado de Dios para dicha comisión de seleccionar a los candidatos idóneos y que como hemos dicho obviamente no serían todos, pues esto es lo que dijo Jesús a los primeros enviados para iniciar dicha selección:

En cualquier ciudad o aldea que entren, busquen hasta descubrir quién en ella es merecedor y quédense allí hasta que salgan. 12 Al entrar en la casa, salúdenla; 13 y si la casa lo merece, venga sobre ella la paz que le desean; pero si no lo merece, vuelva sobre ustedes la paz de ustedes.” (Mat. 10:11-13).

Tanto fue esto así, que para completar la cantidad de los pensados por el Altísimo para dicha tarea de gobernación, se tuvo que recurrir a personas no israelitas (gentiles o gente de las naciones) y para quienes en principio no era la promesa, al rechazar el pueblo judío mayoritariamente dicha oferta…… y que a ellos había sido hecha:

Porque la promesa es para ustedes y para sus hijos y para todos los que están lejos, para cuantos llame a sí Jehová nuestro Dios.” (Hech. 2:39).

Eso es, expresamente para los miembros del pueblo de Israel que la aceptaran, estuvieran en donde estuvieran y en armonía con la promesa de Jehová (Éxo. 19:5-6)…… y no como dicen los autores que defienden la enseñanza que estamos analizando, para todo bicho viviente y entre los que, por supuesto, se incluyen ellos; pues si bien se tuvo que acudir para completar un número determinado a los “gentiles” (Rom. 11:17-24), una vez completado dicho número predeterminado por Jehová, se acabó dicha selección. Y que dicha oferta se extendió solo a un número determinado de “gentiles” o “gente de las naciones” y no a todos en general, queda probado por las palabras de Pablo en el siguiente verso 25 y en donde leemos lo siguiente, en la versión bíblica Palabra de Dios para todos:

Hermanos, quiero que sepan algo que les ayudará a no creerse sabelotodos. Así que les explicaré un secreto que Dios ha revelado: parte de Israel se ha puesto terca, pero sólo hasta que se complete el número de los que no son judíos que llegue a Cristo.”

Con lo que queda claro, que ese número determinado de gentiles por recoger, llegaba a la cantidad necesaria que completara a su vez, el número total de gobernantes con Cristo predeterminado por Jehová y que no había sido posible recoger del pueblo judío. Por lo que el bautismo en agua y volviendo al tema origen de este escrito, como preselección de aquellos que aspiraran a una plaza en dicho gobierno de origen divino, tuvo su valor mientras existió la posibilidad de acceder al bautismo en espíritu y que era el que le daba a uno la condición de Hijo adoptivo de Dios y con ello, el acceso al reino como gobernante; y posibilidad que se mantuvo mientras estuvieron con vida aquellos a los que Jesucristo autorizó expresamente a llevar a cabo dicho bautismo en espíritu, eso es, a los apóstoles (Mat. 28:18-19)…… desaparecidos estos y como afirmamos los autores de este blog, el bautismo en agua careció de sentido alguno, pues al desaparecer la razón por la que fue establecido, este dejó de tener sentido o validez alguna. O sea, que si dicho bautismo en agua en un principio no existió como práctica en el AT y fue instaurado con un propósito determinado, finalizado este volvió a la no existencia al no tener ya razón de ser…… ya otra cosa, es toda la historia que se ha montado alrededor del mismo y que tiene más que ver con conveniencias espurias particulares de las respectivas organizaciones religiosas para captar adeptos, que por la utilidad real que pueda tener y que repetimos, es ninguna.

Aclarado lo cual, vamos ahora a analizar la posición de “los más” mencionados al inicio de esta artículo, que afirman que mediante el bautismo en agua y amparándose en Juan 3:5, uno “nace de nuevo” lo que le sitúa ya como gobernante con Cristo en el reino de Dios…… por lo que de entrada, procede el averiguar que se lee realmente en Juan 3:5:

Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”

Y con lo que nos encontramos ya con la primera dificultad que tienen que enfrentar los que tal enseñanza defienden, pues lo que se nos dice y según el propio Jesús (que “algo” sabría del tema), es que para “nacer de nuevo” y entrar en dicho reino en calidad de gobernante, hay que haber pasado por los dos bautismos: el de agua y el del espíritu…… cuando es el caso que a día de hoy no existe nadie que pueda impartir el segundo (y el verdaderamente importante para adquirir la condición de gobernante en el reino), algo que reconocen implícitamente esos “entendidos”, al afirmar que solo con el bautismo de agua ya es suficiente. Pero palabras de Jesús a Nicodemo, que también contemplan la posibilidad de que uno pudiera estar bautizado en agua y sin embargo no con el bautismo de espíritu (pues como hemos dicho, ello no dependía de la voluntad de uno, sino la de Dios), eso es, que hubiera nacido del “agua” y no del “espíritu”, con lo que se quedaría sencillamente con la condición de seguidor de Jesús llano y liso…… pero ¿en qué fundamentan o soportan su planteamiento esos señores, en el sentido de que el bautismo en agua ya incluye también al bautismo en espíritu santo y con lo que pasan a ser consustanciales el uno con el otro? Pues precisamente en el pasaje que da título a este escrito, eso es, Hech. 2:38-41; 47 y en donde leemos lo siguiente:

Pedro les dijo: “Arrepiéntanse y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados y recibirán la dádiva gratuita del espíritu santo. 39 Porque la promesa es para ustedes y para sus hijos y para todos los que están lejos, para cuantos llame a sí Jehová nuestro Dios”. 40 Y con muchas otras palabras dio testimonio cabal y siguió exhortándolos, diciendo: “Sálvense de esta generación torcida”. 41 Por lo tanto, los que abrazaron su palabra de buena gana fueron bautizados y en aquel día unas tres mil almas fueron añadidas (……) 47 alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Al mismo tiempo, Jehová continuó uniendo diariamente a ellos los que se iban salvando.”

Como versos clave en los que se apoyan esos señores, está en primer lugar el 38 y de donde ellos entienden que esa “dádiva gratuita del espíritu santo” a recibir después del bautismo para perdón de pecados (luego el bautismo en agua) era la adopción del bautizado como Hijo de Dios y en consecuencia, con todo lo que ello implicaba; obviamente ello no podía ser así, pues de lo contrario las Escrituras se contradecirían a sí mismas, a tenor de lo que continúa diciendo el relato de Hechos de los Apóstoles en capítulos posteriores y como veremos más adelante, porque de lo que estaba hablando Pedro como “dádiva gratuita” no era otra cosa que el perdón de los pecados en sí mismo y como demostraremos a continuación. Por otra parte, tenemos que en el verso 47 de la versión RV 1960 y que es la utilizada por la mayoría de esas personas que defienden tal enseñanza, se lee lo siguiente:

“…… alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”

Y como esas persona parece que ignoran (de forma intencionada, obviamente) que la expresión “iglesia” proviene del griego ek·kle·sí·a y que significa sencillamente grupo, congregación, o reunión de personas unidas por una misma idea o fe y nada que tenga que ver con una posición o status especial (Hijo de Dios, por ejemplo), le dan un toque místico al asunto y entienden que todos los bautizados del versículo 41 pasaron a formar parte directamente del llamado “cuerpo de Cristo” y que identifica a aquellos que tienen que reinar con él…… y por lo que extendiendo dicha situación hasta nuestros días, resultaría que todos los bautizados en agua desde ese momento en adelante, pasan a engrosar el número de aquellos que tenían que formar gobierno junto Cristo y lo que alcanzaría también (¡faltaría más!), a los mencionados defensores de dicho planteamiento objeto de análisis. Pero claro, si ello fuera así y aquellos bautizados de Hech. 2:38, hubieran tenido la misma condición de Hijos del Altísimo que los apóstoles, en consecuencia habrían tenido los mismos poderes que estos, luego ¿por qué tiempo después se nos dice que “mediante las manos de los apóstoles continuaron efectuándose muchas señales y portentos presagiosos entre el pueblo” (Hech. 5:12)? ¿Por qué no se nos dice nada de lo que hicieron esas “tres mil almas” que se añadieron en un principio, o de los “cinco mil varones” de Hech. 4:4 añadidos posteriormente, que supuestamente en su condición de Hijos de Dios como los apóstoles, deberían de haber llevado a cabo también obras poderosas? Porque veamos, que es lo que se nos dice en Hech. 5:14-16:

Más aún, siguieron añadiéndose creyentes en el Señor, multitudes de varones así como de mujeres; 15 de modo que sacaban a los enfermos hasta a los caminos anchos y los ponían allí sobre camitas y camillas, para que, al pasar Pedro (o algún otro apóstol, según se deduce de Hech. 5:12), por lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos. 16 También, la multitud de las ciudades alrededor de Jerusalén siguió concurriendo, cargando a los enfermos y a los que eran perturbados por espíritus inmundos y todos sin excepción eran curados.” (Acotación nuestra).

Luego si en teoría habrían como mínimo 8.000 Hijos del Altísimo sueltos por ahí y con los poderes que dicha condición llevaba inherentes, siempre debido al supuesto resultado de su bautismo en agua (según nos afirman esos “entendidos”) ¿por qué solo se nos habla de lo que hacían los apóstoles y lo que provocaba verdaderas avalanchas humanas, pues hasta de las poblaciones vecinas la gente traía enfermos a Jerusalén en busca de estos, para conseguir remedio a las dolencias de sus allegados? Es más, si las cosas fueran como nos las pintan esos señores y realmente, mediante el bautismo en agua se hubieran transferido poderes como era inherente a la condición de uno como Hijo de Dios y por lo que habría una gran multitud de ellos en la zona (ocho mil, como mínimo) ¿por qué los gobernantes del pueblo judío, la tomaron solo con los apóstoles?:

Pero el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, la entonces existente secta de los saduceos, se levantaron llenos de celos 18 y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en el lugar público de custodia.” (Hech. 5:17-18).

Y la respuesta solo puede ser una: porqué solo estos fueron reconocidos por Jehová como Sus Hijos adoptivos y por tanto, con los poderes que dicha condición llevaba aparejados y que eran los mismos que Jesús tuvo en su primera estancia entre nosotros…… y lo que significaría que en ningún momento de la historia del cristianismo, el bautismo en agua convirtió a nadie en Hijo de Dios y que a lo que se hacía referencia en Hech. 2:38 y como ya hemos señalado, era a la “dádiva gratuita” del perdón de los pecados. Que nuestro argumento es correcto, queda meridianamente probado en los relatos de Hech. 8:4-21 y 19:1-7 y de los que damos detallada información en nuestro artículo del 02/11/11 titulado “Pero…… ¿y quién nos bautiza?”. Pero es que además, si el planteamiento de esos autores, en el sentido de que el bautismo en agua ya conllevaba (y sigue conllevando en la actualidad, según afirman) en sí mismo el ungimiento de uno como Hijo de Dios y por tanto, el gobernar en el milenio en calidad de inmortal rey y sacerdote de Dios, lo cierto es que nos enfrentaríamos a un gran problema, porque veamos un pasaje de las Escrituras que ya hemos leído y que contiene un detalle, que probablemente ha sido pasado por alto por parte de esos autores mencionados:

Pero cuando creyeron a Felipe, que estaba declarando las buenas nuevas del reino de Dios y del nombre de Jesucristo, procedieron a bautizarse, tanto varones como mujeres.” (Hech. 8:12).

Sin embargo, lo cierto es que las mujeres no pueden reinar al lado de Jesucristo, tal como dejamos perfectamente probado en nuestro artículo “Ungidos…… ¿y “ungidas”?” del 14/07/11. Pero es que además, ahí nos topamos con otro problema, pues todos los que defienden ese disparate del bautismo en agua como dador automático de la condición de uno como Hijo de Dios, creen en que todos estos bautizados en el nombre de Jesucristo desde el primer siglo en adelante y en una catastrófica interpretación de Juan 5:28-29 y lo que les lleva a no creer en una resurrección durante el milenio (luego ya nos contarán para qué puñetas sirve el milenio o reino de Dios), se levantarán en una “primera” resurrección (Rev. 20:6) “para vida” en el momento de la venida de Jesucristo y para reinar con este, mientras una “segunda” resurrección “para juicio” o destrucción eterna de los impíos, se produciría al fin de los mil años de gobierno teocrático…… lo que de entrada plantea la siguiente cuestión y ahí está el gran problema al que hemos hecho referencia: ¿qué hacemos entonces con todas las mujeres bautizadas en agua, desde el primer siglo hasta ahora, dado que está claro que no pueden reinar en el milenio?

Situación parecida y por si la “fiesta” fuera poca, a la que nos enfrentaríamos en el caso de los notables del AT como los Abraham, Moisés, Noé, Daniel, Isaac, David, etc. etc. etc., dado que estos no se pudieron bautizar en el nombre de Jesucristo y en consecuencia no pudieron adquirir el derecho a gobernar con este en el reino de Dios (Hech. 2:38). En primer lugar y como ya hemos dicho, porque en ese momento el bautismo en agua no existía y en segundo lugar, porque Jesús aún no había aparecido, pues tardó siglos en hacerlo; luego ¿dónde los colocamos a todos y a todas…… a todas y a todos? ¿En la segunda resurrección para destrucción eterna, ya que por diferentes circunstancias resulta que ninguno de ellos/ellas pueden reinar con Cristo y por ello, no pueden participar de la “primera” resurrección “para vida”? No olvidemos que es esta la que da la inmortalidad, así como el derecho de reinar en el milenio:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad (ello significa la inmortalidad), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6). (Acotación nuestra).

Entonces y a modo de conclusión, tendremos que concordar en que la enseñanza de un bautismo en agua que transmita ya la condición de Hijo adoptivo de Dios, por tanto de hermano de Jesucristo y consecuentemente el reinar junto a este en el reino de Dios, no es más que un disparate impropio de una persona que no solo, entienda un mínimo de las Escrituras, sino que tenga un elemental sentido de la lógica para analizar las consecuencias derivadas de determinado planteamiento. Y es que como todos sabemos, toda acción tiene su reacción; luego solo sería razonable el pensar, que determinada enseñanza o afirmación tiene que comportar unas consecuencias que como mínimo sean lógicas y razonables, acordes con el texto escritural y no que contradigan totalmente a este…… y que, obviamente, es lo que está ocurriendo en el caso que nos ocupa.

Pero que como solemos decir casi siempre, esta es nuestra opinión personal sobre el particular y basada en lo que entendemos del registro sagrado; lo que quiere decir que lo suyo sería que usted, querido lector, comprobara mediante su ejemplar de las Escrituras si lo que le hemos contado merece su credibilidad…… o no; porque ya sabe: nosotros no estamos exentos de cometer errores.

MABEL

EL BAUTISMO EN AGUA…… ¿ESTÁ AÚN VIGENTE?

Posted in Uncategorized with tags , , , on 04/05/2012 by Armando López Golart

Vayan, por lo tanto y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, 20 enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado…” (Mat. 28:19-20).

Esta palabras, dichas hace casi 2.000 años, han condicionado hasta el momento actual al mundo llamado cristiano, al grado que la celebración de este acto, eso es, el bautismo en agua del recién iniciado, es el más importante en todas y cada una de las distintas denominaciones en las que está fragmentada la cristiandad y en franca contradicción, con la unidad de pensamiento y enseñanza, demandados en las Escrituras (1 Cor. 1:10). Y por lo que mientras unas bautizan por aspersión, eso es, derramando agua con un cuenco sobre la cabeza del que se bautiza, otras lo hacen mediante inmersión o sumergiendo totalmente el cuerpo del que se somete al bautismo en el agua; o mientras unas bautizan incluso a bebés recién nacidos, las otras lo hacen solo con personas ya en uso de razón y todas ellas, eso sí, usando (al menos, hasta donde nosotros sabemos) la misma fórmula bautismal que, aunque reflejada en el pasaje citado, eso es “en el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu santo”, no parece de entrada, que fuera esta la fórmula que Jesús indicó debería de usarse…… y por lo que, como diría el castizo, “la primera, en la frente” o lo que es lo mismo, que peor no se podía empezar (si desean más información al respecto, pueden leer nuestro artículo del 15/03/10 “El bautismo ¿en nombre de quién…?”).

Pero en este artículo, vamos a dirigir toda nuestra atención a lo que consideramos el punto focal de dicha cuestión: la supuesta vigencia o no vigencia del bautismo en la actualidad; y siendo lo más probable, como ya nos ocurrió con el artículo que acabamos de citar y en otro que posteriormente publicamos “Pero…… ¿y quién nos bautiza?” (02/11/11), que cuando nos imaginábamos que nos dirían de todo menos “bonitos”, por nuestro atrevimiento al exponer tan “revolucionarias” ideas sobre el particular, nadie abrió la boca y lo cual demuestra, de manera inequívoca, que algo de razón tendríamos en ambos planteamientos. Por ello nos animamos en esta ocasión (y es que nos va la “marcha” ¡qué quieren ustedes!) y como ya hemos señalado, a poner en solfa o tela de juicio, la validez del bautismo en agua y sobre el cual, se han dicho verdaderos disparates.

Como máximo exponente de ello y a modo de ejemplo, tenemos la enseñanza de la que es abanderado Apologista Mario Olcese y compartida (todo hay que decirlo) por la inmensa mayoría de autores religiosos, así como por el entero conjunto de las citadas denominaciones cristianas, en el sentido de que cuando uno se somete a dicho bautismo en agua, ya de forma automática e inmediata, es aceptado como Hijo adoptivo de Dios, por tanto hecho hermano de Jesucristo y consecuentemente, coheredero con él en el reino de Dios en calidad de inmortal rey y sacerdote…… y con lo que el bautismo llega a convertirse de esta manera, en la figura principal o razón de ser del cristianismo. Porque si las cosas fueran tal como nos las cuentan esos señores, resultaría que dicho bautismo en agua, pasaría a ser consustancial con la “salvación” total del bautizado…… por lo que imagínese, querido amigo que nos lee, el descalabro que se produciría si resultara cierta nuestra afirmación, en el sentido que dicho bautismo como tal no tiene ninguna validez en nuestros tiempos. Pues ello significaría, que todos aquellos que afirman haber recibido el “ungimiento” como Hijos adoptivos de Dios (pues en eso consiste la “salvación”) a través de ese acto bautismal, no son más que unos falsos y simples impostores…… aunque en algunos casos, puede que vayan tan engañados que no sean conscientes de dicha situación.

Ya en uno de los últimos artículos publicados en este blog, titulado “Lo uno…… y lo contrario” (12/04/12), nos centrábamos en una afirmación de D. Javier Rivas Martínez contenida en su artículo “¿Salva el bautismo en agua ciertamente?” (31/03/12) y en el que dicho caballero nos venía a decir, que el bautismo en agua nada tiene que ver con la “salvación” de la persona que lo recibe, o lo que es lo mismo, que en nada contribuye dicho bautismo, a convertir en Hijo adoptivo de Dios a cualquier individuo. Luego planteamiento totalmente contrario a lo que D. Mario Olcese afirma con inusitado entusiasmo acerca del mismo y cuestión en la que por supuesto, desde este blog dábamos la razón al Sr. Rivas; pero veamos que nos decía el caballero en cuestión, en diferentes porciones de su artículo y empezando por la que abría dicho artículo:

Existen controversias “no muy nuevas” acerca de si el bautismo en agua salva o no. Demostraremos en este sencillo estudio que el bautismo en agua no está involucrado en lo más ínfimo en la «regeneración espiritual» del creyente, en su «conversión», en su «salvación».”

En 1 de P. 3:21, no se proporciona o se sugiere la idea, y en ninguna otra parte, que el bautismo en agua logre salvar de un modo u otro.”

El bautismo en agua, es un «antitipo» de la liberación de Noé y su familia del agua que anegaba el mundo pecador (1 P. 3:20). «Ahora os salva» (humas nun sözei, gr.), es un verbo simple que denota que la salvación, la que Pedro concibe precisamente, es tan sólo simbólica.” (Negritas nuestras).

Luego no quedan dudas acerca de lo que D. Javier nos quiere decir: en absoluto el bautismo en agua tiene relación alguna, con nada que tenga que ver con la “salvación” de la persona que lo recibe…… y uno no es “salvo” (recordémoslo), si no adquiere la condición de Hijo adoptivo de Dios y pasa a ser gobernante con Cristo en el reino milenario, en calidad de inmortal rey y sacerdote (Rev. 20:6). Porque si realmente y según nos afirma D. Mario Olcese, dicha condición de adopción de Hijo adoptivo de Dios, se recibiera a través del bautismo en agua…… y así reconoce haberla recibido dicho caballero, este sí tendría, obviamente, relación directa con la “salvación” mencionada. Pero algo que como hemos visto, nos niega tajantemente el Sr. Rivas, cuando nos dice en el primer párrafo transcrito de su artículo, que dicho bautismo en agua “no está involucrado en lo más ínfimo” (eso es, ni en lo más mínimo) en la “salvación” del individuo…… y afirmación que D. Mario Olcese aún no ha desmentido, a pesar que ya ha pasado más de un mes desde que fue realizada y por lo que habría que pensar, que estará de acuerdo con ella; pero claro, entonces…… ¿porque enseña lo contrario? Y es que dicho caballero, en la más que reprobable forma de actuar que le caracteriza, resulta que ni ha negado el planteamiento de D. Javier (tiempo ha tenido), ni ha rectificado su posición con respecto de dicha enseñanza y manteniéndose por tanto, en una indefinición impropia de la persona que afirma publicar en sus blogs, las “prístinas verdades” de la Biblia…… pero que nos deja en este caso, sin conocer cuál es la verdad acerca de dicha cuestión y algo que realmente es, como mínimo, curioso ¿no cree usted, amigo lector?

Pero volviendo a lo que estábamos, nosotros (“atrevidillos” que somos) lo que hoy pretendemos, es llegar un poco más allá de donde ha llegado el Sr, Rivas e intentar demostrar, que la práctica del bautismo en la actualidad no tiene el menor apoyo bíblico y siendo por tanto su celebración, una mera “patochada” y un ritual que no cuenta con el beneplácito de nuestro Creador…… pues de entrada, Él no ha comisionado a nadie actualmente para impartirlo, siendo por lo tanto una ceremonia tan engañosa y fraudulenta, como diabólica. Y que de ser eso así y siempre que nuestro análisis sea el correcto, de la citada afirmación de D. Mario Olcese y tantísimos otros, en el sentido que mediante dicho bautismo en agua, uno ya pasa a ser adoptado automática e inmediatamente como Hijo de Dios con todo lo que ello conlleva…… pues ¡nada de nada! Y lo cual significaría, que todos aquellos que actualmente afirman haber recibido dicha condición de Hijos adoptivos del Altísimo, a través de ese bautismo de agua (¡y que son legión!), no solo quedarían desenmascarados como unos mentirosos impostores, sino que tendrían que reconsiderar todas y cada una de sus creencias…… bien fuera como organización o colectivo, o a título individual en el caso de aquellos que van por libre, como el Sr. Olcese y algunos otros. Y tema que no es baladí, para todos aquellos que creen o “dicen” creer en Dios, sino importantísimo, pues en ello están envueltas las perspectivas de futuro de cada persona.

Por lo tanto, vamos a ver en primer lugar, que es lo que sabemos acerca de dicho bautismo y del que habría que empezar diciendo, que fue un requisito que tuvo un principio…… luego tal como tuvo un principio, razonablemente pudo tener un final. Y así parece ser, al menos si hacemos caso a determinados pasajes escriturales y razonando sobre ellos con la debida lógica y sentido común; porque el bautismo en agua tuvo efectivamente un principio, pues en tiempos precristianos no existía como tal y siendo su iniciador, el personaje bíblico Juan el Bautista y a instancias del propio Jehová, según declaración del propio Juan:

Ni siquiera yo lo conocía (refiriéndose a Jesús), pero El Mismo que me envió a bautizar en agua me dijo: “Sobre quienquiera que veas el espíritu descender y permanecer, este es el que bautiza en espíritu santo”.” (Juan 1:33). (Acotación nuestra).

Y así se inició la práctica del bautismo en agua y por una persona debidamente autorizada para ello, pues fue comisionada por el propio Dios Altísimo para llevar a cabo ese ritual o requisito; luego vemos que no fue una iniciativa del ser humano el dar inicio a dicha práctica, sino que fue el propio Jehová el que determinó su puesta en escena y señaló al personaje que tenía la autoridad para llevarla a cabo…… e interesante aspecto este (el estar uno autorizado para impartirlo) que no debemos olvidar a lo largo de este artículo, pues es un dato a tener muy en cuenta, para determinar si el bautismo en agua tiene o no, vigencia en nuestros días. Porque posteriormente, a Juan le tomó el relevo en dicha asignación, el propio hijo de Dios (Jesús) y circunstancia que el propio Juan ya había apuntado con anterioridad, al reconocer que mientras Jesús tenía que ir aumentando, él por contra tenía que ir menguando (Juan 3:30)…… y cuyo reconocimiento de tal hecho, queda confirmado en las siguientes palabras:

Ahora bien, cuando el Señor se dio cuenta de que los fariseos habían oído que hacía y bautizaba más discípulos que Juan, 2 aunque en realidad, Jesús mismo en ningún caso bautizaba, sino sus discípulos, 3 salió de Judea y partió otra vez para Galilea.” (Juan 4:1-3).

Y siendo cierto que los que materialmente bautizaban eran los discípulos, eso es, llevando a cabo el acto físico de sumergir a la persona en el agua, no es menos cierto que lo hacían bajo el amparo de la autoridad de Jesús; pero para cuando este murió, se tuvo que llevar a cabo otro arreglo y que implicó el delegar esa responsabilidad o autoridad de hacer discípulos y bautizarlos, ya en los propios apóstoles y con las palabras que abren este artículo, que recordaremos a continuación:

Y Jesús se acercó y les habló, diciendo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra. 19 Vayan, por lo tanto (luego eso era un mandato) y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre de……” (Acotación nuestra)

Luego queda claro que ya en ese momento, la comisión de bautizar y por mandato expreso de un Jesucristo resucitado y revestido de la máxima autoridad, quedaba oficialmente delegada en los apóstoles y circunstancia que se sustanció unos días después de ser dichas esas palabras, cuando recibieron (concretamente en el Pentecostés de 33 E.C.) el bautismo en espíritu santo prometido con anterioridad, por el propio Jesús:

Y estando reunido con ellos, les dio las órdenes: “No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo no muchos días después de esto”.” (Hech. 1:4-5).

Y bautismo este último, en espíritu santo, que solo fue derramado sobre los apóstoles y a los que con anterioridad, se les había dicho lo siguiente:

Sin embargo, ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; 29 y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, 30 para que coman y beban a mi mesa en mi reino y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.” (Luc. 22:28-30).

Recordemos que en ese momento estaban con Jesús, solo once apóstoles, pues Judas ya se había ausentado y por lo que a los autores de este blog, se nos genera una pequeña duda acerca de lo que ocurrió posteriormente con el sustituto de Judas (Matías), pues no estuvo en esa última cena y por lo tanto no participó de dicho pacto…… pero ese ya sería tema para otro debate; por lo que continuaremos con lo que estábamos diciendo. Luego ese bautismo en espíritu santo, solo fue derramado sobre aquellas personas que habían entrado con Jesús en un pacto para un reino y bautismo en espíritu santo que los elevaba a la condición de Hijos adoptivos de Dios, por tanto hermanos de este y algo que se deduce de las palabras que el mismo Jesús pronunció, ya recién resucitado:

Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes”. 18 María Magdalena fue y llevó las nuevas a los discípulos: “¡He visto al Señor!” y que él le había dicho estas cosas.” (Juan 20:17-18).

Y que para información más exhaustiva sobre este tema, puede leer nuestro artículo “120 “ungidos”…… ¿o no?” (19/07/11). Pero volvamos a lo que íbamos y en donde vemos, que solo aquellos bautizados en espíritu santo entraban en ese pacto por un reino…… luego ya tenemos a los apóstoles, hechos Hijos adoptivos del Altísimo (y por tanto, coherederos del reino en calidad de gobernantes) y condición que llevaba inherente el poder desplegar los mismos poderes que Jesús tuvo en vida y a los que se añadía, el poder que este recibió después de su resurrección, eso es, la autoridad de poder bautizar en espíritu santo o lo que es lo mismo, el transmitir a otros el citado espíritu de adopción como Hijos de Dios:

A este Jesús lo resucitó Dios, del cual hecho todos nosotros somos testigos. 33 Por eso, debido a que fue ensalzado a la diestra de Dios y recibió del Padre el espíritu santo prometido, él ha derramado esto que ustedes ven y oyen.” (Hech. 2:32-33).

Luego a partir de ese momento, es cuando empezaron a coexistir sobre la tierra dos bautismos diferentes: el de agua y el de espíritu santo y algo que queda probado por las propias palabras que Jesús en su momento, le dijo a un tal Nicodemo y en dónde ya daba a entender tal circunstancia:

Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua (bautismo de agua) y del espíritu (bautismo en espíritu santo), no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:5). (Acotaciones nuestras).

Luego en ese momento al menos y según esas palabras, el bautismo en agua que impartía el propio Jesús (por medio de sus apóstoles) no otorgaba el reconocimiento de uno como Hijo adoptivo de Dios y por tanto la “salvación” del individuo, sino que se precisaba la intervención de otro bautismo (y que aún estaba en el futuro), para poder entrar en el reino de Dios en calidad de gobernante. Y que eso es así, lo prueban las palabras que Jesús dirigió a sus apóstoles, momentos antes de ascender a la presencia de su Padre Celestial y que aunque ya las hemos citado, por su importancia para avalar nuestra afirmación de la coexistencia por primera vez de dos bautismos distintos, citaremos de nuevo:

Y estando reunido con ellos, les dio las órdenes: “No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo (luego un bautismo diferente y que, como ya hemos comentado, no existió hasta después de la resurrección de Jesús) no muchos días después de esto”.” (Hech. 1:4-5). (Acotación nuestra).

Por lo tanto un bautismo diferente y que tenía un propósito concreto, mucho más elevado que el bautismo en agua que impartieron tanto Juan, como posteriormente Jesús y que solo es entendible si partimos de la base (no olvidemos esta idea clave en este asunto), que lo que vino a buscar Jesús en su primera venida, fue a aquellos que según promesa divina, tenían que conformar junto a él un reino de “reyes y sacerdotes” (Éxo. 19:6). Que esa y no otra era su comisión, queda probado por el hecho de que posteriormente y en una respuesta que se proyectaba hacia un futuro distante, como acontecimiento que marcaría el fin de los tiempos, Jesús habló de otra predicación (Mat. 24:14) y cuyo único objetivo, obviamente, ya sería recoger a los súbditos del citado reino…… pero que en ese momento, su comisión consistía solo en buscar a aquellos que junto a él, gobernarían en el reino de Dios y dar así cumplimiento, a la promesa realizada por Jehová en su momento.

Por lo que volviendo a esos dos bautismos coexistentes, vemos que tenían finalidades distintas…… y es que otra cosa no se entendería: mientras el bautismo en agua, era la declaración pública de una decisión interior, en este caso la de comprometerse uno a ser un fiel seguidor de Jesucristo, el bautismo en espíritu y que recordemos, solo podían impartir los doce apóstoles mediante la imposición de manos (y detalle fundamental para entender hasta dónde llegó la vigencia del bautismo), tenía que ver con la aceptación explícita por parte de Jehová de la persona bautizada, como Hijo adoptivo Suyo y aceptación que quedaba patente, por la capacidad que a la misma le era dada para efectuar obras poderosas.

Y por lo que nos encontraríamos con la siguiente situación: ya en esos tiempos, el bautismo en agua no era más que la manifestación pública de una decisión personal del sujeto que se sometía al mismo, mediante el que se comprometía ante testigos, a seguir, obedecer y predicar de aquél, en nombre de quién se bautizaba…… por lo que dicho bautismo y por sí solo, no daba nada a la persona en cuestión y como bien nos planteaba el Dr. Rivas Martínez en su escrito mencionado. Porque para poder adquirir la condición de Hijo adoptivo de Jehová, era necesario someterse a otro bautismo distinto (según se deduce de Juan 3:5 y de Hech. 1:4-5, ya citados) , eso es, el de espíritu santo y que solo podía ser administrado por los apóstoles de Jesús…… y bautismo que no se daba, si previamente uno no había sido bautizado en agua; luego dicho bautismo en agua nunca convirtió a nadie en Hijo adoptivo de Dios, sino que solo era un requisito previo para poder acceder al otro bautismo, el de espíritu y que sí era el que le daba a uno dicha condición…… y algo que queda manifiestamente claro, en el caso de Felipe en Samaria, o en la situación que se encontró Pablo en Éfeso y cuyos relatos pueden encontrar en nuestro artículo (entre otros) “No es eso, Sr. Olcese…… no es eso” (14/09/10).

Pero que este era un arreglo temporal o lo que es lo mismo, que tenía fecha de caducidad (la vigencia de ambos bautismos), queda probado por una peculiaridad que existía en el caso de aquellos que recibían dicha adopción a través de la imposición de manos a cargo de algún apóstol: si bien podían desplegar los mismos poderes que estos, por ser al igual que ellos, Hijos adoptivos del Altísimo, ya no podían sin embargo, transmitir la unción como Hijo adoptivo de Dios a otros y por lo que en todo caso, solo podían bautizar en agua y requisito previo como hemos señalado, para poder recibir el otro bautismo en espíritu santo y algo reservado, como ya ha quedado claro, solo a los apóstoles de Jesucristo y a los que tiempo después, se añadió Pablo.

Luego dicha circunstancia lógicamente nos lleva a razonar, que con la muerte del último de los apóstoles se acabó la posibilidad de poder seguir añadiendo miembros a ese grupo de gobernantes, pues cesó la posibilidad de poder transmitir dicho espíritu de adopción como Hijo de Dios y por tanto, la posibilidad de heredar el reino en calidad de gobernante. Y con ello, razonablemente, finalizó el bautizar en agua, puesto que ya no era necesario como requisito previo para acceder al bautismo en espíritu, pues el tal ya había dejado de existir; y que si nos permiten el símil, al igual que en un espectáculo musical, si no hay estrella invitada, no hacen falta “teloneros”…… en el caso que nos ocupa, si ya no existía el bautismo en espíritu santo, pues no había quién pudiera impartirlo ¿qué falta hacía el requisito necesario para acceder al mismo, eso es, el bautismo en agua?

Ahora bien, si esto era así en el primer siglo y de lo que no hay ninguna duda, a tenor del registro escritural ¿dónde en las Escrituras se nos dice, que se cambiaba la fórmula para convertir a uno en un Hijo del Altísimo y que hoy los hay a “porrillo”, pues das una patada a un adoquín y te salen “tropecientos”? ¿En qué lugar del registro bíblico se nos dice, que a partir de tal o cual momento, cesaba la imposición de manos como elemento transmisor de la adopción de uno como Hijo de Dios y el bautismo en agua tomaba el relevo, pasando ya a ser consustancial con el inmediato reconocimiento de la persona bautizada, como escogido o elegido por Jehová, para su adopción como Hijo…… y lo impartiera quién lo impartiera? Porque al menos y hasta donde nos explican las Escrituras, hasta el final del primer siglo, eso se hizo mediante la imposición de manos por parte de aquellos que estaban autorizados para ello, eso es, los doce apóstoles más Pablo…… luego ¿dónde en las Escrituras, se nos comunica el cambio en el citado procedimiento?

La respuesta a esas preguntas, es que no lo dice en ningún sitio y por lo tanto, solo podemos recurrir al uso de la lógica y el sentido común, lo que nos lleva y como hemos señalado, a concluir que el bautismo en espíritu santo y que era mediante el que realmente se transmitía dicha adopción, acabo sus días con la muerte de los apóstoles…… y así hasta el día de hoy. Por lo tanto y a nuestro entender, desde ese mismo momento el bautismo de agua perdió toda su validez o razón de ser, pasando a ser una cosa totalmente obsoleta y por lo que actualmente, lejos de convertir a uno en seguidor de Jesús, lo que hace es acreditar la “ganadería” a la que se pertenece…… o dicho más finamente, identificarle a uno como seguidor de tal o cual denominación religiosa. Porque por ejemplo, si usted es católico y acepta la forma de religión de los Testigos de Jehová (por poner un caso y algo que no le recomendamos), por mucho que crea en Jesús, tiene que aceptar la doctrina de dicha organización y bautizarse de nuevo como miembro de esa secta; y si es TJ, pero desea aceptar la confesión Adventista (es un suponer), de nada le vale su bautismo anterior y por mucho que afirme ser fiel seguidor de Jesucristo y ejercer fe en él, usted será adoctrinado para que acepte los postulados de dicha confesión religiosa y en arreglo a los cuales, será usted de nuevo bautizado si en verdad quiere contarse como miembro de dicha denominación religiosa…… y así, vaya sumando usted una tras otra.

Por lo que la práctica actual de dicho bautismo en agua, no es más que una “charlotada” en la que incurren todas las iglesias de la citada cristiandad, sea cual sea su denominación y con el único objetivo de aumentar su particular número de afiliados. Porque si tal y como dijimos en su día (ver nuestro artículo “Los problemas de la “falsa religión” ” del 07/09/11) y algo con lo que hasta el propio Apologista Mario Olcese estuvo de acuerdo con nosotros (que ya es decir), en el sentido que ninguna de las iglesias actuales tiene la aprobación de Dios ¿cómo puede ser posible que Jehová, aceptara adoptar como hijos Suyos a personas bautizadas dentro de esas falsas religiones y por medio de los apóstatas representantes de las mismas?…… pues ello equivaldría a darles carta de naturaleza y aceptarlas como buenas y verdaderas, algo que no es creíble por parte de nuestro Sumo Hacedor.

Y es que no podemos olvidar, un detalle que viene a corroborar nuestra tesis (luego que nadie se rasgue las vestiduras o se corte la venas a causa de nuestro planteamiento, pues de momento solo estamos exponiendo una simple teoría) y que vendría a negar la existencia actual de personas que tuvieran la citada condición de Hijo adoptivo de Dios y por tanto, certificar la no validez del citado bautismo. Porque recordemos que dicha enseñanza, eso es, que la adopción de uno como Hijo de Dios se consigue por medio del bautismo en agua, parte del supuesto que la actividad iniciada con los apóstoles, se hubiera mantenido sin interrupción a través de los siglos y hasta el día de hoy; pero suponiendo que ello fuera así y realmente la tierra estuviera actualmente plagada de supuestos Hijos de Dios (pues los integrantes de casi todas las distintas confesiones se declaran como tal), hay algo que se nos dice en las Escrituras, que no tendría demasiado sentido:

Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener (según Rev. 20:4, por el testimonio de Jesús). 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus coesclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como ellos también lo habían sido.” (Rev. 6:9-11). (Acotación nuestra).

Luego de lo que se nos está hablando aquí, es de la aparición en un momento determinado, de un “resto” de esos hermanos de Jesús, por tanto de Hijos de Dios y prefigurados en Rev. 11:3 por los “dos testigos”, que tendrán la comisión de predicar durante 1.260 días o tres años y medio, eso es, el llevar la delantera en la futura gran predicación de Mat. 24:14 y que aún no se ha iniciado (nada que ver con lo que hacen los TJ, los evangelistas de turno, etc. y que esta es otra)…… luego prueba evidente que ese resto de Hijos adoptivos de Dios, tampoco ha aparecido. Porque no olvidemos, por otra parte, que todos estos hechos dan inicio con el comienzo de la profética semana de Dan. 9:27 y que aún está en el futuro, pues se abre con la firma de un pacto de paz auspiciado por el personaje bíblico del “anticristo” entre varias partes; y personaje…… que también está por aparecer.

Entonces, si ello es así como afirmamos nosotros y a los hechos nos remitimos ¿quiénes son, esos que actualmente se identifican como Hijos adoptivos de Dios? ¿Por qué razón, si en la tierra constantemente hubieran habido personas que ostentaran esa relación paterno/filial con el Altísimo (según se nos afirma por parte de esos supuestos “ungidos” actuales), nos tendría que advertir Jehová, que en un momento en el futuro aparecerían sobre la tierra un “resto” de esos hijos Suyos? Obviamente eso no tendría ningún sentido…… pero es que además, esos personajes aún por aparecer y al igual que esos Hijos de Dios del primer siglo, estarán dotados de sobrenaturales poderes y según se nos dice en Rev. 11:5-6:

Y si alguien quiere hacerles daño, de la boca de ellos sale fuego y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. 6 Estos tienen la autoridad para cerrar el cielo de modo que no caiga lluvia durante los días de su profetizar y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen.”

Y poderes que ni por el forro, pueden desplegar esa patulea de “fantasmas” que falsa y altaneramente se arrogan una relación con Dios que no tienen; y con lo que está clarísimo, que si no pueden llevar a cabo esas obras poderosas mencionadas, obviamente no pueden ser tampoco esas personas de las que nos habla el pasaje citado y a las que estamos esperando…… ¿o sí? Y que esto es tal cual se lo contamos, en el sentido de que tales acontecimientos están en el futuro, lo prueban también las palabras del siguiente versículo, eso es, el 7:

Y cuando hayan terminado de dar su testimonio (al cabo de los 1.260 días), la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará.” (Acotación nuestra).

Y “bestia salvaje” que no es otra cosa, que un gobierno mundial auspiciado por Satanás y que tampoco ha aparecido (aunque se está gestando) y del que se nos habla en Rev. 13:1-2:

Y se quedó de pie inmóvil sobre la arena del mar. Y vi una bestia salvaje que ascendía del mar, con diez cuernos y siete cabezas y sobre sus cuernos diez diademas, pero sobre sus cabezas nombres blasfemos. 2 Ahora bien, la bestia salvaje que vi era semejante a un leopardo, pero sus pies eran como los de un oso, y su boca era como boca de león. Y el dragón (Satanás) dio a la bestia su poder y su trono y gran autoridad.” (Acotación nuestra).

Y si todo lo citado está aún por acontecer ¿alguien nos podría decir, quiénes son entonces y de dónde salen, esos supuestos Hijos de Dios que tenemos a nuestro alrededor actualmente? Obviamente no son esos de los que nos habla la Biblia, eso es, los verdaderos y cuya aparición está aún en el futuro…… luego si no son los verdaderos y prueba de ello, es que no pueden realizar los portentos que Jehová nos dice que llevarán a cabo esos que han de venir, ello solo significa que son falsos “ungidos” y por tanto unos impostores.

Pero claro, eso nos lleva de nuevo al tema central que estamos tratando en este artículo…… porque ¿qué hay entonces de ese bautismo en agua, que “supuestamente” y según declaración de parte, les ha dado esa pretendida condición de Hijos adoptivos del Altísimo? Y es que si eso no ha sido así y ahí están los hechos que lo confirman, el citado bautismo en agua y del que han participado, no ha servido absolutamente para nada, pues Jehová no ha derramado a través del mismo, Su espíritu santo de adopción. Y algo que es evidenciado, por la incapacidad manifiesta de esos supuestos “ungidos”, para poder llevar a cabo esa capacidad de hacer obras poderosas o sobrehumanas, que desplegaron todos aquellos que lo recibieron y como prueba indisputable, de su verdadera condición de Hijos adoptivos de Dios…… lo cual nos muestra, que el Altísimo no tiene para nada en cuenta dicho bautismo, eso es, que para Él no tiene ningún valor. Y si esto es así desde el punto de vista de nuestro Creador, que nos expliquen esos personajes y las organizaciones a las que pertenencen, para que sirve dicho bautismo en agua.

Y ya sabe, amigo lector: no haga mucho caso de lo que le decimos nosotros, coja su ejemplar de la Biblia y compruebe por usted mismo y mediante contraste, si las cosas que le contamos se ajustan a la realidad escritural…… o no; y a partir de ahí, saque sus propias conclusiones y tome las decisiones que crea más oportunas.

MABEL