Archivo de Dan. 2:44

EL REINO DE DIOS…… ¿CUÁN CERCA ESTÁ?

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , on 29/06/2013 by Armando López Golart

Daniel%2002Una de las cuestiones más intrigantes que puedan existir y que cualquiera quisiera saber, es cuánto tiempo falta para que se establezca sobre la tierra el reino de Dios y que según el profeta Daniel “triturará y pondrá fin a todos estos reinos (los gobiernos actuales) y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos” (Dan. 2:44), pues ello significará para la historia de la humanidad, el darle la vuelta a esta igual como se hace con un calcetín. Dicha cuestión y que nosotros también desconocemos (no se hagan ilusiones), tiene en vilo a todos aquellos que de verdad amamos a Dios y creemos firmemente en sus promesas…… que por otra parte y dicho sea de paso, somos apenas una gota de agua en el inmenso océano de la humanidad, que no dedica ni un segundo de su existencia a reflexionar sobre dicha “minucia”, al menos de momento. Y si es verdad como dicen algunos, que para muestra bien vale un botón, aquí tenemos que en este blog en el que solo se habla de Dios y Su propósito para con el hombre y que hasta el momento nadie nos ha podido rebatir con un mínimo de solvencia ninguno de nuestros planteamientos (luego algo de verdad habrá en lo que decimos), nuestra audiencia y por decirlo de manera suave, es más bien “escasita”…… ¡qué quieren ustedes que les digamos! Y es que cuando conseguimos entre los dos blogs que mantenemos abiertos (uno en blogspot.com y otro en wordpress.com), unas cien visitas al día…… ¡vamos, como que nos damos con un canto en los dientes!

Dejando ya aparte ese tipo de “tragedias” menores, el tema de hoy viene a cuento de un video que tuvimos ocasión de visionar, en donde su autor criticaba la repetitiva coletilla usada por los Testigos de Jehová, en el sentido de que “el fin ya está aquí y hay que prepararse para el mismo”…… y coletilla con la que urgen al personal a abandonar la religión falsa, la que sea que estén profesando en ese momento, para abrazar la verdadera y que por supuesto (han acertado ustedes), obviamente es la esos señores; y estrategia que vienen usando desde que iniciaron, que ya va para más de 140 años. Y siendo cierto que el autor del video en cuestión, por ahí tiene razón algo de razón, eso es, en lo de la repetición cansina de dicho argumento, no es menos cierto que cada día que pasa los TJ están más cerca de acertar, pues el tiempo va transcurriendo de forma inexorable y lo que nos acerca indefectiblemente al suceso anunciado…… luego algún día tienen que “dar en el clavo” dicha organización; pero claro, nosotros esperábamos que ese autor no solo se quedara en la crítica a los TJ por su actitud y que está muy bien traída, sino que también nos explicara su punto de vista en cuanto a la posible cercanía o no, del cumplimiento de la promesa de la segunda venida de Cristo y que significará el establecimiento del prometido reino de Dios sobre la tierra. Sin embargo, nada de eso ocurrió y por lo que a tenor del desarrollo de tan crítico argumento, tal parece que para ese autor la cosa aún queda lejos en el tiempo…… al menos esa es la impresión que da; circunstancia que despertó nuestra curiosidad y decidimos meternos a investigar un poco el asunto (“atrevidillos” que somos) y de ahí, lo que ustedes están leyendo en este momento y que no pasaría de ser más que una simple reflexión por nuestra parte, compartida con ustedes.

Acabamos de decir que nosotros no sabemos cuándo vendrá el tan esperado reino de Dios, lo cual no quiere decir que no hagamos especulaciones sobre ello, cómo es lógico y natural, debido a que lo esperamos como “agua de Mayo”, eso es, con verdadera impaciencia. Porque desde este blog, jamás hemos comulgado con aquellas enseñanzas que nos dicen (por ejemplo la de los TJ), que puesto que Jesús les dijo a sus apóstoles que no les pertenecía a ellos adquirir “el conocimiento de los tiempos o sazones que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción” (Hech. 1:7), es incorrecto el preocuparse por estas cosas. Pero por otra parte no podemos olvidar, que cuando los discípulos le preguntaron cuándo ocurrirían las cosas que él les estaba explicando y algunas de ellas referidas al fin de los tiempos, Jesús les dio una serie de señales que identificarían el tiempo en cuestión y que encontramos en Mat. 24, Luc. 21 y Mar. 13…… y con la constante admonición de “estén alerta”; y advertencia que en sí misma ya lleva implícita, la necesidad (a la par que un lógico interés) de averiguar dónde estamos situados en la corriente del tiempo y lo que lleva de manera obvia a una sana, a la par que precavida, especulación por parte del “respetable” y del que formamos parte aquí “los mendas”, u séase, los autores de este blog.

Es cierto, que en las Escrituras no se nos dice cuándo se va a producir dicho esperado evento y que cambiará radicalmente el mundo que conocemos, en otro totalmente distinto y del que el apóstol Pedro ya adelantó, que en el mismo “la justicia habrá de morar” (2 Ped. 3:13) y en dónde además, el personal será llevado a la perfección, por lo que no existirán en ese nuevo mundo ni enfermedades, ni violencia, ni paro, ni hambre, ni delincuencia, ni contaminación…… y no existir por no existir, la propia muerte que acaba trágicamente con nuestras esperanzas a cualquier edad y si no es así, lo que la precede es una dolorosa vejez con sus naturales achaques y limitaciones, también dejará de existir; es más, todas las personas muertas a lo largo de la historia de la humanidad y que se hallen en el recuerdo del Altísimo (eso es, que no hayan sido ejecutadas por un juicio sumarísimo de Este), se levantarán en una resurrección durante ese periodo milenario regido por Jesucristo y que se conoce como “el reino de Dios”. De ahí, el razonable y no menos comprensible interés de uno en averiguar cuándo va a tener lugar dicho acontecimiento, pues como hemos visto es un asunto de vital importancia para la humanidad y mucho más, teniendo en cuenta la que nos está cayendo encima actualmente; por lo tanto, vamos a averiguar (o al menos vamos a intentarlo), cuán tan cerca o tan lejos, está de nosotros el suceso en cuestión y del que ya les hemos dicho, que en las Escrituras no se nos da información expresa de para cuando “pinta” la cosa…… lo que nos obliga a poner a trabajar la “células grises” y partiendo siempre de hechos aceptados por la mayoría de autores bíblicos, fácilmente comprobables y, por supuesto, ajustados a la lógica y al más elemental sentido común.

El principal de ellos, tiene que ver con la circunstancia de que cada uno de los días creativos de los que se nos habla en los primeros capítulos de Génesis, tuvo una duración de 7.000 años y algo que, repetimos, aceptan la mayoría de autores de temas bíblicos y circunstancia, la de dicha duración, perfectamente demostrable si uno se pone a ello, pero que ahora no viene al caso; pues bien, si el séptimo día de la “semana creativa” y por llamar a ese período de tiempo de alguna manera, Dios lo estableció como Su día de descanso, tendríamos que empezar por averiguar, cuándo empezó este séptimo día o período de 7.000 años y a partir de ahí sacar las cuentas; luego empecemos por el principio:

Después de eso vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire!, era muy bueno. Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día sexto.

2 Así quedaron terminados los cielos y la tierra y todo su ejército. 2 Y para el día séptimo Dios vio terminada su obra que había hecho y procedió a descansar en el día séptimo de toda su obra que había hecho. 3 Y Dios procedió a bendecir el día séptimo y a hacerlo sagrado, porque en él ha estado descansando de toda su obra que Dios ha creado con el propósito de hacer.” (Gén. 1:31; 2:1-3).

Teniendo en cuenta que estas palabras fueron dichas inmediatamente después de la creación de Eva, lo que es obvio es que prácticamente todo aquello de lo que se nos habla en el registro bíblico, tiene que ver con sucesos ocurridos ya dentro de este séptimo día de descanso del Altísimo; luego el primer dato a buscar tiene que ser la fecha que se calcula que ocurrió la creación de la primera pareja humana y consiguiente final del día sexto e inicio del sétimo, siempre partiendo de la cronología de los relatos bíblicos…… por lo menos de manera aproximada, pues según estudiosos del tema, hay disputa en cuanto a algunas fechas. Siendo esta una razón (permítannos el inciso), por la que les rogamos que tomen este escrito simplemente como un modelo o patrón, de cómo hacer para averiguar por ustedes mismos cuán cerca podríamos estar de “el fin” mencionado en Mat. 24:14. Y que para empezar a calcular, hay que tener en cuenta que de ese período pendiente de 7.000 años, habría que apartar los últimos mil que se corresponden al período del reino de Dios, lo que reduce la búsqueda a los 6.000 años anteriores y por lo que nos encontraríamos con lo siguiente: se supone que Adán fue creado alrededor del 4.026 a. E.C. y fecha sobre la que hay bastante consenso, por lo estos serían los años que abarcarían desde la creación del primer hombre hasta el año cero y a partir de cuándo, empieza a contar la era cristiana y de la que ya han pasado 2.013 años; luego una simple suma, año arriba, año abajo (recuerden que no estamos planteando más que una simple teoría) nos dice que 4.026+2.013= 6.039 años y por lo que resulta que ya tendríamos que estar situados ¡39 años dentro del milenio!…… pero siendo obvio que no es este el caso ¿qué está “fallando” aquí?

Pues que la referencia al año 4.026, tiene que ver con la fecha de la creación de Adán, pero no así la de Eva que fue creada un poco después y con cuya creación, concluyó la obra creativa de Jehová y con ello el “día sexto”…… pero como no se nos dan detalles adicionales de ello, no hay modo de calcular el lapsus de tiempo trascurrido desde una creación hasta la otra. En el caso de Adán no hay problema, porque se nos da la cantidad de años que vivió y también la de los humanos que vivieron después de él, eso es, de sus descendientes y siendo en base a ello, que se puede ir haciendo un cálculo casi al detalle, desde el nacimiento de Jesús y retrocediendo en el tiempo, hasta llegar a la fecha en la que fue creado Adán y que nos llevan a esos 4.026 años en el pasado remoto; enfatizamos el hecho y para no perdernos, que nuestro primer padre vivió sin pareja, por un cierto tiempo:

Ahora bien, Jehová Dios estaba formando del suelo toda bestia salvaje del campo y toda criatura voladora de los cielos y empezó a traerlas al hombre para ver lo que llamaría a cada una; y lo que el hombre la llamaba, a cada alma viviente, ese era su nombre. 20 De modo que el hombre iba dando nombres a todos los animales domésticos y a las criaturas voladoras de los cielos y a toda bestia salvaje del campo, pero para el hombre no se halló ayudante como complemento de él. 21 Por lo tanto Jehová Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre y, mientras este dormía, tomó una de sus costillas y entonces cerró la carne sobre su lugar. 22 Y Jehová Dios procedió a construir de la costilla que había tomado del hombre, una mujer y a traérsela al hombre.” (Gén.2:19-22).

Habría que destacar y como simple curiosidad, que cuando leemos que “para el hombre no se halló ayudante como complemento de él”, lo que se nos quiere decir es que Adán llegó a darse cuenta que, mientras los animales se apareaban y producían descendencia, lo que perpetuaba la especie, él no tenía ese complemento y por lo que sintió solo…… de ahí que Jehová le diera también, su homónima y con ello, que también él pudiera perpetuar la especie; y con lo que no pretendemos decir que al Altísimo se le hubiera “escapado” dicha circunstancia: solo nos limitamos a exponer lo que entendemos del relato de la situación creada.

Entonces ¿por cuánto tiempo estuvo Adán ocupado en esa labor de dar nombre a los animales, hasta darse cuenta que era el único ser macho, sin la hembra correspondiente? ¿Tuvo que llegar hasta dar nombre al último de los animales, para darse cuenta del “pequeño detalle” que estaba más solo que “la una”? Fuere lo que fuere, lo que queda claro es que desde que fue creado Adán y que es a partir de cuando empezamos a contar el tiempo, hasta la creación de Eva y momento en que acabó el sexto día creativo y con ello, el inicio de la cuenta atrás del séptimo día de descanso del Altísimo, hay un espacio de tiempo que desconocemos y que según la suma efectuada, como mínimo tendría que ser 39 años, para que nos cuadraran los números…… con lo que nos encontramos con otro problema. Porque hemos dicho que a este día de descanso Divino de 7.000 años, le tenemos que descontar los mil del reino milenario y al final del cual, es cuando realmente termina el séptimo día en que Jehová decidió hacer una pausa en su proceso de crear…… pero también tenemos que descontar de los 6.000 años restantes, los siete últimos años de nuestra era, que sabemos que fijo que son los que preceden a la entrada al citado milenio y que inician con la aparición del “anticristo” y suceso que nos indica claramente que entramos en la semana 70 (de años) de la profecía de Daniel y con ello, en los siete últimos años del mundo como lo conocemos; luego dado que esos 7 años los tenemos controlados y lo que está en disputa no son los años sobre los que tenemos control, como esos 1000+7 mencionados, sino de aquellos de los que no tenemos constancia y que son los que van desde la creación de Adán, hasta que fue creada Eva, ya no estaríamos hablando de los supuestos 39 años mencionados hace dos párrafos, sino de solo 32 años y resultantes de restarle a los 39, los 7 años correspondientes a la mencionada profética semana 70. Ahora bien ¿de cuánto tiempo entonces, estaríamos hablando para el cumplimiento de la promesa divina?

A partir de aquí, la cosa ya sí se convierte en una mera y total especulación, pues de entrada estaríamos hablando de 32 años en los que Adán se los pasó poniéndoles nombres a los animales que Jehová le traía para tal fin…… ¿o fueron más años? Y si ello es así ¿cuántos más?…… en todo caso no podían ser muchos, porque lo cierto es que estamos hablando de los animales que había en un coto cerrado y reducido como era el jardín de Edén y no de los que posiblemente pudiera haber en el resto del planeta (posibilidad que no hay que descartar) o en los inmensos océanos y a los que de momento Adán no tenía acceso, lo que reduciría el tiempo para llevar a cabo la tarea encomendada. Por lo tanto, no sería descabellado llegar a la razonable conclusión de que la cosa está al caer y que no es asunto de emular a las dos liebres de la conocida fábula en la que, mirando estas una nube de polvo que se estaba acercando con gran rapidez, perdían el tiempo discutiendo si los que la provocaban eran galgos o podencos…… para cuando lo averiguaron, ya era demasiado tarde para escapar de los colmillos de estos. Y lo pretendemos decir con ello, es que no entendemos que sea asunto de perder el tiempo, elucubrando si aún pueden faltar tantos o cuantos años más para ese suceso acontezca, sino que es ahora el momento de tomar acción y ponerse de parte de ese futuro gobierno por venir; porque algo que nos habla de la cercanía de ese evento, tiene que ver con la susodicha semana 70 de la profecía de Dan. 9:27a:

Y él tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva……”

Dado que la profecía siempre tiene que ver con el pueblo de Dios, Israel, pues eso es lo que nos dice el contexto escritural, estaríamos hablando de la anunciada aparición de determinado personaje y que se dará a conocer como tal (el “anticristo”) al consensuar un tratado o pacto de paz (o no agresión) entre “los muchos”, eso es, presumiblemente entre la nación de Israel y sus vecinos árabes, pues de eso y no de otra cosa es de lo que va el tema. No olvidemos los últimos acontecimientos en Oriente Medio, en donde el enviado de EEUU, el secretario de Estado, Sr. John Kerry, parece haber reunido de nuevo en una mesa de negociación, a los gobiernos de Israel y Palestina para un acuerdo que llevaría la tranquilidad a la zona (y que es la punta del iceberg en el problema de Oriente Medio). Con ello no queremos decir que dicho caballero sea el “anticristo” por aparecer, pues hay otros “actores” incursos en el proyecto que quizás alguno de ellos podría asumir dicho papel…… si ello fuera así y no deja de ser una posibilidad, momento a partir del cual iniciaría la definitiva cuenta atrás, no solo de esos siete años proféticos (la semana 70 de Daniel), sino del mundo tal como lo conocemos; porque de no ser esto así o parecido, la pregunta sería la siguiente: ¿Qué podría pasar en un futuro inmediato, quizás mañana mismo, en el área mencionada (Oriente Medio) y dado como está el “ambiente” a tenor de los últimos acontecimientos bélicos en la zona, si no aparece alguien que reconduzca las cosas antes de que sea demasiado tarde, eso es, antes de que se monte “la mundial”? ¿Cuánto tiempo creen ustedes que falta, a partir de un punto de vista realista, para que ocurra eso…… si alguien no lo impide?

Fijémonos en el detalle de que coinciden en la corriente del tiempo, varios factores, como ese pico de unos pocos años de los que ignoramos la cantidad y que son determinantes, con la imperiosa necesidad de que alguien imponga un poco de cordura en esa zona geográfica y en la que han centrado su atención las naciones más poderosas del mundo, lo que a su vez y para añadir más verosimilitud a la teoría por nosotros planteada (he ahí otro factor), dicha circunstancia cumple con determinada profecía bíblica:

Y en aquel día tiene que ocurrir, que haré de Jerusalén una piedra pesada para todos los pueblos. Todos los que la alcen, sin falta se conseguirán severos rasguños; y contra ella todas las naciones de la tierra ciertamente serán recogidas.” (Zac. 12:3).

Luego que Israel, con su capital Jerusalén, es actualmente el foco de atención mundial por parte de las naciones más poderosas del globo y que por una u otra razón, se ven involucradas en el conflicto (al menos la mayoría de ellas tienen sus fuerzas militares posicionadas en los alrededores, por lo que pueda pasar), es algo que no lo duda ni el que asó la manteca…… luego ¿cuán cerca estamos del final del sistema de cosas actual, a ser reemplazado por el reino de Dios? En fin, nosotros aquí lo dejamos, no sin antes reiterar que no hemos hecho otra cosa que plantear un supuesto a modo de reflexión, partiendo de datos que conocemos todos…… ya a partir de ahí, que cada uno saque sus propias conclusiones y actúe en consecuencia.

MABEL

LA CONCLUSIÓN DEL SISTEMA DE COSAS.

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , , on 05/05/2010 by Armando López Golart

Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?” (Mat. 24:3).

Con esa pregunta, dio inicio una de las más grandes profecías que jamás se hayan pronunciado y en esta ocasión, directamente por boca del mismo Hijo de Dios, Jesús. Profecía que tendría su cumplimiento precisamente en nuestros días y de la que, como se suele decir, seríamos espectadores privilegiados, es más, tendremos acomodo en primera fila. Es de notar sin embargo, que ya bastante antes, Jesús había relacionado la expresión “conclusión del sistema de cosas” a una siega; y el tiempo de la siega por lo general y más en aquellos tiempos, producía gran gozo a medida que se cosechaba el fruto de meses de trabajo y se juntaba la producción para que hubiera provisión durante los meses futuros. Sin embargo, hay una siega figurada y que es a la que hizo referencia Jesús, que no solo producirá gozo a algunos, sino también horror y desesperación a otros muchos. Esta es una siega de alcance mundial y a ella se refirió Jesús, cuando declaró:

El campo es el mundo (……) La siega es una conclusión de un sistema de cosas.” (Mat. 13:38-39).

Cuando usted oye expresiones como “el fin del siglo”, “el cierre de la era”, “el fin del mundo” (según versiones) o como más acertadamente traduce la versión NM de los TJ “la conclusión del sistema de cosas” en ese pasaje de Mat. 24:3 citado ¿qué idea tiene de lo que sucederá? Note que Jesús, dio mucho énfasis al hecho de que habría un fin del presente sistema mundial con todas sus dificultades y se refirió a la siega, como la conclusión de un sistema establecido de cosas. La explicación de esta parábola o ilustración y de la que hemos adelantado una pequeña idea, la encontramos en Mat. 13:36-43 y nos dice así:

Luego, después de despedir a las muchedumbres, entró en la casa. Y sus discípulos vinieron a él y dijeron: “Explícanos la ilustración de la mala hierba en el campo”. 37 En respuesta dijo: “El sembrador de la semilla excelente es el Hijo del hombre; 38 el campo es el mundo; en cuanto a la semilla excelente, estos son los hijos del reino; pero la mala hierba son los hijos del inicuo 39 y el enemigo que la sembró es el Diablo. La siega es una conclusión de un sistema de cosas y los segadores son los ángeles. 40 De manera que, así como se junta la mala hierba y se quema con fuego, así será en la conclusión del sistema de cosas 41 El Hijo del hombre enviará a sus ángeles y ellos juntarán de su reino todas las cosas que hacen tropezar y a los que cometen desafuero 42 y los arrojarán en el horno de fuego. Allí es donde será su llanto y el crujir de sus dientes. 43 En aquel tiempo los justos resplandecerán tan brillantemente como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos, escuche.”

En esta explicación, él dijo que los ángeles serían los segadores y saldrían para efectuar una separación entre los inicuos y los justos; pero los ángeles nunca y de forma literal, han efectuado semejante tarea, ya que eso siempre lo han hecho los hombres, como lo demuestra la tarea emprendida por Jesús y sus seguidores. Y es que la expresión “ángel” significa literalmente “mensajero” y que es la labor que desempeña aquél o aquellos, que transmiten un mensaje divino y acción que como señaló más adelante el propio Jesús, tendría que ver con una gran predicación de las buenas nuevas del reino y de la que se habló en Mat. 24:14 y a continuación de la cual predicación, vendría “el fin”, o conclusión del sistema de cosas anunciado. Sin embargo, lo que dijo a sus apóstoles, fue que continuaran predicando todas las cosas que les había mandado y que él estaría con ellos hasta la conclusión del sistema de cosas” (Mat. 28:20). Pero sus apóstoles murieron y la conclusión predicha del sistema de cosas, en esos momentos quedó reducida a la destrucción de Jerusalén en el año 70 y que efectivamente fue el final del sistema de cosas judío, porque a partir de ese momento llegaron incluso a desaparecer como nación. No obstante, esa predicación de Mat. 24:14, tenía un cumplimiento futuro, ya que fue una parte de la respuesta dada a sus apóstoles sobre las señales que marcarían su regreso a la tierra, hecho que precede al momento del fin del mundo (sociedad humana), tal como lo conocemos:

Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”

Pero quizás usted pregunte, cómo podemos identificar el tiempo de esa “conclusión del sistema de cosas” o “el tiempo del fin” y por qué debería interesarnos ahora; y siendo cierto que a muchos se les hace difícil imaginarse un cambio en el presente sistema de cosas en la Tierra, aparentemente tan bien establecido, sin embargo, es precisamente de esto de lo que Jesús habló. El enseño a sus discípulos que oraran pidiendo que el reino de Dios se estableciera en la tierra, que Su voluntad se hiciera en ella como en el cielo; y por supuesto, el que llegara a regir este reino con poder y autoridad, significaría un gran cambio en la historia de la humanidad. Y es que en Dan. 2:44, se predijo proféticamente que este reino trituraría y pondría fin a todos los otros reinos que existieran en todo el mundo en el “tiempo del fin” y que dicho reino, subsistiría para siempre. Luego nada que ver, con ser este reino una mera condición de corazón, como algunas religiones erróneamente afirman que es, sino que será algo muy real y que tendrá dramáticas consecuencias para los diversos sistemas de gobiernos establecidos por toda la tierra y de aquellos que los apoyan.

Por otra parte, no debería sorprender a nadie que la Biblia hable acerca de esto; porque ¿deberíamos pensar que Jehová Dios, el gran Creador, continuaría dejando que la Tierra fuera arruinada y estropeada, que Su Santo Nombre fuese vilipendiado y profanado, mientras la gente y ante la actual situación por la que pasa la humanidad, se pregunta y casi responsabilizando al propio Dios de los males que nos aquejan…… ¿por qué no hace algo Dios?; Si existe Dios ¿por qué no hace nada? ¿Se habrá muerto, quizás? Por otra parte ¿por qué debería el Creador del universo continuar dejando que Satanás, extravíe a la gente mediante una multitud de religiones falsas que enseñan doctrinas que no están en armonía con su voluntad y propósito? Y la realidad, es que en vez de dejar Dios que continúen esas condiciones, la Biblia muestra de forma clara que Jehová ha fijado un límite de tiempo y que ha determinado una conclusión o momento final, para este sistema de cosas:

El gran día de Jehová está cerca. Está cerca, y hay un apresurarse muchísimo de él. El sonido del día de Jehová es amargo. Allí un hombre poderoso da un grito. 15 Ese día es día de furor, día de angustia y de zozobra, día de tempestad y de desolación, día de oscuridad y de tenebrosidad, día de nubes y de densas tinieblas, 16 día de cuerno y de señal de alarma, contra las ciudades fortificadas y contra las elevadas torres de las esquinas. 17 Y ciertamente causaré angustia a la humanidad y ciertamente andarán como ciegos; porque han pecado contra Jehová. Y su sangre realmente será derramada como polvo y sus entrañas como el estiércol. 18 Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová; sino que por el fuego de su celo toda la tierra será devorada, porque él hará un exterminio, realmente uno terrible, de todos los habitantes de la tierra.” (Sof. 1:14-18).

Después de eso y mediante su reino, es su promesa el traer un sistema mejor con incalculables bendiciones a toda persona que ejerza fe en Él (Gén. 22:18). Mientras tanto ¿qué vemos a nuestro alrededor en todo el mundo? Pues toda clase de dificultades…… cada vez más crímenes y falta de honradez; muchos países padecen de forma aumentante grandes sequías, con sus inevitables secuelas de hambre y plagas, cuando no, desastrosas inundaciones con el inevitable de dolor y sufrimiento, por las pérdidas, sobre todo en vidas humanas; la gente sufre de enfermedades, vejez y muerte; brutales terremotos, tsunamis, constante aumento en el nivel del mar, huracanes y otros desmanes causados por un medio ambiente desmadrado y a lo que hay que sumar, entre otras cosas, los despropósitos de la inmoralidad humana, como violencia de todo tipo, abortos, matrimonios contra natura (hombres con hombres y mujeres con mujeres), divorcios, etc., etc. Por otra parte, las guerras causan estragos en muchos países, con su resultante pérdida de vidas y propiedad, derivando de ella, huérfanos lastimosos, viudas acongojadas y una larga lista de mutilados que han visto sus vidas arruinadas para siempre. Y en donde no hay guerras, la gente está atribulada por los impuestos elevados, viviendas deficientes, el desempleo, la inflación y muchos otros problemas. Y por otra parte y por si faltara algo, el riesgo de una inminente guerra de proporciones incalculables en Oriente Medio y que fácilmente podría degenerar en un conflicto de alcance mundial, con sus catastróficas consecuencias para la humanidad en general. Y eso no nos lo inventamos nosotros, esto lo puede leer, ver u oír, en los distintos medios de difusión a su alcance, todos los días.

Y sin embargo y aunque Jesús previó esas dificultades, oró confiadamente a su Padre celestial y enseñó a los cristianos que hicieran lo mismo, diciendo “hágase tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra” (Mat. 6:10), pero, ¿cómo llegará a suceder esto? No mediante una conversión general de alcance mundial, como algunos simplistas bien intencionados afirman, sino más bien, como dijo el apóstol Pedro, mediante la conclusión de este sistema de cosas y la introducción de “nuevos cielos y una nueva tierra” en los cuales la justicia habrá de morar (2 Ped. 3:13). Es interesante notar que exactamente la misma esperanza fue registrada por escritores inspirados en Isa. 65:17 y Rev. 21:1. Estos tres escritores bíblicos: Isaías, Pedro y Juan, fueron inspirados por Dios; de modo que tenemos la promesa positiva de Dios de que él va a establecer nuevos cielos y una nueva tierra (un nuevo sistema justo de gobernación, por medio de su reino) y Dios no miente (Tito 1:2).

Hay buena razón, por lo tanto, para regocijarse a causa de que se acerque este nuevo sistema, al tomar en cuenta las bendiciones y cambios provechosos que traerá a la humanidad. Como dice Sal. 37:9-11:

Porque los malhechores mismos serán cortados, pero los que esperan en Jehová son los que poseerán la tierra. 10 Y solo un poco más de tiempo y el inicuo ya no será; y ciertamente darás atención a su lugar y él no será. 11 Pero los mansos mismos poseerán la tierra y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.”

Solo Jehová Dios, la gran fuente de sabiduría y poder, puede efectuar esto; se le describe en la profecía de Daniel, como el “Anciano de Días”, el de mayor edad del universo, el único sin principio y sin fin, o sea, el único eterno. Y Él es el que da a su Hijo Jesucristo, la gobernación de este mundo:

Seguí contemplando en las visiones de la noche y, ¡pues vea!, con las nubes de los cielos sucedía que venía alguien como un hijo del hombre; y al Anciano de Días obtuvo acceso y lo presentaron cerca, aun delante, de Aquel. 14 Y a él fueron dados gobernación y dignidad y reino, para que los pueblos, grupos nacionales y lenguajes todos le sirvan aun a él. Su gobernación es una gobernación indefinidamente duradera que no pasará y su reino uno que no será reducido a ruinas.” (Dan. 7:13-14).

Extendiéndose por tanto, su gobernación hasta los cabos de la Tierra, no habrá más límites ni fronteras entre los países, divisiones tribuales o nacionales. Todos los humanos serán súbditos del Rey nombrado por Creador del Universo, con lo cual ya no habrá más división ni guerras bajo la gobernación del Príncipe de Paz. Condiciones de vida deficientes e injustas, ya no fomentarán revoluciones ni cambios traumáticos de gobierno, puesto que su gobernación será “indefinidamente duradera”, con paz abundante y seguridad para todas las personas.

Y hay que tener en cuenta que la paz, no es tan solo ausencia de guerra. Para que haya paz genuina y entre otros graves problemas, este nuevo sistema de cosas tendrá que promover la total erradicación de los barrios bajos y la pobreza que conllevan la falta de un trabajo digno. En este sentido, la profecía registrada en Isa. 65:21-22, dice que los que vivan en el nuevo sistema por venir, edificarán sus propios hogares y plantarán sus propios jardines (o huertos), no para que algún otro derive el provecho de su trabajo, sino para que ellos mismos disfruten de estas cosas con sus familias. Todos disfrutarán de salud perfecta y nunca más los habitantes de la Tierra dirán “…… estoy enfermo” (Isa. 33:24). De hecho, el hambre en el mundo dejará de ser un problema (Sal. 72:16) y aun la muerte dejará de ser una amenaza para la humanidad obediente (Rev. 21:4); y los que hayan muerto con anterioridad, serán resucitados de nuevo a la vida para recibir instrucción en justicia en una Tierra paradisíaca, teniendo en mira la posibilidad de alcanzar la vida eterna (Juan 5:27-28). También aquellas personas que sufren los estragos de la edad avanzada, verán como su cuerpo rejuvenece hasta alcanzar el pleno vigor de la juventud:

Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil.” (Job 33:25).

Aun los animales serán pacíficos y convivirán en paz con los hombres: ¡Imagínese un becerro y un león o una vaca y una osa paciendo juntos! Los padres no temerán si ven a su hijo jugar con un león o un leopardo. De hecho, el texto de Isaías 11:6-9 pinta a un lobo y un cordero viviendo juntos pacíficamente y a los niños de pecho jugando sobre el agujero de la cobra, “sobre la abertura para la luz de una culebra venenosa realmente pondrá su propia mano un niño destetado”. Y con la garantía del propio Jehová, de que no harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda Su santa montaña; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Su Santo Nombre, como las aguas cubren el mismísimo mar.

Con estas bendiciones procedentes de Dios, ya nadie preguntará ¿Quién es Jehová?”, como lo hizo Faraón de la antigüedad; más bien, el conocimiento de Jehová llenará la tierra como las aguas cubren el mar y toda la gente que viva en ese entonces, llegará a inclinarse delante de Él en adoración pura (Isa. 66:23); ciertamente nuestro Creador y mediante el instrumento del reino, en manos de su Hijo Jesucristo y asociados, hará nuevas todas las cosas (Rev. 21:5).

Pero quizás usted pregunte ¿cómo sabemos que estas cosas realmente vendrán…… que verdaderamente habrá una conclusión de este sistema impío de cosas? Bien, hay varias pruebas de las que nos habla la historia y que se han registrado algunos de esos acontecimientos, de cuando ciertos sistemas de cosas de tiempos anteriores terminaron y acontecimientos, que fueron representaciones típicas, que proféticamente señalaban a un tiempo futuro…… nuestro tiempo; pero veamos cómo nos lo resume Pablo:

Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.” (Rom. 15:4)

También tenemos el testimonio de Jesús y el de otros escritores inspirados tocante a la conclusión de este sistema y la cronología bíblica nos indica que se acerca rápidamente el fin de este viejo sistema que está bajo el poder del dios de este mundo, Satanás (Juan 14:30). Entre las muchas pruebas adicionales, se incluyen profecías bíblicas que ahora están cumpliéndose y el testimonio de líderes mundiales de nuestros tiempos que muestran preocupación aumentante en cuanto al sistema actual, al no ver salida de los problemas cada vez más insolubles y agobiantes de éste (Luc. 21:25:26). De modo que hoy esta pregunta que los discípulos le hicieron a Jesús es especialmente apropiada:

Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?” (Mat. 24:3).

Al dar respuesta a esa pregunta y en una amplia profecía para un futuro aún lejano, Jesús comparó su segunda presencia y el fin de este sistema, a los acontecimientos del día de Noé y que concluyeron con el diluvio (Mat. 24:36-39). En aquellos días la gente comía, bebía y se casaba, ajena a la advertencia de Noé, hasta que el diluvio los barrió a todos; Jesús y haciendo referencia a nuestros días, comentó:

“…… y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.” (Versículo 39).

Con este paralelo, Jesús indicó que también tendría su final, no el mundo literal (el planeta Tierra), sino el grueso de la humanidad apoyadora del presente y caduco sistema de cosas, que comenzando después del diluvio y perpetuándose hasta nuestros días, finalizará en la “gran tribulación” y con el encarcelamiento de Satanás en el abismo (Mat. 24:21). Pero Jesús ya advirtió en cuanto a la importancia de estar alerta a este tiempo de cambio, ya que dijo que dos hombres estarían en el campo “uno sería tomado y el otro abandonado” (Mat. 24:40); por eso Jesús aconsejó:

Demuestren estar listos, porque a una hora que no piensan que es, viene el Hijo del hombre.” (Mat. 24:44).

No obstante, este pasaje no solo nos sirve de advertencia, sino también de esperanza, ya que siendo el caso que Noé y su familia sobrevivieron a través del fin cataclísmico de aquel sistema de cosas temprano, también eso tiene que tener su correspondencia en estos tiempos, por lo cual entendemos que hay fundada esperanza de sobrevivir al fin de este viejo orden. Porque si bien Jehová fijó un límite de tiempo para el fin del sistema inicuo que existía antes del Diluvio (Gén. 6:3), también hizo provisión para la protección de los que le servían en ese momento, mediante la construcción de un arca. Notamos que Noé halló favor a los ojos de Jehová, puesto que conservó una familia en seguridad, crió a sus hijos en justicia separados de la violencia que los rodeaba y como resultado, todos fueron salvados con sus esposas pasando vivos a través de aquel cataclismo.

Luego para ser sobrevivientes del fin de este sistema de cosas en nuestro día, es preciso que tengamos presentes las palabras de advertencia de Jesús y sigamos el ejemplo fiel de Noé. Éste se apegó con firmeza a la dirección dada por Jehová y se convirtió en un ejemplo amonestador para su generación, al tiempo que no se abstuvo de advertir de las cosas por venir y eso es lo que tiene que hacer hoy, todo aquel que desee sobrevivir a esta nueva debacle a la que se enfrenta el mundo (2 Ped. 2:5). Es preciso que entremos en el sistema de cosas cristiano, que fue representado por el arca; porque si el Arca en su momento significó un lugar de salvación, lo mismo ocurre ahora con el verdadero cristianismo y no se olvide que ser cristiano, no es otra cosa que ser seguidor de Cristo…… no de una u otra organización religiosa de hechura humana, como tampoco de algún iluminado que vaya haciendo ostentación de un supuesto “ungimiento” como Hijo de Dios y que nos pretenda engañar con sus enseñanzas apartadas de la verdad contenida en la Palabra de Dios.

Este salvador sistema cristiano, empezó a ser edificado por Jesús y ha reemplazado al sistema de cosas mosaico que terminó legalmente cuando este aplicó el valor de su muerte en el madero de tormento (Col. 2:14) Este sistema cristiano incluye la adoración pura de Jehová, siguiendo las normas elevadas de la conducta cristiana que Jesús promulgó, como el ser fiel a tu cónyuge, la honradez en toda ocasión, el ser personas pacíficas y como no, el mostrar los frutos del espíritu de Dios, entre otras muchas cosas. Significa cooperar en la edificación de este sistema cristiano tal como los hijos de Noé ayudaron a construir el arca, mostrándose en todo tiempo separado de este inicuo sistema impío y apartado de Jehová. Nadie puede esperar ser preservado a través del fin de este sistema, a menos que muestre estar sujeto al sistema cristiano y de dar adelanto a sus intereses (Mat. 6:33), al grado que le sea posible.

Jesús también profetizó, de forma paralela, el fin del sistema de cosas judío que existía en su tiempo (Mat. 23:37-38) y que había comenzado más de quince siglos antes, cuando Jehová dio la Ley a los israelitas en el monte Sinaí, siendo que dicho sistema judío abarcaba el Pacto de la Ley con su sacerdocio, sacrificios, adoración en el tabernáculo o templo y fiestas, así como también un sistema organizado nacional en que estaba envuelto un rey humano y su correspondiente gobierno. Llegó a su fin legal en 33 E.C. cuando el establecimiento del nuevo pacto hizo anticuado al pacto antiguo (Heb. 8:13); y sin embargo y como muestra la historia, Israel lejos de tomar nota de dicha circunstancia, rechazó al Mesías enviado por su Dios Jehová y continuó practicando los diversos arreglos sacerdotales y sacrificiales bajo el Pacto de la Ley hasta 70 E.C., cuando los romanos finalmente capturaron y destruyeron a Jerusalén…… en fiel correspondencia a las palabras de Jesús “Miren, su casa se les deja abandonada a ustedes” (Luc. 13:35).

Este acontecimiento, como en el caso de Noé, es de interés particular para nosotros debido a que en aquel entonces, también algunos judíos fueron sobrevivientes del fin de un sistema de cosas, ya como cristianos. Ellos habían reconocido y aceptado, el fin legal de aquel sistema de cosas bajo la Ley y que un nuevo arreglo o sistema se había hecho posible mediante la muerte, resurrección y ascensión al cielo de Jesucristo. Comprendieron que tenían un nuevo mediador, un nuevo pacto y una nueva relación con Dios mediante Jesucristo; por lo tanto, prestaron atención a la advertencia de Jesús acerca de echar a huir a las montañas cuando vieran a Jerusalén cercada de ejércitos acampados (Luc. 21:20-22). Por eso, cuando los romanos se retiraron después de rodear inicialmente la ciudad en 66 E.C., los que tenían puesta su fe en las palabras de Jesús y que reconocían que el sistema cristiano estaba en vigor, aunque el sistema judío todavía funcionaba exteriormente, salieron de Jerusalén y huyeron lo más lejos posible, mostrando fe y perseverancia hasta que Jerusalén fue arrasada en la terrible matanza del año 70 E.C.

Su huida a las montañas y su permanencia en Pela de Perea hasta que se cumplió la profecía de Jesús, puede asemejarse a la huida a la seguridad de los cristianos de la actualidad, que lejos de seguir doctrinas falsas de organizaciones llamadas cristianas, tendentes a la confusión y dispersión, se han apegado a la sana enseñanza de las Escrituras y permiten que estas dirijan sus vidas. Ellos no se dejan envolver en las falsas promesas de este sistema de cosas actual con su política y conjuntos de religiones falsas y han optado por huir al lugar de protección que ha provisto Jehová: la plena y total confianza en Él y en sus promesas, a través de las Escrituras:

El nombre de Jehová es una torre fuerte. A ella corre el justo y se le da protección.” (Prov. 18:10).

Así como las palabras proféticas de Jesús resultaron veraces en cuanto a Jerusalén, podemos estar seguros de que su profecía acerca de la “conclusión del sistema de cosas” también ha de ser veraz, puesto que estas palabras “fueron escritas para amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado” (1 Cor. 10:11). Por eso considere ahora, cómo la respuesta de Jesús a la pregunta de los apóstoles acerca de la señal de su presencia, nos ayuda a identificar con seguridad los tiempos que marcan el fin de este sistema. Para subrayar su importancia, se registraron en la Biblia diversos rasgos de dicha señal, en los capítulos 24 y 25 de Mateo; el 13 de Marcos; el 21 de Lucas; el 3 de 2 Timoteo y el 6 de Revelación. Probablemente nosotros hoy en día, somos parte de esa generación que tendrá que experimentar dichos angustiosos tiempos, de hecho las circunstancias nos señalan la evidencia de que ya estamos inmersos en ellos. Y es que hoy por todos lados, vemos el fruto de la incompetencia del ser humano en su intento de auto gobernarse y la Tierra dista mucho de ser aquel paraíso que Jehová se propuso en un principio. Seguramente a no tardar, dará inicio la última gran predicación profetizada por Jesús en Mat. 24:14, en donde las personas deberán de decidir a favor de quién se pondrán: si del gobierno mundial de hechura humana auspiciado por Satanás, próximo a emerger y encabezado por el “anticristo”, o del heredero legal del reino de Dios establecido aquí en la Tierra, Jesucristo…… dilucidada dicha cuestión y como dice el texto, “entonces vendrá el fin.”

Jesús predijo que debido a dicha intensa predicación de las buenas nuevas del reino de Dios, aunada al odio contra los que las predicaran, que el amor de muchos a Dios se enfriaría y que se levantarían falsos profetas. Advirtió del establecimiento de algo repugnante a la vista de Dios que causaría desolación; subrayó que habría un tiempo de dificultad mayor que cualquier otro, desde el principio del mundo hasta aquel tiempo y cualquiera que sucediera después de eso (Mat. 24:6-21). Y a usted, querido lector, le ha tocado vivir en esos días, pero no obstante y si ya está barruntando en cuál es la dirección correcta, le aplican las siguientes palabras:

Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.” (Luc. 21:28).

¿Y qué hacer para tomar esa dirección correcta? Pues si nos permite la sugerencia, continúe leyéndonos y comprobando cuidadosamente que lo que le decimos, encaja perfectamente con lo que usted lee y entiende en su propio ejemplar de las Escrituras. Si así lo hace, usted podrá ver y lo que es más importante, podrá sobrevivir, a la conclusión de este sistema de cosas.

MABEL