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¿NACERÁN NIÑOS, EN EL VENIDERO REINO DE DIOS?

Posted in Uncategorized with tags , , , , , on 19/01/2017 by Armando López Golart

imagenes-paraiso16 El trabajo de la gente en la Tierra no siempre será un esforzarse tras el viento. Será trabajo con tanto propósito y significado como aquel que se le asignó en el principio a la primera pareja humana en el Edén. Se realizará el propósito de Jehová de que la Tierra sea un paraíso global atendido por criaturas humanas justas. (Isaías 55:11) Sobre esa Tierra llena de personas perfectas gobernará el reino de Dios en manos de Cristo. Nunca se hará monótona ni aburrida la vida en ese nuevo sistema, porque habrá mucho trabajo que hacer… no el trabajo vano y fútil de este viejo mundo que hace que la semana laboral sea un esfuerzo penoso, lo cual hace que los hombres se refieran al principio de la semana como el “lunes triste.” No, su trabajo será la labor interesante y fascinante de hermosear la Tierra, ejercer dominio amoroso sobre los animales, criar hijos y educar a los humanos resucitados, hasta que la Tierra se llene de una raza justa y de muchos otros gozos inimaginables. Entonces las personas ocupadas “disfrutarán largo tiempo de la obra de sus manos y la usarán a grado cabal.” (Isaías 65:22).”

Este párrafo que ustedes acaban de leer, forma parte de un excelente artículo de estudio que aparece en la revista La Atalaya de los Testigos de Jehová del 15/12/82 titulado “El trabajo, un don de Dios a sus siervos”. Y decimos excelente artículo, no porque seamos “forofos” de dicha organización religiosa (les aseguramos que este no es precisamente el caso), sino porque son estos señores los que mejor describen lo que significará el reino de Dios para el ser humano…… ya otra cosa distinta, es su errónea afirmación en el sentido de que al tal reino solo tendrán acceso aquellos que forman parte de su membresía y dato que no está contenido en las Escrituras, aunque este sea el mensaje que finalmente “venden” a sus seguidores. Pero volviendo a lo que íbamos, notarán en ese párrafo transcrito que entre las gratificantes tareas que esperan a aquellos que consigan acceder a dicho reino como súbditos del mismo, estará la de “criar hijos”; algo razonable para cualquier persona un poco puesta en lo que es el contenido escritural, pues la tarea fundamental exigida por su Creador a nuestros primeros padres, Adán y Eva, fue la siguiente:

Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó. 28 Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra”.” (Gén. 1:27-28).

Luego con un reino de Dios “sin hijos”, fácilmente convendríamos en que no dejaría de ser un serio contrasentido a la voluntad expresada por nuestro Creador desde un principio, aunque la realidad es que no hay muchas opiniones al respecto que clarifiquen un poco la situación; partamos de la base que los propios Testigos de Jehová y ante la imposibilidad física de ir más allá de los límites de una tierra finita, cuando en nuestros tiempos de militantes de dicha secta (ya ha llovido de ello) les preguntábamos a los ancianos de nuestra congregación acerca del tema, la respuesta más socorrida era la de que cuando eso ocurriera (eso es, cuando la tierra estuviera al límite cabal de su capacidad), Dios probablemente “desactivaría” las capacidades reproductoras de los seres humanos…… y se quedaban tan anchos los tíos ¡como si el poder de Dios, pudiera verse limitado de algún modo por la capacidad de determinado continente y como sería en este caso, nuestro planeta Tierra! (Para más información, pueden leer nuestro artículo del 19/06/16).

Sin embargo, hay algunos “genios” de la teología que, siendo acérrimos críticos de dicha organización religiosa, siguen en parecida dirección y que se nos descuelgan con artículos o videos para impartir sus particulares “enseñanzas” sobre dicho tema; en el caso que nos ocupa, nos estamos refiriendo a un video titulado “Los dignos de alcanzar ese mundo y la resurrección de los muertos, ni se casan, ni se dan en nupcias” (09/01/17) y en el que se nos afirma, en línea con el titulado, que en el reino de Dios no nacerán niños a los que cuidar y educar…… pero es que además y en el colmo de la estulticia, va su autor y nos muestra un pasaje bíblico que supuestamente apoya semejante disparate y en el que se lee como sigue:

Sin embargo, algunos de los saduceos, los que dicen que no hay resurrección, se acercaron y le interrogaron, 28 diciendo: “Maestro, Moisés nos escribió: “Si el hermano de algún hombre muere mientras tiene esposa, pero esta ha quedado sin hijos, su hermano debe tomar la esposa y levantar prole de ella a su hermano”. 29 Pues bien, hubo siete hermanos; y el primero tomó esposa y murió sin hijos. 30 Lo mismo el segundo 31 y el tercero la tomó. Igualmente los siete; no dejaron hijos, sino que murieron. 32 Por último, la mujer también murió. 33 Por consiguiente, en la resurrección ¿de cuál de ellos llega a ser esposa? Porque los siete la tuvieron por esposa”.

34 Jesús les dijo: “Los hijos de este sistema de cosas se casan y se dan en matrimonio, 35 pero los que han sido considerados dignos de ganar aquel sistema de cosas y la resurrección de entre los muertos, ni se casan ni se dan en matrimonio. 36 De hecho, tampoco pueden ya morir, porque son como los ángeles y son hijos de Dios por ser hijos de la resurrección.” (Luc. 20:27-36).

Partiendo de ahí, el autor de la grabación se pregunta qué harán entonces, aquellos miembros varones de la citada organización religiosa que durante su vida hayan contraído matrimonio dos, tres o hasta cuatro veces (que haberlos haylos) debido al fallecimiento de la esposa anterior, cuando en la resurrección se encuentren con las “parientas” en cuestión, todas “vivitas y coleando” y exigiendo su derecho matrimonial. Demencial cuestión que solo puede ser planteada por un personaje mediocre como parece ser el autor en cuestión y carente del más mínimo rigor en cuanto a entendimiento del texto escritural; porque de entrada ya resulta que, bíblicamente, una relación matrimonial queda automáticamente rescindida con la muerte de uno de los cónyuges, según nos cuenta un personaje del calado del apóstol Pablo y que algo sabría del asunto:

¿Será que ignoran, hermanos (porque estoy hablando a los que conocen ley), que la Ley es amo sobre el hombre en tanto que este vive (luego si muere, queda librado de toda ley)? 2 Por ejemplo, la mujer casada está atada por ley a su esposo mientras este vive; pero si su esposo muere, queda desobligada de la ley de su esposo. 3 Así es que, mientras vive su esposo, sería llamada adúltera si llegara a ser de otro hombre. Pero si su esposo muere, queda libre de la ley de él, de modo que no es adúltera si llega a ser de otro hombre (situación que también aplicaría en caso contrario, esto es, que fuera la esposa la que falleciera en primer lugar y lo que dejaría al varón en libertad para contraer nuevas nupcias).” (Rom. 7:1-3). (Acotaciones nuestras).

Por lo que el supuesto que plantea el “teólogo” mencionado, no obedece a lógica alguna y solo es fruto, repetimos, de un total desconocimiento escritural por parte del personaje en cuestión; pero dicho lo cual, vayamos ahora a la respuesta que dio Jesús a la pregunta que le fue formulada y en la que, de nuevo, la “capacidad” teológica del personaje aludido le lleva a meter “la gamba” en la conclusión que saca de la misma, al señalar que de ella se concluye que en el reino de Dios no nacerán niños…… pero retomemos la respuesta dada por el Hijo de Dios y analicémosla con detenimiento:

Jesús les dijo: “Los hijos de este sistema de cosas se casan y se dan en matrimonio, 35 pero los que han sido considerados dignos de ganar aquel sistema de cosas y la resurrección de entre los muertos ni se casan ni se dan en matrimonio. 36 De hecho, tampoco pueden ya morir, porque son como los ángeles y son hijos de Dios por ser hijos de la resurrección”.” (Luc. 20:34-36).

Claro, leído tal cual y sin pormenorizar un poco, que es lo que hace la inmensa mayoría del “personal” cuando lee la Biblia, la conclusión es obvia: puesto que aquellos que entran en el reino de Dios “ni se casan ni se da en matrimonio” (único ámbito en el que están permitidas las relaciones sexuales), la conclusión obvia va en el sentido de que no habrán nacimientos de infantes dentro de los límites del citado reino. Lo que ocurre es que los autores de este blog, que de teólogos tenemos lo mismo que de frailes cartujanos, pero que de leer sabemos un rato, hemos analizado dicha porción bíblica desde cierta perspectiva y con la lógica y sentido común requeridos (amén del recurso imprescindible del contexto escritural) y lo que hemos encontrado ya de entrada, es que en dicho pasaje se nos habla de dos clases de personas: unos, “los hijosde este sistemas de cosas” y que “se casan y se dan en matrimonio”, en claro contrate con otros que son “dignos” de ganar un futuro sistema de cosas y que no “se casan ni se dan en matrimonio”…… luego la cuestión está en averiguar quiénes son los “unos” y quiénes son los “otros”.

De los primeros no cabe ninguna duda que son aquellos que sobreviven al juicio final de Dios sobre la humanidad (Sof. 1:14-18) y de los que se nos habla en Rev. 7:14 como “sobrevivientes” del mismo, por tanto “hijos” de este sistema de cosas y que son los que entran como súbditos del reino de Dios…… por lo que, lógicamente, lo normal es que continúen casándose y procreando como lo habían hecho antes de hacer ese tránsito, eso es, en el actual sistema de cosas que aún estamos padeciendo. Establecido entonces quiénes son los “unos”, veamos ahora quiénes son esos “otros” y por lo que no tenemos más remedio que acudir de nuevo al pasaje de Lucas citado y en el que se nos dan tres pistas: primero, que son “dignos” de ganar un sistema de cosas; segundo, que “serán” como los ángeles y, tercero, que son “hijos” de la resurrección…… y siendo que la primera de dichas pistas, nos lleva directamente a Rev. 3:4:

No obstante, sí tienes en Sardis unos cuantos nombres que no contaminaron sus prendas de vestir exteriores y andarán conmigo en prendas blancas, porque son dignos.”

La segunda de ellas, el ser como los ángeles, significa que al igual que estos no se pueden reproducir para perpetuar la especie, tampoco lo pueden hacer esos personajes…… y es que los ángeles no fueron creados con la capacidad de reproducirse:

Y a los ángeles que no guardaron su posición original (la espiritual y por lo que no fueron hechos para tener relaciones sexuales), sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación (al bajar a la tierra y habilitarse cuerpos humanos para poseer a las bellas mujeres de la tierra), los ha reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día.” (Judas 6). (Acotaciones nuestras).

Y la tercera, que son “hijos” de la resurrección, pues en el momento de ser resucitados ya nacen a una novedosa condición de la que no disponían antes de morir, eso es, dotados de la inmortalidad y por lo tanto con la condición de Hijos de Dios y que no ostentan los “hijos” de este sistema de cosas, aun cuando entren el reino de Dios:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad (eso es lo que significa ser inmortal), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6). (Acotación nuestra).

Tenemos que partir de la base, que ya en su momento Jesús nos habló de esos personajes cuando dijo aquello del “nacer de nuevo” (Juan 3:3) y que el apóstol Pablo denominó como “nueva creación” (2 Cor. 5:17); en definitiva, que estaríamos ante seres humanos dotados de la inmortalidad y, por lo tanto, Hijos de Dios que no se pueden reproducir con las “hijas” de este sistema de cosas…… de ahí, que se nos diga que son “como los ángeles”.

Por otra parte, tenemos que aquellos sobrevivientes de la “gran tribulación” por venir (Rev. 7:14), entran con vida en el reino de Dios y por lo que no pueden participar de esa “primera” resurrección que concede la inmortalidad y el poder reinar con Cristo durante el milenio. Por lo tanto, queda claro que esos “otros” mencionados y de los que se nos dice que “ni se casan, ni se dan en matrimonio”, no pueden ser más que aquellos que reinarán con Cristo en el milenio sobre los “hijos” de este sistema de cosas (en definitiva, seres humanos mortales) que consigan el acceso al reino de Dios en calidad de súbditos del mismo y en donde continuarán como hasta hoy, eso es, “casándose y dándose en matrimonio” (Luc. 20:34) y, en consecuencia, reproduciéndose y teniendo hijos a los que educar.

Estaríamos, por tanto, ante una afirmación que no es más que una nueva gansada de las muchas que se publican por parte de personas que no tienen ni la más remota idea de lo que dicen las Escrituras y por lo que, voluntaria o involuntariamente nos están mintiendo, pero que se creen “teólogos” y por ello poseedores de la verdad, cuando no son más que perfectos ignorantes y que por no saber, no saben ni leer con un mínimo de corrección. Por lo tanto, no nos dejemos llevar por mentes calenturientas que no tienen ni idea de lo que dicen y continuemos pensando en lo felices que seremos en ese venidero reino de Dios, viendo a nuestros hijos crecer en paz y felicidad, sin nada que los perturbe…… y todo, gracias al cuidado amoroso de un Dios que dio a Su Hijo, para que nosotros tuviéramos vida:

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna (y con uno, también los hijos que le nazcan en el reino de Dios).” (Juan 3:16). (Acotación nuestra).

MABEL

LA CUESTIÓN DE FONDO.

Posted in Uncategorized with tags , , , , on 02/11/2016 by Armando López Golart

maxresdefaultAquellos que escribimos de la Biblia, sabemos que cuando se hace una interpretación errada de las Escrituras, esta se vuelve rápidamente en contra del que la formula y haciendo cierto un acervo popular muy español, en el sentido de que “el que tiene boca, se equivoca” y más, si resulta que uno habla sin tener demasiada idea de aquello de lo que habla y como sucede en el caso que hoy nos ocupa; porque ocurre que nos acabamos de topar con un video publicado en YouTube (20/10/16) por el ínclito personaje Apologista Mario Olcese, titulado “Jesús disiente absolutamente con la Watchtower sobre los términos vida eterna e inmortalidad” y en el que de nuevo nos hace una “demostración”, no solo de una total incapacidad de entendimiento escritural, sino de su constatada “habilidad” para entender aquello que lee y que, siendo suaves, ambas capacidades son manifiestamente mejorables. Y es que dicho personaje, que se distingue por contar sus “enseñanzas” por auténticos y aberrantes disparates, insta en la entradilla de presentación del citado video a que los Testigos de Jehová se pronuncien sobre el particular “con la más absoluta precisión”, pues considera que dichos señores tergiversan las Escrituras cuando afirman lo siguiente, por ejemplo, en su revista La Atalaya del 15/11/12, pág. 13, párr. 11:

La muerte de Jesús también sirvió para pagar el rescate de la humanidad (Mat. 20:28). De este modo, Jehová puede perdonar a los seres humanos pecadores sin pasar por alto las normas divinas de justicia y darles la oportunidad de vivir para siempre. Pablo escribió: “Mediante un solo acto de justificación el resultado a toda clase de hombres es el declararlos justos para vida” (Rom. 5:18). El sacrificio de Cristo les dio a los cristianos ungidos por espíritu la esperanza de ir al cielo y recibir la inmortalidad, y a las “otras ovejas”, la esperanza de disfrutar de vida eterna en la Tierra (Juan 10:16; Rom. 8:16, 17).” (Negritas nuestras).

Como pueden ver, esos señores no pueden ser más precisos al afirmar que mientras unos pocos disfrutarán de la “inmortalidad”, los muchos accederán a la “vida eterna”…… luego más precisión nos parece difícil de poder hacer; ya otra cosa es que el que lee dicho párrafo “haya salido a por uvas” y no se entere de qué va el tema y como resulta ser una constante en el caso de tan “eminente” teólogo. Porque noten la clara diferencia entre lo que reciben aquellos que han de reinar con Cristo, eso es, la “inmortalidad” (por cierto, no en el cielo como dicen los TJ, sino sobre la tierra y que es muy diferente) y aquellos que heredan el reino de Dios en calidad de súbditos del mismo, con la “vida eterna” en perspectiva; y sabiendo como sabemos que quizás este sea un tema baladí a efectos prácticos desde el punto de vista de muchas personas (en circunstancias normales, ambos términos conllevan el equivalente a vivir una vida sin fin), no podemos pasar por alto la cuestión de fondo y que tiene que ver con el que de no tomarse uno en serio dicha cuestión y por muy trivial que esta pudiera parecer, el tal uno (quién sea) estaría violentando flagrantemente la voluntad divina, expresada en los siguientes términos:

Esto es excelente y acepto a vista de nuestro Salvador, Dios, 4 cuya voluntad es que hombres de toda clase se salven y lleguen a un conocimiento exacto (“cabal”, “pleno” o “completo”, según versiones) de la verdad.” (1 Tim. 2:3-4). (Acotación nuestra).

Por lo tanto y en busca de ese “conocimiento exacto” con respecto del propósito exigido por nuestro Creador, vamos a examinar el significado de ambos términos, “inmortalidad” y “vida eterna”, pues de no existir una sustancial diferencia entre ambos no tendría la Biblia razón alguna por la que hacer hincapié en dicha distinción; veamos por tanto qué es aquello que tiene que ver con la “inmortalidad” y a quiénes aplica desde el punto de vista bíblico. Para ello y partiendo de la base que el Único que es inmortal es Jehová Dios (1 Tim. 6:15-16), tendríamos que considerar lo que de dicho término nos dijo el apóstol Pablo y que algo sabría del tema; veámoslo:

Ahora bien, al Rey de la eternidad (en consecuencia, inmortal), incorruptible, invisible, el único Dios, sea honra y gloria para siempre jamás. Amén.” (1 Tim. 1:17). (Acotación nuestra).

Notemos que en este pasaje tomado de la TNM de los Testigos de Jehová y que es nuestra Biblia de cabecera (con diferencia la más fiable, ya otra cosa es la aplicación que de ella hacen sus autores), se relaciona la “inmortalidad” con la “incorruptibilidad” y lo nos lleva a unas palabras del apóstol Pablo en 1 Cor. 15:50-54 que añaden luz al asunto:

Sin embargo, esto digo, hermanos: que carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni tampoco la corrupción hereda la incorrupción. 51 ¡Miren! Les digo un secreto sagrado: No todos nos dormiremos en la muerte, pero todos seremos cambiados, 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta. Porque sonará la trompeta y los muertos serán levantados incorruptibles y nosotros seremos cambiados. 53 Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción y esto que es mortal tiene que vestirse de inmortalidad (queda claro entonces, que la “inmortalidad” es consustancial con la “incorrupción”). 54 Pero cuando esto que es corruptible se vista de incorrupción y esto que es mortal se vista de inmortalidad, entonces se efectuará el dicho que está escrito: “La muerte es tragada para siempre”.” (Acotación nuestra).

Luego todo considerado, lo que queda claro si uno “rasca” un poquito en lo que va implícito en el término “incorrupción”, verá que las personas que hereden dicha condición ya no pueden ser destruidas por un juicio adverso, pues son “inmortales”, eso es, hechas a la semejanza del Altísimo en sustancia y concepto este que se podría explicar de la siguiente manera a modo de ilustración: cuando uno se acerca al vasto e inmenso mar y toma de él un cuenco de agua, lo que tiene en dicho cuenco es sencillamente parte de ese mar, si bien en una porción infinitamente más pequeña…… pero “mar” al fin y al cabo. Trasladado ello al tema que nos ocupa, cuando uno esté frente a uno de esos inmortales personajes, estará sencillamente ante una visible ínfima porción del Dios Altísimo, pues tal personaje será esencia de Éste; porque eso es lo que resulta si tomamos el mar citado representando al Dios Creador y a cada uno de esos futuros personajes, con el contenido de ese cuenco de agua tomado de ese inmenso e infinito mar descrito y que, insistimos, como prefiguración y salvando todas las distancias, del Dios Altísimo; recordemos al respecto y en previsión de que nos salga alguien diciendo que eso no se ajusta a lo dicho en las Escrituras, eso es, la posible futura existencia de tan encumbrados personajes, que ya en estas se nos habla de dicha posibilidad como real, en el pasaje de Gál. 6:15 y tomado en este caso, de la versión PDT:

En realidad tener la circuncisión o no tenerla, no significa nada. Lo que de verdad importa es la nueva creación que Dios está haciendo.”

Y “nueva creación” que inició en Jesucristo, al ser éste resucitado ya como ser inmortal y como nos explica el apóstol Pedro en su primera carta:

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque, según su gran misericordia, nos dio un nuevo nacimiento a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos (ya como ser inmortal), 4 a una herencia incorruptible (por tanto, indestructible) e incontaminada e inmarcesible. Está reservada en los cielos para ustedes, 5 que están resguardados por el poder de Dios mediante la fe para una salvación que está lista para ser revelada en el último período.” (1 Ped. 1:3-5). (Acotaciones nuestras).

Lo que nos lleva al tema de quiénes serán aquellos que disfrutarán de dicha condición de “inmortalidad” y cuestión que nos aclara Pablo en su segunda carta a la congregación de Corinto:

Por consiguiente, si alguien está en unión con Cristo, es una nueva creación; las cosas viejas pasaron, ¡miren!, cosas nuevas han llegado a existir.” (2 Cor. 5:17).

Pero partamos de la base que ese estar en “unión con Cristo”, tiene que ver con el participar de su muerte o, dicho de otra manera, el morir como él murió, eso es, “ejecutado con hacha” (asesinado) en defensa de su lealtad a Dios (Rev. 20:4); recordemos al respecto, unas palabras de Jesucristo dirigidas a los miembros de la congregación de Esmirna y dichas en los siguientes términos:

No tengas miedo de las cosas que estás para sufrir. ¡Mira! El Diablo seguirá echando a algunos de ustedes en la prisión para que sean puestos a prueba plenamente y para que tengan tribulación diez días. Pruébate fiel hasta la misma muerte y yo te daré la corona de la vida (o lo que es lo mismo, la “inmortalidad”).” (Rev. 2:10). (Acotación nuestra).

Que ello es así, queda refrendado por las palabras de Pablo cuando dijo que si uno moría a la “semejanza” de Cristo, también sería resucitado a la semejanza de éste (Rom. 6:5), eso es, con la condición de “inmortal” criatura y con todo lo que esto significa, que ya hemos explicado. Llegados a este punto y ya averiguado qué es la “inmortalidad”, e identificado a un grupo que disfrutará de ella y compuesto por aquellos que junto a Cristo tienen que gobernar en el reino de Dios en calidad de reyes y sacerdotes, veamos ahora qué es la “vida eterna” y quiénes tienen acceso a esta; decir de entrada, que el primero que tuvo acceso a la posibilidad de vivir eternamente fue nuestro primer padre Adán y al que le fue dicho lo siguiente:

Y Jehová Dios procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara. 16 Y también impuso Jehová Dios este mandato al hombre: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. 17 Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás.” (Gén. 2:15-17).

Luego está claro que si Adán no hubiera comido del fruto del árbol prohibido, aún hoy seguiría con vida y sin ser “inmortal”, lo que nos lleva a la siguiente y lógica conclusión: la “vida eterna” es una vida sin fin, pero condicionada por la obediencia a unas normas o mandatos establecidos y situación en la que también se encuentran los ángeles; porque si bien es cierto que estos no puede morir, no es menos cierto que sí pueden ser destruidos si infringen las normas para ellos establecidas:

Deseo recordarles, a pesar de que saben todas las cosas de una vez para siempre, que Jehová, aunque salvó a un pueblo de la tierra de Egipto, después destruyó a los que no mostraron fe. 6 Y a los ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación, los ha reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día (y que tiene que ver con la destrucción eterna de los implicados)”. (Judas 5-7). (Acotación nuestra).

Todo considerado queda claro que no es lo mismo la “inmortalidad” que la “vida eterna” o la posibilidad de vivir eternamente y que era lo que le fue ofertado a nuestro primer padre que, aun pudiendo vivir para siempre, continuaba siendo mortal y por tanto, sujeto a normas establecidas por un Supremo Legislador…… no así en el caso de los seres inmortales, que al haber sido convertidos en esencia de ese mismo Legislador no pueden ser alcanzados por el pecado (Sant. 1:13). Pero si eso es así y así es (para más información, vean nuestro escrito del 28/10/13), la pregunta es la siguiente: ¿de dónde saca entonces el “teólogo” Apologista Mario Olcese, la idea de que “inmortalidad” y “vida eterna” son la misma cosa? Pues sencillamente de un pasaje mal leído y peor entendido, sobre el que soporta tan disparatada idea y que encontramos en Mat. 19:27-29, tomado este de la misma versión que usa tan “entendido” personaje, eso es, la RV 1960:

Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?

28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

29 Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.”

Según el “teólogo” mencionado y para sostener su disparada afirmación, retuerce con saña no solo el sentido del texto, sino también la sintaxis o estructura de la frase, al afirmar que las personas señaladas en el verso 29 son las mismas que las del versículo anterior o 28 y por lo que la “vida eterna” mencionada en este le aplicaban a Pedro (ver minuto 6 a 6’21 de grabación del video señalado) y al conjunto de los que con Cristo se sentarían sobre tronos a su lado, en lo que no es más que una verdadera salvajada, porque veamos: la respuesta a la pregunta de Pedro queda circunscrita en el verso 28 cuando se le dice que él y los que como él le hayan seguido, se sentarán junto a Cristo en tronos para gobernar sobre otros. Luego y con un punto y aparte de por medio, lo que significa que lo que sigue ya no tiene relación con lo anterior, en el versículo 29 se añade que, además “cualquiera” que no pertenezca al grupo de los Pedro y compañía, pero que como ellos se haya significado en favor del reino de Dios, también recibirán su correspondiente recompensa y lo que nos lleva a pensar en la “gran muchedumbre” de Rev. 7:9 que “sobrevive” (verso 14) a la “gran tribulación” final, porque de estas personas es de las que se nos habla en el versículo 29 considerado…… luego no es que Jesús disienta de la Watchtower en ese tema, sino que el “teólogo” en cuestión por no saber, no sabe ni leer con un mínimo de corrección.

Que el planteamiento que proponemos es correcto, queda claro si contrastamos el contenido de dicho verso 29, con una precisión que en su momento hizo Jesús; porque recordemos que la recompensa a esas personas que renuncian a todo lo que tienen para seguirle, esta relacionada con el aumentar significativamente las posesiones abandonadas, tanto materiales como familiares y entre las que figuran “mujer e hijos”…… sin embargo, de haber sido dirigidas dichas palabras a los Pedro y compañía tal como nos propone el Sr. Olcese, ello no cuadraría con las palabras de Jesús en Luc. 20:34-36:

Jesús les dijo: “Los hijos de este sistema de cosas se casan y se dan en matrimonio (las personas del versículo 29 que estamos analizando), 35 pero los que han sido considerados dignos de ganar aquel sistema de cosas y la resurrección de entre los muertos (Pedro y el resto de aquellos que reinan con Cristo del verso 28) ni se casan ni se dan en matrimonio. 36 De hecho, tampoco pueden ya morir, porque son como los ángeles y son hijos de Dios, por ser hijos de la resurrección.” (Acotaciones nuestras).

Porque si ello es así ¿cómo se entendería que su recompensa y según ese “genio” de la teología que afirma ser Apologista Mario Olcese, fuera el de darles a esas personas más hijos e hijas, así como la esposa preceptiva? De hecho y por aquello de “apuntalar” la idea, tenemos que el que se nos diga que esos personajes “son como los ángeles” solo puede ser entendido en el sentido que no pueden reproducirse para perpetuar la especie, algo que solo está permitido a la creación material, eso es, a los “hijos de este sistema de cosas” y siempre según el pasaje leído…… recordemos que mientras los seres “inmortales” no pueden ya ser destruidos, los ángeles y como hemos visto, sí pueden serlo y por lo que la alusión de Jesús solo se podía referir a lo que hemos señalado.

Todo considerado, queda claro que la interpretación que nos ha hecho tan histriónico personaje del pasaje de Mat. 19:27-29 no puede ser más disparatada y cayendo por ello en el error que nos señala, al ser víctima de una interpretación equívoca que, lógicamente, se le ha vuelto en contra. Pero es que no contento con eso, de nuevo vuelve a meter “la gamba” cuando, para sostener su disparatada interpretación, nos cita de Juan 6:54 en dónde se lee como sigue:

El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día.”

Porque la cuestión radica en a quiénes se hacía referencia con esas palabras y que no era a los Pedro y compañía, o sea, a aquellos que Jesús seleccionó para reinar a su lado y que nunca fueron el foco de atención de la predicación del reino de Dios (por raro que ello suene a oídos de algunos); pero volviendo al tema que nos ocupa, que ese pasaje no iba dirigido a los también llamados “ungidos” se desprende de la afirmación del Hijo de Dios en el sentido de que aquellos que “se alimentan de su carne y beben su sangre” (que no significa otra cosa, sino que confían en los beneficios de su sacrificio vicario) serán resucitados “en el último día”…… lo que nos lleva a unas palabras de Marta, la hermana de Lázaro, a Jesús:

Jesús le dijo: “Tu hermano se levantará”. 24 Marta le dijo: “Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día.” (Juan 11:23-24).

Por lo que la clave está en averiguar qué se entiende por “último día” y queda claro que solo puede hacer referencia al período de mil años del reino de Dios, dentro del cual se llevará a cabo la resurrección de los muertos…… sin embargo, aquellos que con Cristo tienen que reinar, se levantan en la llamada “primera” resurrección (Rev. 20:6) y que se produce tres años y medio antes de que se establezca el reino de Dios en la tierra e inicie la resurrección aludida por Marta (recordemos que Jesús no invalido el razonamiento de ésta), por lo que no podemos estar hablando de los mismos muertos. Y es que no podemos perder de vista, por otra parte, que la predicación del reino de Dios tenía y tiene que ver con la gente en general que es a quién se dirigen las Escrituras, fundamentalmente el llamado AT y que es el contenido al que debemos prestar atención, puesto esto es lo que de dicho contenido se nos dice:

“…… y para que él envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Hech. 3:20-21).

Luego todo lo que tiene que acontecer durante con reinado de Jesucristo en la tierra para beneficio del ser humano, ya nos fue dicho por los profetas que hablaron en nombre de Dios, mientras que lo que Jesús hizo con su presencia no fue más que certificar o avalar el cumplimiento de lo anunciado, como reconoce el apóstol Pablo en las siguientes palabras:

Porque no importa cuántas sean las promesas de Dios, han llegado a ser Sí mediante él. Por eso también mediante él se dice el “Amén” a Dios, para gloria por medio de nosotros.” (2 Cor. 1:20).

Es cierto que como primera provisión y por aquello de “no empezar la casa por el tejado”, Jesús tuvo que empezar por seleccionar a aquellos que tendrían que acompañarle en dicho gobierno, en cumplimiento de la promesa divina que encontramos en Éxo. 19:5-6:

Y ahora si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto, entonces ciertamente llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece a mí. 6 Y ustedes mismos llegarán a ser para mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel.”

Y que estaríamos ante los preparativos fundamentales para establecer el reino de Dios sobre la tierra, queda probado por el hecho de que el Hijo de Dios fue públicamente reconocido en su momento, como el rey enviado por Dios (Mat. 21:1-10). Por lo que a continuación de dicho reconocimiento, lo que procedía era el buscar a aquellos israelitas que aceptaran la propuesta de participar en dicho reino y que fueron tan pocos, que el Altísimo tuvo que completar su número de entre gente de las naciones, también llamados “gentiles” (Hech. 13:44-47). Pero que la predicación del reino de Dios siempre tuvo como destino final a la humanidad en general y no a unos pocos escogidos (en realidad y según Rev. 14:1, solo 144.000 miembros), es algo que afirmó el propio Jesús en la llamada “parábola de las ovejas y las cabras” y en donde se lee como sigue:

Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. 32 Y todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda.

34 Entonces dirá el rey a los de su derecha: Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo”.” (Mat. 25:31-34).

Entonces queda claro que el reino de Dios tiene su razón de ser en el general beneficio de la humanidad (pues para esta fue “preparado”) y no para aquellos que gobernarán en el mismo; ello solo se puede entender con una clara visión del contexto bíblico y de la que carece totalmente el personaje de Apologista Mario Olcese. Porque el reino de Dios como un todo, tema único y fundamental de las Escrituras (el propio Jesús, su sacrificio y el de todos aquellos que lo abrazaron, dando su vida por ello y el hecho de precisar de una “nueva creación”), no era un fin en sí mismo, sino un “instrumento” o el medio usado por Jehová Dios para liberar del pecado a una humanidad perdida y algo que se nos explica claramente en Juan 3:16:

Porque tanto amó Dios al mundo (eso es, a la humanidad en general) que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna (afirmación que excluye a aquellos que heredan la inmortalidad y reinan con Cristo).” (Acotaciones nuestras).

Luego y para enfatizar el tema, el reino de Dios como tal y todo lo que le rodea (resurrección incluida), no deja de ser más que el instrumento mediante el cual nuestro Creador devolverá al ser humano la posibilidad de vivir eternamente y cómo fue su propósito en un principio con Adán y que es lo que tiene que ser restaurado…… “vida eterna” que eternamente y valga la redundancia, continuará estando condicionada a la obediencia a las normas divinas. Y es que de no ser así, el ser humano como tal sería privado de aquello que le da su razón de ser y que es lo que conocemos como “libre albedrío”, o sea, la capacidad de tomar una decisión o la contraria: en este caso, el someterse a la gobernación de su Creador…… o no.

Concluido el asunto, ha quedado meridianamente claro que una errada interpretación de las Escrituras, bien sea por no atender al contexto, bien sea por no saber leer con un mínimo de corrección un pasaje determinada, puede conducir a hacer uno a violentar la voluntad divina (fundamental cuestión de fondo) y como hemos señalado al inicio de este escrito, así como el cometer el mayor de los ridículos ante los seguidores de uno…… si bien es cierto que en el caso del personaje mencionado no existe tal posibilidad, pues ha acreditado con suficiencia el no tener el menor sentido del ridículo.

MABEL

LA BATALLA DE HAR-MAGEDÓN: ¿UNA GUERRA…… O UN «PICNIC»?

Posted in Uncategorized with tags , , , , , on 19/08/2016 by Armando López Golart

images (9)Porque claro, tal como nos lo plantea el “teólogo” Apologista Mario Olcese, la cosa como que más parece que vaya de una simple “acampada” de fin de semana y no de algo mucho más serio; pero antes de continuar, queridos amigos que nos siguen, permítanme explicarles el porqué de esta introducción: hace unos días (27/07/16), se publicó en este blog un artículo dirigido a desmontar una nueva salida de “pata de banco” del personaje en cuestión, pues en uno de sus videos (23/06/16) nos afirmaba que Jesús de ninguna manera pudo haber hecho un “pacto para un reino” con sus apóstoles, pues dicho pacto se había establecido siglos antes con el rey David…… y como en ese artículo del día 27 tienen amplia información de por dónde iba la cosa, no les aburro con los detalles y paso a explicarles de qué va la “historia” en este nuevo escrito.

Y es que dicho personaje acaba de publicar otra de sus “ocurrencias” en forma de video, en este caso titulado “El engaño jehovísta de que Armagedón es una guerra entre el reino de dios y los reinos mundanos” (28/07/16) y titular que ya no tiene desperdicio alguno, pero “aliñado” en su entradilla de presentación y por aquello de si quedaba duda alguna del disparate que en el mismo se nos propone, con el siguiente texto:

En el libro de la WT ¿Qué enseña Realmente la Biblia? página 81, párrafos 17 y 18, se dice que la batalla de Armagedón, previa al milenio, es entre el reino de Dios y los reinos de este mundo. Pero ¿es posible eso? ¿Se puede sostener con la Biblia? Absolutamente NO!

O sea que según tan singular personaje, la citada batalla no es un conflicto entre el reino de Dios (eso es, Jesucristo y sus seguidores, según Rev. 17:14) y los reyes de este mundo al frente de sus ejércitos…… es más: según dicho “teólogo”, una afirmación contraria al planteamiento por él expuesto no se puede sostener con la Biblia. Pero antes de continuar con el argumento, permítanme que les haga una pequeña observación: el video que vamos a analizar apareció un día después de que se publicara en este blog el artículo señalado al inicio de este escrito (27/07/16), en el que se desmontaba el surrealista planteamiento del Sr. Olcese en el sentido que Jesús no pudo ofrecer a sus apóstoles ningún pacto y contrario a lo que se nos muestra claramente en Luc. 22:29, porque según el argumento presentado por tan “agudo” personaje, el tal pacto ya se había establecido siglos antes con su antepasado David. Por lo tanto, todo parece indicar que el video que hoy nos ocupa fue publicado por el Sr. Olcese después de haber leído el artículo que el día anterior un servidor había publicado y, supuestamente, como “un darse por enterado”.

Y para hacer tal conjetura, me apoyo en el hecho de que lo que el Sr. Olcese hace y después de un largo tiempo de absoluto silencio en cuanto a mi persona, es sencillamente el mandarme un abrazo y lo que me parece muy bien (¡por algo se empieza!), pero sin hacer el más leve comentario sobre el contenido de mí objeción y lo que me hace suponer que da por bueno mi planteamiento, en un implícito reconocimiento de que se había equivocado en su línea argumental (aunque solo sea por aquello tan popular de que “quién calla, otorga”) y en una clara asunción del hecho de no ser capaz de rebatir mis argumentos, que es en donde está el meollo de la cuestión. Por cierto y para que no tenga duda alguna, decirle al personaje en cuestión que, efectivamente, sigo su página de videos diariamente (nunca he negado dicho extremo) como hago con algunas otras y por aquello de encontrar temas que me permitan, en mi esfuerzo por rebatirlos, no solo aprender un poco más a nivel personal, sino también advertirles a aquellas personas que nos honran con sus visitas (y razón fundamental de este blog), acerca de enseñanzas disparatadas que se publican y que no se sostienen partiendo de un mínimo conocimiento escritural…… ya otra cosa es, que aquellos que nos leen sepan sacar el debido provecho de este esfuerzo.

Pero dicho lo cual, volvamos al asunto de la “batallita” de Har-magedón mencionada y que según dicho personaje resulta que no es un enfrentamiento entre Jesucristo y sus seguidores (Rev. 17:14), contra los reyes de la tierra…… y para demostrar lo cual, ya empieza por citarnos de un pasaje bíblico que dice exactamente todo lo contrario de lo que nos está proponiendo y que es el de Dan. 2:44:

Y en los días de aquellos reyes (obviamente de los actuales reyes o gobernantes) el Dios del cielo establecerá un reino (de ahí lo del “reino de Dios”) que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos (luego estaríamos hablando de una guerra o confrontación entre dos partes) y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.” (Acotaciones mías).

El Sr. Olcese apoya su planteamiento razonando que si el reino de Dios y según Dan. 2:44, se “establece” en los “días de aquellos reyes”, ello significaría que cuando echa a andar dicho reino en la tierra y con ello el inicio de los mil años de gobernación divina en ella, todavía están esos reyes gobernando en la misma…… mientras que la batalla de Har-Magedón es anterior al mencionado establecimiento del período milenial (a grandes rasgos por ahí va la cosa). Claro, partiendo solo del pasaje leído de Dan. 2:44, la cosa y apurando mucho se quedaría “entre Pinto y Valdemoro” y poco se podría objetar al respecto…… pero si uno está al tanto del contexto bíblico y circunstancia que no concurre en el caso de tan reputado “teólogo”, la cosa ya cambia como el día de la noche, pues en el mismo se nos dice cuándo y en dónde adquiere carta de naturaleza dicho reino; pero veamos primero el “cuando” y que reflejado en el siguiente pasaje de Rev. 11:7-12:

Y cuando hayan terminado de dar su testimonio (los “dos testigos” o resto “ungido que aparecerá en la tierra según el versículo 3), la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero. 9 Y los de los pueblos y tribus y lenguas y naciones mirarán sus cadáveres por tres días y medio y no permiten que sus cadáveres sean puestos en una tumba. 10 Y los que moran en la tierra se regocijan sobre ellos y gozan y se enviarán regalos los unos a los otros, porque estos dos profetas atormentaron (con su mensaje de juicio) a los que moran en la tierra.

11 Y después de los tres días y medio, espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos y se pusieron de pie (en ese preciso momento se produce la llamada “primera resurrección” de Rev. 20:6 y en la que participan solo aquellos que han de reinar con Cristo) y gran temor cayó sobre los que los contemplaban. 12 Y oyeron una voz fuerte procedente del cielo decirles: “Suban acá”. Y subieron al cielo en la nube y sus enemigos los contemplaron.” (Acotaciones mías).

Por lo que dado que ya tenemos el “cuando” toma cuerpo el reino de Dios y que está directamente relacionado con la resurrección de aquellos que participan en el mismo, veamos ahora “dónde” queda conformado definitivamente como tal, dicho reino. Hemos visto en el versículo 12 que esos resucitados son llamados “al cielo” para su reencuentro con Jesucristo y evento este que en las Escrituras se identifica como “las bodas del cordero” (Rev. 19:7-9)…… y ahí es precisamente donde, repito, se conforma, se funda o adquiere carta de naturaleza como ente gobernante el reino de Dios, en lo que tiene que ver con la designación de sus miembros gobernantes; de hecho, que dicho reino adquiere carta de naturaleza en el cielo y de ahí posteriormente es derivado a la tierra y en la que tiene que gobernar por mil años, queda claro en el propio pasaje de Dan. 2:44 leído ya en su contexto del verso 45:

Y en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos; 45 puesto que contemplaste que de la montaña (en terminología bíblica, esa expresión significa gobernación, en este caso la de Dios) una piedra (en clara referencia al reino derivado a la tierra) fue cortada, no por manos (lo que nos da a entender que dicho gobierno o reino no es de procedencia humana, sino divina y por lo que no podemos estar hablando más que del venidero reino de Dios) y que trituró el hierro, el cobre, el barro moldeado, la plata y el oro (eso es, al entero sistema de corruptos gobiernos humanos). El magnífico Dios mismo ha hecho saber al rey lo que ha de ocurrir después de esto. Y el sueño es confiable y la interpretación de él es digna de confianza.” (Acotaciones mías).

Luego resumiendo, el reino de Dios como tal nace en el cielo (el “dónde”) y ello a renglón seguido de producirse la llamada “primera” resurrección de Rev. 20:6 (el “cuándo”); porque no olvidemos un detalle que al Sr. Olcese se le pasa por alto y de ahí su absurdo razonamiento: las Escrituras nos hablan de los mil años en que dicho gobierno divino ejercerá su dominio en la tierra, pero nada nos dicen del tiempo transcurrido entre su nacimiento en el cielo (lo contado acerca de “las bodas del cordero”) y el momento en que es derivado a la tierra…… luego nada tiene que ver el momento en que es formado, con el momento en que inicia su gobernanza en ella.

Otra cosa que al citado “teólogo” también se le pasa por alto, tiene que ver con el hecho que desde que el mundo es mundo, un reino o gobierno no puede ser establecido o tomar posesión de un territorio para gobernar sobre el mismo, sin que previamente haya derrotado o derrocado al anterior gobierno para establecerse en lugar de ese: eso es, que no puede iniciar su gobernación, sin antes haber limpiado de enemigos dicho territorio…… y lo que nos propone el Sr. Olcese, es exactamente todo lo contrario y contrario por tanto (valga la redundancia), a la lógica de las cosas que siempre hemos tenido por comunes. Luego partiendo de dicha premisa, la lógica y el sentido común nos dicen que para cuando el reino de Dios se establece en la tierra y empiezan a correr los mil años de su gobernación, los anteriores reinos ya tienen que haber sido desalojados de su poder…… entonces lo que está claro y dado que según Rev. 20:6, esos reyes de origen divino tienen que reinar por los mil años (ni un día más, ni un día menos), es que los reinos opositores tienen que haber sido destruidos antes de que empiecen a contar esos mil años señalados. De hecho, en Rev. 19:6-8 se nos habla de las “bodas del cordero” y a partir del verso 11 hasta el final del capítulo se nos resume la batalla librada por Jesucristo y sus seguidores, que recibe el nombre de la “guerra de Har-Magedón”, así como en qué resulta esta, eso es, en la total destrucción de todas las fuerzas opositoras al servicio de Satanás…… pero veamos ahora como inicia el capítulo 20:

Y vi a un ángel que descendía del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás (el gran instigador de la rebelión ya sofocada) y lo ató por mil años. 3 Y lo arrojó al abismo y lo cerró y lo selló sobre él, para que no extraviara más a las naciones hasta que se terminaran los mil años. Después de estas cosas tiene que ser desatado por un poco de tiempo.” (Rev. 20:1-3). (Acotación mía).

Pero para que ello sea así, es obvio que dicha cruenta batalla de Har-Magedón y en la que se aniquila totalmente a los ejércitos rebeldes de los reyes de la tierra al servicio de Satanás, como hemos visto en el capítulo 19, tiene que producirse antes de que inicien los mil años del reino de Dios…… por lo que la afirmación del Sr. Olcese en el sentido de que la derrota de esos reyes de la tierra rebeldes dirigidos por Satanás y sus angélicos esbirros, tiene lugar dentro del período de los mil años y eso es lo que nos dice, no deja de ser más que otra de sus acostumbradas mamarrachadas.

Porque el resumen de los acontecimientos y en orden correlativo es el siguiente; se produce la llamada “primera” resurrección (Rev. 20:6) y aquellos que participan de la misma son llamados al cielo (Rev. 11:11-12) para su reencuentro con Jesucristo, momento que se produce el evento que en las Escrituras recibe el nombre de “las bodas del cordero” (Rev. 19:7-9); es en ese momento cuando es establecido o fundado el reino de Dios, eso es, que toma cuerpo como ente gobernante y estando aún en el cielo. Ya investido de poder, dicho gobierno de hechura celestial y compuesto, no lo olvidemos, por hombres inmortales, es proyectado a la tierra (Dan. 2:44-45) para destruir a los reyes rebeldes instigados por Satanás y sus espíritus malignos; destruidos dichos reyes y sus ejércitos, el principal instigador de la rebelión (Satanás) es encerrado en el abismo por un período de mil años (Rev. 20:1-3) y, momento este, en que inicia dicho período de tiempo de mil años de gobierno del reino de Dios en la tierra. Luego la guerra de Jesucristo y sus fieles (Rev. 17:14), contra los reyes de la tierra y sus ejércitos al servicio de Satanás, contrario a lo que nos dice el Sr. Olcese, no se produce dentro del período milenario sino antes de que este empiece, según se desprende del relato escritural y en el que se nos muestra la secuencia de los acontecimientos:

Y vi el cielo abierto y, ¡miren!, un caballo blanco. Y el que iba sentado sobre él se llama Fiel y Verdadero y juzga y se ocupa en guerrear con justicia. 12 Sus ojos son una llama de fuego y sobre su cabeza, hay muchas diademas. Tiene un nombre escrito que nadie conoce sino él mismo 13 y está vestido de una prenda de vestir exterior rociada de sangre y el nombre con que se le llama es La Palabra de Dios. 14 También, los ejércitos que estaban en el cielo le seguían en caballos blancos y estaban vestidos de lino fino, blanco y limpio. 15 Y de su boca sale una aguda espada larga, para que hiera con ella a las naciones y las pastoreará con vara de hierro. Pisa también el lagar de vino de la cólera de la ira de Dios el Todopoderoso. 16 Y sobre su prenda de vestir exterior, aun sobre su muslo, tiene un nombre escrito: Rey de reyes y Señor de señores.

17 Vi también a un ángel que estaba de pie en el sol y clamó con voz fuerte y dijo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: “Vengan acá, sean reunidas a la gran cena de Dios, 18 para que coman las carnes de reyes y las carnes de comandantes militares y las carnes de hombres fuertes y las carnes de caballos y de los que van sentados sobre ellos y las carnes de todos, de libres así como de esclavos y de pequeños y grandes”.

19 Y vi a la bestia salvaje y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer la guerra contra el que iba sentado en el caballo y contra su ejército. 20 Y la bestia salvaje fue prendida y junto con ella el falso profeta que ejecutó delante de ella las señales con las cuales extravió a los que recibieron la marca de la bestia salvaje y a los que rinden adoración a su imagen. Estando todavía vivos, ambos fueron arrojados al lago de fuego que arde con azufre. 21 Pero los demás fueron muertos con la espada larga del que iba sentado en el caballo, la espada que salía de su boca. Y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.” (Rev. 19:11-21).

Hasta ese momento, es obvio que todo indica que el reino de Dios aún no ha empezado a ejercer su gobierno sobre la tierra, pues para ello falta que se lleve a cabo la acción fundamental y en la que concluye lo que en las Escrituras se conoce como la “guerra de Har-Magedón” y que se nos relata a continuación en Rev. 20:1-4:

Y vi a un ángel que descendía del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás y lo ató por mil años. 3 Y lo arrojó al abismo y lo cerró y lo selló sobre él, para que no extraviara más a las naciones hasta que se terminaran los mil años. Después de estas cosas tiene que ser desatado por un poco de tiempo. 4 Y vi tronos y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar (es en ese preciso instante cuando inicia la gobernación del reino de Dios sobre la tierra). Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.” (Acotación mía).

Resumiendo la cuestión, que de nuevo el “teólogo” Apologista Mario Olcese se ha “columpiado” al afirmar primero que dicha guerra no es la del reino de Dios en contra de los reyes de la tierra y, segundo (y entrando en flagrante contradicción), que esta se produce pero dentro del período de mil años de gobernación divina…… o sea y como nos tiene acostumbrados ¡que no ha acertado ni una! Porque dicho personaje es tan ignorante en cuestiones escriturales, que parece no saber que el término “Har-Magedón” (que significa “Montaña de Megido”), guarda relación directa con “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” (y que se nos relaciona en Sof. 1:14-18 con el “gran día de Jehová” ) y término que aplica específicamente a una condición, o situación, en la que se reúne a “los reyes de toda la tierra habitada” en oposición a Jehová y su reino dirigido por Cristo:

Son, de hecho, expresiones inspiradas por demonios y ejecutan señales y salen a los reyes de toda la tierra habitada, para reunirlos a la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso (……). 16 Y los reunieron en el lugar que en hebreo se llama Har-Magedón.” (Rev. 16:14-16).

Ello nos devuelve a algo que quizás a alguno se le habrá pasado por alto (al “teólogo” Mario Olcese, desde luego), como es el hecho de que dicho reino de Dios estará conformado por poderosísimos hombres inmortales (por tanto, indestructibles)…… pero en definitiva, hombres como usted que nos lee o un servidor que escribe, aunque un poco más “peleones”, eso sí. Y que tendrán que enfrentarse a los ejércitos de los reyes de la tierra y a todo su arsenal bélico de índole nuclear, químico o electromagnético (tanto el que nos han mostrado, como el que no nos han mostrado y que “haberlo haylo”), por lo que estaremos ante una guerra con “todas las de la ley” y encima apoyada por Satanás y sus demonios (Rev. 16:13-14); poderosos personajes que dado que en las Escrituras se les identifica como una “nueva creación” (2 Cor. 5:17), desconocemos de qué armas se valdrán para pelear dicha batalla y en el supuesto de que porten alguna; en todo caso algo difícil de especular desde la perspectiva humana, que siempre hemos precisado de algún artilugio adicional para “arrearle” al vecino en donde más duele y así dejar constancia de nuestra “disconformidad” con sus puntos de vista.

En todo caso y elucubraciones aparte (ya lo veremos llegado el momento), de nuevo Apologista Mario Olcese nos ha hecho una demostración de sus dotes “teológicas” al afirmar, primero, que la batalla de Har-Magedón no es una confrontación bélica entre el reino de Dios y los reyes humanos al frente de sus ejércitos; y segundo y contradiciéndose a sí mismo, que la tal confrontación sí se produce, pero ya dentro del período milenario…… y es que claro: ante la sapiencia “teológica” del personaje en cuestión ¡qué sabrá la Biblia de esas cosas!

Armando López Golart

CUANDO UNO ESTÁ PRESO DE SUS PROPIAS CONTRADICCIONES.

Posted in Uncategorized with tags , , , on 19/04/2016 by Armando López Golart

admin-ajax (3)Y eso es lo que le ocurre a Apologista Mario Olcese, aunque con la desvergüenza y falta de decoro que le caracteriza, pretende minimizar los daños señalando solo aquello que a él le interesa y no respondiendo a lo que realmente se le plantea, tratando de esta manera como tontos no solo a sus naturales detractores, sino también a sus seguidores. Lo peor es que algunos de ellos sí lo son, pues siempre están esos que le aplauden las gracias hasta con las orejas y le felicitan cuando, por ejemplo, dedica alguno de sus “correctivos” al detractor de la madre patria (u séase, aquí el menda), cuando lo único que hacen dichos “correctivos” es evidenciar el nulo entendimiento que tiene el personaje con respecto de las Escrituras…… y es que ya se sabe: “En el mundo de los ciegos, el tuerto es el rey…… pero sigue siendo tuerto”.

Dicho lo cual, veamos ahora y como ejemplo de lo que digo, la “receta medicinal” que me acaba de enviar dicho personaje en forma de correo, para curar una supuesta terquedad por mi parte y que no es tal, sino sencillamente estamos ante el no querer uno “comulgar con ruedas de molino”…… eso es, “no tragar” con las barbaridades que publica el “teólogo” en cuestión; pero veamos la “receta médica” que me ha mandado:

Aunque le duela, usted sigue siendo un novato en cuestiones teológicas. He aquí un poqco más de medicina para su terquedad:

Isaías 52:15
Ciertamente El asombrará a muchas naciones, los reyes cerrarán la boca ante El; porque lo que no les habían contado verán, y lo que no habían oído entenderán.

Salmos 72:10,11
Los reyes de Tarsis y de las islas traigan presentes; los reyes de Sabá y de Seba ofrezcan tributo;…

Esto es lo que me acaba de mandar como remedio a mis males y en lo que de nuevo demuestra no ser capaz siquiera de entender lo que lee, cuanto menos de interpretarlo, porque veamos: este correo está relacionado con mi escrito del 14/04/16 y que gira en torno al hecho de que los Abraham y resto de notables del AT serán esos reyes (o líderes gubernamentales) de los que se nos habla en Rev. 21:24, mientras que lo que afirma el personaje en cuestión es que no hay correspondencia entre los unos y los otros…… eso es, que dichos personajes del AT no son los reyes mencionados en el pasaje señalado. Y como muestra de la razón que entiende, le asiste, me envía esos dos pasajes para desmontar mi planteamiento en el sentido de que sí son esos notables del AT los que se corresponden con los gobernantes mencionados el citado pasaje de Rev. 21:24 y en una muestra más, repito, de la total incapacidad del personaje para razonar acerca de aquello que lee.

Porque lo que se lee en ese Sal. 72:10-11 que se me señala, es exactamente lo mismo que se nos dice en el pasaje de Rev. 21:24 mencionado: que reyes “de la tierra” acudirán de todos los rincones de la misma, a rendir pleitesía al rey de reyes Jesucristo y a sus hermanos que junto e él presiden el reino…… por lo que no sé a qué viene el que me haga mención del citado salmo, cuando en el mismo de ninguna manera se nos aclara quiénes serán esos reyes y que es de lo que se está discutiendo.

Por otra parte, el Sr. Olcese me cita el profético pasaje de Isa. 52:15 y quiero imaginarme que razonando lo siguiente en su desnortada mente: dado que en dicho pasaje se lee que esos reyes o gobernantes de la tierra “verán lo que no se les había relatado y tendrán que dirigir su consideración a lo que no habían oído”, la conclusión a la que llega dicho personaje (presupongo) es que los notables del AT no pueden ser esos reyes o gobernantes que suben a presentar sus respetos a los miembros del gobierno del reino (Jesucristo y sus hermanos), pues dichos notables si eran sabedores de esas cosas…… y con lo que se demuestra, repito, una más que brutal incapacidad en cuanto a entendimiento escritural por parte de semejante indocto y que le lleva a hacer esos ridículos espantosos a los que nos tiene acostumbrados. Porque la realidad, es que esos notables del AT mencionados desconocían el aspecto fundamental del reino de Dios, pues solo sabían del mismo que era un tiempo durante el cual el ser humano sería restaurado a su posición original y, extremo este, que queda reflejado en Hech. 3:20-21:

“…… y para que él envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.”

Y es que si bien sabían cuál era la obra que se llevaría a cabo en un tiempo futuro, pues eso es lo que se había anunciado por medio de dichos notables, lo que estos ignoraban era el instrumento mediante el cual se llevaría a cabo dicha restauración, eso es, la futura existencia de un gobierno conformado por personas que tomadas de entre la humanidad, habrían sido elevadas a la condición de Hijos de Dios y dotadas de la inmortalidad (hechas entonces, de esencia del mismo Dios Altísimo) y a lo que Pablo, que sabía muy bien de lo que hablaba, en su momento definió como una nueva creación (2 Cor. 5:17)……. porque a esa situación, insisto, desconocida por ellos, es a la que se enfrentarán esos “reyes de la tierra” cuando estén ante esos majestuosos Hijos de Dios: eso es, a algo que nunca habían visto”, ni de lo que nunca habían oído”. Tengamos en cuenta que el primero en saber del propósito divino de llevar adelante lo de una “tercera” creación, fue Nicodemo e información de la cual conocemos actualmente nosotros a través de las Escrituras; como también sabemos a través de estas, algo que a esos antepasados de Jesucristo jamás se les podía haber pasado por la cabeza, como es el que entre esa “nueva creación” de Hijos de Dios, hubieran miembros de procedencia tanto judía como gentil…… pues para la época en que ellos vivieron, incluso para los propios apóstoles y que vivieron en el I siglo, era algo totalmente impensable:

Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero (o gentil); pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo.” (Hech. 10:28, en la versión RV 1960). (Acotación mía). (Hech. 10:28).

Por lo que si bien esto nos coloca a nosotros en una posición más favorable que la de esos notables del AT, pues hemos oído de ello, resulta que al igual que ellos tampoco hemos contemplado lo que evidentemente será un impresionante e inenarrable espectáculo: ver en persona y por primera vez en la historia del Universo, a unos seres de nuevo cuño que ni serán ángeles ni serán humanos y dotados de inmortalidad, como será en el caso de esos Hijos de Dios y que nos han de llevar a la perfección. Ello considerado, queda claro que el pasaje de Isa. 55:12, lejos de apoyar la teoría del Sr. Olcese en el sentido de que esos notables del AT no son los reyes mencionados en Rev. 21:24, lo que hace es dar la razón a un servidor en el sentido de que si lo son, pues en el mismo se resalta el desconocimiento que dichos personajes tenían de realidades futuras.

Luego estaríamos y si esa fuera la interpretación que nos hace el Sr. Olcese de ese pasaje de Isa. 52:15 y todo parece indicar que sí, ante el enésimo ridículo (de hecho ya he perdido la cuenta de ellos) en el que dicho personaje incurre y demostrando de nuevo que no es más que un botarate intelectual de dimensiones cósmicas que, por no saber, no sabe ni interpretar y mucho menos aplicar de forma procedente un pasaje bíblico, resultando con ello que en lugar de apoyar dicho pasaje el planteamiento de ese “genio” de la teología, lo derrumba totalmente y dándole la a aquí “el menda”. Porque un servidor y al que por cierto, ni le duele ni le deja de doler que le imputen la condición de novato y menos viniendo de quién viene dicha imputación (sabido es que “rebuznos de asno no llegan al cielo”, según el refranero popular español), resulta que le da “sopas con honda” en cuanto a capacidad para entender las Escrituras y de ahí, que ese “chiquilicuatre” de la teología haya sido siempre del todo incapaz de rebatirme planteamiento alguno…… aunque constantemente esté afirmando lo contrario, pero dándose el caso de que no puede aportar prueba documental alguna de ello.

Porque en el caso que nos ocupa y que no es un tema baladí, vemos que solo nos ha señalado quienes no serán, pero no nos ha explicado nada acerca de quiénes sí serán esos futuros “reyes de la tierra” de Rev. 21:24 y asunto interesante, repito, habida cuenta de que en Rev. 19:19-21 se lee como sigue:

Y vi a la bestia salvaje y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer la guerra contra el que iba sentado en el caballo y contra su ejército. 20 Y la bestia salvaje fue prendida y junto con ella el falso profeta que ejecutó delante de ella las señales con las cuales extravió a los que recibieron la marca de la bestia salvaje y a los que rinden adoración a su imagen. Estando todavía vivos, ambos fueron arrojados al lago de fuego que arde con azufre. 21 Pero los demás (eso es, todos esos “reyes de la tierra” y resto de seguidores) fueron muertos con la espada larga del que iba sentado en el caballo, la espada que salía de su boca. Y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos (dato este, que significa que esas personas no serán resucitadas).” (Acotaciones mías).

Siendo ello así, es solo razonable pensar que entre esos sobrevivientes de la “gran tribulación” (Rev. 7:14), no habrá ningún rey al que echar mano y lo que significa que estos gobernantes de Rev. 21:24 tienen que salir de entre las personas que sí serán resucitadas, entre las que se encuentran esos ancestros o “antepasados” de Jesús y según se nos evidencia en el Sal. 45:16; sin embargo, el Sr. Olcese, aún es el momento en que nos tiene que explicar el significado de dicho pasaje, eso es, porqué si los Abraham, David, Isaac y solo por citar algunos, son los “antepasados” de Jesucristo y a los que este nombra por gobernantes sobre “toda la tierra” según dicho salmo, no pueden ser estos los reyes terrenos de Rev. 21:24 y como colaboradores en la gobernabilidad del mundo, junto a Cristo y sus hermanos “más pequeños” (Mat. 25:40)…… y eso nos lo tendría que explicar el Sr. Olcese.

Cuestión que ha omitido en su video de respuesta del 15/04/16 y en el que ya empieza mintiendo (ese personaje al igual que las computadoras, miente “por defecto”), pues ya en su inicio y como respuesta a la pregunta que se formula a sí mismo, en el sentido de quién serán esos “reyes de la tierra” de Rev. 21:24, señala “que esto ya lo vimos en un video anterior” y lo cual es mentira, pues en dicho video anterior (12/04/16) lo único que hace es negar que dichos reyes tengan nada que ver con los “héroes del AT” y como le gusta decir, pero sin aclarar en ningún momento quiénes ocuparán ese lugar y que es el tema sobre el que se está debatiendo; por lo que dicho personaje, en la desvergüenza y falta de decoro que le caracteriza, trata a sus lectores como idiotas al intentar “colarles” que ese asunto ya lo dejó solventado en un video anterior cuando, repito y ahí está el video para que uno lo pueda comprobar, en el mismo no se dice nada de ello…… y si ello está contenido en un video o artículo que yo no conozco, que lo saque.

Me permito hacer notar, por otra parte, que el citado video del día 15 lo titula “Datos adicionales sobre la identidad verdadera de los reyes de la tierra de Apocalipsis 21:24” cuando, insisto en ello, en ningún momento nos ha dado identidad alguna acerca de dichos reyes y por lo que no podemos, en modo alguno, estar hablando de datos “adicionales”, pues no nos ha dado ningún dato sobre ello. Video en el que, por otra parte, tras una larga lista de pasajes “cruzados” y con la que no entiendo qué es lo que pretende demostrar (pues nada nos aclaran acerca del tema objeto de la polémica), también hace referencia a esos dos pasajes bíblicos que constan en su correo y sobre los que apoya su absurdo razonamiento y de los que ya he dicho lo que hay…… con lo que ya tenemos aquello de que, no solo es torpe, sino además reincidente.

Pero es que además, en su respuesta no hay ni una sola mención sobre esa polémica segunda resurrección que coloca para finalizados los mil años de gobierno milenario y que en las Escrituras, algo que le señalo en mí artículo, no se nos dice absolutamente nada de ella. Porque de entrada, lo que se nos dice en Juan 5:28-29 y que es de dónde saca dicho personaje saca tan esperpéntica idea y en una más que deplorable interpretación de dicho pasaje, tiene que ver con una sola resurrección, con dos retribuciones distintas en función del comportamiento de cada uno y posterior, este, a dicha resurrección; porque si la cosa fuera como nos la plantea ese aprendiz de “teólogo”, eso es, una resurrección de personas para ser enjuiciadas y destruidas por actos cometidos en su vida anterior ¿cómo nos explica, entonces, lo que se lee en Rom. 6:7?

Porque el que ha muerto ha sido absuelto (redimido, exculpado, justificado o excusado, según versiones) de su pecado.” (Acotación mía).

O lo que es lo mismo, que uno con su muerte ya paga por los pecados cometidos y por los que ya no puede volver a ser juzgado; pero es que además y con relación a esta cuestión, tampoco ese “teólogo” de pizarrín, ha dado respuesta a mi argumento en el sentido de que en Rev. 20:7-8 y para el término de esos mil años, no se nos habla de nada parecido a una resurrección de juicio, sino que a lo que se hace referencia es a una “prueba” como resultante de la suelta de Satanás de su encierro de mil años:

Ahora bien, luego que hayan terminado los mil años, Satanás será soltado de su prisión 8 y saldrá a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos para la guerra. El número de estos es como la arena del mar.”

Luego lo que ocurrirá al cumplirse los mil años del reino de Dios, es que Satanás de nuevo y como hizo en Edén, pondrá “a prueba” la fidelidad de los hombres a su Creador y una vez devueltos estos (al final de esos mil años), al mismo grado de perfección que tenían nuestros primeros padres cuando fueron tentados…… dándose así, la oportunidad a cada uno de decidir por su cuenta y riesgo qué decisión tomar y no estar, como nos ocurre ahora, pagando por los platos que rompieron otros. Y esta es la cuestión de la se nos habla en las Escrituras y no de esa “película de miedo” que nos cuenta ese personaje, acerca de una supuesta resurrección para juicio y destrucción eterna de los impíos y que, dada su trascendencia universal, pues estaríamos hablando de miles de millones de personas eliminadas de una sola tacada y como evento ejemplificante para “navegantes”, tendría que estar escrita con letras mayúsculas en el registro escritural. Sin embargo, ni la más mínima mención de ello se encuentra en dicho registro cuando, insisto, de ser la cosa como nos lo propone tan desnortado “adalid de la verdad”, estaríamos hablando de un suceso de dimensiones cósmicas y digno, por tanto, de ser anunciado a “bombo y platillo”…… luego ¿nos podría explicar ese “maestro” de teólogos, a que se debe ese clamoroso silencio escritural, acerca de esa supuesta resurrección con resultado de destrucción eterna de los que participen de ella y de la que él nos habla?

Por otra parte y relacionado con el supuesto que nos plantea con la resurrección de marras, tampoco responde nada acerca del tema de qué hacer con los notables del AT: porque si por una parte afirma que estos no son los reyes mencionados en Rev. 21:24, pero por otra parte resulta que no reúnen el requisito exigido en Rev. 20:4 para poder participar de la “primera” resurrección de Rev. 20:6 y preparada solo para aquellos que tienen que reinar con Cristo, solo les queda a esos “notables” la opción de resucitar al término de los mil años para ser sometidos a juicio y posteriormente destruidos…… lo cual, para personas que murieron en el favor de Dios nos resulta del todo incomprensible, pero que es la resultante de lo que nos está planteando el Sr. Olcese; luego ¿nos podría explicar cómo “se come” eso?

Sin olvidarnos y que esta es otra, del tema de aquellas mujeres que en todos los tiempos fueron fieles a Dios y de las que ese personaje afirma que no pueden participar en el gobierno del reino de Dios, por lo que tampoco pueden participar de esa “primera” resurrección habilitada únicamente para aquellos que tienen que reinar con Cristo y con lo que, al igual que esos notables del AT, solo les espera la destructiva resurrección de juicio que se ha sacado el Sr. Olcese de la manga para el final de los mil años…… por cierto, tampoco nos responde a la cuestión acerca de en qué video nos mintió: si en el que afirmaba y dirigido a los TJ, que las mujeres no pueden participar en el gobierno del reino de Dios, o en el que dirigió personalmente a un servidor y diciéndome todo lo contrario, eso es, que pueden hacerlo.

Temas todos estos que le propongo en mi anterior artículo y de los que ni siquiera hace mención, pues no tienen defensa posible y él lo sabe…… de ahí esas mamarrachadas que ha soltado en esa nueva respuesta, pero que le sirven de excusa para decir en futuros videos, que ya ha respondido y rebatido mis planteamientos, cuando realmente no ha hecho ni lo uno, ni lo otro. Luego lo que le ocurre a esa catástrofe andante que es el Sr. Olcese y para su desgracia, es que un servidor podrá ser todo lo novato que se quiera, pero en todo caso un novato muy bien documentado…… mientras que él no es más que un pobre hombre que vive para alimentar un ego insaciable para llegar a ser algo y que en ese intento, hoy nos dice una cosa, mañana otra y pasado mañana, ni la una ni la otra, sino toda la contraria y sin que se le mueva lo más mínimo el peluquín.

Entonces los hechos constatados nos dicen, que no estamos más que ante un desvergonzado, falto del mínimo rigor y decoro deseable en una persona que dice hablar de Dios (¡vamos, una vergüenza nacional para la República del Perú!), que además trata a sus seguidores de tontos y de los que cada día parece tener menos; pues de lo contrario, no se entiende ese “rotulillo” que aparece en algunos de sus videos (como en ese fechado el 12/04/16) y en donde casi en actitud suplicante pide al “personal” que, aunque sea por etapas, pero que no deje de visionar el entero contenido de los mismos…… y solo una persona sin solvencia alguna, puede caer tan bajo.

Armando López Golart

¿ES LO MISMO LA «VIDA ETERNA»…… QUE LA «INMORTALIDAD»?

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , on 16/06/2014 by Armando López Golart

551751_418551008215783_318662201_nDigamos de entrada y para fijar posición, que si bien ambos términos se usan de forma indistinta para significar una vida de duración indefinida, para los autores de este blog ambas expresiones tienen la misma relación que existe entre la “gimnasia” y la “magnesia”, que si bien fonéticamente parecen iguales, aquello que describen es totalmente distinto y como pensamos demostrar a lo largo de este escrito. En todo caso un tema ciertamente conflictivo, a tenor de lo que uno va leyendo de personas que se tienen por “entendidas” en la materia y que no parecen estar muy al tanto de lo que se expone en las Escrituras, pues destaca la unanimidad existente entre una gran mayoría de ellas en el sentido de que, efectivamente, estaríamos hablando en ambos casos de la misma cosa: eso es, que el término “vida eterna” sería sinónimo de “inmortalidad” y viceversa. Dicho lo cual, metámonos ya “en harina” y empecemos con la tarea de intentar demostrar la veracidad de nuestra posición inicial, con lo que consideramos como un buen punto de partida para llegar al fondo de la cuestión y que tiene que ver con un pasaje bíblico que nos habla de la promesa divina de que en un fututo, en este momento ya muy cercano, el ser humano podrá alcanzar la vida eterna:

Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

Estas palabras, dichas por el propio Hijo de Dios, no sospechoso por tanto de desconocimiento de la realidad de las cosas o afán de tergiversarlas, hacen referencia al mundo en general y no a una parte selecta del mismo, como los futuros beneficiarios del acceso a la mencionada vida eterna…… eso es, que la promesa de alcanzar dicha meta, estaba dirigida a la humanidad obediente como un todo y sin excepción de ninguna clase: la única condición exigida para ello y como muestra el pasaje citado, es la de ejercer fe en el sacrificio expiatorio o sangre derramada de Cristo; de hecho, lo que Jesús dijo a aquellos con los que posteriormente estableció el pacto por un reino, fue lo siguiente:

Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que contempla al Hijo y ejerce fe en él tenga vida eterna y yo lo resucitaré en el último día.” (Juan 6:40).

Posteriormente, el apóstol que registró dichas palabras, nos explicó como él había entendido las mismas:

Les escribo estas cosas para que sepan que tienen vida eterna, ustedes los que ponen su fe en el nombre del Hijo de Dios.” (1 Juan 5:13).

Sin embargo, noten que en ninguno de los dos pasajes se nos habla de la inmortalidad por haber ejercido fe en el Hijo de Dios, sino de vida eterna y en línea con lo leído en Juan 3:16, por lo que a nuestro entender no estaríamos hablando de dos términos equivalentes; no obstante, esta reflexión no es compartida por aquellos que defienden la idea de una inmortalidad igual a vida eterna o viceversa y usando el siguiente pasaje, para probar su planteamiento:

Y él pagará a cada uno conforme a sus obras: 7 vida eterna a los que por aguante en la obra que es buena buscan gloria y honra e incorruptibilidad.” (Rom. 2:6-7).

Pero si analizamos el texto con atención, lo que leemos es que aquellos que por el aguante en la obra que es buena intentan alcanzar la gloria, la honra y la incorrupción, se les premia con la vida eterna y lo que significa que esta es una cosa distinta a la inmortalidad y en principio, de más valor que esta, pues dicha vida eterna se concede como “recompensa” a un determinado esfuerzo; es cierto que la mayoría de traducciones bíblicas vierten el término “incorruptibilidad” que aparece en ese pasaje en la versión TNM por el de “inmortalidad”, en un intento de transmitir la idea de que la inmortalidad es la misma cosa que la vida eterna…… y algo que a los autores de este blog no nos acaba de “cuadrar”. Pero ello solo se puede entender, si se parte del hecho de que mientras la expresión “vida eterna” es un concepto y que nos habla de una vida mantenida por tiempo indefinido, la “inmortalidad” es una condición o cualidad que se añade a la vida eterna que uno ya tiene y que es algo muy distinto…… o dicho de otra manera y para entendernos: que se puede tener vida eterna sin tener inmortalidad, pero no se puede tener inmortalidad, sin tener previamente vida eterna; pero veamos cómo se nos muestra dicha circunstancia en las propias Escrituras:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6).

Aclaremos en primer lugar, que por “muerte segunda” se entiende aquella muerte que es consecuencia de un juicio adverso de Dios y con resultado de destrucción eterna (Rev. 20:14-15) y no de la muerte causada por el pecado y que habrá desaparecido de la escena en el reino de Dios; a partir de ahí, razonemos con un poco de lógica sobre lo leído en el pasaje en cuestión: si sobre aquellos que participan de dicha “primera” resurrección y que reinarán con Cristo se nos dice, que la “muerte segunda” no tiene autoridad sobre ellos, eso significa que se les concede la inmortalidad (eso es, que ya no pueden ya morir) y desde el mismo momento que se levantan en esa “primera” resurrección…… pero por otra parte y tomando la oración por pasiva, lo que se sobreentiende es que hay otros que disfrutando también de “vida eterna”, sí les puede alcanzar dicha “muerte segunda”, pues de lo contrario y en el pasaje transcrito, no tendría sentido alguno el que se nos concretara que es sobre “estos” (luego no sobre “otros”), que dicha “muerte segunda” ya no tiene poder.

Luego en un intento de aclarar este “galimatías” y teniendo en cuenta que la Revelación o Apocalipsis, nos sitúa en los últimos días de este inicuo sistema de cosas y cercanos ya a los eventos que nos llevarán a la instauración del reino de Dios en la tierra, solo es razonable que nos formulemos la siguiente pregunta: ¿de cuántos grupos de personas nos habla Rev. 7:1-10 que estarán presentes, en el momento de empezar a andar dicho reino de Dios? Y siendo esta la indiscutible respuesta: de un grupo reducido de 144.000 individuos sellados en sus frentes, por una parte y, por otra, de una “gran muchedumbre que ningún hombre podía contar”, que habrá sobrevivido a la “gran tribulación” venidera y que a diferencia de los primeros (significativa diferencia, si se nos permite la observación) no tienen sello identificativo alguno en sus frentes. Eso es, dos grupos perfectamente diferenciados el uno del otro, tanto por cantidad como por calidad y primer grupo, según el texto de Rev. 14:1, del que se nos dice que son los que acompañan a Jesucristo en su reinar; y de los que acabamos de leer (Rev. 20:6) que gozarán de la inmortalidad, pues la “muerte segunda” ya no puede alcanzarlos…… entonces “blanco y en botella”: aquellos que sí pueden ser alcanzados por la “muerte segunda”, son los integrantes del grupo de la “gran muchedumbre” y a pesar de que según se lee en Rev. 7:14-15 (por ser parte del mundo de la humanidad que sí ha ejercido fe en la sangre derramada de Cristo), se les concede y en armonía con la promesa divina de Juan 3:16, la posibilidad de poder vivir eternamente o, repetimos, el acceder a la vida eterna. Luego un mínimo ejercicio de lógica y sentido común sobre lo leído, nos dice que ello solo puede significar que vida eterna e inmortalidad no pueden ser expresiones sinónimas que nos hablen de una misma cosa, como afirman la mayoría de “entendidos” a los que nos hemos referido al inicio de este escrito.

Por lo que ya tenemos a un reducido grupo de personas que tienen la inmortalidad, por una parte y otro grupo inmenso por la otra que, aun gozando del favor de Dios y como hemos visto, resulta que no la tienen, pero que en última instancia y por haber entrado al reino de Dios con vida y haber sido liberados de la carga del pecado en función del rescate de Cristo, ya no tienen por qué volver a morir y con lo que resulta que ya tienen acceso a la vida eterna o vida de duración indefinida, exactamente igual que los primeros…… por lo que es obvio, que no podemos estar hablando de una misma cosa cuando nos referimos a la inmortalidad y a la vida eterna, pues, repetimos, son dos conceptos totalmente diferentes. Entonces si hemos dicho que no se puede tener inmortalidad, si no se tiene previamente la vida eterna, pero que se puede disfrutar de la vida eterna sin tener inmortalidad…… ¿qué es, realmente, la inmortalidad, dado que ya hemos aprendido que la vida eterna es el disfrutar de una vida sin fin?

Para explicar esa cuestión, lejos de enzarzarnos en una guerra de textos bíblicos con los autores que defienden un planteamiento contrario al nuestro, dejaremos que sea el contexto bíblico el que dé y quite razones; en consecuencia, nos retrotraeremos a los tiempos de nuestro primer padre Adán para sacar una perspectiva de cuál era su situación. Y lo que vemos, es que ya de entrada, este fue creado para no morir y lo que significa que ya estaba en posesión de la tan traída y llevada vida eterna, lo que se deduce de la siguiente advertencia que se le dio:

Y también impuso Jehová Dios este mandato al hombre: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. 17 Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás.” (Gén. 2:16-17).

Ahora pregúntese lo siguiente: ¿qué habría ocurrido, si Adán no hubiera desobedecido ese mandato divino? Pues sencillamente que habría seguido viviendo indefinidamente, pues en su cuerpo estaba implantado el “chip” de la vida eterna y solo la desobediencia podía arrancarlo de ahí; por lo que mientras este se hubiera mantenido sujeto en obediencia a su Creador, a ese grado se hubiera mantenido con vida…… y esta es la vida eterna de la que se nos habla en Juan 3:16 y que tanto disfrutarán el grupo de los que reinarán con Cristo, como aquellos que sean sobrevivientes de la mencionada “gran tribulación” y que serán súbditos del reino de Dios, así como también aquellos que vayan resucitando durante ese período de tiempo y en lo que se podría considerar como una “segunda” resurrección, porque veamos que se lee en las Escrituras:

“…… y para que él (Jehová Dios) envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Hech. 3:20-21). (Acotación nuestra).

Luego si todas las cosas tienen que ser “restauradas” y término que solo significa el devolver algo a una condición anterior, hay que pensar que de nuevo volverá el ser humano a disfrutar de esa misma vida eterna de la que dispuso nuestro primer padre…… y que sin embargo no era inmortal, como quedó demostrado posteriormente; pero dicho lo cual ¿qué es, entonces, la inmortalidad? Veamos unas palabras de Jesús, que nos podrían ayudar a entender este asunto con más claridad:

Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco y ellas me siguen. 28 Y yo les doy vida eterna y no serán destruidas nunca; y nadie las arrebatará de mi mano.” (Juan 10:28).

Ello nos lleva a pensar que el término “inmortalidad” es sinónimo de “indestructibilidad” y algo que parece quedar ratificado, según lo dicho en su momento por el apóstol Pablo:

Pero cuando esto que es corruptible (o “destructible”) se vista de incorrupción (o “indestructibilidad”) y esto que es mortal se vista de inmortalidad, entonces se efectuará el dicho que está escrito: “La muerte es tragada para siempre”.” (1 Cor. 15:54). (Acotaciones nuestras).

Parece quedar claro por lo tanto, que la inmortalidad, más que ver con la duración de la vida de uno y algo que conocemos como vida eterna, tiene que ver con el poder ser uno destruido o no y algo que ha quedado meridianamente claro con la expresión dirigida a los 144.000, en el sentido de que la “muerte segunda” y sinónimo de destrucción eterna (Rev. 20:14), no tiene poder sobre ellos…… mientras sí lo tiene sobre aquellos que no forman parte de ese “grupeto” de cogobernantes con Cristo, como es el caso de aquellos que serán súbditos del reino de Dios. Y por lo que, resumiendo y como hemos dicho antes, se puede perfectamente disfrutar de la vida eterna sin tener inmortalidad, pero no se puede ser inmortal, sin estar en posesión de la vida eterna…… no olvidemos y algo que nos puede ayudar a muestra perspectiva, el hecho de que si bien es cierto que Juan 3:16 nos habla de la vida eterna como máximo galardón para todo aquel que ejerza fe en el Hijo de Dios, no es menos cierto que con respecto de esas personas que reinarán con Cristo en condición de seres inmortales o de indestructibilidad, se nos dijo lo siguiente:

Por consiguiente, si alguien está en unión con Cristo, es una nueva creación; las cosas viejas pasaron, ¡miren!, cosas nuevas han llegado a existir.” (2 Cor. 5:17).

Porque si hasta el momento teníamos conocimiento de la existencia de una creación espiritual como son las ángeles y de una creación material, como es el ser humano, a partir de Jesucristo empezó a tomar forma una “nueva creación”, eso es y dicho sea para entendernos, seres vivos con forma humana e indestructibles, que como hemos visto es lo que significa el ser inmortal y que aparecerán cuando Cristo regrese a la tierra y se produzca con ello la llamada “primera” resurrección y de la que salen tales personajes…… de hecho, esto es lo que Jesús dijo acerca de ellos en determinado momento:

Jesús les dijo: “Los hijos de este sistema de cosas se casan y se dan en matrimonio, 35 pero los que han sido considerados dignos de ganar aquel sistema de cosas y la resurrección de entre los muertos ni se casan ni se dan en matrimonio. 36 De hecho, tampoco pueden ya morir, porque son como los ángeles y son hijos de Dios, por ser hijos de la resurrección.” (Luc. 20:34-36).

El que sean “como los ángeles”, significa, por ejemplo y a tenor del contexto, que no se pueden reproducir mediante unión sexual con una mujer, pues ellos ya renunciaron en su carrera para reinar al lado de Cristo, a todas las prerrogativas humanas que incluían dicha capacidad de reproducirse…… y son “hijos de la resurrección”, porque “nacen” a su condición de “nuevas” criaturas, al ser levantados en la mencionada “primera” resurrección como Hijos de Dios; es cierto que esta pasaje tiene muchos más matices, pero ello ya sería materia para otro debate y por lo que nos limitaremos a señalar este pequeño aspecto. Porque lo que hemos pretendido al considerarlo, es el desarrollar un poco la idea del por qué son una “nueva creación” esos personajes, a diferencia de las características del ser humano convencional y que se mantendrán también sobre aquellos que se levanten en la considerada como “segunda” resurrección, que se producirá durante el milenio y que sí podrán continuar reproduciéndose…… eso es, que los resucitados durante el periodo milenial, serán las mismas personas y con las mismas capacidades, que tenían antes de morir.

Concluyendo y regresando al tema central de este escrito, el término inmortalidad no es y a diferencia de lo que afirman algunos que se las dan de “teólogos”, sinónimo de vida eterna (ni a la inversa), sino que estamos hablando de cosas distintas, eso es, que una cosa es la “gimnasia” y otra, la “magnesia”, aunque parezcan sonar igual; prueba de ello y según lo considerado, es que si bien se puede disfrutar de vida eterna sin necesidad alguna de tener que ser inmortal, como es el caso de los súbditos del reino de Dios, no se puede tener la inmortalidad, si previamente no se es depositario de la vida eterna, como es el caso de aquellos que tienen que reinar con Cristo. De todas manera, este planteamiento ha sido cimentado sobre aquello que los autores de este blog entendemos del registro escritural y por tanto, sujeto a error; por ello les estimulamos y si les interesa el tema, que hagan su propia investigación acerca de ello y que saquen sus propias conclusiones…… nosotros solo nos limitamos a dar una pequeña semblanza de cómo entendemos la cuestión.

MABEL